jueves, 3 de julio de 2014

NOSOTROS O ELLOS Nº 134

Clarín y “EL JUEZ QUE YO E-LIJO

Vamos, antes de entrar de lleno en desarrollar esa verdadera payasada y mamarracho realizado por una persona que posee el título nobiliario de juez, y que se apellida Lijo, a explicar los orígenes de estas cuestiones..

Vamos a analizarlas, muy sintéticamente, pues ya lo hemos hecho en números anteriores y en varios escritos, donde señalamos cómo se conforma una superestructura, de dónde nace y para quién opera.

Vivimos dentro de una formación económica y social (FES) que no elegimos, que se encontraba allí vigente cuando nosotros nacimos y sobre la cual desarrollamos nuestras vidas.

En nuestro caso esa FES, a la que comúnmente denominamos “sistema”, es un Modo de Producción (una forma de producción de bienes materiales y espirituales) que se denomina capitalismo.

Ese capitalismo hoy, año 2014, esta integrado por un pequeño grupo de empresas monopólicas, industriales y bancarias que dominan la economía y las finanzas de gran parte del mundo, ya no, como antes, de todo el planeta.

Su característica principal, que no ha cambiado desde su origen, sino se ha concentrado, es la de basarse en la propiedad privada de los medios de producción (materias primas y herramientas) y en la explotación del hombre por el hombre (en la obtención de una plusvalía cada vez mayor).

Esa FES, como cualquier otra anterior (la que corresponde a la sociedad esclavista o la que corresponde a la sociedad feudal) no podría sustentar su Modo de Producción (su estructura económica) si no le creara a esa estructura económica un marco protector, es decir, una superestructura que legitime las acciones de la estructura.

Esa superestructura es el Estado (el Estado esclavista, el Estado feudal o el Estado Capitalista según pasen los tiempos). Esa superestructura registra las particularidades que exige el Modo de Producción vigente. Y la forma que adquiere el poder está destinada, exclusivamente, a ser el soporte legal que mantenga vigente, al menos, los principales rasgos que requiere la estructura económica.

Damos un ejemplo: ¿podría existir el la FES esclavista (en el esclavismo) una ley que prohíba tener esclavos? La respuesta es tan obvia como para abundar en ella, pues es el esclavo, en esa FES, la principal herramienta que se utiliza para la creación de riquezas, las que, obviamente, no van a parar a sus manos.

En el sistema capitalista esa superestructura opera con tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. Sobre los dos primeros, y a pesar de todas las trampas que la formalidad incorpora, al menos podemos optar (no elegir) quién va a ser nuestro/a presidente y quienes van a ser nuestros desconocidos representantes en el congreso. Pero… ¿y en el “poder” judicial?

Allí nadie elige, aunque se han “diseñado” algunas fórmulas con la única intensión de “democratizarlo”. El poder judicial responde más que nada a la parte de la superestructura más conservadora del Modo de Producción Capitalista, que actúa como una especie de monarquía dentro de una república, con privilegios y atribuciones que no sólo no poseen los ciudadanos comunes, privilegios que no poseen siquiera los presidentes, que se suponen son las máximas autoridades.

Cualquiera de nosotros, en la democracia formal burguesa que vivimos, podemos hoy optar por cambiar nuestro voto si descubrimos (tarde como siempre) que el que votamos nos engañó. Podemos optar por votar a otro candidato a presidente o legisladores de otros partidos (que nos pusieron en una lista, en la que nunca participamos en elaborar), aunque después suframos la misma decepción. Pero al menos, el algo.

En cambio, sobre el poder judicial nada podemos hacer. Sus componentes, esa nobleza, hasta hereditaria dentro de sus filas, se atornilla a sus sillas, y sólo la abandonan cuando mueren, mientras aullamos como perra en celo en contra de la re-reelección de un presidente.

Ese poder impune, como todo aquel que goza impunidad, se convierte en la más poderosa arma que poseen los grupos dominantes de la estructura económica vigente. Y es ese el poder que le responde con mayor religiosidad a esos grupos, concientes que sólo de esa manera puede mantenerse pueden mantener sus ilegales privilegios.

