miércoles, 21 de mayo de 2014

NOSOTROS O ELLOS Nº 125

LAS CAUSAS DE TODAS LAS COSAS.

De TALES a LENIN. Un repaso sobre la historia de la Filosofía y los filósofos.

23. Las tres etapas: De Tales a Lenin: Giordano Bruno


Giordano Bruno (1548-1600)

¿Hay diferencia entre el mundo animal y el inanimado? “El mundo es un gran animal”.

“Todo está vivo porque en cualquier parte de la realidad, incluso en el mundo mineral, está presente un principio formal y vital, está presente una estructura interna, una necesidad que hace ser a cada cosa lo que es”.

Bruno y Galileo dieron más precisiones a la teoría de Copérnico: el sol como centro solo del sistema solar y que éste a su vez se mueve en el universo.

El universo ¿es finito o infinito?

La afirmación de Bruno acerca de la infinitud del universo fue impactante ya que todavía prevalecía la idea de finitud como equivalente a perfección. Si nos parece estar en el centro es porque el centro puede estar en todas partes y ello se da así pues estamos en un cosmos infinito.

Giordano Bruno contribuyó de manera decisiva a la “revolución copernicana”, más desde el punto de vista filosófico que astronómico.  Sostenía las siguientes tesis:

  1. No hay una barrera que alberga dentro de sí al cosmos. El Universo no posee límites externos.

  1. El cosmos es infinito y las estrellas, infinitas en cantidades, se encuentran en el espacio en todas direcciones. El cosmos es acéntrico y no existe ningún punto privilegiado.

  1. Hay pluralidad de mundos similares al nuestro. En torno a las estrellas gravitan otros sistemas planetarios con infinitos mundos habitables y habitados. Lógico es suponer que lo habitan otros seres sensibles y racionales, en casos, más avanzados que los propios seres humanos.

  1. El Universo es homogéneo en cada una de sus partes. Las estrellas y sus planetas están dispersas y flotan en el vacío. No se encuentran apresadas en esferas cristalinas como sostenía la astronomía tolemaica.

  1. El espacio interestelar está vacío, como sostenía Demócrito: materia y vacío.

Ars Inveniendi:
Búsqueda de un método racionalmente especificable que pueda lograr nuevos descubrimientos lógicos (“Descifrar el alfabeto del mundo”).

Giordano Bruno fue el representante filosófico de esa tendencia que se refleja en sus obras herméticas donde reúne sugerencias que provienen del arte combinatoria, del arte de la memoria (mnemónicas) y de la cábala hebrea.

Arte combinatoria:
Desarrollada por Ramón Llull (1232-1315), como producto de la unión de lógica, mnemónica, retórica y ciencia de la invención; para así obtener el correcto empleo de la inteligencia a través de “aparatos lógicos”: verdaderas máquinas inferenciales con capacidad para demostrar la verdad o falsedad de una aserción.

Cábala:
Significa tradición y “recepción de lo divino”. Con esa palabra se designa el conjunto de las prácticas místicas y esotéricas hebraicas. Cuando Dios entregó a Moisés las Tablas de la Ley, también le confió determinados secretos de la revelación que habían sido transmitidos oralmente hasta caer en el olvido. La Cábala consiste en la búsqueda de los significados crípticos de las sagradas Escrituras.

Hermetismo:
Al rescatarse diecisiete tratados atribuidos a Hermes Trimegisto, se encontraron en ellos una muestra de escala de valores entre los miembros de la Academia platónica florentina. En realidad, los autores fueron escritores que, con el afán de ganar credibilidad y prestigio, escogieron a Hermes (nombre griego del mítico sabio Coth) y falsificaron sus escritos modificando el texto original para que no se dude de la procedencia. Así se “anticipaban” a hechos que luego iban a ocurrir con la seguridad de escribirlos luego que habían ocurrido.

Mnemónicas (memoria artificial).
Es un método que plantea dos fases: la primera: una imagen mnemónica que es una representación visual que ha surgido de algo que se quiere recordar y que se encuentra ligada a las nociones que se quiere retener en la memoria. La segunda fase es un recorrido de lugares, los “loci”, figuras conceptuales que deben ser ordenadas en una sucesión precisa y estandarizada. Se está actuando en dos aspectos diferentes: el “registro” (enviar algo a la memoria) y la “recuperación” (recordar algo que ya está registrado).

Imágenes mnemónicas:
No recordamos, en general, las cosas comunes y cotidianas; en cambio cuando somos testigo de algo fuerte o ridículo, vergonzoso o increíble, lo recordamos durante años. Para que esa diferencia se reduzca hay que “construir imágenes eficaces (agentes), a las que le asignamos una belleza o fealdad especial, las hacemos ridículas, ya que la memoria cobra eficiencia mediante el impacto emocional.

