NOSOTROS O ELLOS Nº 103
LAS CAUSAS DE TODAS LAS COSAS.
De TALES a LENIN. Un repaso sobre la historia de
la Filosofía y los filósofos.
1. DEL SURGIMIENTO DEL
UNIVERSO AL HOMBRE
Todas las cosas tienen su origen y se encuentra en nuestra inquietud
tratar de determinar cuál es o ha sido dicho origen; también cuál será el origen de todas las
cosas, y de todos los acontecimientos futuros que prevemos, estimamos o
imaginamos que sucederán.
Todas las cosas tienen su fin y sus fronteras, aunque éstos se renueven
desde sus cenizas y sus fronteras se extiendan hacia el infinito.
Los seres “humanos” somos parte de un grupo o de una familia, de una
aldea o de una ciudad, de una región o de un país, de un continente y,
finalmente, del planeta que habitamos.
De un planeta que no podría albergarnos si no se encontrase a una
distancia afortunada o ideal de una estrella mediana que denominamos Sol.
Planeta que, a su vez, al girar sobre su eje en otra afortunada secuencia, nos
mantiene dentro de él, con los pies en la tierra, repartiendo prudentemente la
temperatura dentro de los límites soportables para la vida.
Planeta que no está solo, que es acompañado por otro menor, al que
denominamos “Luna”; satélite que se ha inmolado para que la vida, originalmente
desarrollada en el mar del planeta mayor, pueda, más rápidamente y mareas de
por medio, introducirse en su parte terrestre y posibilitar que se desarrolle
allí, a través de muchos siglos, la vida.
Y ya sobre superficie sólida, gracias a la imperiosa necesidad de un
grupo de animales evolucionados de agruparse para defenderse de las
inclemencias de una naturaleza hostil; y también por la imperiosa necesidad de
trabajar para lograr obtener de esa naturaleza todos los bienes necesarios para
sobrevivir y mantener su presencia en el planeta, va modelándose el ser humano.
Porque es el “trabajo necesario” el que requiere, en el animal mejor
preparado, en el mono, ya en manada, la necesidad de comunicarse entre sí,
surgiendo el lenguaje y con él el pensamiento, pasos necesarios para que esa
naturaleza hostil vaya siendo comprendida y, en cierta manera, limitadamente
dominada.
También como paso necesario para que el cerebro, órgano primordial, vaya
ocupando más espacio en la caja craneana y permita extender el pensamiento a
entender el mundo que nos rodea, a poder abstraernos, superando así las
sensaciones que nos limitan y, de esa manera, comenzar a desarrollar teorías,
tesis, conceptos, categorías, ideas en general que nos permiten superarnos (o
estancarnos o retrasarnos) en un proceso siempre, como el “big bang”, que
marcha hacia adelante.
Hoy sabemos que luna, tierra y sol son apenas una minúscula parte de un
gigantesco engranaje que es la galaxia cuando si lo pensábamos así hace dos mil
años se nos consideraban locos o herejes. Pues prevalecían las sensaciones
sobre el razonamiento. Y muchas son las veces,
donde lo que se ve no lo que es.
Hoy sabemos que somos parte de una galaxia que alberga a millones de
estrellas como nuestro sol, algunas mucho más grandes y otras tan pequeñas como
nuestro planeta, todas unidas por su propia gravedad. Una galaxia que alberga
billones de cometas y nubes de polvo y gas; a cientos de billones de planetas
enormes y enanos, muchos acompañados por varias lunas; que alberga miles de billones
de asteroides de diversos tamaños; que alberga algunos insaciables agujeros
negros, que devoran todo lo que se les aproxima, incluso la luz.
Pero, para mayor sorpresa, descubrimos que nuestra galaxia es apenas una
de las aproximadamente 200 mil existentes y también descubrimos que se
desplazan en el espacio a velocidades crecientes, algunas alejándose entre sí,
otras aproximándose, como si fuesen productos de una gran explosión. Entonces:
¿Cuál fue el origen de ese
universo? Quizá la respuesta se encuentre allí, en esa gran explosión que dio
origen a la materia, al espacio y al tiempo.
¿Dónde se encontrará el límite o
la frontera de ese universo? Quizá en el infinito, pues sabemos que la
expansión continúa y que se aleja ocupando cada vez más espacio.
