lunes, 21 de julio de 2014

NOSOTROS O ELLOS Nº 140

EL ÁNGEL DE LA MUERTE

Ayelet Shaked, fascista fundamentalista, miembro del parlamento israelí por el partido La Casa Judía, ha escrito en las páginas de Facebook, el 14 de julio, lo siguiente:

Párrafo 1:

“Detrás de cada terrorista se encuentran docena de hombres y mujeres sin los cuales él no podría involucrase en el terrorismo. Todos ellos son combatientes enemigos y ciertamente DEBEN MORIR.

Párrafo 2:

Esto incluye también  las madres de los mártires que envían a sus hijos al infierno entre flores y besos. Los hijos de los hijos deberían seguir; NADA SERÍA MÁS JUSTO.

Párrafo 3:

“Deben desaparecer, como asimismo los hogares donde se cría a las serpientes. De no ser así, muchas serpientes más pequeñas serán creadas.

Le dicen el ángel de la muerte pues su aspecto exterior la muestra como bella y joven, es decir, su aspecto exterior sólo muestra lo que nuestros sentidos perciben. Pero para saber realmente qué tipo de persona se trata Ayelet Shaked, hay que avanzar más allá de lo percibido, hay que introducirse en sus pensamientos y sus objetivos. Y esas declaraciones suyas, que he dividido en tres párrafos, muestran con claridad que detrás de la belleza y de la juventud se pueden ocultar verdaderos monstruos inhumanos, sedientos de sangre, asesinos en acción, genocidas en potencia: un verdadero ángel, pero del horror y la muerte.

En su primer párrafo señala que no sólo el “terrorista” debe morir, sino todo su entorno, todo hombre o mujer que lo parió, lo crío, lo alimentó. Todos ellos, no importa la edad, “deben morir”.

En el segundo párrafo, para que no queden dudas, aclara que están incluidos las madres y los hijos de los hijos, es decir los niños. Todos ellos deben morir (deben ser asesinados) y que “nada sería más justo” que hacerlo.

No conforme con esa horrorosa declaración, la completa con palabras y objetivos “adicionales” para que no sean creadas “serpientes más pequeñas”. “Deben desaparecer”, un término muy doloroso en nuestra experiencia frente a la dictadura empresario-militar para nosotros, los argentinos.

Pero el radio de acción del “ángel de la muerte” va más allá, pues no sólo deben desaparecer personas, sino todos sus hogares “donde se crían las serpientes”.

La joven Ayelet Shaked sintetiza en esos tres párrafos lo que es el genocidio. Pide, como “justicia” que se mate al “terrorista”, a su familia, a sus amigos, a sus hijos. Que se elimine físicamente a los Palestinos y que se borre de la historia destruyendo, además, todos los hogares de, al menos, el millón y medio de seres humanos que habita esa gigantesca cárcel que es la Franja de Gaza.

Un poderoso ejército ataca a una región que no posee medios para defenderse de ese ataque. Un poderoso y sanguinario ejército avanza asesinando y destruyendo: civiles (en particular niños y mujeres) y viviendas de una zona que donde nadie puede defenderse frente a tamaña desigualdad. Una marina que se divierte asesinando a cuatro pequeños que jugaban al fútbol lazándoles un misil para demostrar la “eficacia” de sus armas…

La  escritora judía Mira Bar Hillel, que nació en Israel, mientras quema su pasaporte, relata:

“Sé lo que significa haber sido víctimas indefensas, viviendo y muriendo bajo las botas de los opresores racistas, y sé que los Israelitas de estos días no son las víctimas sino los perpetradores, en la actual crisis. Sí, los hombres de Hamas son asesinos terribles y llenos de odio y pobre Israel si ellos dispusieran de los medios necesarios para cumplir su cometido. Pero es un hecho que actualmente Israel dispone de los tanques, bombarderos, artillería, ojivas nucleares y misiles de defensa dignos de Goliat, en tanto la gente de Gaza, una semana atrás, no tenía nada y menos tiene hoy, cuando hasta los hospitales y escuelas han sido bombardeadas”.

“Antes de que ese niño palestino muriera de la forma más horrible (se refiere a Mohammed Abú Khudair, de 17 años, secuestrado y quemado vivo) Shaked ya lo había declarado un enemigo, y más tarde, sin ningún indicio de culpa o remordimiento, estaba llamando a la muerte a mujeres inocentes y sus hijos aún no nacidos”.

“me hizo pensar en la hermana de mi madre, Klara, y sus tres niños pequeños que vivían en Cracovia en 1939, cuando los invasores alemanes decidieron que los Judíos –“todos los judíos”- eran el enemigo y debían ser eliminados, sin eximir a las mujeres ni a las “pequeñas serpientes” que estaban criando…” “Nunca conocí ni a Clara ni a sus niños que murieron en 1942”.

“El hermano de mi padre, Samuel, y su joven familia fallecieron antes de que yo naciera –escaparon de Berlín a Holanda, donde fueron capturados-, en el mismo campo de concentración donde murió Ana Frank”.

