domingo, 4 de enero de 2015

NOSOTROS O ELLOS Nº 172

LAS CLASES SOCIALES (Cuarta parte)

Finalizábamos el número anterior con este resumen:

“Las clases antagónicas fundamentales las crea el Modo de Producción, pero… ¿de dónde surgen las clases no fundamentales? De la propia sociedad, señalando que esas clases no fundamentales son transitorias dentro de las FES”.

“En la sociedad esclavista existían, además de las dos clases antagónicas fundamentales (esclavos-esclavistas) otras compuestas por campesinos libres, artesanos, mercaderes (comerciantes que darían origen al capital comercial), usureros (que darían origen al capital de préstamo) amen de una masa considerable de desclasados”. También existían comunidades primitivas.

Complementamos este resumen con estas observaciones:

En la inicial etapa del esclavismo, el campesino libre o comunero libre era dueño de sus instrumentos de trabajo, de una parcela de tierra, de su ganado, de su vivienda, de sus semillas. Es decir, era propietario de los medios de producción (Objetos y Medios de Trabajo – ver cuadro 1). El comunero organizaba su propio trabajo, lo administraba y disponía de lo producido o cosechado en su predio. Contribuía con el Estado naciente, ya sea con una parte de lo obtenido, ya sea con trabajo en las tierras comunales.

También surgía, paralelamente, al artesano, que era dueño de sus herramientas y materiales, y propietario de todo lo producido salvo la porción que tributaba al Estado. Es decir, al igual que el campesino era propietario de los Medios de Producción.

Pero, pese a que ambos eran pequeños productores, dueños de los Medios de Producción y propietarios de lo que producían, se perfilaba, desde origen una diferencia fundamental: mientras el campesino producía especialmente para su consumo personal, el artesano lo hacía para el mercado, generando, con ello, el intercambio: la compra-venta. El gran desarrollo del artesanado estuvo vinculado a la producción de armas y uniformes para las guerras entre ciudades Estado.

La importancia de esta diferencia se manifiesta en el desarrollo de las Fuerzas Productivas, las que encuentran un gran límite en la sociedad esclavista. Hay más artesanos, hay más productos en un mercado muy limitado, donde predomina el esclavo, que no puede poseer bienes propios.

Además, el esclavo, por su propia condición (y al inicio por su origen guerrero), nunca se encontró interesado en producir, por lo tanto lo hacía bajo castigo. A menudo huían, o se rebelaban, o destruían las herramientas. Para que ello no ocurriera se los vigilaba, a los que huían se los “cazaba” dándole muerte y a los que quedaban se les otorgaba herramientas pesadas y rústicas para evitar que las destruyeran.

Resultaba obvio que las Fuerzas Productivas no podían crecer en ese contexto en el que lo sumergía las Relaciones de Producción esclavistas.

Se fueron generando cambios con el correr de los siglos (el esclavismo, mencionamos, ocupó aproximadamente 4.100 años). El artesanado crecía (pues crecía el comercio y el intercambio) mientras gran parte del campesinado libre se arruinaba, sea por malas cosechas o por deudas contraídas. Esta situación fue aprovechada por el latifundista esclavista, el que fue reclutando a ese campesinado, instalándolo en su tierra (incluso con la propia tierra del campesino) para que la labrara para él. No era esclavo, era “libre”, pero cuando la tierra se vendía, se la entregaba con el campesino como parte de la operación. Ese campesino ya no era propietario de la tierra sino esclavo de la misma, se encontraba atado al destino que el terrateniente le podía dar. En varias zonas de Asia, en la Rusia zarista, por ejemplo, al campesino libre se lo despojaba de la tierra por medios violentos y se pasaba a ella a los terratenientes, a la Iglesia, al Zar y a sus altos funcionarios.

Con el transcurso del tiempo, ese campesino, siervo de la gleba, pasa a constituirse como una clase antagónica fundamental. En el otro extremo, el terrateniente esclavista se va convirtiendo en un señor feudal, incorporando a su tierra, la tierra del campesino arruinado o despojado, y a éste mismo, con su familia, sus herramientas y sus animales.

Y se producen los cambios. En la FES feudal la explotación del campesino siervo se basaba en la coerción extraeconómica, de esa manera los señores feudales recibían sus ingresos en forma de renta. El campesino siervo poseía sus propias herramientas, pero no la tierra. Cuando el terrateniente vendía la misma, en general, la vendía con los campesinos que en ella habitaban.

El plusproducto que obtenía el campesino siervo se distribuía entre el terrateniente de la tierra que trabajaba, el Estado y la Iglesia. Era, sin dudas, un plusproducto mucho mayor que el obtenido de un esclavo y ello le permitía enriquecer a esos tres sectores parasitarios y mancomunados.

