lunes, 26 de mayo de 2014

NOSOTROS O ELLOS Nº 127

LAS CAUSAS DE TODAS LAS COSAS.

De TALES a LENIN. Un repaso sobre la historia de la Filosofía y los filósofos.

25. Las tres etapas: De Tales a Lenin: Las primeras ideas comunistas: Tomás Campanella; Tomás Moro

Las primeras ideas comunistas.

En esa época surgen las primeras ideas comunistas sostenidas ante el empobrecimiento producto del proceso de acumulación inicial del capital, empobrecimiento que producía a enormes sectores de la población una opresión aún más brutal, más despiadada, que la producida por el feudalismo. La base de esta crueldad se asentaba en la extraordinaria valoración de la propiedad privada sobre los medios de producción. Tomás Moro y Tomás Campanella fueron dos destacados utopistas comunistas que denunciaron y enfrentaron esa nueva realidad.

Giovanni Doménico (Tomás) Campanella (1568-1639)

¿Es posible mejorar la raza humana mediante oportunos apareamientos? 

“La familia debe ser abolida”. 

Retronando a la tesis de Platón en la república sostiene que en la ciudad ideal, tanto la familia como la propiedad privada deben ser abolidas y sustituidas por un modo de vida totalmente comunitario. Sólo así se puede dar lugar al nacimiento de un nuevo tipo de hombre que supere el individualismo y el egoísmo.

La inquisición no pudo llevarlo a la hoguera pues fingió ser un loco perdido, pero sus ideas, que estaban muy relacionadas con la de Tomás Moro en su Utopía, se mantuvieron sin cambios.

Su vida fue muy agitada. El gobierno español lo acusa de haber organizado una revuelta en su país natal con la misión de construir, en las montañas de Sila, un modelo de comunidad perfecta según los principios indicados en su obra “La ciudad del Sol”, por la cual fue condenado a muerte, condena que fuera transformada en prisión perpetua, luego reducida a 27 años de cárcel donde profundizó sus estudios. Fue liberado en 1626 y llevado a Roma, ahora como personaje célebre y admirado hasta por el papa. Pero como pensador libre fue, al poco tiempo, sometido a los procesos sanguinarios de la Inquisición. Hablando y riéndose durante la tortura, sorprendió a sus agresores, La inquisición no pudo llevarlo a la hoguera pues lo consideró un loco perdido, pero esa fue su estrategia y, de esa manera, sus ideas, que estaban muy relacionadas con la de Tomás Moro en su Utopía, se mantuvieron sin cambios. Fue liberado el 21 de octubre de 1634 y, bajo un nombre falso y vestido de fraile menor, se refugió en Francia, siendo acogido con mucho afecto por el rey Luis XIII, quien le facilitó una pensión que le permitió vivir sin sobresaltos los últimos años de su vida, ocupándose de sus grandes obras: los dieciocho libros de la Metafísica y los treinta de la Teología.

Sus obras, y en particular “La Ciudad del Sol” fueron grandes contribuciones  para desarrollar un pensamiento progresista y estimular el cambio social.

La Ciudad del Sol es una obra literaria donde describe a un estado teocrático universal basado en principios (comunitarios) de igualdad. Fue un comunista utópico que aspiraba a la formación de una sociedad comunista ideal con las particularidades que surgían de sus ideas, como la que esa sociedad debería ser dirigida por hombres honestos y sabios, pero sacerdotes. Una república “filosófica” donde era sabido que la propiedad privada engendra males tales como el egoísmo humano que incita al enfrentamiento en crueles guerras entre los hombres. Ello nunca ocurriría si la propiedad es comunitaria.

Se trata de una mezcla de asuntos religiosos y públicos. Con un supremo gobernante: el Sacerdote Sol, quien es auxiliado por tres príncipes también sacerdotes: Pon (poder, arte guerrero, ejército); Sin (sabiduría, enseñanza de las ciencias) y Mor (amor, procreación y educación de los niños).