Ese poder es selectivo está al margen de la justicia: ataca en la Argentina a Boudou pero no a Macri. El primero comete el delito de pertenecer a un gobierno que ha realizado cambios muy importantes a favor de los sectores más postergados, el segundo es uno de los representantes de las corporaciones, a él no.

La justicia así, se corre la cinta y deja un ojo en descubierto, necesario para ver a quien acusar y a quien no. De esa manera estamos en presencia, con un ojo tapado y otro en acción, ante una justicia pirata o, mejor sería afirmar, ante una justicia que actúa con la metodología de los piratas que le indican cómo debe actuar.

Es la misma “justicia” que, a nivel internacional, ataca a los países, teniendo el lamentable ejemplo del juez que responde a los fondos buitres y a la corte degradada de los EEUU que convalida el fallo de un minúsculo y anciano juez de primera instancia contra un país soberano que está colocado como la 18º potencia económica del mundo.

De esta manera, los Poderes Judiciales de todos los países capitalistas del mundo pasan a ser, se diga o no se diga, se oculte o no se oculte, el poder más corrupto de la historia de la humanidad. El poder que hace esfuerzos denodados (e ilegales) para mantener vigente los privilegios de criminales y especuladores, que hacen sus “negocios” mediante el saqueo y los asesinatos que se encargan de convalidar con sus “fallos”.

En el número anterior del NOSOTROS O ELLOS nos referimos al empleado de Paul Elliott Singer, al juez Griesa y a la Corte Suprema con mayoría fascista de los EEUU, ahora nos referiremos a ese mamarracho que es el fallo del empleado de Clarín, el juez Lijo. Vamos a desarrollar sólo 20 puntos del clarín-novela pues para muestra bastan 20 botones:

