domingo, 31 de agosto de 2014

NOSOTROS O ELLOS Nº 150

LOS EFECTOS DESASTROSOS DE UN PARO PARA LA PATRONAL

Antes de entrar en el tema del “paro general” vamos a señalar lo que, en el número anterior y en otros números anteriores escribimos, simplemente para mostrar que ya, lo que hoy son títulos de diarios (“Griesa y sus amigos Vs. Resto del Mundo”), lo habíamos anticipado de esta manera: a) casi todo el mundo apoya a Argentina contra los fondos buitres; b) dichos fondos sólo poseen un apoyo importante en los políticos, economistas y medios hegemónicos dentro del país; c) que la posición que tomó el gobierno de nuestro país iba a servir de “disparador” para “reformar” el sistema financiero, poniéndole límites a los buitres y d) que, aunque esos cambios puedan ser “no retroactivos”, es decir, no modifiquen el mamarracho de Griesa, el fallo del juez corrupto sólo se refiere a un 0,9% (menos del 1%) de especuladores, a los cuales, no se les debe pagar, salvo en iguales condiciones que al resto de los tenedores reestructurados. De esa manera la puja es contra ese fallo y contra los cipayos internos, los conspiradores que suelen autodenominarse “oposición” (Ver NOSOTROS O ELLOS Nº 149).

Retornamos al tema que origina el título:

Hemos vivido un segundo paro “general” llevado adelante el jueves 28 por los burócratas sindicales Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Pablo Micheli. Como el paro anterior, este fue dirigido contra el gobierno y no contra la patronal, ni contra las corporaciones formadoras de precios. Fue dirigido contra el gobierno, no contra Griesa y Singer y no contra los saqueadores del salario real.

Como el paro anterior la principal “reivindicación” se centró en la anulación del impuesto a las ganancias, que afecta a un millón de trabajadores sobre un total de 16 millones ocupados. Ni siquiera ese reclamo es auténtico, sólo lo colocaron en la vidriera para poseer una excusa pobre de por qué paran contra el gobierno. Además, ese millón de trabajadores son los de más altos salarios e incluyen a todo el personal jerárquico, entre ellos jefes de departamentos, gerentes de diversas categorías y gerentes generales. También a parte de los trabajadores de rubros como energía, minería y camioneros que han firmado convenios altos en relación con otros más numerosos como empleados de comercio, por ejemplo.

En primer lugar les pido que me acompañen en este razonamiento donde intento demostrar en cuánto millones de pesos se perjudicó a los trabajadores, con este paro político, millones de pesos que pasaron, en sólo un día, a engordar las arcas de las grandes empresas, de los bancos y también de algunos comercios y empresas menores.

Vamos solamente a considerar que un 30% de los trabajadores no concurrieron a realizar su funciones, sea por que realmente adhirieron al paro o porque no encontraron medios de transporte (trenes) o porque se los impidieron los piquetes, o porque tuvieron miedo. Remarcamos que un 30% es una cifra “arbitraria” que pretende aproximarse a la realidad, pero en este análisis, a medida que ese porcentaje se tome mayor que el señalado, el daño a los trabajadores es más grave y la transferencia de dinero para los empresarios, es mayor, como se podrá observar.

Bases de este análisis (redondeando los números a su primera aproximación):

1. Cantidad de Trabajadores con trabajo:                                 16.000.000.
2. Salario promedio nacional al mes de agosto de 2014:     $   10.000.-
3. Masa salarial mensual (punto 1 por punto 2)                   $   160.000.000.000
4. Masa salarial diaria (punto 3 dividido 30)                       $       5.340.000.000

Esos cuatros pasos se basan en datos reales que pueden ser comprobados y permiten conocer cual es la masa salarial diaria que perciben los trabajadores, realizando una simple división por la cantidad de días que poseen (en promedio) los meses. Sabemos que los cálculos sobre días hábiles indicarían que la división se debería hacer por 22 ó 23 y no 30, pero a los efectos de esta demostración, ello no es trascendente.

Esa masa salarial incluye al 100% de los trabajadores, o sea a esos 16 millones que trabajan, sean en blanco o en negro, sean con bajos salarios (la mayoría) o muy altos (los ejecutivos). De ese total un 30% no ha concurrido a su trabajo.

Esa “ausencia”, voluntaria o involuntaria, les permite al sector patronal “descontar el día” y, en no pocos casos, ello puede significar perder el presentismo, lo que es mucho más grave. Pero este último punto no lo vamos a incluir al ser evidente que muchos no pudieron concurrir por falta de transportes o por piquetes y ello los justifica.

¿Qué les representa ese 30% de salario que no cobrarán los trabajadores damnificados por un paro político, ajeno totalmente a las reivindicaciones reales?

5. Pérdida de ingresos (30% sobre el punto 4)                     $  1.602.000.000

Sí, son cifras reales. Son mil seiscientos dos millones de pesos que Barrionuevo, Moyano y Micheli, para fortalecer a Massa o a Paul Singer, les quitó a los trabajadores y se los cedió a los empresarios.

Hasta aquí la realidad objetiva con el componente subjetivo de la traición a los trabajadores. Ahora continuamos con nuestro análisis sobre cómo pasa ese monto a los empresarios, siendo para ello necesario reflexionar, brevemente, sobre la plusvalía, es decir, sobre la ganancia en el capitalismo.

