jueves, 29 de agosto de 2013

Estimados compañeros:

El CIEYS está dictando el curso “La construcción de la Identidad Nacional y Latinoamericana”. En el primer años (el año pasado) cubrimos la historia de la filosofía de Tales a Lenin y este años estamos finalizando con Las grandes Civilizaciones de Nuestra América finalizando, de aquí hasta diciembre, con los pueblos originarios hoy. Pero en el 2014 ingresamos con el estudio de cada uno de nuestros héroes revolucionarios. Aquí va la introducción de un perfil histórico sobre José de San Martín.


Como es habitual en nuestros talleres, los aportes y críticas fundadas en relación a lo escrito serán incorporadas al mismo.

SAN MARTIN

  1. ENTRE EL BRONCE Y EL EJEMPLO

“Al finalizar la revolución de la independencia iberoamericana, nuestros pueblos se encontraron sin próceres. Ellos habían devorado a muchos de sus progenitores, como Hidalgo, como Morelos, como Murillo, como Belgrano… Y fueron las oligarquías coloniales, pronto dispuestas a servir a nuevos amos, las que heredaban la magna obra. Algunos de los viejos luchadores, los más débiles y ambiciosos, claudicaron ante los nuevos intereses. Pero los que supieron resistir, en general los más grandes hombres de la independencia, la oligarquía los arrojó al exilio, envueltos en la calumnia y el desprestigio. Así le sucedió a Artigas, a O´Higgins, a San Martín, a Bolívar… Pero como las oligarquías, que los libertadores no alcanzaron a destruir, necesitaban legitimar su poder, optaron por apropiarse de los próceres, a los que honraban a la vez que lo deformaban. Los convirtieron en mármol, los fundieron en bronce, los elevaron al santoral cívico del patriotismo burocrático, de modo que los pueblos no tuvieran contacto con el ejemplo revolucionario de los padres de la patria. En ese triste espejo se mira a San Martín: su nombre figura, hasta el hartazgo, en la nomenclatura urbana de todas las ciudades del país, se bautizan con él infinidad de obras y lugares, se conmemora la fecha de su muerte con diversos actos vacíos de contenido…, pero es, sin embargo, el gran ignorado”

Estos párrafos fueron escrito por Denís Conles Tizado para el “Primer Encuentro Argentino y Latinoamericano Vigencia del mensaje Sanmartiniano: San Martín Hoy” que se llevó a cabo los días 24, 25 y 26 de septiembre de 1999 en la Ciudad de Buenos Aires.

Es excelente la síntesis que contiene en su desarrollo una sucesión de hechos históricos que marcaron a fuego el destino de nuestros próceres y de nuestros pueblos. En este trabajo, que desarrollamos a continuación (en varias entregas), rescataremos al verdadero San Martín, al conspirador, al revolucionario, al estadista, al guerrillero, al que ofreció todo por la libertad de Nuestra América, sacándolo del bronce frío y ocultador donde lo introduce y maniata la oligarquía antinacional y antipopular. Y esta síntesis de Tizado nos sirve como plataforma inicial del mismo ya que de ella extraemos los principales rasgos sobre los que debemos trabajar:

  1. La Revolución Inconclusa: Para que la Revolución no se profundizara, no llegara a los objetivos que se había propuesto, era necesario que “nuestros pueblos se encontraron sin próceres” Muchos fueron al exilio y otros fueron asesinados.
  2. En eso consistió el trabajo sucio de las oligarquías feudales, que no les interesaba la independencia sino mantener y acrecentar sus propiedades, no importa quien fuera el amo de turno. Si los españoles se retiraban ellos cubrirían el espacio de los maturrangos y para que así ocurriera se tornaba necesario ir desprendiéndose de todo aquello que significara cambios progresistas, de los valientes gestores de las revoluciones que impulsaron la guerra contra el colonialismo y, principalmente, del contenido de sus ideas y objetivos.
  3. Pero la oligarquía no genera en su seno ninguna persona con valores éticos y morales que puedan trasmitirse a las generaciones futuras. La ambición, la avaricia, los crímenes y genocidios en función de defender e incrementar (o a lo sumo conservar) esos privilegios obtenidos del saqueo, y de la supeditación al amo de turno, no le sirven a la oligarquía como “modelo” a ser perpetuado por la historia, pues quedarían al desnudo y ésta reflejaría la perversidad de sus comportamientos.
  4. Esa incapacidad propia de la oligarquía feudal, ésta la reemplaza “rescatando” a los que expulsó y a los que asesinó, es decir, rescatando a los grandes héroes de nuestra historia, pero sólo con símbolos, sin mostrar sus verdaderas acciones y sus profundos objetivos.
  5. Mientras, esa oligarquía feudal se arrodilla frente a un nuevo amo y se convierte en garantía de eso intereses neocoloniales. No es nacional, carece de todo rasgo patriótico y mucho menos latinoamericanista, pero utiliza los símbolos mutilados para mostrarse como que “son la patria”, que representan “la nacionalidad”, que encarnan “las tradiciones”, mientras ahora hablan en inglés con la ventaja que cuando pasan a tener otro amo nuevo, el “americano del norte”, el tercero de la serie, no necesitan cambiar de idioma, sólo de entonación.
  6. De esa manera la oligarquía feudal, antinacional, antipopular, deforma las ideas de los revolucionarios, la vacían de contenidos y continúan ejerciendo el dominio de sus extensas tierras expropiadas ilegalmente mientras entregan al amo de turno los principales resortes de la economía y las mayores riquezas de nuestra patria.
  7. El camino recorrido desde el saladero a la soja está plagado de crímenes, persecuciones y traiciones. El poder montado sobre el dominio de la inquisidora Iglesia, de la falsa Justicia y del Ejército mercenario, reemplaza a los grandes ideales de nuestros próceres que vieron con tristeza como los sueños se esfumaban.
  8. Sin embargo, las ideas no perecen. Las ideas quedan para ser rescatadas y llevadas adelante por aquellos que no se dejan engañar por las fabulaciones de la historia realizada por la oligarquía feudal. Y ese rescate es parte de la lucha revolucionaria hoy. Es concluir los que los revolucionarios de la primera independencia no alcanzaron a consolidar pues la traición, la intriga, la difamación de los traidores a sus pueblos y a la historia, lograron instalar durante casi 200 años, convenciéndonos de que éramos el “granero del mundo”, de esa manera nos convertían en gallinas que necesitábamos del “campo” para sobrevivir y, de esa manera, los criminales se convertían en “virtuosos” y “notables” hombres de “alcurnia”.
  9. Nuestro Himno Nacional es “apocopado”. Es cierto que es muy extenso, pero hay estrofas que deberían, al menos en los actos oficiales, no faltar:

