NOSOTROS O ELLOS Nº 613 GRANDES
PERSONAJES DE NUESTRA AMÉRICA 4
4. De la revolución de los mulatos a la Revolución Negra.
Mucho de los mulatos que habían
sido enviados a estudiar a París en los tiempos en que se gestaba y realizaba la Revolución Francesa
regresaban a la colona con ideas progresistas, liberales, con ideas de
construir un sistema donde los derechos sean los mismos para todo ser humano.
Ya habían participado en la formación y acciones de la Sociedad de los Amigos de
los Negros en 1788, reivindicando las ideas de los “Iluministas” (el Siglo de
las Luces) y entrando en contacto con otros movimientos abolicionistas.
Pretendían eliminar la
esclavitud y lograr la igualdad entre blancos, negros y mulatos, pero contenían
una fuerte contracción, pues muchos mulatos, en especial los que podían enviar
sus hijos a estudiar en Francia, lo hicieron posible por ser dueños, es decir,
por poseer esclavos.
En 1783, el marqués du Rouvray
había declarado con relación a Saint-Domingue: “Esta colonia de esclavos es como una ciudad que espera un ataque
inminente; estamos pisando barriles de pólvoras cargadas”. La Revolución Francesa
aceleró el estallido pues produjo cambios y contradicciones que resultaron ser
movilizadoras para una parte de los habitantes de la colonia.
Esa postura “inflexible” de la
burguesía francesa condujo a que en la colonia se formaran dos grupos, por un
lado los grandes plantadores y los prósperos comerciantes, que requerían
autonomía, la permanencia de los esclavos, poder comerciar libremente con otros
países, en especial con los EEUU y por otra, los fieles al gobierno francés:
los funcionarios civiles y militares y con una parte de los pequeños blancos
que reclamaban también por sus intereses.
Todos los principales miembros
de la Sociedad
de los Amigos de los Negros eran diputados e impulsaban la abolición de la
esclavitud. Los grandes blancos aspiraban a enviar sus diputados a la
metrópolis, pero eran concientes de ser una pequeña minoría. Para ello
pretendieron que se considerara el total de la población, es decir, que se
sumaran como personas a los esclavos que poseían. A tal efecto escribió Brissot,
miembro de la Sociedad
de los Amigo de los Negros: “Estos
señores cuentan a los negros de la isla y lo elevan al grado de hombres solo
para alcanzar representación, pero no quieren representarlos sino degradarlos y
ponerlos por debajo del resto de los hombres”.
Para la burguesía marítima, que
había llegado a serla gracias al tráfico de esclavos y a la esclavitud, ello
significaba su ruina. Por otra parte los “grandes plantadores blancos” intentan
gobernar la colonia y realizan una acción “revolucionaria” hacia la autonomía
en abril de 1790, en el pueblo de Saint-Marc, creando una “Asamblea General de la Parte Francesa de
Saint-Domingue”, donde manifiestan la necesidad de romper la dependencia
colonial.
Los sucios plantadores blancos
se aseguraban la mayoría en una colonia donde negros y mulatos constituían la
gran mayoría, legislando que sólo podían participar en la Asamblea los propietarios
de más de 20 esclavos, de esa manera dejaban afuera a los propietarios mulatos
y los propietarios esclavos libres.
Esta medida generó cambos en las
alianzas: excluidos por los plantadores blancos, los plantadores mulatos
intentaron aliarse a la burguesía marítima francesa y a la burocracia colonial,
ambos con intereses en mantener las colonias como tal. Además. Los mulatos
bregaron para que se cumpliera con el artículo 4 de la Resolución de la Asamblea Nacional
Francesa del 8 de marzo de 1790, artículo donde se afirmaba
el derecho de toda persona mayor de 25 años, con propiedad y residencia, a
votar (elegir) y ser votado. Esta situación preocupó más aún a los blancos ya
que continuaban siendo minoría en las colonias y los mulatos alcanzaban un
número igual de personas. Además los blancos consideraron que otorgar derechos
a los mulatos, aunque éstos tuviesen esclavos, significaba posibilitar que
igual posición solicitaran adoptar los esclavos.
