NOSOTROS O ELLOS Nº 183
LOS MISERABLES (DÉCIMA PARTE)
Cuando los delincuentes vienen marchando
Escribimos en el
número anterior:
“Cada vez está más claro porqué se suicida Nisman. Esperemos que se ex
esposa, quien ante las cámaras prometió querer saber la verdad (y se supone
cualquiera sea mientras sea la verdad), no se preste a esos juegos de los que
lo inducen a suicidarse, con la asistencia de Lagomarsino quien, además de
cobrar 41 mil pesos por mes sin trabajar, registra decenas de viajes al exterior,
varios de ellos con el fiscal suicidado. Si Arroyo Salgado concurre a la marcha
golpista, sus declaraciones de búsqueda de la verdad quedarán en un tacho de
basura, si no lo hace, y asume la realidad tal como (lamentablemente sucede),
habrá jugado un importante papel tanto como mujer, como madre y, en especial,
como jueza. Lo sabremos pronto”.
Aún no sabemos si a la marcha de los fiscales corruptos y golpistas la jueza Arroyo Salgado
concurrirá, pero ya contamos con otro triste antecedente, penoso antecedente,
que nos indica hasta adonde pueden llagar las intrigas y las desviaciones a la verdad. En este caso se
trata de los “peritos de parte”, de los que deben señalar si se investigó bien
o no, los que deben señalar los posibles errores de la investigación, los que
tienen la posibilidad de mantener esa especie de “incertidumbre” sobre la
muerte del fiscal que se suicidó a
efectos de que los operadores de la desestabilización antidemocrática puedan
continuar su trabajo al servicio de dos potencias extranjeras y de los cipayos
locales.
El papel de esos peritos no es menor, por lo tanto es esencial saber
quienes son, saber si poseen, al menos, dos condiciones: profesionalidad y honestidad. Ambas, pues una sola dista mucho de
alcanzar.
Podemos también señalar que, por su labor profesional, Arroyo Salgado,
quién desea saber la verdad, conoce muy bien a los peritos de elije y, pensamos
nosotros, que esa elección debería basarse en esas dos condiciones señaladas,
como mínimo. ¿Será así?
En la madrugada del 15 de abril de 1977 es secuestrado, en su vivienda,
Jacobo Timerman (director del diario La Opinión), en su casa donde vivía con su
esposa y sus tres hijos. El comando “civil” que lo secuestró no dijo dónde lo
llevaban, sino para qué lo llevaban: “para ser sometido a un interrogatorio”.
La familia los buscó y, 45 días después, el 25 de mayo del mismo año,
logra ubicarlo en una alcaldía de la Policía Federal.
Su hijo, hoy canciller acusado por Nisman, lo encontró
llorando sin poder parar, lastimado (muy golpeado) y repitiendo “olvídense de
mí, no me visiten más, rehagan sus vidas”.
Tres fueron los grupos identificados que participaron en las torturas
que padeció Jacobo Timerman:
Uno, encabezado por el sanguinario coronel Ramón Camps con el apoyo
“moral” del siniestro capellán Cristian
Von Wernich, se “especializaba” en “estudiar” las actividades subversivas y
el carácter subversivo de La Opinión, en
especial por ser dirigido por un judío.
Otro, estaba constituido por un grupo “experto en economía”, que lo interrogaba
sobre las “relaciones de los grupos económicos con la subversión, en especial,
sus vinculaciones sobre el grupo Graiver.
Y otro grupo de “civiles” seleccionados por Camps, para dedicarse “al
estudio de los artículos que se publicaban en La Opinión.
Los interrogatorios a los que fue sometido Jacobo Timerman incluyeron las torturas con picana y otros
medios, la mala alimentación y falta de ella, la degradación (lo hacían dormir
en una cucha de perros con reja y hacerle presenciar las sádicas torturas de
otras personas.
Uno de los “interrogadores” fue el general Bartolomé Gallino, nombrado
en una solicitada por los diarios Clarín, La Nación y La Razón del 19 de mayo
de 1977, donde detallaban el traspaso de
las acciones de papel Prensa.
Varios fueron los torturadores, pero el principal de todos fue el
sanguinario Ramón Camps.
