NOSOTROS O ELLOS Nº 140
EL ÁNGEL DE LA MUERTE
Ayelet Shaked, fascista fundamentalista, miembro del parlamento israelí
por el partido “La Casa Judía ”,
ha escrito en las páginas de Facebook, el 14 de julio, lo siguiente:
Párrafo 1:
“Detrás de cada terrorista se
encuentran docena de hombres y mujeres sin los cuales él no podría involucrase
en el terrorismo. Todos ellos son
combatientes enemigos y ciertamente DEBEN MORIR.
Párrafo 2:
“Esto incluye también las madres de los mártires
que envían a sus hijos al infierno entre flores y besos. Los hijos de los hijos deberían seguir; NADA SERÍA MÁS JUSTO.
Párrafo 3:
“Deben desaparecer, como asimismo los hogares donde se cría a las serpientes.
De no ser así, muchas serpientes más pequeñas serán creadas.
Le dicen el ángel de la muerte pues su aspecto exterior la muestra como
bella y joven, es decir, su aspecto exterior sólo muestra lo que nuestros
sentidos perciben. Pero para saber realmente qué tipo de persona se trata
Ayelet Shaked, hay que avanzar más allá de lo percibido, hay que introducirse
en sus pensamientos y sus objetivos. Y esas declaraciones suyas, que he
dividido en tres párrafos, muestran con claridad que detrás de la belleza y de
la juventud se pueden ocultar verdaderos monstruos inhumanos, sedientos de
sangre, asesinos en acción, genocidas en potencia: un verdadero ángel, pero del
horror y la muerte.
En su primer párrafo señala que no sólo el “terrorista” debe morir, sino
todo su entorno, todo hombre o mujer que lo parió, lo crío, lo alimentó. Todos
ellos, no importa la edad, “deben morir”.
En el segundo párrafo, para que no queden dudas, aclara que están
incluidos las madres y los hijos de los hijos, es decir los niños. Todos ellos
deben morir (deben ser asesinados) y que “nada sería más justo” que hacerlo.
No conforme con esa horrorosa declaración, la completa con palabras y
objetivos “adicionales” para que no sean creadas “serpientes más pequeñas”.
“Deben desaparecer”, un término muy doloroso en nuestra experiencia frente a la
dictadura empresario-militar para nosotros, los argentinos.
Pero el radio de acción del “ángel de la muerte” va más allá, pues no
sólo deben desaparecer personas, sino todos sus hogares “donde se crían las
serpientes”.
Un poderoso ejército ataca a una región que no posee medios para
defenderse de ese ataque. Un poderoso y sanguinario ejército avanza asesinando
y destruyendo: civiles (en particular niños y mujeres) y viviendas de una zona
que donde nadie puede defenderse frente a tamaña desigualdad. Una marina que se
divierte asesinando a cuatro pequeños que jugaban al fútbol lazándoles un misil
para demostrar la “eficacia” de sus armas…
La escritora judía Mira Bar
Hillel, que nació en Israel, mientras quema su pasaporte, relata:
“Sé lo que significa haber sido víctimas indefensas, viviendo y muriendo
bajo las botas de los opresores racistas, y sé que los Israelitas de estos días
no son las víctimas sino los perpetradores, en la actual crisis. Sí, los
hombres de Hamas son asesinos terribles y llenos de odio y pobre Israel si
ellos dispusieran de los medios necesarios para cumplir su cometido. Pero es un
hecho que actualmente Israel dispone de los tanques, bombarderos, artillería,
ojivas nucleares y misiles de defensa dignos de Goliat, en tanto la gente de
Gaza, una semana atrás, no tenía nada y menos tiene hoy, cuando hasta los
hospitales y escuelas han sido bombardeadas”.
“Antes de que ese niño palestino muriera de la forma más horrible (se
refiere a Mohammed Abú Khudair, de 17 años, secuestrado y quemado vivo) Shaked ya lo había declarado un enemigo, y
más tarde, sin ningún indicio de culpa o remordimiento, estaba llamando a la
muerte a mujeres inocentes y sus hijos aún no nacidos”.
“me hizo pensar en la hermana de mi madre, Klara, y sus tres niños
pequeños que vivían en Cracovia en 1939, cuando los invasores alemanes
decidieron que los Judíos –“todos los judíos”- eran el enemigo y debían ser
eliminados, sin eximir a las mujeres ni a las “pequeñas serpientes” que estaban
criando…” “Nunca conocí ni a Clara ni a sus niños que murieron en 1942” .
“El hermano de mi padre, Samuel, y su joven familia fallecieron antes de
que yo naciera –escaparon de Berlín a Holanda, donde fueron capturados-, en el
mismo campo de concentración donde murió Ana Frank”.
Igual que los nazis, quizá peor, ya que el tiempo transcurrido les ha
permitido mejorar la tecnología bélica y ser más “profesionales” en el “arte”
de asesinar seres humanos indefensos. Perfeccionan el genocidio pues
perfeccionan el fascismo.