Vicente Ogé fue uno de los
líderes de los mulatos y era apoyado por la Sociedad de los Amigos de los Negros. La minoría
blanca dejó a un lado la diferencia entre los plantadores blancos y la
burocracia colonial y se unifican enviando más de mil soldados a arrestar a Ogé
quien se levanta en armas junto a 350 mulatos. Los mulatos fueron derrocados
por la superioridad numérica, torturados, asesinados y sus principales líderes,
Ogé y otros fueron, además de torturados, ejecutados públicamente el 25 de
febrero de 1791 con grandes sufrimientos mientras agonizaban.
En Francia, ese hecho impactó y
se comenzó a buscar una solución para la colonia a efectos de aplacar los
ánimos. Pero la burguesía cree que ello puede suceder sólo si se cede a una
parte de los reclamos y otorga derechos a una minoría de grandes blancos ricos,
donde se suman unos pocos mulatos también ricos. Paralelamente a ello, desde la
metrópolis envían dos regimientos a la isla para “mantener el orden”.
Fue Robespierre el que denunció
en la Asamblea
el mezquino interés de los diputados que representaban a la colonia con estas
palabras:
“Si se sospechase que entre aquellos que se han opuesto a los derechos
para los hombres de color hubiese alguno que detestase la libertad y la
Constitución, pensarían que sólo perseguían los medios de atacar con fortuna
vuestros decretos y vuestros principios. Cada vez que se plantee la cuestión
que implica directamente el interés de la metrópolis es dirán: apeláis sin
cesar a los Derechos del Hombre pero vosotros mismos creéis tan poco en ellos
que habéis santificado constitucionalmente la esclavitud. El
interés supremo de la nación y de las colonias reside en que permanezcáis
libres y en que no derribéis con vuestras propias manos los pilares de la libertad. Que mueran
las colonias si el precio a pagar por ellas es vuestra felicidad, vuestra
gloria, vuestra libertad. Lo repito: que mueran las colonias si el deseo de los
colonos es amenazar con forzarnos a decretar aquello más ventajoso para sus
intereses”…
A partir de la represión a los
mulatos se incrementaron las revueltas espontáneos protagonizado por grupos de
mulatos y grupos de esclavos. El esclavo Francois Mackandal organizó a muchos
grupos cimarrones; el esclavo había perdido un brazo en el ingenio azucarero
donde moraba y huye a las montañas y, desde allí, bajaba con pequeños grupos de
cimarrones, atacando hacienda, matando blancos y llamando a los negros a
rebelarse. Envenenó las fuentes de agua que proveían a la población blanca y
utilizó hongos venenosos para eliminar a sus amos. Fue capturado y quemado vivo
como escarmiento y para generar terror en los esclavos.
A Mackandal lo reemplaza el
sacerdote Vudú Bouckman, líder al cual mencionamos en el capítulo anterior, que
también organizaba a los esclavos. Las ceremonias vudú son utilizadas para
discutir las políticas a llevar adelante contra la minoría blanca. El 14 de
agosto de 1791, miles
y miles de esclavos negros, respondiendo al llamado del sacerdote vudú,
salieron a luchar por su libertad dando comienzo a la insurrección negra,
camino hacia la independencia.
Los esclavos se armaron con las
herramientas que utilizaban: picos, azadas, machetes, palos, antorchas, algunas
pistolas viejas, espadas, varas con punta de hierro y avanzaron arrasando con
más de mil haciendas entre azucareras, cafeteras, de algodón y de índigo. En
pocos días la mitad de la llanura donde se establecieron esas plantaciones, se
encontraba en llamas. La energía del movimiento terminó con convencer a los
indecisos y así se les fueron uniendo los mulatos y los libertos.
En esa insurrección murieron más
de diez mil esclavos y más de mil blancos. Bouckman fue capturado y decapitado.
