NOSOTROS
O ELLOS Nº 85
EL
CEREBRO: EL MÁS AVANZADO ÓRGANO, PRODUCTO DE LA EVOLUCIÓN DE LA
MATERIA (4)
Finalizamos el número
anterior con este párrafo: Con la reducción de los grandes y cálidos bosques
surge el hambre, surge la alternativa de morir de hambre o buscar otros
espacios más acogedores. No era para nada un proceso fácil, obtener otros
espacios era también una forma de prolongar la agonía. Había que
dar un paso fundamental, un paso que lo colocaba por encima de la naturaleza
que lo había creado y ahora lo aniquilaba. Había que superara las leyes
biológicas de adaptación al medio.
Partimos de un animal
corpulento. Que trepaba y se desplazaba con facilidad entre los árboles, pero
que se desplazaba con torpeza en el suelo. Cuando los árboles comenzaron a
reducirse el mono tuvo que transitar mucho más sobre el suelo y a trasladarse
por tierra en busca de alimentos. De esa manera el mono comienza el recorrido
hacia el hombre. Y del bosque recoge una valiosa herramienta, un simple palo,
que le permite mantenerse erguido e ir modificando su fisonomía.
Al desaparecer el
bosque desaparece la principal fuente de alimentos, desaparece también el lugar
que les permitía guarecerse de la lluvia y el viento, y desaparece la acogedora
temperatura con su humedad y calor templado.
Ahora el mono debía
salir a buscar alimentos y agua, encontrar un nuevo refugio que lo protegiera
del frío. Debía obtener abrigo. Y todo ello no podía hacerlo solo. La
recolección habitual se tornó tan escasa que ya no garantizaba la alimentación. Los
lugares despejados eran muy fríos y los enfermaban; los refugios se limitaban a
cavernas y cuevas que les serían útiles siempre que no estuviesen ocupadas por
otros animales, especialmente osos y felinos, y debían encontrarse cerca de
ríos y arroyos, donde obtener agua.
Sólo la caza de
animales grandes podría proporcionarles alimentos en cantidades importantes,
además de pieles y cueros que los protegieran del frío. Esto no se podía lograr
solo, el mono no podía enfrentar solo su destino. No podía cazar solo los grandes animales, pero si se juntaban, si se
integraban en manadas, sí era posible.
Muy pocos
sobrevivieron. Los monos no poseían alas que les permitiera desplazarse por el
aire como antes lo hacían con gran habilidad por los bosques. Tampoco contaban
con los dientes y mandíbulas poderosas de los felinos, ni patas veloces como
los antílopes a los que nunca podría alcanzar, ni la fuerza para enfrentar a un
oso o a un rinoceronte.
Pero
tantas desventajas estaba compensada por una ventaja muy superior: había
desarrollado la capacidad de manipular objetos con las extremidades anteriores,
capacidad que se desarrolló en su extensa vida en los bosques, arriba de los
árboles, trasladándose sobre ellas. Capacidad que le permitió asir, agarrar
objetos y utilizarlos como herramientas, la primera, como lo comentamos, un
simple palo que utilizó para caminar erguido.
Y la otra ventaja, más
superior aún, es la vida en comunidad: la manada que evitó la extinción de los
monos, que no podían sobrevivir solos, aún empuñando un palo. Podríamos afirmar que al vivir en
“sociedad” no sólo pudieron sobrevivir sino también garantizar la existencia
del hombre sobre el planeta.
En Economía Política
tenemos la categoría “medios de producción” integrada por otras dos categorías:
los objetos de trabajo (las materias primas, las cosas que arrancamos del
medio), que utilizamos para convertirlo en un objeto que posea “valor de uso”,
es decir, en un objetos que va a ser de utilidad; y los “medio de trabajo”, es
decir, las herramientas que vamos a utilizar para construirlo.
Imaginemos una manada
de monos ya erguidos que matan a golpes a un gran animal utilizando palos como
garrotes o piedras como otro recurso. Ahora, al animal cazado y muerto hay que
cuerearlo, cortarlo en pedazos, utilizar carne y sangre para alimentarse,
utilizar el cuero o piel para abrigarse y utilizar los huesos de los cuales
sacará nuevas y potenciales herramientas.
Imaginemos un mono
tomando con sus manos dos piedras, una la utilizará como materia prima (objeto
de trabajo), la tiene en la mano para sacarle filo con la otra piedra que
sostiene en su otra mano y que utilizará como herramienta (medio de trabajo)
¿Porqué puede hacerlo? Por dos importantes razones: el mono cuenta con una
herramienta natural; la mano y su capacidad de asir que le otorga su dedo
pulgar y cuenta también con el desarrollo incipiente de coordinar operaciones que son reflejadas en su cerebro como
consecuencia de la repetición de esas operaciones.