  1. Lijo acusa a Boudou de utilizar teléfonos que el vicepresidente nunca utilizó. Quizá basado en los programas de Lanata y no en evidencias concretas.
  2. Lijo miente y pone en boca de los “testigos” palabras y dichos que éstos nunca dijeron en sus testimonios.
  3. Lijo afirma que Boudou fue el que colocó a Vandenbroele en la empresa Ciccone, cuando nunca se probó el contacto entre el vicepresidente y dicho abogado y menos la de que ese contacto tuviese como objetivo tomar la empresa.
  4. Lijo toma como “prueba” el alquiler del un departamento en puerto madero, propiedad de Boudou, que fue alquilado a un “amigo” de Vandenbroele. A partir de esta “jurisprudencia” aconsejamos a todos los propietarios que piensan alquilar, que le soliciten a futuro inquilino una lista de sus amigos a efectos de resolver el contrato.
  5. Lijo señala que Ciccone y Boudou se reunieron en un estudio de Telefé. Y que ese fue el punto de partida de reuniones posteriores realizadas para arribar a un acuerdo.
  6. Lijo menciona que Ciccone le ofreció a Boudou el (sic) ¡70%! De las acciones si salvaba a la empresa. Si bien el 30% de algo funcionando vale más que el 100% de una quiebra, el % supuestamente ofrecido por el propietario es irracional en ese tipo de negociación si hubiese existido.
  7. Lijo ofrece como pruebas llamadas telefónicas que no son originadas en los teléfonos de Boudou. De esta manera, todos los que por otra parte se comunicaron con Vandenbroele, aunque no tengan nada que ver siquiera con negocios, entran en las generales de la ley. Es algo similar a lo de Lanata, que mientras el vicepresidente se encontraba en el Senado presidiendo un acto, el mercenario de Clarín describía, con lujos de detalles que se encontraba en Carmelo con un bolso lleno de dólares. Por esa acción periodística recibe el Martín Fierro.
  8. Lijo señala que Boudou le otorga a Ciccone un plan de AFIP. Lo hace cuando sabe que ni el vicepresidente ni el presidente, ni un diputado, si un senador, ni él pueden otorgar un plan de la Afip.
  9. Los planes de refinanciación de Afip los puede otorgar Echegaray, que es su titular y posee atribuciones sobre los mismos, más en caso de que por esa deuda una empresa se cierre y se pierdan las fuentes de trabajo. Hay decenas de ejemplos que pueden mostrarse que ello equivale a una operación normal de la agencia.
  10. Lijo, extrañamente, no imputa al titular de AFIP, Echegaray, sino a un subordinado de él, Resnick Brenner, como “parte de la maniobra”. Y ello tiene una patita oculta que es necesario investigar por parte de los abogados del vice.
  11. Lijo ahora habla del “grupo” Boudou que se encargó se echar a Bold de la planta de Ciccone y toma como base ¡la declaración de un directivo de Bold!
  12. Lijo no señala que Bold es una empresa donde milita Duhalde y su grupo y es la que maneja los casinos del Tigre y de Mar del Plata.
  13. Lijo tampoco considera que el juez de la quiebra de Ciccone es el que “resuelve” alquilar esa planta de Ciccone para recaudar fondos y poder cobrar los honorarios que con privilegio legal posee el síndico de la quiebra.
  14. Lijo acusa a Boudou de “bloquear” una licitación de la Casa de la Moneda, para que ésta no imprima los billetes y se la otorguen a Ciccone por medio de un aval supuestamente gestionado u otorgado por el vicepresidente. No señala Lijo que el que contrata es el Banco Central y que, al igual que el punto 8, el vice no posee ninguna atribución ni forma de incidir en esas decisiones.
  15. Vandenbroele es un abogado que se especializa en quiebras y concursos. Él, con su equipo, es el que acuerda con Ciccone de administrar la empresa y conseguirles los inversores que necesita para sanearla financieramente. En el acuerdo se menciona que, por esa actividad, el abogado recibirá el 5% de las acciones y un honorario mensual de 7 mil dólares. Ambas cifras están debajo en relación a los valores que estudios similares fijan en este particular mercado. Obsérvese esta desmedida comparación: Lijo habla de un 70% sin la existencia de ningún papel y omite considerar el 5% con la existencia de un contrato que firma el abogado con el familiar y representante del Ciccone: Guillermo Reinwick.
  16. Lijo se opone a investigar la ruta del dinero. Lo que es “razonable” ya que esa ruta señala que los 50 millones de dólares tienen como proveedores a Raúl Moneta y a Jorge Brito (del Banco Macro).
  17. Ese préstamo debe tomar en caución las acciones, ya que se menciona que si se devuelve el 100% del mismo (más intereses), se le devolvería a Ciccone el 100% de las acciones. Pero es necesario aclarar que en este tipo de contrato existen dos variantes que ocultan la verdadera transacción. Nadie presta 50 millones sólo para cobrar intereses. En el papel figuran 50 millones, pero se entrega, por ejemplo, 40. De esa manera de arranque gana 10 y cobra intereses por 50. La otra variante es que “compre” las acciones con una cláusula de reventa a sus propietarios. En ese caso le “compra” por 50 y le revende por 70 las mismas acciones. Mientras cobra los intereses por el préstamo de 50.
  18. Lijo es “astuto” y engaña los que en su alrededor giran, en especial a la familia Ciccone: primero la acusó (la imputó), luego la pasó como testigo (le quitó la imputación para que declarara y comprometiera así a Boudou), luego de la declaración como testigo la considera una víctima de las maniobras en su contra y finalmente (y sorpresivamente para los Ciccone) los vuelve a imputar.
  19. Ello lleva a los abogados de esa familia a afirmar que el juez los “traicionó” y que dicha medida constituye un “espanto judicial”. Acordemos que una traición significa que no ha cumplido con lo que le prometió a cambio de lago que sí cumplió la familia Ciccone. Antes de esos cambios los Ciccone utilizan un abogado que se presume lo recomienda el mismo juez, se trata de Marcelo Ruiz quien, según la defensa de Boudou, “mantiene una estrecha relación con el hermano del juez”.
  20. Y para cerrar esta telenovela culebrilla, financiada por el Grupo Clarín, con Lijo y Lanata como protagonistas principales, el “juez” acusa al fiscal de no investigar la “ruta del dinero” que él debía investigar y que él mismo expresa que esa investigación “no es esencial para demostrar los delitos de cohecho”.