  1. La llamada “inversión” para iniciar una actividad productiva (o de servicio) es contar con dinero, es decir, con Capital Monetario al que llamaremos D
  2. ¿Para qué invierte el capitalista? Únicamente para obtener plusvalía, es decir, una ganancia, es decir, recuperar la D de manera incrementada; a ese Capital Monetario Incrementado lo llamaremos
  3. En el medio hay todo un proceso productivo que crea una nueva mercancía, a la que llamaremos M
  4. De esta manera, el circuito total y simplificado del capitalismo responde a la fórmula D > M > D´ o, lo que es lo mismo: D > M > D + p, puesto que es el capital monetario inicial agrandado por la plusvalía p (ganancia) obtenida en ese ciclo  productivo.
  5. Con la D inicial se compran los instrumentos e instalaciones, las materias primas y materiales y la contratación de la fuerza de trabajo. Serían, en las categorías contables, los bienes de uso, los bienes de cambio y los salarios. El capital monetario desaparece para constituirse como capital productivo.
  6. Pero ese capital productivo sólo puede hacer M si la fuerza de trabajo del trabajador entra en acción. De no hacerlo, nadie mueve las máquinas ni nadie usa las materias primas o materiales. De allí que el trabajador sea el “motor” real de la producción, sea la fuerza productiva de mayor valor y, simultáneamente, el que le da valor agregado a M, el que crea un nuevo valor.
  7. Ello es así pues los valores anteriores, comprados por D, como las maquinarias y las materias primas, trasladan su valor al nuevo bien tal como ingresaron a la empresa, es decir, se mantienen constante. Pero una cosa es tener en el patio cemento y arena y otra es tener un bloque fabricado con cemento y arena. El bloque mantiene el valor del cemento y arena utilizado, pero se vende a más precio que la suma de esos dos componentes más la cuota de amortización de las herramientas utilizadas.
  8. Ese mayor precio es el nuevo valor que se agrega sobre el viejo y únicamente es producido por la fuerza de trabajo del trabajador. Ese nuevo valor puede ser, por ejemplo 100, pero el trabajador recibe como salario 50. ¿Qué paso con los otros 50? Es la plusvalía (p) que toma para sí el empresario y la registra como ganancia para él, compartiéndola con otros capitalistas, los bancarios si ha pedido préstamos y los comerciales si posee distribuidores. Pero el nuevo valor lo genera el trabajador y por vivir dentro del sistema capitalista, sólo recibe una parte de ella. El ejemplo del 50 y 50 es una abstracción, en la vida real, el trabajador percibe menos de un 20% del nuevo valor que genera.
  9. Y ese robo diario lo hacen los empresarios no los gobiernos. Por eso es muy distinto que los trabajadores pierdan de cobrar días de trabajo cuando luchan por reivindicaciones concretas (mejores salarios, mejores condiciones de trabajo, etc.) a cuando lo pierden sin ningún objetivo concreto llevado adelante por un grupo de dirigentes al servicio directo o indirecto de las corporaciones y con intensionalidad política manifiesta.

En base a ese razonamiento afirmamos claramente que el trabajador genera la ganancia del empresario, no voluntariamente, pues las reglas de juego se van fijando mediante el desarrollo de la luchas de clases y sólo culminarán cuando el capitalismo como sistema, como formación económico-social sea reemplazado por el socialismo.

Si es el trabajador el que genera la ganancia y esa ganancia no es para él, el impuesto a las ganancias NO DEBE AFECTAR SU SALARIO. Pues se le está quitando lo que ya se le quitó.

Ahora bien, ocultitos entre los trabajadores se encuentran los “ejecutivos” y el salario que éstos perciben no derivan únicamente del valor de su fuerza de trabajo sino de los adicionales jugosos que le pagan las corporaciones por encargarse de controlar y perfeccionar la explotación. Por lo tanto, los que ellos perciben, no es salario sino salario más una porción de plusvalía que le otorga el patrón por sus esmerados servicios. Y por más que se vista de seda mona queda. Es decir que allí está correctamente aplicado el impuesto a las ganancias de la cuarta categoría.

Pero existe también, al poseer ese impuesto un mínimo no imponible, una serie de trabajadores (no muchos lamentablemente pues ¿cuántos desearían que se les descuente ese impuesto?: 15 millones de trabajadores), que sus salarios son superiores a ese mínimo no imponible sin que ellos contengan plusvalía.

Y aquí se abren dos alternativas: una es cambiar el nombre del impuesto y considerarlo un impuesto “solidario”, es decir, una muy pequeña parte de los mejores salarios aportados en solidaridad con los de menor ingreso. Esto no sería “novedad” pues los propios sindicatos lo han puesto en vigencia, aunque no para el que menos tiene sino para sus arcas nada proletarias. Ejemplo: los sindicalizados suelen ser pocos en relación de los no sindicalizados. Los sindicalizados aportan, por ejemplo, un 2% mensual a su sindicato ¿Y los no sindicalizados? También, pues se lo descuentan como “aporte solidario”, siendo esos montos SUPERIORES A LO QUE RECAUDAN POR GANANCIA EL GOBIERNO en el mismo estamento.

Estamos señalando que, para la burocracia que dirige dictatorialmente esos sindicatos, como esos fondos de los no sindicalizados van para ellos, no existen disidencias. Tampoco deberían existir si, los que más ganan, aportan al mejoramiento social del país con un porcentaje mínimo en beneficio de los que menos ingresos poseen o de los desocupados...

La otra alternativa, que es la que proponen los creadores de los paros contra el gobierno y no contra los patrones (Micheli-Barrionuevo-Moyano), es eliminar el impuesto a las ganancias de cuarta categoría y de esa manera incrementar considerablemente los ingresos de los ejecutivos en desmedro del Estado Nacional.

¡BUENOS MUCHACHOS ESTOS!




Oscar Natalichio
Centro de Investigaciones Económicas y Sociales (CIEYS)
30 de agosto de 2014.
POR LA DEFENSA DE LA SOBERANÍA NACIONAL Y LA DIGNIDAD DE NUESTRO PUEBLO


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