¿Hasta dónde? No lo sabemos con
certeza, sí sabemos que marcha hacia delante y que hasta ahora sólo ha avanzado
menos de la mitad de su recorrido.
Hace 13.810 millones de años se produce esa gran explosión
(13.810.000.000 años).
Hace 13.810 millones de años comienzan a surgir la materia, el espacio y
el tiempo.
Es un universo asombroso e infinito, pero mucho más asombroso es el que
podamos ir conociéndolo, que podamos ir descubriendo fenómenos y leyes, que
podamos ir elaborando teorías con la intensión (no siempre presente) de ir
aproximándonos a la realidad objetiva.
Observemos en esta secuencia lo sorprendentes fenómenos que genera esa
gran explosión y como de ella surge todo: materia, espacio y tiempo.
Diámetro del universo Temperatura Tiempo
10 elevado a la -26 metros 1000 billones de billones ºC 10 elevado a -35 seg.
0,00000000000000000000000001 de metros sería el diámetro de la
partícula.
0,00000000000000000000000000000000001 de segundo el instante que da
origen al tiempo. Y 1.000.000.000.000.000.000.000.000.000 de grados la
temperatura.
Es en ese brevísimo tiempo que se produce la “inflación”. Es el primer
instante de la creación del universo.
Ya en universo posee el tamaño de un elefante, está creciendo y la
temperatura se ha mantenido estable.
Ha transcurrido 0,00000000000000000000000000000001 de segundo.
La suprafuerza inicial se convierte en una gran fuerza unificada por la
fuerza de gravedad. Con esa temperatura extrema se creaba la materia de la
energía, formándose una masa ardiente que se denominó “sopa de partículas”
entre ellas “quark” y “gluón” que requieren para surgir altísima energía.
En una mínima fracción de segundo (un yactosegundo dividido 100 millones
de partes) el universo ya posee 100 kilómetros de diámetro. La temperatura
comienza a bajar. Ha transcurrido 0,000000000000000000000001 de segundo.
Luego de esa fuerza unificada surge una fuerza electro débil y surgen el
antiquark, la pareja quark-antiquark y el bosón X. También, pero solamente en
el plano teórico, surge el “gravitón”.
a 10 elevado a -18 seg.
El universo continúa expandiéndose, ahora llega a los mil kilómetros de
diámetro. La temperatura continúa en baja. 0,000000000000000001 de seg., el
tiempo.
La gran fuerza unificada, al formar la fuerza electro débil se desplaza,
a la vez, como “fuerza nuclear fuerte” y
la débil se descompone en “fuerza nuclear débil” y “fuerza electromagnética”.
Aparece el “fotón” el neutrino”, las “partículas” y el “bosón” de Higgs. El
bosón X es el responsable de nuestra existencia, pues se descompone y produce
más materia que antimateria. Ese desequilibrio, que es menor al 0,000001%
permite que la materia exista, pues las partículas normales pero con cargas
eléctricas opuestas colisionan y se “aniquilan” con un estallido de energía.
1 millón de kilómetros 1 millón de billones ºC 10 elevado a -15 seg.
a 10 elevado a -12 seg.
La expansión llega a un millón de kilómetros. Si consideramos que
nuestro planeta se encuentra a 150 millones de kilómetros del Sol podemos decir
que todavía es un universo pequeñísimo. Pero es de tener en cuenta que sólo ha
transcurrido 0,000000000001 de segundo. Y es bueno que la temperatura continúe
descendiendo.
Al colisionar las partículas y antipartículas (pareja quark antiquark)
el material creado por la
Gran Explosión se convierte en energía, dejando esos pocos
restos de materia producidas por el bosón X.
Mil millones de
kilómetros Mil billones de
ºC 10 elevado a -9 seg.
Ha transcurrido 0,000000001 de segundo (un nanosegundo) y el universo
ocupa un diámetro que es equivalente a la distancia entre el sol y Júpiter
Saturno. La temperatura continúa descendiendo.
