NOSOTROS
O ELLOS Nº 278
POR QUÉ
EL SALARIO NO ES UN COSTO
En el
sistema capitalista es normal considerar que el salario es un costo más, y así
se lo trata. Un “costo más” es un gasto y, por lo tanto, cuando menor sea ese
costo, menor sería el precio del producto.
Ese
razonamiento mantiene una lógica y, aunque es falsa, se manifiesta como cierta.
Sin embargo el salario dista mucho de ser un costo, para pasar a ser lo que el
trabajador percibe por haber generado un nuevo valor sobre el valor anterior,
valor que utilizó para transformarlo en un bien distinto, superior y que cumple
una función social: satisfacer una necesidad (real o inducida) de la población
o de otro proceso generador de valor cuando se trata de bienes intermedios.
Podemos
simplificar un ejemplo para que se entienda mejor lo que estamos afirmando.
Utilizar la producción de “tortas fritas” lo hace más sencillo, pero no difiere
de la producción de satélites de comunicación, tarea que es, obviamente, más
compleja.
Para las
tortas fritas vamos a utilizar una receta tradicional y simple: 1 kilo de
harina con levadura, agua y grasa. Esto sería la materia prima a utilizar.
Necesitamos, además, algunas “herramientas” (las manos, un recipiente, una
tabla, una sartén, una espumadera y un cuchillo) y algunas maquinarias (una cocina).
Tenemos
todo eso pues lo compramos y lo pagamos. La materia prima es la que debemos
transformar en un nuevo producto: la torta frita. Las herramientas y
maquinarias nos sirven para realizar varias producciones de tortas fritas.
Las
materias primas constituyen un costo en su totalidad. Gastamos 5 kilos de
harina (13x5) pesos 65, 3 kilos de grasa de vaca (3x30) pesos 90, pesos 5 de
agua, sal y azúcar y 40 pesos de gas o electricidad y amortización de la cocina. Nuestro
costo total es de pesos 200 (65+90+5+40).
Por cada
kilo de harina obtenemos 4 docenas. Por lo tanto estamos hablando de 20 docenas
de tortas fritas que por día produce una persona, a un costo de materia prima
más gastos y amortización de pesos 10 por docena (200/20).
Las
materias primas y las herramientas carecen de vida propia. Una persona, en
nuestro caso, y muchas en los más complejos, deben poner en funcionamiento esos
bienes que ya poseen valor y que constituyen el viejo valor que, exclusivamente
con nuestro trabajo vamos a convertir en un nuevo producto, en un nuevo valor
que se va a sumar sobre ese viejo valor.
Vamos a
suponer, en nuestro ejemplo, que la persona que produce las tortas fritas se
encarga de comprar las mercancías, de producirlas y venderlas (algo muy
habitual en los cuentapropistas). Y vende a 30 pesos la docena y las vende a
todas.
De esa
manera el nuevo valor que se obtiene es de: 600 pesos (20 docenas producidas a
30 pesos vendidas) menos el viejo valor de 200 pesos. O sea el nuevo valor es
de 400 pesos. ¿De dónde surgió? De un solo lugar: del trabajo humano, de la
fuerza de trabajo de un trabajador en este caso, de su capacidad para convertir
la harina y grasa en torta frita que sea comible y agradable para el que la
compre.
Es exclusivamente
el trabajo el que genera ese nuevo valor. Por eso ese nuevo valor pasa a ser
ingresos para el que lo produce: llamémoslo Juan.
Juan
observa que si hace más tortas fritas también las vende. Pero el sólo no puede
lograrlo. Entonces Juan conversa con una vecina, le pasa la fórmula, la provee
de la materia prima y le sugiere que haga tortas fritas para él: 20 docenas por
día (así duplica su venta).
¿Y cuánto
me vas a pagar? –dice María, la vecina.
Doscientos
pesos por día – responde Juan.
¡De acuerdo!
- contesta la vecina con alegría, pues ahora recibirá ingreso inesperado y
abandonará a la Legrand y las telenovelas de la tarde.
Observemos
que fenómeno ocurre en esas segundas veinte docenas. La vecina percibe sólo una
parte del nuevo valor, es decir, UN SALARIO. Y la mitad de ese nuevo valor es
para Juan sin trabajar en su producción, es decir, SU GANANCIA O PLUSVALÍA.
En
nuestra sociedad, el nuevo valor que produce el trabajo se divide en dos
conceptos: SALARIO Y GANANCIA. Jamás es un costo y menos se le puede asignar el
concepto de costo al que genera ese nuevo valor.
Por eso,
al no ser costo:
UNA BAJA
DE LOS SALARIOS DE LOS TRABAJADORES REPRESENTA UN INCREMENTO DE LAS GANANCIAS
DEL EMPRESARIO.
El cuento
del empresario es que bajando los costos se puede bajar el precio de venta y
ser más competitivo, es resolver el problema de la competencia (que es real y
existe) haciéndole pagar el precio al salario del trabajador y no a su
ganancia.
Tenemos
que considerar que, en el capitalismo, la ganancia así obtenida es legal
cuando, en realidad, es explotación, es apropiación de su fuerza de trabajo, y
encima, al generador de toda la riqueza que existe y se la conoce, se lo acusa
de ser un factor de costo que hay que disminuir.
Oscar
Natalichio
CENTRO DE
INVESTIGACIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES (CIEYS)
03/12/2015
A 7 DÍAS
DE RETORNAR AL INFIERNO ESTANDO YA PAGANDO EL ANTICIPO “COMPETITIVO” PARA
INGRESAR.
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