Las Fuerzas Productivas encuentran en esta nueva FES, posibilidades iniciales de desarrollarse. El campesino siervo, a diferencia del esclavo, dispone de las herramientas, es propietario de las mismas. No sólo ya no tiene lógica destruirlas, sino que se esfuerza por perfeccionarlas para lograr hacer menos penoso su trabajo y obtener mejores resultados, ya que, una parte de esa producción es para él y su familia. No obstante, su preocupación mayor era poder quedarse en ese lugar, pues ser expulsado de la tierra era una condena a la miseria y al hambre. Recomendamos que vean “El árbol de los suecos”, una muy demostrativa película sobre la vida de una familia de campesinos siervos.

Habíamos mencionado que el artesanado crecía y ello era consecuencia de que la población de las ciudades aumentaba paulatinamente. El artesanado inicial poseía también tierra, pequeños predios que le servían para obtener una parte de su sustento. Algunos, más hábiles o mejor ubicados, fueron creciendo y organizándose en “gremios” o corporaciones, dándoles un impulso mayor al comercio, impulso que luego, muchos años después, se revierte, ya que los comerciantes comienzan a requerirles a los artesanos más productos de los que ellos están en condiciones de producir.

Ese artesano que se fortalece, toma a su servicio (contratan) a “aprendices” o a otros artesanos arruinados, los que reciben, por “sus servicios” una pequeña paga en dinero. Se va gestando la formación de una nueva clase social, que sólo puede consolidarse como tal, cuando la FES feudal sea remplazada por la FES capitalista.

 A modo de resumen:

En la sociedad feudal existían, además de las dos clases antagónicas fundamentales (Señores feudales-Siervos de la Gleba) otras compuestas por campesinos libres, artesanos, mercaderes (comerciantes más activos que darían origen al capital comercial), usureros más activos (que darían origen al capital de préstamo) amen de una masa considerable de desclasados. Y surgía una dispersa masa de trabajadores asalariados que aún no constituían una clase social especial.


En la FES capitalista, la explotación del trabajador adquiere la forma de plusvalía, es decir, la parte de la riqueza crea y que, disimuladamente, no se le paga, que no integra el salario. El ciudadano es “libre”, puede elegir dónde trabajar, donde ofrecer sus habilidades y conocimientos, a quién vender su fuerza de trabajo, pero no le puede colocar un precio a esa venta. En el capitalismo, el salario relativo que percibe cualquier trabajador, a medida que el tiempo transcurre y las fuerzas productivas crecen, es siempre más pequeño.

Ello produce, en la sociedad mundial, un fenómeno como éste, sintetizado claramente por uno de los grandes millonarios beneficiados por este sistema de superexplotación: Warren Buffet, la considerada cuarta persona más rica del mundo, poseedora de 62.000.000.000 dólares (62 mil millones), quien expresa con claridad: “Hubo una lucha de clases en los últimos 20 años, y mi clase ganó”.

Eso se demuestra con estos contundentes datos: las 85 personas más ricas del mundo poseen la misma cantidad de dinero que la mitad más pobre de la humanidad, es decir:

3.600.000.000      personas poseen en conjunto tanto dinero como…
                   85      personas, al 31 de marzo de 2014.

Uno se puede preguntar: ¿cómo es posible que tan pocas personas puedan someter a tamaña multitud?  El dominio cultural es una parte de la explicación, a lo que sumamos esa característica de “no pago disimulado”  que posee la FES que enriquece a los capitalistas y empobrece a los trabajadores.

La salida se encuentra en la lucha de clases pero con otro resultado, uno que podamos decir que mi clase ganó  y acabó con la explotación para siempre.

No tenemos dudas de que la división en clases afecta, no sólo a la vida económica del ser humano, sino a la vida política y espiritual de la sociedad toda.

Esto se demuestra también con estos contundentes datos tomados de la UNICEF que denuncia:

19.000 niños mueren cada día por causas evitables (mala alimentación, falta de agua potable, diarreas y carencia de vacunas). Otras estadísticas hablan de 22 mil niños por día.  

Son siete u ocho millones de niños por año que mueren por haber “ganado” la lucha de clases los criminales como Warren Buffet.

Pero no en todo el mundo: en las áreas donde los Warren Buffet perdieron la lucha de clases, como en la bloqueada y asediada Cuba, que pese a ello reduce la mortalidad infantil a un 4.5 por mil (una de las más bajas del planeta); o en la devastada China que en los últimos 30 años se recuperó, pasando a ser la potencia más grande del mundo y reduce su mortalidad infantil del 71 por mil en 1970 al 13 por mil en 2014; o como el agredido Vietnam, donde el imperialismo norteamericano arrojó, en su pequeño territorio, más bombas destructivas que en toda la Segunda Guerra Mundial, arrojando, incluso, toneladas de gases venenosos, y a pesar de ello reduce su mortalidad infantil del 104 por mil en 1970 al 18 por mil en 2014; o como la enigmática Corea del Norte, que continúa en guerra desde la década del 50, pues nunca los EEUU firmaron la paz, y posee una mortalidad infantil menor al 10 por mil, las cosas son distintas.

No hace falta poseer una mente como la de Paenza para calcular las tendencias. Si en los países que se está construyendo el socialismo, la mortalidad infantil baja drásticamente; si en países que ya no siguen los dictados del imperialismo también baja, ¿quién envía a la muerte segura a 7 u 8 millones de niños por año? Cada vez mueren más niños por causas evitables y cada año se reduce más y más la muerte de niños en los países que construyen el socialismo.  Entonces: ¿dónde mueren?

Pensemos que en los EEUU, hasta ayer la potencia económica más poderosa del mundo, posee más de 12 millones de niños que no tienen atención médica y ya más de 60 millones de pobres, en especial negros y latinos. Y que la mortalidad materna coloca a los EEUU entre los 10 países del mundo en que la misma ha crecido desde el 2003 hasta nuestros días; coloca a esta “potencia” junto a El Salvador y Afganistán. ¿No es acaso un crimen que sólo 85 personas posean la riqueza de 3.600 millones?  Es más que un crimen: es un genocidio. Pero lo más lamentable es que es un genocidio no considerado como tal.

Pensemos que la desigualdad social en los EEUU se ha ido incrementando, con menos ricos más ricos y más pobres más pobres, como lo demuestra el coeficiente de Gini que señala la distribución del ingreso (donde 0 que equivale a que todos reciben lo mismo, hasta 1 que equivale a que un solo individuo recibe todo, considerándose que cuando ese coeficiente supera los 0,40 la situación social es potencialmente conflictiva).

Como dato adicional comparamos el coeficiente de GINI en Argentina con el de los EEUU en una década, la de los años: 2003 y 2012:

2003 coeficiente de Gini en Argentina  0.547          2012 coeficiente de Gini en Argentina 0.411
2003 coeficiente de Gini en los EEUU   0.464         2012 coeficiente de Gini en los EEUU  0.477

Además, esos criminales, que evadieron el pago de impuestos, sólo en el año 2013, operando en “paraísos fiscales”, por más de 156 mil millones de dólares y que en ese mismo año aumentaron sus ingresos en 668 millones de dólares diarios, todavía expresen, con tanta hipocresía, una realidad: “mi clase ganó,” frase que señala claramente lo que es el capitalismo como FES.

En la sociedad capitalista, además de las clases antagónicas fundamentales (burgueses-proletarios) se mantienen señores feudales como grandes terratenientes, pequeño burgueses, campesinos y otros diferentes grupos sociales que no constituyen una clase social, pues pertenecen a alguna de las mencionadas y que los equiparan como “capas” o “estamentos” algún factor común (nivel cultural, nivel de ingresos, etc.) Entre éstos ubicamos a las mal denominadas “clases medias”.

Las diferencias entre los grupos, capas o estamentos sociales poseen caracteres muy diversos.

En la sociedad esclavista se habían desarrollados dos líneas: la denominada democracia esclavista y la denominada aristocracia esclavista. Ambas pertenecientes a una misma clase social, y, sin embargo, muy diferenciadas entre sí en otros aspectos de la vida social y política.

En el feudalismo surgían notables diferencias entre los nobles, el clero y los jefes militares, todos con privilegios supremos pero no iguales. Y existían los denominados “pecheros”, que debían pagar “pechos” (tributos) a los estamentos altos que estaban exentos de ellos (como nuestra Corte Suprema). Los “pecheros” lo componían nobles de baja categoría, funcionarios, campesinos, artesanos, comerciantes, usureros, etc.

En el capitalismo esas diferencias se elevan de manera exponencial. Es, si lugar a dudas, de todas las Formaciones Económico-Social con clases sociales antagónicas, la de mayor desigualdad. Nunca, ni el los 4100 años de esclavismo, ni en los 1700 de feudalismo, se había dado una cosa igual a la que logró el capitalismo en sólo 300 años: que 85 personas (¡el 0,0000011 de la población mundial!) obtuvieran más ingresos que 3.600 millones (el 50% de la población mundial), en una tendencia que cada año reduce más a ese grupo e incrementa más a los marginados, pero exclusivamente en las áreas donde el imperialismo fija sus condiciones o domina gobiernos títeres.

Pero esas diferencias no sólo se reflejan en las clases antagónicas fundamentales, sino, y muy especialmente, reflejan antagonismos dentro de la propia burguesía.

De esos antagonismos escribiremos en el próximo número.


Oscar Natalichio
Centro de Investigaciones Económicas y Sociales (CIEYS)
03/01/2015 (el primero del año).

Próximo: Cómo devora el capitalismo a los capitalistas.

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