viernes, 4 de diciembre de 2015

NOSOTROS O ELLOS Nº 278

POR QUÉ EL SALARIO NO ES UN COSTO

En el sistema capitalista es normal considerar que el salario es un costo más, y así se lo trata. Un “costo más” es un gasto y, por lo tanto, cuando menor sea ese costo, menor sería el precio del producto.

Ese razonamiento mantiene una lógica y, aunque es falsa, se manifiesta como cierta. Sin embargo el salario dista mucho de ser un costo, para pasar a ser lo que el trabajador percibe por haber generado un nuevo valor sobre el valor anterior, valor que utilizó para transformarlo en un bien distinto, superior y que cumple una función social: satisfacer una necesidad (real o inducida) de la población o de otro proceso generador de valor cuando se trata de bienes intermedios.

Podemos simplificar un ejemplo para que se entienda mejor lo que estamos afirmando. Utilizar la producción de “tortas fritas” lo hace más sencillo, pero no difiere de la producción de satélites de comunicación, tarea que es, obviamente, más compleja.

Para las tortas fritas vamos a utilizar una receta tradicional y simple: 1 kilo de harina con levadura, agua y grasa. Esto sería la materia prima a utilizar. Necesitamos, además, algunas “herramientas” (las manos, un recipiente, una tabla, una sartén, una espumadera y un cuchillo) y algunas maquinarias (una cocina).

Tenemos todo eso pues lo compramos y lo pagamos. La materia prima es la que debemos transformar en un nuevo producto: la torta frita. Las herramientas y maquinarias nos sirven para realizar varias producciones de tortas fritas.

Las materias primas constituyen un costo en su totalidad. Gastamos 5 kilos de harina (13x5) pesos 65, 3 kilos de grasa de vaca (3x30) pesos 90, pesos 5 de agua, sal y azúcar y 40 pesos de gas o electricidad y amortización de la cocina. Nuestro costo total es de pesos 200 (65+90+5+40).

Por cada kilo de harina obtenemos 4 docenas. Por lo tanto estamos hablando de 20 docenas de tortas fritas que por día produce una persona, a un costo de materia prima más gastos y amortización de pesos 10 por docena (200/20).

Las materias primas y las herramientas carecen de vida propia. Una persona, en nuestro caso, y muchas en los más complejos, deben poner en funcionamiento esos bienes que ya poseen valor y que constituyen el viejo valor que, exclusivamente con nuestro trabajo vamos a convertir en un nuevo producto, en un nuevo valor que se va a sumar sobre ese viejo valor.

Vamos a suponer, en nuestro ejemplo, que la persona que produce las tortas fritas se encarga de comprar las mercancías, de producirlas y venderlas (algo muy habitual en los cuentapropistas). Y vende a 30 pesos la docena y las vende a todas.

De esa manera el nuevo valor que se obtiene es de: 600 pesos (20 docenas producidas a 30 pesos vendidas) menos el viejo valor de 200 pesos. O sea el nuevo valor es de 400 pesos. ¿De dónde surgió? De un solo lugar: del trabajo humano, de la fuerza de trabajo de un trabajador en este caso, de su capacidad para convertir la harina y grasa en torta frita que sea comible y agradable para el que la compre.

Es exclusivamente el trabajo el que genera ese nuevo valor. Por eso ese nuevo valor pasa a ser ingresos para el que lo produce: llamémoslo Juan.

Juan observa que si hace más tortas fritas también las vende. Pero el sólo no puede lograrlo. Entonces Juan conversa con una vecina, le pasa la fórmula, la provee de la materia prima y le sugiere que haga tortas fritas para él: 20 docenas por día (así duplica su venta).

¿Y cuánto me vas a pagar? –dice María, la vecina.

Doscientos pesos por día – responde Juan.

¡De acuerdo! - contesta la vecina con alegría, pues ahora recibirá ingreso inesperado y abandonará a la Legrand y las telenovelas de la tarde.

Observemos que fenómeno ocurre en esas segundas veinte docenas. La vecina percibe sólo una parte del nuevo valor, es decir, UN SALARIO. Y la mitad de ese nuevo valor es para Juan sin trabajar en su producción, es decir, SU GANANCIA O PLUSVALÍA.

En nuestra sociedad, el nuevo valor que produce el trabajo se divide en dos conceptos: SALARIO Y GANANCIA. Jamás es un costo y menos se le puede asignar el concepto de costo al que genera ese nuevo valor.

Por eso, al no ser costo:

UNA BAJA DE LOS SALARIOS DE LOS TRABAJADORES REPRESENTA UN INCREMENTO DE LAS GANANCIAS DEL EMPRESARIO.

El cuento del empresario es que bajando los costos se puede bajar el precio de venta y ser más competitivo, es resolver el problema de la competencia (que es real y existe) haciéndole pagar el precio al salario del trabajador y no a su ganancia.

Tenemos que considerar que, en el capitalismo, la ganancia así obtenida es legal cuando, en realidad, es explotación, es apropiación de su fuerza de trabajo, y encima, al generador de toda la riqueza que existe y se la conoce, se lo acusa de ser un factor de costo que hay que disminuir.


Oscar Natalichio
CENTRO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES (CIEYS)
03/12/2015

A 7 DÍAS DE RETORNAR AL INFIERNO ESTANDO YA PAGANDO EL ANTICIPO “COMPETITIVO” PARA INGRESAR.

No hay comentarios:

Publicar un comentario