Igual que los nazis, quizá peor, ya que el tiempo transcurrido les ha permitido mejorar la tecnología bélica y ser más “profesionales” en el “arte” de asesinar seres humanos indefensos. Perfeccionan el genocidio pues perfeccionan el fascismo.

En NOSOTROS O ELLOS Nº 90 describíamos qué es el fascismo en general y cómo se comporta en particular de acuerdo a la época y el lugar en que decide actuar. Entre otras cuestiones señalábamos:

“El fascismo le quita la careta a la democracia burguesa y actúa sin disimulo aplicando el terror, los asesinatos, las torturas, el saqueo… violando todas las leyes existentes”…

“Y ello lo puede hacer sin remordimiento alguno, pues el fascismo es la manifestación política del imperialismo, es decir, del capital monopolista y de sus aliados oligárquicos”…

Hoy el fascismo se manifiesta más abiertamente pues posee su central en la aún considerada potencia más grande del mundo: los EEUU que trata de expandirlo utilizando todos sus recursos, desde los bélicos hasta los financieros.

Ataca destruyendo y asesinando al pueblo de Palestina. Ataca destruyendo y asesinando a los pueblos de Irak. Irán, Siria, Afganistán y otros. Conspira financiando mercenarios fascista contra gobiernos elegidos como es el caso de Ucrania.

Ataca, financieramente, a paises como Argentina, mediante resoluciones antojadizas de una “justicia” integrada por prominentes miembros del fascismo republicano y demócrata, al servicio exclusivo de los grandes grupos económicos.

Sería un error considerar que estos y los otros conflictos constituyen “hechos aislados”. Todas las acciones poseen un origen común y ellas incluyen tanto al pedido del “ángel de la muerte” como las acciones de derribar aviones civiles sobre el cual escribiremos próximamente.

El fascismo no posee límites en su crueldad. Y tengo que señalar, se comparta o no esta opinión, que de haber existido hoy la Unión Soviética, el mundo sería más seguro, se hubiese evitado miles de muertes y grandes sufrimientos.

Ni Israel se hubiese animado a asesinar con impunidad al pueblo palestino, ni Ucrania hubiera sido ocupada por mercenarios fascistas.

Recodemos, pues nunca está de más hacer uso del cerebro, el costo humano de la Segunda Guerra Mundial impulsada por los grandes monopolios fascistas: 34 millones de muertos (la mayoría civiles); 28 millones de mutilados, una cantidad incalculable de afectados mentalmente; millones de niños huérfanos, etc., etc.…

Recordemos que el “costo” no humano de esa guerra fue de 27 millones de onzas de oro, es decir, de 35.000.000.000.000 dólares (35 billones de dólares) sólo en gastos de guerra. Esa enorme cantidad de dinero se convirtió en “ganancia” para las criminales empresas capitalistas, únicas que se beneficiaron con esa escalada de destrucción y muerte, como son hoy las únicas que se benefician con los conflictos bélicos y financieros en nuestros días.

Del fascismo nos libró la acción heroica de la Unión Soviética, que pagó el más alto costo de pérdidas de vidas: de los 34 millones de muertos, 22 eran soviéticos y de esos 5 millones dirigentes del PCUS; de los 28 millones de mutilados, 12 eran soviéticos.

Los hornos donde los fascistas enviaban a comunistas, judíos y gitanos se apagaron, pero los fascista no cesaron en su intento de crear nuevos hornos, mucho más eficientes que los que acababan de perder. De esa manera, el embrión del “nuevo” fascismo, prueba contra dos ciudades civiles sus bombas atómicas sobre un enemigo ya derrotado (y no por ellos).

Hoy el adiestrado ejército fascista israelí, integrado por desmemoriados soldados y civiles de la muerte, se plantean, ante la inmovilidad mundial de acciones, eliminar de la faz de la tierra a todo un  pueblo.

Los “ciudadanos” llevan sus sillas a las colinas para observar cómodamente, como se masacra a mujeres, niños y ancianos, como se bombardea los hospitales, las escuelas, las centrales de agua potable, las viviendas donde se refugian los más débiles y vitorean ante cada resplandor de muerte y destrucción. Vivan a la muerte.

No podemos ser simples espectadores de ese genocidio. No podemos utilizar en nuestras declaraciones la teoría de los dos demonios pues, como en nuestro caso, hay uno sólo que asesina, tortura, destruye y roba a un pueblo entero.

No está la Unión Soviética pero sí están los pueblos y hay gobiernos dignos. Todos aquellos que deseamos un mundo mejor, un mundo sin guerras, un mundo con justicia real, un mundo sin pobres ni hambrientos, debemos reaccionar y salir a las calles para exigir el cese de la carnicería fascista ¡YA!


Oscar Natalichio
Frenemos el fascismo en sus acciones militares y financieras
Centro de Estudios Económicos y Sociales
oscarnatalich@fibertel.com.ar


Julio 21 de 2014.

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