Campanella define su misión con claridad que se encontraba muy acorde con su temperamento impetuoso y combativo, de allí que sintetizara:

“He nacido para luchar contra tres grandes vicios: la tiranía, la sofística y la hipocresía”

“Siguió a Telesio en muchos aspectos (naturalismo telesiano). El hombre debe reinar sobre el mundo y someter la naturaleza. La base de tal reino es la ciencia que se apoya en las matemáticas y en las ciencias naturales. Las fuentes del conocimiento son las sensaciones”.

“Pero Campanella es más conocido por su utopía social “La Ciudad del Sol” publicada en 1623. En ese libro representa una sociedad en la que están abolidas la propiedad privada, la familia y la religión del Estado. Al frente de este Estado, creado para la felicidad humana, están los sabios. Los hombres trabajan nada más que cuatro horas diarias, no conocen necesidades ni privaciones. El desarrollo de la ciencia y del progreso técnico es la base para poder pasar a una tal sociedad”.

Obras:
Escribió 82 obras. Algunas de ella son: Teología (30); Metafísica (18); “La Ciudad del Sol”, “Del sentido de las cosas y de la magia”, “Apología de Galileo”…

Tomás Moro (1478-1535)

¿Es posible hacer más justo el sistema productivo? ¿En qué condiciones podía el trabajo convertirse en una actividad gratificante?

De manera ideal Moro describió lo que sería una sociedad comunista, y lo hizo en el siglo XVI, en Inglaterra, además no avaló el cisma anglicano siendo por ello decapitado por orden de Enrique VII.

En Utopía, isla imaginaria descubierta por un navegante también imaginario, se remite al modelo de Platón e imagina una sociedad en la que no hay lugar para la explotación del hombre por el hombre, en la que se crearían a través del trabajo los medios de subsistencia en abundancia y donde esos bienes se distribuirían recibiendo cada uno los necesarios para la vida.

“Trabajar todos y trabajar menos en la isla de Utopía” “En la isla de Utopía no hay diferencia de sangre ni de género: todos los ciudadanos son iguales y todos se ocupan en la agricultura o en la artesanía, de tal modo que la rotación del trabajo impida la aparición de diferencias sociales. También se trabaja poco, porque en una sociedad en la que todos trabajan, quedan incluso espacios para el tiempo libre, la diversión y las actividades recreativas”

Utopía:
Significa lugar que no existe y que luego de Moro pasó a ser sinónimo de sociedad ideal. Se mantiene el término como lo inalcanzable en la práctica.

“Criticando el proceso de la acumulación primitiva comenzada en Inglaterra y analizando la ruina y la pobreza de los campesinos provocadas por el cercamiento de las tierras, Moro propugna el ideal de una sociedad que liquide las bases del régimen de clases y que establezca un orden comunista. Refutando toda clase de compromiso, exige “la completa destrucción de la propiedad privada”…

Escribe en Utopía: “Si subsiste (la propiedad privada), subsistirá para siempre en la mayor parte de la humanidad, el peso amargo e inevitable de la pena”.

“Todo lo que se produce dentro del Estado está sujeto al control: el Estado organiza la producción, distribuye la fuerza obrera entre las ramas de la producción, etc. La célula económica fundamental es la familia. La familia entrega toda su producción al Estado. Todas las autoridades son elegibles. La instrucción es asequible para todos los miembros de la sociedad”
.
“Moro y Campanella plantean el problema de los peligros militares que amenazan al Estado comunista por parte de sus rivales. Consideran necesario un alto desarrollo militar en sus Estados ideales. A ese respecto, es característica la afirmación de Moro de que “los utopianos no comienzan jamás una guerra en vano y sólo la hacen obligados a defender sus fronteras o para expulsar a los enemigos que  invaden un país amigo, o cuanto, compadecidos por cualquier otro pueblo oprimido por una tiranía, hacen uso de su fuerza, para emanciparlo del yugo del tirano y de la esclavitud”. (Utopía).