Miles de esclavos se refugiaron en las montañas y otros miles huían de las
plantaciones. Esos grupos fueron incorporándose a los que comandaban los nuevos
líderes: Biassou, Francois y Jeannot, envestido con títulos militares y
vestidos con los uniformes arrebatados a los enemigos muertos.
Alejo
Carpentier en su obra “EL REINO DE ESTE MUNDO” crea estos tres protagonistas, personajes
reales e imaginarios:
Ti Noel
Protagonista
de la obrue no sabe de letras, seguidor de Mackandal y Bouckman, su dueño es
Monsieur Lenormand de Mezy. Tras las revueltas en Haití, la casa del amo ha
quedado destruida, así que Lenormand viaja con sus esclavos a Cuba en busca de
otra suerte; allí el amo se hace jugador de naipes hasta que pierde todo,
incluido Ti Noel. Con su nuevo amo, Ti Noel reúne el aguinaldo suficiente para
ir en cubierta de vuelta a Haití. Allí vivirá en las ruinas de la antigua casa
de Lenormand y participará de manera importante en el derrocamiento del rey
negro Christophe, quien se había hecho más tirano que los franceses.
Finalmente, durante el gobierno de los mulatos republicanos, éste practicará el
ejercicio de la metamorfosis y el dominio de las fuerzas de la naturaleza. Ti Noel ,
por un lado, representa la creencia en la tradición africana de Haití, el vudú,
el teriomorfismo, la magia, etc., y, por otro, es un hombre que ante todo es un
amante de la libertad.
Mackandal
El
rebelde que instiga el alzamiento. En un accidente pierde un brazo y Ti Noel se
hace amigo de él. Mackandal le lleva a conocer a una mujer con poderes mágicos.
Mackandal huye y Ti Noel recibe una nota suya para un encuentro que tiene lugar
en una cueva. Mackandal aprende a usar hongos venenosos y logra envenenar a
muchos amos, y familias enteras. Los colonizadores logran capturar a Mackandal.
Cuando deciden quemarlo, como lección para los esclavos, Mackandal parece volar
sobre los negros esclavos quienes corren despavoridos pensando que el negro
huyó, pero no vieron que fue recapturado y lanzado al fuego. Los esclavos
pensaron que éste se transformó en mariposa (eventualmente se denominará
Mackandal a una especie de mariposas provenientes de Haití) logrando así la libertad. La
transformación solo la ven los esclavos y los iniciados de la religión vudú. El
poder de cambiar de figura es una característica de las religiones animistas, y
aquí es exactamente lo que señala «lo real maravilloso» de Carpentier. Los amos
no se dan cuenta de esa transformación. Carpentier revela esos dos puntos de
vista, cambiando la perspectiva narrativa. Mackandal es el ídolo de los
esclavos en la obra, ya que simboliza la libertad y poderes estrictamente
afroamericanos.
Bouckman
Personaje
histórico. Figura jamaiquina, sucesor y continuador de los proyectos del manco
Mackandal. Dirige la segunda revuelta de negros, muere decapitado.
Contaba 45 años de
edad cuando el esclavo Toussaint Bredá, nacido en 1746 decide unirse al
movimiento revolucionario, colocándose a las órdenes de Georges Biassou
llegando a ser su edecán, quien luego le otorga puestos de mando. Trabajaba
como administrador de ganado (pues sabía leer y escribir) y por ello contaba
con cierta autoridad entre la
gente. De los libros que pudo leer, algunos se referían a
estrategia militar y a conducción política. Por sus contactos con los blancos
se encontraba en conocimiento de lo que pasaba en la metrópolis y sabía de la
existencia del funcionamiento de la Sociedad de los Amigos de los Negros. Adoptó
la religión católica siendo bautizado y casado por la iglesia con una mujer
libre y tuvo dos hijos que vivían con él en las plantaciones. A los 33 años (en
1776) pasó a ser un “liberto”.Las relaciones con sus “amos”, era muy cercana,
lo que le permitía a su familia desarrollarse en un ambiente local poco
conflictivo. Reconociendo este trato especial, antes de marcharse a la
rebelión, puso a resguardo de la misma, a su último dueño, Baillon de Libertat
quien le ayudó a estudiar y lo colocó como su cochero primero y como administrador
después.