Pero sierras y muros se sienten
Retumbar con horrible fragor
Todo el país se conturba por gritos
De venganza, de guerra y furor.
En los fieros tiranos la envidia
Escupió su pestífera hiel.
Su estandarte sangriento levantan
Provocando a la lid más cruel.

Y agregar un hecho histórico: la oligarquía feudal no aportó a la campaña libertadora, salvo cuando se le amenazó expropiar, y aún así, conspiró contra la revolución. Ya desarrollaremos el vergonzoso papel de aquellos traidores que se reciclaron en nuestra historia y la retrasaron, anulando sus virtudes y destacando sus intereses logrados con el saqueo ininterrumpido y criminal.

¿No lo veis sobre Méjico y Quito
Arrojarse con saña tenaz,
Y cual lloran bañados de sangre
Potosí, Cochabamba y La Paz?
¿No lo veis sobre le triste Caracas
Luto y llantos y muerte esparcir?
¿No lo veis devorando cual fieras
Todo pueblo que logran rendir?

Estas estrofas y otras no están en nuestras escuelas. Así como no está San Marín sino su bronce y un acto que intenta reemplazar su figura no su pensamiento. El Himno es recortado en su contenido y, por tanto, reducido y ocultado su espíritu original.

De ello se encargó nuestro “presidente patriota y nacional general julio argentino roca, quien de Argentino sólo tiene el nombre. Junto con sus ministros resolvieron:

“Sin producir alteraciones en el texto del Himno Nacional, hay en él estrofas que responden perfectamente al concepto que universalmente tienen las naciones respecto de sus himnos en tiempos de paz y que armonizan con la tranquilidad y la dignidad de millares de españoles que comparten nuestra existencia, las que pueden y deben preferirse para ser cantadas en las festividades oficiales, por cuanto respetan las tradiciones y la ley sin ofensa a nadie, el presidente de la República, en acuerdo de ministros decreta:

Artículo1º En las fiestas oficiales o públicas, así como en los colegios y escuelas del Estado, sólo se cantará la primera y última cuarteta y el coro de la Canción Nacional sancionada por la Asamblea General el 11 de mayo de 1813”.

Brillante resolución del genocida presidente general julio antiargentino roca y sus secuaces. Debieron ser más honestos y afirmar que lo que expresa el Himno está lejos de ser lo que están realizando. Que no se trata la dignidad de los españoles, sino de no ser colonizados. Y ellos no podían mostrar que se entregaron sin pelear a pasar a ser dominado por un nuevo amo: Gran Bretaña. ¿Cómo entonces cantar en escuelas y actos una estrofa como ésta?

La victoria al guerrero argentino
Con sus alas brillantes cubrió,
Y azorado a su vista el tirano
Con infamia a la fuga se dio;
Sus banderas sus armas se rinden
Por trofeos a la Libertad,
Y sobre alas de gloria alza el Pueblo
Trono digno a su gran Majestad.

La logia de Lautaro, que fundaran en Londres y en Cádiz Simón Bolívar, Santiago Mariño, Andrés Bello, Antonio Caro y nuestros próceres locales José Zapiola y José de San Martín señalaba que, para ser aceptado había que prestar este solemne juramento:

“Nunca reconoceré por gobierno legítimo de mi patria sino aquél que sea elegido por la libre y espontánea voluntad de los pueblos; y siendo el sistema republicano el más adaptable al gobierno de las Américas, propenderé, por cuantos medios estén a mi alcance, a que los pueblos se decidan por él”

José de San Martín, fiel al juramento, decide participar en la lucha por la independencia de nuestra patria. De Cádiz va a Londres el 14 de septiembre de 1811, en enero del año siguiente se embarca para el “nuevo continente” y arriba al puerto de Buenos Aires el 9 de marzo de 1812.

La historia comienza a cambiar y el destino de los maturrangos también cuando el Triunvirato le confía A San Martín la organización de un cuerpo de caballería.

Oscar Natalichio
CIEyS (Centro de Investigaciones económicas y sociales) – agosto 2012
La Construcción de la Identidad Nacional y Latinoamericana.
San Martín: Introducción.  

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