En NOSOTROS O ELLOS Nº 90 describíamos qué es el fascismo en general y
cómo se comporta en particular de acuerdo a la época y el lugar en que decide
actuar. Entre otras cuestiones señalábamos:
“El fascismo le quita la careta a
la democracia burguesa y actúa sin disimulo aplicando el terror, los
asesinatos, las torturas, el saqueo… violando todas las leyes existentes”…
“Y ello lo puede hacer sin
remordimiento alguno, pues el fascismo
es la manifestación política del imperialismo, es decir, del capital
monopolista y de sus aliados oligárquicos”…
Hoy el fascismo se manifiesta más abiertamente pues posee su central en
la aún considerada potencia más grande del mundo: los EEUU que trata de
expandirlo utilizando todos sus recursos, desde los bélicos hasta los
financieros.
Ataca destruyendo y asesinando al pueblo de Palestina. Ataca destruyendo
y asesinando a los pueblos de Irak. Irán, Siria, Afganistán y otros. Conspira
financiando mercenarios fascista contra gobiernos elegidos como es el caso de
Ucrania.
Ataca, financieramente, a paises como Argentina, mediante resoluciones
antojadizas de una “justicia” integrada por prominentes miembros del fascismo
republicano y demócrata, al servicio exclusivo de los grandes grupos
económicos.
Sería un error considerar que estos y los otros conflictos constituyen
“hechos aislados”. Todas las acciones poseen un origen común y ellas incluyen
tanto al pedido del “ángel de la muerte” como las acciones de derribar aviones
civiles sobre el cual escribiremos próximamente.
El fascismo no posee límites en su crueldad. Y tengo que señalar, se
comparta o no esta opinión, que de haber existido hoy la Unión Soviética ,
el mundo sería más seguro, se hubiese evitado miles de muertes y grandes
sufrimientos.
Ni Israel se hubiese animado a asesinar con impunidad al pueblo
palestino, ni Ucrania hubiera sido ocupada por mercenarios fascistas.
Recodemos, pues nunca está de más hacer uso del cerebro, el costo humano
de la Segunda Guerra
Mundial impulsada por los grandes monopolios fascistas: 34
millones de muertos (la mayoría civiles); 28 millones de mutilados, una
cantidad incalculable de afectados mentalmente; millones de niños huérfanos,
etc., etc.…
Recordemos que el “costo” no humano de esa guerra fue de 27 millones de
onzas de oro, es decir, de 35.000.000.000.000 dólares (35 billones de dólares) sólo
en gastos de guerra. Esa enorme cantidad de dinero se convirtió en “ganancia”
para las criminales empresas capitalistas, únicas que se beneficiaron con esa
escalada de destrucción y muerte, como son hoy las únicas que se benefician con
los conflictos bélicos y financieros en nuestros días.
Del fascismo nos libró la acción heroica de la Unión Soviética ,
que pagó el más alto costo de pérdidas de vidas: de los 34 millones de muertos,
22 eran soviéticos y de esos 5 millones dirigentes del PCUS; de los 28 millones
de mutilados, 12 eran soviéticos.
Los hornos donde los fascistas enviaban a comunistas, judíos y gitanos
se apagaron, pero los fascista no cesaron en su intento de crear nuevos hornos,
mucho más eficientes que los que acababan de perder. De esa manera, el embrión
del “nuevo” fascismo, prueba contra dos ciudades civiles sus bombas atómicas sobre
un enemigo ya derrotado (y no por ellos).
Hoy el adiestrado ejército fascista israelí, integrado por desmemoriados
soldados y civiles de la muerte, se plantean, ante la inmovilidad mundial de
acciones, eliminar de la faz de la tierra a todo un pueblo.
Los “ciudadanos” llevan sus sillas a las colinas para observar
cómodamente, como se masacra a mujeres, niños y ancianos, como se bombardea los
hospitales, las escuelas, las centrales de agua potable, las viviendas donde se
refugian los más débiles y vitorean ante cada resplandor de muerte y
destrucción. Vivan a la muerte.
No podemos ser simples espectadores de ese genocidio. No podemos
utilizar en nuestras declaraciones la teoría de los dos demonios pues, como en
nuestro caso, hay uno sólo que asesina, tortura, destruye y roba a un pueblo
entero.
No está la
Unión Soviética pero sí están los pueblos y hay gobiernos
dignos. Todos aquellos que deseamos un mundo mejor, un mundo sin guerras, un
mundo con justicia real, un mundo sin pobres ni hambrientos, debemos reaccionar
y salir a las calles para exigir el cese de la carnicería fascista ¡YA!
Oscar Natalichio
Frenemos el fascismo en sus
acciones militares y financieras
Centro de Estudios Económicos y
Sociales
oscarnatalich@fibertel.com.ar
Julio 21 de 2014.
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