Los esclavos
llevaban, habitualmente como apellido, el de sus dueños, Su padre fue vendido
al gerente de la hacienda del Conde de Breda y, Toussaint, al nacer en esa
plantación, continúa con ese apellido del cual se desprende cuando comienza la
lucha por la independencia (En nuestro
caso, el histórico sargento (pos muerte), Juan Bautista Cabral llevaba ese
apellido por haber sido esclavo de una hacienda a cargo de un propietario de nombre
Cabral). El cambio del apellido, para algunos historiadores, se supone que
fue como consecuencia de un enfrentamiento armado donde Toussaint aplica la
estrategia de realizar una “abertura” entre sus tropas la que permitió
desorientar al enemigo; a partir de allí se lo conoce como Toussaint-Louverture.
Otros señalan que el apodo de L´Ouverture, significa el iniciador, y lo obtuvo
cuando obtuvo con sus tropas varias escaramuzas a cargo de un ejército de 3 mil
soldados convirtiéndose en general del
ejército del rey de España en 1791.
La rebelión de los
esclavos negros repercutió no sólo en Saint-Domingue sino también en Europa,
Jamaica, Cuba y los EEUU. En la cuidad de Le Cap, se unen los propietarios
blancos con los mulatos grande y pequeños, ambos grupos apoyados por el
ejército francés; pero los blancos incumplieron con el pacto y sorprendieron y
asesinaron a los mulatos previa acusación de ser parte de la revuelta negra.
Antes de continuar
con este relato vamos a señalar dos categorías marxistas que permitirán
comprender mejor los cambios de
actitudes de los grupos sociales y los de sus dirigentes: “Necesidades” e
“Intereses”.
Las necesidades. La actividad humana, solo encuentra su
condicionamiento casual y su orientación a partir de las necesidades, ya
sean de los individuos por separado, de los grupos o de la sociedad en su
conjunto. Las necesidades surgen en el proceso de funcionamiento de los
organismos sociales, en el proceso de interacción de estos con su medio
circundante. Las necesidades humanas pueden ser biológicas y sociales, constituyendo
estas una configuración interna del individuo. En el proceso de funcionamiento
del organismo social, las necesidades biológicas tienen un carácter primario
en relación con las sociales. Con relación a ello, tanto Marx como Engels
destacaban que la primera premisa de toda existencia humana y también de toda
historia, es que los hombres se hallen para:
“Hacer historia en
condiciones de poder vivir. Ahora bien, hace falta comer, beber, alojarse bajo
un techo, vestirse y algunas cosas más. El primer hecho histórico es, por
consiguiente, la producción de los medios indispensables para la satisfacción
de estas necesidades, es decir la producción de la vida material misma”.
Dentro de las necesidades sociales, una de las fundamentales a lo largo
del desarrollo histórico de la sociedad, lo ha sido la necesidad de
dirección del proceso social, y dentro de esta, la actividad de
dirección política. La actividad de dirección de los procesos sociales
es un tipo de actividad teórico-organizativa llevada a cabo por un determinado
sujeto de dirección (individuo, instituto, etc.), a través de la cual este
ejerce una influencia organizada y dirigida conscientemente sobre el objeto de
dirección, y que abarca las condiciones para su realización.
Marx señalaba que cualquier tipo
de actividad conjunta de hombres no puede pensarse sin la actividad de
dirección. La actividad de
dirección política tiene un carácter transitorio que se corresponde con la
subsistencia de las sociedades clasistas. Con el surgimiento de las clases y de
los antagonismos clasistas surge la actividad que garantiza la denominación de
una clase sobre otra: la actividad de dirección política.
