viernes, 30 de junio de 2017

NOSOTROS O ELLOS Nº 441 
Qué es el capitalismo (séptima parte)

En el Nosotros o Ellos (NoE) número 440 publicamos la sexta parte de esta serie, cuyo objetivo es demostrar lo que es, en esencia, la formación económica-social capitalista, es decir, lo que es el capitalismo.

Y en ese número continuamos reflejando el pensamientos de los economistas clásicos burgueses, cuyos objetivos eran fortalecer la nueva formación económica-social: la capitalista frente a la feudal; y para ello desarrollan (crean) la Economía Política (nos referimos a la economía liberal burguesa) con una base científica, otorgándole un contenido revolucionario para su época.

Surgía el pensamiento económico burgués y surgía sin intentar ocultar cuál era su objetivo y cómo lograrlo. Y en cómo logralo eran tan claros que no dejan la menor duda de los procedimientos a seguir. En las seis entregas anteriores reproducimos algunas de sus afirmaciones y lo haremos en todas las que continúan, como en estos testimonios referidos al proletariado, categoría sobre la que vamos más adelante a desarrollar ya que existe un número importante de “investigadores” que dice que tal categoría se encuentra en extinción. Las expresiones de los economistas clásicos, reproducidas, son de la época en que el capitalismo aceleraba su desarrollo mediante la división del trabajo en el taller y pertenecen a notas recogidas por Marx en El Capital:

“La ignorancia es la madre de la industria y de la superstición. La reflexión y la fantasía son susceptibles de equivocarse; más el hábito de mover el pie o la mano no depende ni de la una ni de la otra. Así, pues, donde más prosperan las manufacturas es donde menos se consulta al espíritu, de suerte que puede considerarse al taller como una máquina cuyas partes son los hombres” Adam Ferguson (1723-1816. Historiador, filósofo (partidario de Hume y maestro de Adam Smith. Edimburgo 1767.

“El espíritu de la gran mayoría de los hombres se desarrolla necesariamente de y en sus operaciones cotidianas. Un hombre que gasta toda su vida en la ejecución de unas cuantas operaciones simples… no posee ninguna oportunidad de ejercitar su intelecto… En general, se vuelve un estúpido e ignorante como es posible para una criatura humana.” Adam Smith (1723-1790). El economista clásico más importante en su época, generalizador de las experiencias del período manufacturero y del incipiente sistema fabril.

Comentario del CIEYS: la jornada de trabajo a lo que es sometido el trabajador fue no menor a 16 horas diarias durante 6 días a la semana. Eran, además, jornadas agotadoras y realizadas en ambientes insalubres. Percibían pagos vinculados estrictamente a los gastos que debían realizar para mantenerse con vida, adquiriendo alimentos de escaso valor nutritivo y bebidas adulteradas. Carecía, totalmente, de “tiempo libre” de allí deriva la frase “no posee ninguna posibilidad de ejercer su intelecto”. Deriva, en esencia, de la brutal explotación a la que es sometido el trabajador. Smith, pese a esa evidencia, continúa atribuyendo ese daño a la “vida estacionaria” y a los efectos nocivos de la división del trabajo, como leeremos a continuación:

“La uniformidad de su vida estacionaria también corrompe, naturalmente, la intrepidez de su inteligencia… Destruye incluso la energía de su cuerpo, incapacitándolo para aplicar su fuerza con vigor y perseverancia, salvo en la ocupación particular para que se le ha educado. Su habilidad en su oficio particular parece así adquirida a costa de sus virtudes intelectuales, sociales y guerreras, Mas en toda sociedad industrial y civilizada es éste el estado en que tiene que caer necesariamente en pobre trabajador, es decir, la gran masa del pueblo”.

Dugald  Stewart (1753-1828), filósofo y economista escocés, define a los obreros manufactureros como “autómatas vivos… empleados en detalles del trabajo”. Y Germain Garnier (1754-1821), economista y político monárquico francés, comentarista de Smith, observa la separación entre trabajo manual e intelectual:

“Como todas la demás divisiones del trabajo, la existente entre el trabajo manual y el intelectual se hace más clara y resuelta a medida que se enriquece la sociedad. Esta división del trabajo, como todas las demás, es efecto de progresos pasados y causa de progresos futuros… ¿Puede, entonces, el gobierno contrarrestar esta división del trabajo y detenerla en su marcha natural? ¿Debe emplear una parte de las rentas del Estado en el intento de confundir y mezclar dos clases de trabajo que tienden a dividirse y a separarse?”.

Con estos testimonios estamos dejando en claro, muy en claro, que la Formación Económica Social Capitalista persigue un solo objetivo: la plusvalía. Que la plusvalía se logra mediante la explotación del trabajo ajeno. Que la plusvalía apropiada por los capitalistas produce, a la par del incremento de sus capitales, intereses y rentas, pobreza y miseria. Que la competencia entre los capitalistas por obtener espacios para lograr la plusvalía mayor (extraordinaria) es feroz y que han producido ya dos guerras mundiales y decenas de locales donde perdieron la vida más de 30 millones de trabajadores, muchos millones de mutilados y heridos, destrucción de ciudades y fábricas, contaminación de ambientes, etc.

La inequidad no desaparecerá jamás mientras permanezca vigente el sistema capitalista, pues es su base estructural. Lo expresan sus más claros representantes intelectuales desde el inicio mismo de su desarrollo como FES como podrán haberlo leído en estos siete capítulos.