La colisión de partículas continúa liberando energía. Aparece el electrón
y el protón de quarks + gluones. Las primeras partículas que se formaron fueron
los protones y los neutrones, que luego se van a encontrar en el núcleo de los
átomos. Dos quarks superiores y un quark inferior juntos forman un protón con
carga positiva y dos inferiores con uno superior, un protón con carga negativa.
Cien mil millones de
kilómetros 10 billones de ºC 10 elevado a -6 seg.
Surge el pión, un tipo de mesón que contiene un quark y un antiquark.
Aparece el fotón, el protón libre (hidrógeno)
y quark libre. Hasta ahora el tiempo ha partido de cero hasta un
microsegundo.
Un billón de kilómetros 1 billón de ºC 1 milésima de segundo
Continúa creciendo la expansión y reduciéndose la temperatura. El diámetro
es ahora de 1.000.000.000.000 de kilómetros y ha llevado una milésima de
segundo lograrlo.
Surge el positrón o anti electrón, el núcleo de deuterio y el núcleo de
helio-3.
Un billón de kilómetros 10 mil millones de ºC 1
segundo
Al bajar la temperatura se produce la nucleosíntesis. Los
protones y los neutrones forman fusiones estables. Sólo ello ocurría en los
núcleos atómicos más ligeros, predominando los núcleos de hidrógeno y de helio.
No está demás repetirlo: ha pasado sólo un segundo y el universo ya se
ha expandido un billón de kilómetros con una temperatura en baja de diez mil
millones de grados centígrados (10.000.000.000 ºC ).
Hasta hace muy poco tiempo (marzo 2014), se sabía qué era lo que pasó en
el universo después de ese segundo. Ahora contamos con información probada de
lo que sucedió desde la primera billonésima de billonésima de billonésima de
segundo, en lo que se denominó “inflación”.
95 billones de kilómetros 100 millones de ºC 200 segundos
La nucleosíntesis redujo el número de partículas libres, pero existían
grandes cantidades de leptones (partículas de luz dominadas por electrones de
carga negativa). Los fotones de luz flotaban entre leptones y núcleos, formando
una particular” niebla”. Ese período se conoce como el “universo opaco”
10 mil a 100 millones de años
luz 2.700 ºC 300.000 años.
Ahora medimos el paso del tiempo en miles de años y el diámetro del
universo en años luz. Cada año luz –la unidad, lo que recorre la luz en un año
calendario- equivale a 9.460.730.472.580,8 kilómetros.
Surgen los primeros átomos (de hidrógeno y helio) pues al bajar tanto la
temperatura pudieron mantenerse estables. La densidad de las partículas se
redujo, la “niebla” se despejó y los fotones quedaron libres. Un átomo está
formado por un núcleo de protones y neutrones (nucleones), alrededor de los
cuales giran los electrones. Cada protón o neutrón está formado por tres
partículas: los llamados quarks y gluones.
Hasta ahora han pasado 300 mil años de los 13.810 millones de años que
el universo cuenta a nuestros días. Han pasado un 2,2% de vida equivalente a un
año y medio de un bebé que va a vivir casi 80 años. Pero el universo se
encuentra en expansión, está desarrollándose, podemos decir que está
atravesando por el inicio de su vida, que aún le restan varios billones de años
para empezar a cambiar definitivamente; entonces esos primeros 300 mil años
equivalen a 39 minutos de nuestra vida.
Ahora se pasa de lo casi infinitamente veloz (un billón de kilómetros en
sólo un segundo) a un desarrollo más lento: a los 500 mil años comienza a
formarse una estructura a gran escala de filamentos y vacíos. Ello sería la
semilla de los cúmulos galácticos, los que se forman en las regiones donde las
sustancias son más densas.
Y se sale del universo oscuro, Pues se forma una generación de gigantes
estrellas, especie de megasoles, compuestas exclusivamente de hidrógeno y helio
puro, que crecieron hasta el tamaño de 100 soles nuestro. Esas gigantes, al
quedarse sin combustible, explotaron y despidieron elementos pesados por el
espacio. Fueron generadoras de “agujeros negros” y éstos pueden haber
constituido el punto de partida de la formación de las galaxias.
Hay millones de galaxias. La nuestra, la que llamamos “Vía Láctea”, está
compuesta por más de cien mil millones de estrellas de las cuales, una de
ellas, de mediano tamaño, llamamos SOL. Nuestro sistema solar se formó hace
4.600 millones de años y por la reserva de energía que posee, se estima que
“vivirá” otro tanto.