¿Qué tiene esto que ver con Arroyo Salgado? Mucho. Uno de los peritos de
parte designado por la jueza es “el prestigioso médico forense” Osvaldo Raffo. ¿Cumple este mediático “experto” con las dos
condiciones? No podemos avanzar sobre la de “prestigioso médico” pero si sobre
si es honesto o no. Partimos de una situación ya probada y comprobada, que son
las torturas que Camps aplicó e hizo aplicar a Jacobo Timerman. Entonces lean
esta carta que el “prestigioso médico forense” le envía al genocida Camps,
reparen la fecha y el estilo, es textual:
Buenos Aires, 15 de julio de 1981.
Mi estimado General:
Por
información periodística he tomado conocimiento de que el señor JACOBO TIMERMAN,
alega haber sido víctima de Apremios Ilegales en nuestro país. En ocasión de
encontrarme en la Jefatura de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, me es
ordenado su reconocimiento médico legal, constatando que al momento del examen,
no presentaba signo alguno de violencia externas.
Lo
recuerdo como un hombre, con un cuadro clínico de buena salud orgánica,
accesible al examen y al diálogo, de nivel intelectual elevado y actitud
humilde y tímida. El mencionado TIMERMAN era tratado correctamente, y acorde a
las disposiciones en vigencia en lo que concierne al reglamento de detenidos.
La
franca contradicción entre sus declaraciones y mis comprobaciones me plantean
un problema de conciencia y de dignidad, que no puedo callar.
Llegue
a usted mi adhesión por intermedio de la presente.
Dios
Guarde al señor General
Sigue
la firma del perito de parte Osvaldo Raffo.
¿Alguno de ustedes cree que ese perito va a ser honesto? La jueza,
¿puede no saberlo? Dios guarde al señor
PERITO”.
El otro perito, el supuesto “especialista en criminalística”, es Daniel Salcedo. Aquí señalaremos lo que
escribió Horacio Verbitsky el domingo 15 de febrero en Página 12, recomendando
a los interesados que lean todo su extenso artículo, pero nos centraremos en
este personaje:
Protegido del ex jefe de la Policía Bonaerense Pedro
Klodczik, Salcedo fue Superintendente de Policía Científica y Jefe de Policía y
uno de los negociadores del contrato con la empresa francesa Sagem Securité
para digitalizar los antecedentes personales, mediante el software y el
hardware Automated Fingerprints Identification System (AFIS). Al retirarse pasó
al otro lado del mostrador como representante del IAFIS Group, distribuidor de
Sagem en la Argentina.
Salcedo está asociado en el grupo Kustos de
seguridad con el vocal de la Asociación Empresaria (AEA) Teddy Karagozian.
Además de los negocios, es un hombre de
convicciones ideológicas. Como Superintendente de Policía Científica, entregó
parte de la capacitación de sus técnicos en criminalística y seguridad a la
Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (FASTA), una organización
confesional conducida por Fray Aníbal Fosbery, que colaboró con el gobierno
militar de 1976 a
1983 y que hoy objeta los juicios por los crímenes de entonces.
El primer peritaje que no halló rastros de pólvora
ni de los materiales del fulminante en la mano del fiscal fue realizado en la sección Balística
de la Policía
Científica bonaerense, cuya Superintendente es la Comisaría Mayor Liliana
A. Sivak, a quien Salcedo trajo desde Mar del Plata y con la que mantiene
estrecho contacto.
También Horacio Verbitsky se refiere a Raffo y a la nota
que arriba escribimos:
En 1981, el oficial principal Osvaldo Raffo le
escribió al general Ramón Camps que sintió “un problema de conciencia y de
dignidad” cuando supo que Jacobo Timerman denunció haber sido torturado. Él
revisó a Timerman en la jefatura de policía y “no presentaba signo alguno de
violencia externa”. Su tremenda descripción de Timerman es la de un hombre “de
actitud humilde y tímida”, quien “era tratado correctamente”. Sólo asustado a
golpes, Timerman podía parecer humilde y tímido.
El 19 de junio de 1984, ante el Consejo Supremo de
las Fuerzas Armadas, Raffo contó que además de revisarlo por orden del
comisario Miguel Etchecolatz también asistió a un interrogatorio a Timerman. De
inmediato advirtió el riesgo e intentó explicar que más que “un interrogatorio
policial” le pareció “una plática entre personas, una conversación” sobre
“política, cuestiones sociales y económicas”. En ese amable diálogo entre
amigos que describe Raffo, a Timerman se le ocurrió contar “que había recibido
cincuenta millones de dólares o cincuenta mil dólares, no puedo especificar,
para la compra o venta de las máquinas de su diario”. (Cincuenta mil o
cincuenta millones, para comprar o para vender,
Ojalá su peritaje en el caso Nisman sea algo más
preciso).