Obras: “Vida de Pico Della Mirandola”, “Respuesta a Lutero”, “Un diálogo sobre la herejía”, “Respuesta a un libro envenenado” y otras. Pero su mayor trabajo es “Utopía”.

Tomás Moro, político inglés, canciller, escritor, era sobre todo un humanista y se lo considera un representante del comunismo utópico.  En El Capital, Libro I – Tomo III, Marx describe cómo fueron expulsados de sus tierras los campesinos para convertirlos en mano de obra barata para la naciente burguesía y cómo fueron expulsados en masa de tal manera que la industria no absorbió a todos y, de esa manera, escribe (página 223):

“Se transformaron masivamente en mendigos, ladrones, vagabundos, en parte por inclinación y en la mayoría de los casos por la fuerza de las circunstancias”

Y luego relata cómo se crearon legislaciones sanguinarias para el trato de esos desocupados y desamparados, por ejemplo transcribimos uno de los menos graves:

“Isabel, 1572: Los mendigos sin licencia y mayores de 14 años se azotarán duramente y se marcarán en la oreja izquierda con hierro candente, caso que nadie quiera tomarlos a su servicio durante dos años. En caso de reincidencia, y si son mayores de dieciocho, serán ahorcados si es que nadie quiera tomarlos a su servicio, y si reinciden por tercera vez se les ahorcará sin piedad como reos de alta traición”.

La Eduardo VI (1547) era mucho más dura e incluía (Páginas 224 y 225)

“Todo el mundo tiene derecho a quitarle al vagabundo sus hijos y retenerlos como aprendices hasta los 24 años de edad, en caso de muchachos, y hasta los veinte en caso de las muchachas. Si se escapan serán hasta esa edad los esclavos de los maestros, que puedan encadenarlos, azotarlos, etc. como se les venga en gana. Cada maestro puede poner un anillo de hierro en el cuello, los brazos o las piernas de su esclavo, para que lo reconozca mejor y esté más seguro de él”.

Así comienza el Modo de Producción Capitalista. Marx reproduce unos pasajes de Utopía de Tomás Moro, es el siguiente:

“Y así ocurre que un glotón ansioso e insaciable, verdadera peste de su tierra natal, puede juntar miles de acres de tierra y cercarlos con una empalizada o un vallado, u hostigar de tal modo, con violencia e injusticias, a sus propietarios que están obligados a venderlo todo. De un modo u otro, doblen o quiebren, se ven forzados a abandonar el campo, ¡pobres almas candorosas y míseras! Hombres, mujeres, maridos, esposas, niños huérfanos, viudas, madres llorosas con sus niños de pecho y toda la casa, escasa de medios y numerosa de cabeza, puesto que la agricultura requiere muchos brazos. Allá va, digo, arrastrándose lejos, lejos de los lugares familiares y acostumbrados, sin encontrar reposo en ninguna parte; la venta de todo su ajuar, aunque de escaso valor, habría supuesto algo en otras circunstancias; pero lanzados de repente al arroyo, tienen que desprenderse de él a precios ridículos. Y después que han vagado hasta consumir el último céntimo ¿qué pueden hacer sino robar y luego ser colgados, ¡vive Dios!, con todas las de la ley, o echarse a pedir limosna? Y también en ese caso se los arroja a las cárceles por vagabundos, porque andan de un lado para otro y no trabajan; ellos, a quienes nadie quiere dar trabajo por mucho que lo soliciten.”

Excelente descripción de este gran humanista que fue decapitado por Enrique VIII. Es de señalar que, durante el período de este “príncipe”, se ahorcaron más de 70 mil “vagabundos”.


Oscar Natalichio
Centro de Estudios Económicos y Sociales (CIEYS)
25 de Mayo. Día de nuestra primera revolución.
oscarnatalich@fibertel.com.ar

Próximo capítulo:

26. Las tres etapas: De Tales a Lenin: Maquiavelo; Galileo; Bacon


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