La incorporación a la filosofía del Renacimiento de los tratados herméticos otorgó prestigio a la magia, el ocultismo y a la creación de una lengua sapencial.

Magia/ocultismo:
De escasa importancia en la antigüedad, sólo practicada en el oráculo, muy mal tolerada en la edad media bajo las acusaciones de satanismo por parte de la iglesia, la magia adquiere importancia durante el Renacimiento, con el resurgimiento de una visión laica de la vida. Todas las escuelas renacentistas se interesaron por las artes ocultas. No sólo Giordano Bruno, hasta Galileo, tan alejado de las ideas del ocultismo, utilizaba las “efemérides” (almanaque astrológico) y tanto Copérnico, como Tycho Brahe, no encontraban contradicción entre astronomía y astrología.

Lengua sapiencial:
El mencionado Hermes Trimegisto fue el “creador” de un tipo de escritura antigua: la jeroglífica, forma de visualización gráfica de los distintos conceptos a través de un dibujo. Esos jeroglíficos fueron considerados como una lengua sapencial (filosófica, armónica, perfecta, con la propiedad de referirse, mediante el dibujo, inmediatamente a la esencia misma de todas las cosas.


“La filosofía nada tiene que ver con los problemas teológicos” (Bruno). Como muchos otros filósofos (el italiano Vanini y el español Servet entre otros), Bruno fue quemado en la hoguera, por negarse a retractarse de sus doctrinas, en especial la relativa a la infinitud del universo.

“Bruno ofrece brillantes modelos de dialéctica. En lo infinito se unen los contrastes, entre los cuales existe una ligazón interna: la circunferencia con radio infinito se confunde con la recta; hay venenos que son medicinas; el odio se une al amor; el todo se manifiesta en lo singular, y lo singular lleva el sello del todo”.

Giordano Bruno es conocido como el filósofo más destacado del Renacimiento tardío y fue, además, considerado un “mago de la memoria”.

Nació en Nola, cerca da Nápoles. A los quince años ingresó al convento dominico de Nápoles. Allí fue acusado de haber matado a un compañero de la orden y abandonó los hábitos escapando a Roma y luego a Ginebra. Allí se hizo calvinista para poder residir. Luego pasó a París donde publicó (1582) una comedia de fuerte contenido erótico y “la sombra de las ideas” un tratado de mnemotécnica, que lo dedicó al rey Enrique III. Más adelante, en Inglaterra, se relaciona con la corte de Isabel I. Dictó clases en la universidad de Oxford donde es expulsado por “plagio” ya que mostraba como suyas las doctrinas desarrolladas por Ficino.  Recorrió varia ciudades del continente europeo hasta que es invitado por un veneciano, noble y potentado, que aspiraba a recibir lecciones para ejercitar su mente, ya que Bruno era reconocido como una persona de excepcional memoria. Este veneciano, Giovanni Mocenigo, no se sintió satisfecho y, como venganza, lo denuncia como hereje al Santo Oficio. Bruno es retenido durante siete años durante los cuales sufre dos procesos, uno en Venecia y otro en Roma. No se retractó y fue quemado en la hoguera. 

Obras:
Diálogos dedicados a la filosofía de la naturaleza: “La cena del miércoles de ceniza”; dedicados a la filosofía de la causa: “Principio y uno”, “Del infinito universo y mundos”; dedicados a la moral: “”Expulsión de la bestia triunfante”, “Cábala del caballo Pegaso”, “Los heroicos furores” y obras escritas en latín: “”Del mínimo triple y de su medida”, “De lo inmenso y de lo inmensurable” y “De la mónada, de su número y su forma”.

«Dios es omnipotente y perfecto y el universo es infinito; si Dios lo conoce todo entonces es capaz de pensar en todo, incluido lo que yo pienso. Debido a que Dios es perfecto y conoce todo, debe crear lo que yo pienso. Yo puedo imaginar un infinito número de mundos parecidos a la tierra, con un jardín del Edén en cada uno. En todos esos jardines la mitad de los Adanes y Evas no comerán del fruto del conocimiento y la otra mitad lo hará; de esta manera un infinito número de mundos caerá en desgracia y habrá un infinito número de crucifixiones. De aquí puede haber un único Jesús que irá de mundo en mundo o un infinito número de Jesuses. Si hay un solo Jesús la visita a un número infinito de mundos tomará una infinita cantidad de tiempo, de este modo debe haber un infinito número de Jesucristos creados por Dios». GB.



Oscar Natalichio
Centro de Estudios Económicos y Sociales (CIEYS)
1º de Mayo. Día del trabajador.
oscarnatalich@fibertel.com.ar

Próximo capítulo:

24. Las tres etapas: De Tales a Lenin: Los Naturalistas y Magos: Paracelso-Acrippa-Telesio



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