Raffo también dijo que “no se somete a tortura a
los detenidos en la policía de la Provincia de Buenos Aires” aunque casi todos
alegan “haber sido objeto de malos tratos por razones especulativas”; se trata
del “autolesionismo que se hace el delincuente o el pistolero”. En cambio dijo
“haber visto cadáveres de personas detenidas en cárceles del pueblo, por
guerrilleros, que estaban torturadas a golpes y con corriente eléctrica”.
Ante una pregunta respondió que “no le puedo dar
nombres exactos”, porque “uno veía estas lesiones a las apuradas y no se hacía
todo un informe médico legal”. Se consignaban “como si fueran de combate”. Una
vez que “se tomaba conocimiento, se pasaba al jefe y todo se olvidaba porque
había otras cosas importantes que hacer”.
Cuando la Cámara Federal de la Capital realizó el juicio
que el Consejo Supremo demoraba, uno de los casos tratados en la causa 44/85
fue el de Jorge Rubinstein, abogado y apoderado de David Graiver, quien murió
de un ataque al corazón en la mesa de torturas. Aunque el informe de la Morgue Policial de
La Plata decía que “no se han encontrado violencias externas ni tampoco internas
que planteen la presunta culpabilidad de terceros”, los fiscales Julio Strasera
y Luis Moreno Ocampo dijeron que tres de los cinco médicos que efectuaron la
autopsia ignoraban que Rubinstein se encontraba detenido.
Pero la Cámara desestimó la relación causal entre
tortura y muerte basándose sólo en el informe de la autopsia. En el
juicio del Circuito Camps que concluyó en diciembre de 2012, el Tribunal Oral
en lo Criminal Federal N1 consideró probado que una intensa sesión de tormentos
le provocó la muerte, a raíz de lo cual condenó a prisión perpetua al ex
ministro de gobierno James Smart que autorizó esas torturas.
En su libro de 2014 La marca de la Infamia, la
Madre de Plaza de Mayo de La Plata Adelina Alaye revela la identidad de los
médicos policiales que participaron en aquella autopsia engañosa: uno de ellos
era el Jefe del Cuerpo Médico de la Unidad Regional de San Martín, Osvaldo Raffo. La
autopsia sólo dice: “Insuficiencia cardíaca aguda como consecuencia de su
propia patología; que no se han encontrado violencias externas ni tampoco
internas que planteen culpabilidad de terceros”. En forma insistente
describe la cirugía de by pass que le habían realizado poco antes, el esternón
abierto por la operación y los alambres de acero de la sutura. “El foco lo
pusieron en el corazón enfermo. Once fotografías acompañan el informe, y varias
de ellas contienen la aclaración de que no se observan signos de violencia
externa”. Pero en el acta de la autopsia, el subcomisario instructor Martín
Berruezo hace constar que Rubinstein murió en el “local policial” donde estaba
“alojado”, de modo que los policías médicos sí sabían de antemano que ese
cadáver era de un detenido y de dónde provenía.
Lo que no autopsiaron fueron los genitales, las
muñecas y los tobillos, donde hubiera podido comprobarse que estuvo atado
durante la tortura. Al
aceptar el cargo de perito de Arroyo Delgado, Raffo dijo la semana pasada que “la
autopsia es una continuación del examen del lugar del hecho”. No actuó con
la misma sabiduría en 1977
¿Sabe Arroyo Salgado los peritos que designó? Puede que no
lo supiera, pero el domingo no pudo desestimar este artículo y se debió
enterar.
¿Qué haría una persona manifiesta públicamente que quiere
saber la verdad y se entera que colocó a dos deshonestos probados en la
investigación? ¿Dos mentirosos que fueron cómplice de los asesinatos de miles
de personas? DEBERÍA ECHARLOS. ¿Lo hizo? HASTA HOY NO y la marcha, convocada por los fiscales golpistas y
encubridores de la verdad, es mañana. ¿IRÁ?
Vivimos
en la etapa de degradación del sistema capitalista, donde todo es válido.
Debemos rescatar los principios humanos Sociales e individuales, avasallados
por el imperialismo.
Oscar
Natalichio
Centro de
Investigaciones Económicas y Sociales (CIEYS)
17/02/2015
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