Nuestro mono comenzó
eligiendo como herramienta una piedra más blanda y frágil, y la herramienta se
rompe. Repite esa operación con otra piedra y en un momento obtiene la adecuada. Lo mismo le
ha sucedido con la piedra sobre la que iba a trabajar, que se quebraba pues no
era la adecuada.
Repite también la operación hasta que acierta con la roca
correcta. Allí encontramos la importancia de tener manos libres y fuertes, de
desarrollar el sentido de esa fuerza, de combinar el trabajo con la vista…
El
trabajo y la experiencia que con él se adquiere permiten que se desarrollen
coordinaciones más finas que dan como resultado herramientas más eficientes.
La fuerza de las manos,
la agilidad de las extremidades, el filo de los dientes, la robustez de las
mandíbulas, etc. sólo puede ser utilizado por el individuo que lo posee, pero
la herramienta que se ha construido, aún de uso individual originalmente, puede
ser utilizada por cualquier miembro de la manada, aún por aquellos que no la
han construido y no saben aún producirlas.
Con el surgimiento de
la producción de herramientas, el mono-hombre comienza a colocarse por encima
de las leyes biológicas. A partir de allí, se reduce gradualmente la influencia
de las mismas sobre la
vida. Deja de ser, para poder sobrevivir, la lenta adecuación
de los órganos naturales al cambiante medio ambiente, para pasar a ser los
instrumentos de trabajo (las herramientas) y los bienes que con ellas se
producen, lo que garantizan la sobrevivencia.
Y
lo más importante: Trabajo y producción significan operaciones coordinadas y éstas
se ven reflejadas en el cerebro. Lentamente, al cerebro de mono-hombre, se van
incorporando operaciones cada vez más complejas y más efectivas.
El consumo de los
animales en general se realiza mediante la utilización de sus órganos
naturales. El primate puede utilizar un palo para bajar una fruta que no
alcanza. El hombre-mono utiliza herramientas, como la lanza, para cazar, por
ejemplo, antílopes. Los animales, incluido el primate, consumen los alimentos
obtenidos naturalmente. El hombre-mono utiliza herramientas y los cocina.
La
naturaleza es la base general, la que da origen a la vida, pero no es la que da
origen al surgimiento del hombre y de su conciencia. Esto último deriva de las
ciencias sociales, de la necesidad de vivir en comunidad, de la necesidad de
producir bienes para sobrevivir, de la necesidad de ir transmitiendo esas
experiencias para que las próximas generaciones partan de un escalón mayor.
La adaptación al medio
por parte del hombre-mono, que ya no dependía de las leyes biológicas sino del
trabajo en grupos, influyó directamente en el funcionamiento del sistema
nervioso central en general y en la modificación nerviosa superior en
particular.
La construcción de
instrumentos de producción para producir instrumentos de caza generaba nuevas
formas de cazar y ello exigía a los integrantes de la manada actividades
coordinadas y complejas. También el desmembramiento de la pieza obtenida y su
distribución lo requerían.
Esa actividad nerviosa
superior, su perfeccionamiento, en especial en su etapa inicial, iba también a
dar cumplimiento a las leyes biológicas comunes a todo ser viviente: “el cambio
de una función modifica y cambia el órgano correspondiente”. Esos cambios
biológicos se manifestaron en el sistema nervioso central y se manifiestan con
claridad en el crecimiento de la masa encefálica y en el desarrollo de la
corteza de los grandes hemisferios. El cerebro de 435 cm3 pasa a desarrollarse
hasta ocupar más de 1.250 cm3
Darwin descubrió los
factores fundamentales de la evolución biológica de los organismos: herencia,
variabilidad y selección natural. Además demostró el vínculo genético del
hombre con el mundo animal.
Engels manifestó en su
“Anti-Duhring esta frase: “… ya la propia procedencia animal del
hombre nos indica que éste jamás puede desprenderse por completo de las
características propias del animal…”
Pero en los límites de
la evolución biológica surge una nueva forma de reflejo montado sobre la base
de las relaciones laborales y sociales, que hacen posible la transformación del
mono en hombre.
En
primer lugar el trabajo, ya que de no haber sido por él no
se habría producido el inicio de la especie denominada “homo sapiens”.
Al respecto escribían
Marx y Engels en “Feuerbach…” “El primer hecho histórico… de los individuos
gracias al cual se distinguen de los animales no consisten en que piensan, sino en que comienzan a producir los medios de vida necesarios para
satisfacer sus necesidades”.
Oscar Natalichio
Centro de
Investigaciones Económicas y Sociales
(CIEYS)
15/01/2014
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