El planeta donde vivimos posee 4.600 millones de años de existencia. El
hombre comienza su formación como tal hace 2,2 millones de años a 1,6 millones:
se trata del “homo habilis” (hombre hábil) que fue el que inició el género
“homo”, que fue el primero en fabricar herramientas de piedras y poseía un
cerebro de 500 a
800 centímetros
cúbico. Era pequeño, de no más de un metro cuarenta de altura y de 30 a 40 kilos de peso. Le
continúa el “Homo erectus” (hombre erecto) de 2 millones de años a 400 mil
siendo, a partir del millón de años el único existente del género homo. Su
cerebro alcanza los 1250
centímetros cúbicos, una altura máxima de 1.80 metros y un peso
de 80 kilos. Es sustituido por el “homo sapiens” a partir del 400.000 y hasta
el 200.000; luego por el “sapiens neandertalensis” a partir del 200 mil y hasta
el 130 mil. Finalmente encontramos al “sapiens-sapiens” a partir de los 130 mil
a.n.e. y al Cro-Magnon, 40 mil a.n.e. hasta hoy. De historia escrita, apenas
llevamos seis mil años, pero la ciencia nos permite arribar mucho más allá y
nos muestras que aún hoy, cada uno de nosotros, porta genes del Neanderthal,
producto de encuentros sexuales de 200 mil años atrás.
Quizá se estén preguntando qué tiene que ver esto con la filosofía y la
economía, o con la ciencia, en general: mucho. En particular podemos afirmar
seriamente que el universo existe miles de millones de años antes que el homo
habilis surgiera en uno de sus miles de millones de planetas. En especial
también podemos reafirmar que el sistema solar y, dentro de él, nuestro
planeta, ha también existido miles de millones de años antes de que surgiera el
hombre de Cro-Magnon.
Todas las cosas existían antes,
muchísimo antes en que una especie animal desarrollara la capacidad de
entenderla y utilizarla a su favor.
Afirmar que la materia es anterior a la idea debería ser sencillo ya que
las pruebas son abrumadoras, sin embargo el problema fundamental de la
filosofía comienza con la pugna de resolver si es la materia lo primario y que,
por un desarrollo extraordinario de la misma (el cerebro), se construye la
posibilidad de pensar y generar ideas.
O si la idea es anterior a la existencia misma del hombre, si proviene
de un alma que se introduce en él y entonces, todo lo material que observamos y
usamos es producto de nuestra imaginación, es, simplemente, lo que nos trasmite
esa alma que, en cada uno de nosotros, individualmente, se incorpora hasta que
fallecemos para luego salir en busca de otro cuerpo donde alojarse o se libera
para siempre de esa pesada carga.
Por eso es importante conocer, aunque sea brevemente, en dónde estamos.
De esa manera, ya en el plano de la sociedad humana, podremos afirmar que es el
ser social el que genera la conciencia social. Y afirmar a la vez, que una vez
generada, la conciencia social adquiere cierta independencia del ser social y
actúa sobre éste.
De allí que podamos señalar que
existe una realidad objetiva, que el mundo es material por naturaleza, que
integran todos los fenómenos que conforman aspectos diferentes de la materia en
permanente movimiento y cambio, que el universo y nuestro mundo en él, existen
fuera de la conciencia y es independiente a ella.
El desarrollo de la materia que desemboca en el desarrollo del cerebro
como su expresión más avanzada, nos lleva a señalar que lo objetivo y lo
material son coincidentes, pero que no todo lo objetivo es material. Y desde
allí afirmamos que la realidad objetiva incluye también la inmaterialidad,
incluye las ideas, los conceptos y las leyes. Incluye todas las cosas y sus
causas.
Todo lo material
es objetivo pero no todo lo objetivo es material, así puede resumirse esta
cuestión y así vamos a encarar este desarrollo.
Oscar Natalichio
Centro de Investigaciones
Económicas y Sociales (CIEYS)
Abril de 2014.
oscarnatalich@fibertel.com.ar
Próximo capítulo:
2. SOBRE EL TIEMPO “LIBRE”
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