Si la causa primaria y el
estímulo fundamental de toda la actividad humana lo constituye la necesidad, su
contenido concreto y su orientación se encuentran determinados por el interés.
El interés. El interés es una
dimensión resultante de la relación que se establece entre el sujeto como
organismo social y los objetos, procesos y fenómenos capaces de satisfacer sus
necesidades. Si el objeto del interés de un determinado sujeto lo constituye el
organismo social (una clase social) y se produce una relación de dependencia
mutua entre éstos, estaremos en presencia de un interés mutuo. Si por otra
parte, el objeto del interés de los sujetos es un mismo organismo social, puede
hablarse en ese caso de interés común.
Cuando en el proceso de interacción de uno u otro organismo social con
el medio se conforma una relación de dependencia estable en la que el
desarrollo del sujeto depende de la capacidad de determinados objetos de
satisfacer sus necesidades con independencia de la conciencia del sujeto,
estamos en presencia de un interés objetivo. Los clásicos del marxismo
se refirieron al interés social como un fenómeno social relacionado con
necesidades de tipo social. Por su parte, el interés subjetivo es un
resultado de la relación que surge en la conciencia del sujeto en el proceso de
conocimiento por éste del medio, y cuyo contenido está dado por la convicción
del sujeto de que precisamente dicho elemento del medio posee la capacidad de
satisfacer una u otra necesidad concreta suya. Uno de los tipos de interés lo
constituye el interés político, el cual se vincula con la actividad de
los hombres realizada en los marcos de la esfera política. Al respecto señalaba
Engels:
“La clase obrera tiene sus
propios intereses, tanto políticos como sociales. La historia de las
tradiciones y el movimiento por la reducción de la jornada de trabajo, muestra
cómo esta defendía lo que consideraba sus intereses sociales. Pero la defensa
de sus intereses políticos, ésta, lo deja casi completamente en manos de los
tories, radicales, personas de las clases dominantes”.
Los intereses políticos se encuentran determinados por las necesidades
políticas y, en primera instancia, por la necesidad de empleo de medios a
través de los cuales se ejercite la violencia para obtener, defender y
conservar la dominación política. Todo aquello que contribuya a garantizar la
satisfacción de esas necesidades, se incluye dentro de lo que puede entenderse
como interés político. Un ejemplo de lo anterior lo constituye el hecho de ver
en algo tan manido dentro de la sociedad burguesa como lo son las elecciones, “el
principal interés político de la sociedad civil real”. Los intereses políticos
surgen y existen objetivamente, aún antes de convertirse en fuerza que compulsa
al sujeto dado a la realización de la acción. Al respecto destacaba Carlos Marx:
“Los intereses, tanto en su
contenido como en su forma y medios de realización, son dados por las
condiciones sociales, con independencia de los individuos”.
Cualquier relación de poder es, por su propia naturaleza, desigual,
pues en ella uno (o varios) individuos dominan a otros y los doblegan más o
menos a su voluntad. Esto es válido en cuanto caracteriza las relaciones
sociales de toda sociedad profundamente diferenciada como las surgidas desde
que la división del trabajo trajo consigo la aparición de la propiedad privada.
Esto significa que tal desigualdad no es algo referente sólo a la política. Podemos
afirmar que, en la política encontramos la expresión de las desigualdades más
profundas de la sociedad, fundamentalmente las existentes en el plano de las
relaciones económicas. Las teorías
jurídicas difundieron durante mucho tiempo la idea contraria, pero la igualdad
de las partes (aún a través de la noción de contrato) es ilusoria: tras la
apariencia de derechos iguales, uno de los contratantes impone su voluntad al
otro de manera más o menos velada.
CENTRO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES
(CIEyS) – 18 DE JULIO DE 2020.
La imaginación es
águila y vuela; el interés es cerdo y anda despacio y es la lucha de los
pensadores impacientes y los pueblos perezosos una lucha entre águilas y
cerdos. José Martí
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