No existen, en esencia, distintos tipos de capitalismo sino distintos grados de desarrollo del mismo. No es correcto afirmar que hay un “capitalismo normal” que se opone a un “capitalismo salvaje”. El capitalismo es “salvaje” por su naturaleza. Y es el más criminal de todas las FES que existen basadas en la propiedad privada de los medios de producción y de la explotación del trabajo humano. Hoy mueren en el mundo, en la parte dominada por el capitalismo, más de 19 mil niños por día mientras una docena de personas acumulan un patrimonio mayor que los 3.700 millones de personas de menores ingresos. Observen esta línea que se refiere a la producción mundial de cereales del año 2016 y su relación con la población mundial.

Toneladas año
 Convertidas kilos
 Población 
 Kilos x habitante año
 2.600.000.000
 2.600.000.000.000
 7.400.000.000
            351


Las 2.600 millones de toneladas la convertimos en kilos y los distribuimos sobre la población mundial. El resultado, en esta abstracción con datos reales, señala que cada habitante de nuestro planeta, sea un bebé recién nacido o un anciano por partir, podría recibir 961 gramos de cereales por día. Y en este mundo capitalista 19 mil niños mueren por mala alimentación, falta de agua potable, falta de vacunas y medicamentos, etc. Y más de 2 mil millones no reciben las calorías necesarias. Decíamos que en las guerras interimperialistas las víctimas mortales suman más de 30 millones. Cifras, sin dudas, abrumadoras. Pero… ¿decimos algo con relación a este dato espantoso que señala que en apenas una década murieron 70 millones de niños menores de 5 años asesinados por políticas económicas impuestas por el sistema capitalista?

Si visualizamos en la historia períodos “mejores” con relación a períodos “peores”, éstos no son consecuencia de que hay un capitalismo más “sensible” y “humano”. Si visualizamos el todo y no una de las partes, nos encontraremos que esos cambios provienen casi exclusivamente de las grandes y heroicas luchas de los trabajadores a través de la historia y, otras pocas, de coyunturas que lo obligan a atenuarse. Y también podrán observar, en carne propia, que lo que se logra dentro del sistema no se consolidad, ya que, mediante diversas maniobras, el capitalismo recupera la cuota de ganancias que debió ceder en un momento de su historia. Y que posee, además de un ejército criminal, un ejército de mercenarios (jueces, prensa, periodistas, intelectuales, políticos, religiosos, dirigentes sindicales, etc.) dispuestos a traicionar principios humanos, republicanos y éticos a favor del amo de turno.

Estos razonamientos, que pueden o no ser compartidos, son necesarios para poder comenzar a resolver los interrogantes que nos planteamos en el número 440 del NoE y que aquí repetimos:

¿SOMOS UN PAÍS TAN POBRE?  ¿O SOMOS UN PAÍS SAQUEADO E INEQUITATIVO? ¿HAY RESPONSABLES? ¿HAY TANTOS “ARGENTINOS” QUE NO LES IMPORTA LA PATRIA? ¿HAY MUCHOS POBRES QUE LO SON SIN RECONOCERLO?

De las 2.600 millones de toneladas de cereales que se producen en un mundo con 7.400 millones de habitantes pasamos ahora a los 70 millones de toneladas (sin incluir los 50 millones de soja ya que no es un cereal) que se producen en nuestro país con 44 millones de habitantes. Y… ¿qué observamos?

Toneladas año
 Convertidas kilos
 Población 
 Kilos x habitante año
70.000.000
70.000.000.000
44.000.000
1591

Distribuida por habitante, las cosechas de cereales señalan que a cada argentino le correspondería 1.591 kilos por año entre arroz, trigo, maíz, cebada, centeno, etc.). Visto por familia tipo (cuatro integrantes), a cada una le correspondería, POR DÍA, 17 kilos cuatrocientos treinta y seis gramos. Y HAY HAMBRE. Y ello es sólo una parte de los alimentos que se producen en el país, a los que hay que agregar carnes, verduras, hortalizas, frutas… Podemos alimentar a 400 millones pero no a muchos de nuestros ciudadanos.

En el NoE anterior mostramos los Cuadros I y II sobre el ingreso, falta completar la información con el ingreso de los ocupados, que son 18.451.800 personas y observamos que se mantiene la relación de los cuadros anteriores con un leve incremento en el ingreso promedio mensual (de 11.033 pasa a 11.533).

A
B
C
 D
 E
F
 G
Decil
Suma
Ocupados
 Ing. Miles $
 $ c/u
%
 Estrato
1
10
1.798.550
       2.949.346
    1.640
1,42%

2
20
1.798.550
       6.581.073
    3.659
3,17%

3
30
1.798.550
       9.845.987
    5.474
4,75%

4
40
1.798.550
     13.356.270
    7.426
6,44%
   4.549
5
50
1.798.550
     16.271.465
    9.047
7,84%

6
60
1.798.550
     18.753.483
  10.427
9,04%

7
70
1.798.550
     22.444.199
  12.479
10,82%

8
80
1.798.550
     26.760.346
  14.879
12,90%
 11.708
9
90
1.798.550
     33.388.399
  18.564
16,10%

10
100
1.798.550
     57.080.758
  31.737
27,52%
   25.160
Con
Ing
17.985.500
   207.431.326
  11.533
100,00%
 11.533
Sin
Ing
466.300

      19,3


Total

18.451.800

 veces



Se ha confirmado el bajo ingreso promedio, inferior a lo necesario para vivir y confirmado la enorme desigualdad que señala que el 10% mayor (decil 10) es 19,3 veces el ingreso del 10% menor (decil 1).

La respuesta a la primera pregunta  ¿SOMOS UN PAÍS TAN POBRE? ES AFIRMATIVA. Pero es necesario aclarar que nuestro país no es pobre materialmente sino que contiene una alta cuota de pobreza de espíritu y la presencia de un alto grado de analfabetismo funcional no asumido. Trataremos de explicarlo en el próximo número, y sabemos que será polémico.

CENTRO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES (CIEYS)
29/06/2017
oscarnatalich@fibertel.com.ar

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