lunes, 20 de enero de 2014

NOSOTROS O ELLOS Nº 85
EL CEREBRO: EL MÁS AVANZADO ÓRGANO, PRODUCTO DE LA EVOLUCIÓN DE LA MATERIA (4)
Finalizamos el número anterior con este párrafo: Con la reducción de los grandes y cálidos bosques surge el hambre, surge la alternativa de morir de hambre o buscar otros espacios más acogedores. No era para nada un proceso fácil, obtener otros espacios era también una forma de prolongar la agonía. Había que dar un paso fundamental, un paso que lo colocaba por encima de la naturaleza que lo había creado y ahora lo aniquilaba. Había que superara las leyes biológicas de adaptación al medio.
Partimos de un animal corpulento. Que trepaba y se desplazaba con facilidad entre los árboles, pero que se desplazaba con torpeza en el suelo. Cuando los árboles comenzaron a reducirse el mono tuvo que transitar mucho más sobre el suelo y a trasladarse por tierra en busca de alimentos. De esa manera el mono comienza el recorrido hacia el hombre. Y del bosque recoge una valiosa herramienta, un simple palo, que le permite mantenerse erguido e ir modificando su fisonomía.
Al desaparecer el bosque desaparece la principal fuente de alimentos, desaparece también el lugar que les permitía guarecerse de la lluvia y el viento, y desaparece la acogedora temperatura con su humedad y calor templado.
Ahora el mono debía salir a buscar alimentos y agua, encontrar un nuevo refugio que lo protegiera del frío. Debía obtener abrigo. Y todo ello no podía hacerlo solo. La recolección habitual se tornó tan escasa que ya no garantizaba la alimentación. Los lugares despejados eran muy fríos y los enfermaban; los refugios se limitaban a cavernas y cuevas que les serían útiles siempre que no estuviesen ocupadas por otros animales, especialmente osos y felinos, y debían encontrarse cerca de ríos y arroyos, donde obtener agua.
Sólo la caza de animales grandes podría proporcionarles alimentos en cantidades importantes, además de pieles y cueros que los protegieran del frío. Esto no se podía lograr solo, el mono no podía enfrentar solo su destino. No podía cazar solo los grandes animales, pero si se juntaban, si se integraban en manadas, sí era posible.
Muy pocos sobrevivieron. Los monos no poseían alas que les permitiera desplazarse por el aire como antes lo hacían con gran habilidad por los bosques. Tampoco contaban con los dientes y mandíbulas poderosas de los felinos, ni patas veloces como los antílopes a los que nunca podría alcanzar, ni la fuerza para enfrentar a un oso o a un rinoceronte.
Pero tantas desventajas estaba compensada por una ventaja muy superior: había desarrollado la capacidad de manipular objetos con las extremidades anteriores, capacidad que se desarrolló en su extensa vida en los bosques, arriba de los árboles, trasladándose sobre ellas. Capacidad que le permitió asir, agarrar objetos y utilizarlos como herramientas, la primera, como lo comentamos, un simple palo que utilizó para caminar erguido.
Y la otra ventaja, más superior aún, es la vida en comunidad: la manada que evitó la extinción de los monos, que no podían sobrevivir solos, aún empuñando un palo. Podríamos afirmar que al vivir en “sociedad” no sólo pudieron sobrevivir sino también garantizar la existencia del hombre sobre el planeta.
En Economía Política tenemos la categoría “medios de producción” integrada por otras dos categorías: los objetos de trabajo (las materias primas, las cosas que arrancamos del medio), que utilizamos para convertirlo en un objeto que posea “valor de uso”, es decir, en un objetos que va a ser de utilidad; y los “medio de trabajo”, es decir, las herramientas que vamos a utilizar para construirlo.
Imaginemos una manada de monos ya erguidos que matan a golpes a un gran animal utilizando palos como garrotes o piedras como otro recurso. Ahora, al animal cazado y muerto hay que cuerearlo, cortarlo en pedazos, utilizar carne y sangre para alimentarse, utilizar el cuero o piel para abrigarse y utilizar los huesos de los cuales sacará nuevas y potenciales herramientas.
Imaginemos un mono tomando con sus manos dos piedras, una la utilizará como materia prima (objeto de trabajo), la tiene en la mano para sacarle filo con la otra piedra que sostiene en su otra mano y que utilizará como herramienta (medio de trabajo) ¿Porqué puede hacerlo? Por dos importantes razones: el mono cuenta con una herramienta natural; la mano y su capacidad de asir que le otorga su dedo pulgar y cuenta también con el desarrollo incipiente de coordinar operaciones que son reflejadas en su cerebro como consecuencia de la repetición de esas operaciones.
Nuestro mono comenzó eligiendo como herramienta una piedra más blanda y frágil, y la herramienta se rompe. Repite esa operación con otra piedra y en un momento obtiene la adecuada. Lo mismo le ha sucedido con la piedra sobre la que iba a trabajar, que se quebraba pues no era la adecuada. Repite también la operación hasta que acierta con la roca correcta. Allí encontramos la importancia de tener manos libres y fuertes, de desarrollar el sentido de esa fuerza, de combinar el trabajo con la vista…
El trabajo y la experiencia que con él se adquiere permiten que se desarrollen coordinaciones más finas que dan como resultado herramientas más eficientes.
La fuerza de las manos, la agilidad de las extremidades, el filo de los dientes, la robustez de las mandíbulas, etc. sólo puede ser utilizado por el individuo que lo posee, pero la herramienta que se ha construido, aún de uso individual originalmente, puede ser utilizada por cualquier miembro de la manada, aún por aquellos que no la han construido y no saben aún producirlas.
Con el surgimiento de la producción de herramientas, el mono-hombre comienza a colocarse por encima de las leyes biológicas. A partir de allí, se reduce gradualmente la influencia de las mismas sobre la vida. Deja de ser, para poder sobrevivir, la lenta adecuación de los órganos naturales al cambiante medio ambiente, para pasar a ser los instrumentos de trabajo (las herramientas) y los bienes que con ellas se producen, lo que garantizan la sobrevivencia.
Y lo más importante: Trabajo y producción significan operaciones coordinadas y éstas se ven reflejadas en el cerebro. Lentamente, al cerebro de mono-hombre, se van incorporando operaciones cada vez más complejas y más efectivas.
El consumo de los animales en general se realiza mediante la utilización de sus órganos naturales. El primate puede utilizar un palo para bajar una fruta que no alcanza. El hombre-mono utiliza herramientas, como la lanza, para cazar, por ejemplo, antílopes. Los animales, incluido el primate, consumen los alimentos obtenidos naturalmente. El hombre-mono utiliza herramientas y los cocina.
La naturaleza es la base general, la que da origen a la vida, pero no es la que da origen al surgimiento del hombre y de su conciencia. Esto último deriva de las ciencias sociales, de la necesidad de vivir en comunidad, de la necesidad de producir bienes para sobrevivir, de la necesidad de ir transmitiendo esas experiencias para que las próximas generaciones partan de un escalón mayor.
La adaptación al medio por parte del hombre-mono, que ya no dependía de las leyes biológicas sino del trabajo en grupos, influyó directamente en el funcionamiento del sistema nervioso central en general y en la modificación nerviosa superior en particular.
La construcción de instrumentos de producción para producir instrumentos de caza generaba nuevas formas de cazar y ello exigía a los integrantes de la manada actividades coordinadas y complejas. También el desmembramiento de la pieza obtenida y su distribución lo requerían.
Esa actividad nerviosa superior, su perfeccionamiento, en especial en su etapa inicial, iba también a dar cumplimiento a las leyes biológicas comunes a todo ser viviente: “el cambio de una función modifica y cambia el órgano correspondiente”. Esos cambios biológicos se manifestaron en el sistema nervioso central y se manifiestan con claridad en el crecimiento de la masa encefálica y en el desarrollo de la corteza de los grandes hemisferios. El cerebro de 435 cm3 pasa a desarrollarse hasta ocupar más de 1.250 cm3
Darwin descubrió los factores fundamentales de la evolución biológica de los organismos: herencia, variabilidad y selección natural. Además demostró el vínculo genético del hombre con el mundo animal.
Engels manifestó en su “Anti-Duhring esta frase: “… ya la propia procedencia animal del hombre nos indica que éste jamás puede desprenderse por completo de las características propias del animal…”
Pero en los límites de la evolución biológica surge una nueva forma de reflejo montado sobre la base de las relaciones laborales y sociales, que hacen posible la transformación del mono en hombre.
En primer lugar el trabajo, ya que de no haber sido por él no se habría producido el inicio de la especie denominada “homo sapiens”.
Al respecto escribían Marx y Engels en “Feuerbach…” “El primer hecho histórico… de los individuos gracias al cual se distinguen de los animales no consisten en que piensan, sino en que comienzan a producir los medios de vida necesarios para satisfacer sus necesidades”.
Oscar Natalichio
Centro de Investigaciones Económicas y Sociales  (CIEYS)
15/01/2014


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