NOSOTROS O ELLOS (Sexta parte)
El inicio del año 2003 comenzó, en nuestro país, con un 55,5 de su
población debajo de lo que se denomina línea de pobreza. Era la lógica
consecuencia de políticas aplicadas por las dictaduras militares y los
gobiernos que mantuvieron relaciones “carnales” con el imperialismo siguiendo,
a pie juntillas, los dictados del Consenso de Washington, del FMI, del Banco
Mundial y de todo vulgar economista que se esforzara en convencer que era lo
correcto y que cuando el vaso rebalsara todos nos beneficiaríamos.
Ese nivel de pobreza, real en función del ingreso, no era tan real en
función de las posesiones. Para aquél que “vivía al día”, es decir, que carecía
de recursos (de ahorros, de alguna propiedad para vender) la pobreza se instalaba
inmediatamente. Este grupo de personas eran la mayoría pero no todas.
Otro grupo ingresó estadísticamente a “ser pobre” ya que, al quedarse
sin trabajo se quedaba sin ingresos, pero poseía ahorros y bienes en exceso a
quienes recurría para que su pobreza sólo quede en las estadísticas.
No obstante, y por lógica, protestaba. Y a esa protesta concurría con su
traje y sus zapatos lustrados, de esa manera se notaba al “nuevo pobre” que se
sumaba a las acciones del que tiene la pobreza siempre a sólo dos metros.
Ese “pobre de la estadística” poseía, en el inicio del 2003, la
posibilidad de transitar de la figuración a la realidad, es decir, de la
estadística a las necesidades básicas insatisfecha. Ello podría suceder en un
año, o en dos, o en cuatro, dependiendo de “sus reservas” que iría agotando por
dos razones: 1. Por empecinarse a mantener un ritmo de vida similar a cuando
tenía un “buen trabajo” y 2. Por agotamiento de sus reservas dinerarias o
materiales.
La posibilidad de que eso ocurriera era muy alta, en particular cuando
las elecciones la gana
Menem , lo que es una muestra clara de analfabetismo funcional
al que nos referimos anteriormente.
El funcional de capas medias, el funcional con ahorro, traje y zapatos,
el funcional con colegio privado y prepaga, el funcional que votó por Menem u
otra opción similar, el funcional de llevar a Orlando a sus hijos, tenía un
destino cruel: pasaría en breve a ser un pobre en serio, pasaría a tener que
vender su propiedad y alquilar, a sacar de la escuela privada y mandar a la
pública a sus hijos, a dejar la prepaga e ir al hospital público a las 4 de la mañana. Ganando
Menem ¿qué otra expectativa tendría?
Pero no compitió Menem en la segunda vuelta y sabía que se había
despertado sobre su figura un fuerte encono social, real, no mediático, y,
astuto como es ese entreguista del patrimonio nacional a los monopolios, se
retira y con ello se abren nuevas e inesperadas vías.
Decíamos 55,5 por debajo de la línea de pobreza y con ellos marcamos
también que es consecuencia de la desocupación que llegó al 26%, más de una
cuarta parte de la población económicamente activa sin trabajo; que esos
números para los jóvenes se aproximaban al 50%, lo que indicaba que no tenían
futuro.
Además, más de la mitad de los trabajadores aún con trabajo se
encontraban “en negro” o bajo contratos “basuras”, siendo sus ingresos los más
bajos de nuestra región y sin posibilidades de mejorarlos ya que no había
paritarias y el salario mínimo era de ¡200 pesos! Así arrancó el año 2003. Así
era nuestro país en el 2003. Nuestro rico país en el 2003.
Al retirarse de la competencia uno de los más conspicuos representantes
de los monopolios extranjeros y de la oligarquía local, uno de los mayores
depredadores del patrimonio nacional, que convirtió a la 20 economía mundial en
un infierno, jactándose de ello con el apoyo de los funcionales que celebraban
tener un peso = un dólar, que mantuvo la convertibilidad durante 144 meses a
razón de endeudarnos mil millones de dólares mensuales, el camino que podía
tomar nuestro país era menos incierto, simplemente, porque para peor no había
espacio, ya que fue “La Argentina” el alumno modelos de los monopolios y sus
órganos financieros. Fue: “El Modelo”.
De esa manera asume la presidencia el segundo en votos, asume aquel
hombre que los analfabetos funcionales no votaron, pues el analfabeto funcional
es autodestructivo y su voto fue colocado a favor de su verdugo.
Ni hablemos de los jubilados, que poseían los ingresos más bajos de toda
la región y que no llegaba a más de dos tercios de los que estaban en edad de
jubilarse y no lo podían hacer, muchos de ellos por haber trabajado “en negro”
toda su miserable vida.