Ustedes saquen sus propias conclusiones, nosotros aportamos unos datos periféricos más: quienes están también metidos en esta cruzada armada contra el gobierno y el país, utilizando este caso que supuestamente vincula a vicepresidente; y aclaramos: no estamos defendiendo las acciones de una persona sino los planes de desestabilización del fascismo internacional hacia nuestra nación, que encuentra en estos cipayos locales el apoyo que necesitan.

El grupo Clarín y sus mercenarios conducidos por el experto en falsedades y quiebras: Jorge Lanata.

El grupo del peronismo fascista vinculado a los republicanos de los EEUU y que tiene como cabeza a Sergio Massa. Promueve el juicio político contra el vicepresidente.

El imputado olvidado por la “justicia”, don Mauricio Macri y su partido el PRO solicita la renuncia del vicepresidente, pero no la del “jefe” de Gobierno. Procesado por las “escuchas ilegales”.

La multipartidista de derecha Patricia Bullrich que coincide con Macri en que Boudou debe renunciar.

El insípido Hermes Binner, que hoy juega el mismo papel que jugó la social-democracia en víspera del ascenso de Hitler al poder. No ve ni lo obvio.

La insólita Margarita Stolbizer, quien hasta los comunistas creyeron que era progresista, y que le reclama al vicepresidente que abandone su gira y regrese al país (¿).

La vicejefe María Vidal, que con precaución, ya que su jefe también está imputado, espera que la “justicia se expida para iniciar el juicio político” al vice.

Todos estos personajes de la lamentable oposición, operan, concientes muchos e inconcientes otros (ustedes clasifíquenlos), para el fascismo internacional que integra a los fondos buitres, a las guerras, a las especulaciones salvajes y apunta contra las democracias burguesas de los países que no responden 100% a sus órdenes e instrucciones.

Pero queda un personaje que ni el espanto logra empardar: se trata de Julio Cobos, master en traiciones, que también pide el “distanciamiento del vicepresidente” y, aunque ustedes les cueste creer, este hipócrita doctorado, agrega que la elección del vice es “responsabilidad política de la presidenta”.

Sería de ciencia ficción, pero Cobos supera hasta la ciencia ficción. Este triste caballero ahora convalida la ocupación de nuestras Islas Malvinas al ir como diputado y con pasaporte como si las Islas fuesen de un país extranjero. Con ello, este otro don Julio alcanza un nuevo título, el de traidor a la patria.

Esto es lo que hay en la oposición. Lo tremendamente dramático para nuestro país es que estos nefastos personajes reciban no poco apoyo popular. Cierto es que los medios de difusión masiva, mediante mentiras permanentes, que jueces indignos como Griesa y Lijo, que operan para el fascismo internacional (para los grupos concentrados), que políticos como los mencionados y otros similares que posee incluso el oficialismo hacen mucho esfuerzo para lograr adormecer el desarrollo de la conciencia progresista de un sector de la población, pero hay también una resistencia en parte de las capas medias a querer admitir la verdad. Todos ellos saben que Lanata mienten, pero se sienten realizados y reflejados en él.

Cuando el General Güemes combatía a los maturrangos en Salta, como parte de la lucha por la independencia nacional, las capas acomodadas “criollas” huían a Potosí para cobijarse bajo las faldas de las esposas de los españoles.

Como observamos, que exista un Cobos, no es novedad pero que se les permita a los traidores transitar con la libertad que con sus acciones pierden, es peligroso y también suicida.

También podemos señalar, así como decíamos, al instaurar el animal caballo, la convertibilidad del 1 a 1: que un país sin moneda no es un país. Así decimos que una República sin Justicia dista bastante de serlo.

Y una última reflexión: las cobardes capas medias que huían a Potosí y se negaban a colaborar con los revolucionarios de entonces no se daban cuenta que la Revolución era un hecho inevitable.

¿Quiénes fueron esos personajes? ¿Lo registró la historia?

Como diría nuestra presidente:

LA HISTORIA NO REGISTRA NI A LOS MEDIOCRES Y NI A LOS TRAIDORES

        

Oscar Natalichio
Centro de Investigaciones Económicas y Sociales (CIEYS)
En el mes de nuestra Independencia

       

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