El nuevo presidente, que asumió con menos del 25% de los votos por
astucia del que se fue, encaró, desde el inicio, la intensión de sacar a La
Argentina del infierno. Y comenzó con una política donde sus lineamientos
(resumidos) apuntaban a dos objetivos: 1. desprenderse de los organismos
“rectores” de nuestra soberanía y 2. Generar trabajo e inclusión desarrollando
la devastada industria, la construcción y el consumo interno.
Esta política, con todas sus dificultades y “palos en la rueda” ha
conseguido que del 26% de desocupados se
reduzca, en medio de una crisis internacional de enormes proporciones, a menos
del 8%. De esa manera se crearon más de 5 millones de puestos de trabajo y,
dentro de ellos, se reubica también el analfabeto funcional, que ya no necesita
seguir desprendiéndose de bienes y que, nuevamente puede llevar a Orlando o a
Paris a sus hijos, no para ver museos sino al pato donald o al ratón mickey.
Pero no sólo eso recibe de beneficio el analfabeto funcional, sino que
sus parientes mayores, los que nunca trabajaron y los que nunca aportaron se
pueden jubilar, y no falta el “vivo” que reciba por ese hijo que va a Orlando
una AUH.
Ese analfabeto funcional tapa el sol con una mano próxima a su vista y
afirma, convencido, de que el sol no existe. Es el que más beneficio tangencial
recibió en esta década y es, simultáneamente, el que más ataca (con vileza, con
saña, con odio, con calumnias, con difamaciones, con todo lo negro que contiene
su alma y su cerebro) al que lo sacó del pozo, al que evitó que su miseria
estadística se convirtiera en miseria real.
Es como el esclavo que se enoja con su amo cuando este decide darle la libertad. Es
funcional a la dependencia, es masoquista, es nefasto aunque se muestre como un
buen tipo, un buen padre de familia, hasta un buen amigo. Es nefasto aunque
posea instrucción (no conocimiento) y sepa detectar una enfermedad, o hacer un
cálculo para construir una losa, o hacer un programa para operaciones complejas,
o hasta escribir una buena novela.
Es nefasto porque su actitud, como analfabeto funcional, afecta a la
historia, se coloca del lado de la ínfima minoría de personas que se han
apoderado de los bienes y de los conocimientos históricos. Es nefasto pues le
da cobertura al saqueo, al asesinato, al genocidio. Es nefasto también desde la
espiritualidad, pues materializa con sus amos a los dioses. Esos dioses ya no
son lo que eran, ahora son reemplazados por un único dios: el dinero, entre
ello el dinero que estaban perdiendo hasta el 2003.
Algunos números que indican a lo que quieren regresar +sa; Paco, el de
la efedrina, el “socialista” que señala que la lucha de clases no existe y
algunos personajes menores.
Año 2013
Año 2003
Desocupación 7.9% 25.5%
Asignación Universal x Hijo
0
3.550.000
Cobertura jubilatoria 95,2%
32.6%
Deuda externa % PIB 30.5% 155.5%
Crecimiento PIB
7.2%
1.0%
Jubilación mínima
2.177.0
200.0
Salario mínimo 3.300.0
200.0
Para “muestra basta un botón”, expresa un refrán. Los que quieren un
cambio pueden ver en los números, en los fríos números hacia adonde conduce ese
cambio. Además lo dicen, pues no es que no posean un programa, que carezcan de
ideas, que no posean planes. Lo dicen.
Lo tienen muy claro: volver al 2001 es su sueño. Volver a poseer
desocupación como hoy Grecia, Portugal, España, Italia, Francia. Volver a
endeudarse y pagar altos intereses. Volver a congelar las jubilaciones y los
salarios. Volver a decrecer. Volver a incrementar la mortalidad infantil y
reducir la esperanza de vida al nacer. En síntesis: VOLVER AL INFIERNO.
Massa, Macri, De la Sota, De Narváez, y otros especimenes aspiran a
ello. Y no están solos, son acompañados por Binner, Solanas y la inestable Carrió.
En ellos los analfabetos funcionales pretenden lograr sus objetivos:
regresar al pasado.
Hay quienes dicen que hay que instalar el voto calificado: “sólo para
los cultos” mencionan. Creo que me están convenciendo, pues si hay algo más
alejado de la cultura, más alejado de la historia, más alejado de la vida, es
el analfabeto funcional.
Oscar Natalichio
Director
Centro de Investigaciones Económicas y Sociales (CIEyS)
27/08/13.
oscarnatalich@fibertel.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario