viernes, 25 de abril de 2014

NOSOTROS O ELLOS Nº 111

LAS CAUSAS DE TODAS LAS COSAS.

De TALES a LENIN. Un repaso sobre la historia de la Filosofía y los filósofos.

9. La dialéctica materialista.


LA DIALÉCTICA MATERIALISTA

Una manera amplia de definir la dialéctica materialista sería como:

“Teoría de las formas universales de desarrollo de la realidad”.

En su plano más general, las leyes de la dialéctica son iguales en todos los campos, tanto en la esfera material como en la ideal, en la cual la dialéctica se manifiesta en forma subjetiva específica (la lógica dialéctica).

La forma subjetiva es sólo una de las formas con que se refleja la dialéctica del conocimiento humano, otras son: la dialéctica de la relación entre lo ideal y lo real y la teoría del conocimiento.

El materialismo dialéctico es un sistema total montado o sustentado en la unidad de tres de sus aspectos fundamentales: la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento.

Lenin escribió que:

“En EL CAPITAL, Marx aplicó a una sola ciencia, la lógica, la dialéctica y la teoría del conocimiento del materialismo (no hacen falta las tres palabras, es una y la misma cosa) que tomó todo lo que había de valioso en Hegel y lo desarrolló”.

Algunos interpretaron que esa definición de Lenin indicaba que esas tres cosas eran sinónimos, lo que es un error, pues Lenin se refería a distintas formas de lo mismo, que no es igual a que son lo mismo.

Distintas formas de lo mismo, es decir, distintas formas de la dialéctica, que mantienen entre sí una relación estructural diferente. Es más, Lenin subraya la diferencia entre la dialéctica subjetiva (la lógica, el sujeto sensible) con la dialéctica objetiva (la teoría del conocimiento, “donde las diferencias cuantitativas se convierten en cualitativas en el propio objeto”). A tal efecto escribe Orudzhev:

“Es por eso que es importante comprender la validez de la fórmula fundamental de Lenin sobre las interrelaciones de los lados, aspectos, idénticos de la dialéctica materialista, teniendo en cuenta sus diferencias. La dialéctica es dialéctica si es tanto:

 a) dialéctica de los objetos materiales;
 b) dialéctica de los conceptos y
c) dialéctica de la interrelación de la materia y la conciencia, del objeto y del sujeto.

 En ese sentido no hacen falta tres palabras, y la comprensión de la identidad en cuestión es extraordinariamente importante: pues fue precisamente el materialismo dialéctico el que demostró, en oposición a la dialéctica idealista, que no sólo lo lógico es espiritualmente dialéctico, sino también el mundo material, al igual que la interrelación de lo espiritual y lo material”.

Hegel afirmó, antes que nadie, la unidad de la dialéctica con la lógica y la teoría del conocimiento. Pero lo limitó sólo al movimiento de lo ideal, pues para Hegel, lo ideal era objetivo y subjetivo simultáneamente, causa por lo cual excluía las interrelaciones entre lo material y lo ideal.

El materialismo dialéctico no es un “invento soviético” como reducen algunos teóricos de la pequeña burguesía sólo para restarle carácter científico y creerse “creativos”; el materialismo dialéctico es el resultado de la historia de la filosofía (de su tránsito por diversos escalones) en donde, en un momento dado, Marx y Engels reelaboran a Hegel desde el punto de vista materialista.

En el desarrollo histórico de la filosofía, observamos con claridad que la dialéctica nunca ha adquirido forma “pura”, que siempre se ha encontrado ligada a la teoría idealista o a la teoría materialista del conocimiento. Y esa ligazón es la que determina  su forma histórica en cualquier momento de su desarrollo.
 
La dialéctica tiene formas diferentes que ha modelado el tránsito de la historia, pero que en cada momento ha contado con sus particularidades que le han posibilitado desarrollarse hasta alcanzar la etapa donde se la distingue como científica, como dialéctica materialista, como materialismo dialéctico. Para ello fue necesario recorrer tres etapas:

a)      la dialéctica de las relaciones y los nexos, la primera de ellas;
b)      la dialéctica del movimiento que marcaba un avance profundo sobre la primera; 
c)       la dialéctica del desarrollo que define la etapa actual en que se encuentra.
En el desarrollo histórico de la dialéctica se expresan tres escalones, que constituyen el propio objeto de la dialéctica:

a)      La interconexión como premisa del movimiento;
b)      el movimiento como premisa del desarrollo y 
c)      el desarrollo como la totalidad del objeto.

 Engels escribe “…la dialéctica, que concibe las cosas y sus imágenes conceptuales, esencialmente en sus conexiones, en su concatenación, en su dinámica, en su proceso de génesis y caducidad…”

Como vemos –afirma Orudzhev- la dialéctica analiza:

1) las “conexiones”, las “concatenaciones”;
2) el movimiento, la “dinámica”;
3) el “proceso de génesis y caducidad”, es decir, qué nos disponemos a analizar en el plano histórico”.

Finalizado este recorrido sobre la dialéctica vamos a ingresar de lleno a la historia de la filosofía “occidental” partiendo del primer filósofo griego: Tales hasta arribar a Lenin. Podemos señalar que vamos a transitar desde el esclavismo al socialismo en la filosofía.




Oscar Natalichio
Centro de Estudios Económicos y Sociales (CIEYS)
Abril de 2014.
oscarnatalich@fibertel.com.ar

Próximo capítulo:

10. Las tres etapas: De Tales a Lenin (2.700 años de filosofía).


NOSOTROS O ELLOS Nº 110

LAS CAUSAS DE TODAS LAS COSAS.

De TALES a LENIN. Un repaso sobre la historia de la Filosofía y los filósofos.

8. La dialéctica como sistema.


LA DIALECTICA COMO SISTEMA

“La gran idea cardinal de que el mundo no puede concebirse como un conjunto de objetos terminados y acabados, sino como un conjunto de procesos, en el que las cosas parecen estables, al igual que sus reflejos mentales en nuestras cabezas, los conceptos, pasan por una serie ininterrumpida de cambios, por un proceso de génesis y caducidad; esta gran idea cardinal se haya ya tan arraigada desde Hegel en la conciencia habitual, que, expuesta así, en términos generales, apenas encuentra oposición. Pero una cosa es reconocerla de palabra y otra cosa es aplicarla a la realidad concreta, en todos los campos sometidos a la investigación”. ENGELS.

Afirmándose sobre los avances científicos y el desarrollo histórico de la humanidad, la dialéctica demuestra que el mundo es un mundo en constante movimiento, un proceso infinito de movimiento y renovación, un proceso donde muere lo viejo y da paso a lo nuevo. La dialéctica se entiende como un método de conocimiento de la realidad. La dialéctica materialista o materialismo dialéctico es el método científico que abarca todos los dominios de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento a fin de comprender al mundo en su totalidad. ES UNA FILOSOFÍA. En relación a estas afirmaciones escribía Engels:

“Ante esta filosofía no existe nada definitivo, absoluto, consagrado… En todo pone relieve lo que tiene de perecedero y no deja en pie más que el proceso ininterrumpido del devenir y del perecer, un ascenso sin fin de lo inferior a lo superior”.
La filosofía del marxismo es el materialismo dialéctico. Materialista pues considera a la materia (el ser) como primario siendo la conciencia un derivado del ser, y concibe al universo tal como es en realidad. Dialéctico pues considera a ese universo en movimiento, desarrollo y renovación ininterrumpidas. Víctor Afanasiev definía al materialismo dialéctico como “una ciencia que descubre, sobre la base de una acertada solución al problema fundamental de la filosofía, las leyes dialécticas más generales del desarrollo del mundo material, las vías de conocimiento y de la transformación revolucionaria del mismo”

Teoría general de los sistemas.

La teoría general de los sistemas, es decir: el estudio de las cosas, de los objetos como sistema; de cosas u objetos poseedores de propiedades comunes, se convirtió en una parte importante del desarrollo científico. Por tal razón surgió la necesidad de elaborar una metodología para dichas investigaciones, o sea: una metodología de las investigaciones sistémicas.

Ello nos convoca a efectuarnos dos preguntas: ¿Cuál será el nexo entre esa metodología y el método filosófico? Y ¿Por qué existen distintos puntos de vista para explicarlo?

Comenzaremos señalando que en filosofía, el concepto de sistema surge con la misma filosofía en categorías definidas como “todo”, “armonía”, “unidad” y “arquitectónica” entre otras. Pero el avance más importante que se produce es el que deriva del conocimiento científico, es cuando la ciencia logra “separar” una forma “especial” de movimiento: la mecánica.

El materialismo filosófico logra elaborar un “sistema único y total de la naturaleza” apoyado sobre dos pilares, o, quizá más correcto, apoyado sobre dos conceptos: el concepto de movimiento y el concepto de sustancia material. Así lo interpretaban los materialistas franceses: como un sistema mecánico que se exterioriza en el concepto de “orden de distribución de las partes” (del sistema), orden que determina el movimiento.

En la filosofía clásica alemana surgen nuevos y valiosos aportes que configuran una renovada concepción de sistema. Comenzando con Kant, que diferencia los conceptos “sistemas” de “arquitectónica”. Leemos a Kant:

“Por arquitectónica yo entiendo el ARTE de construcción del sistema. Y como el conocimiento COMÚN, precisamente sólo en virtud de la unidad sistemática, se convierte en CIENCIA, es decir, de simple agregado de conocimientos se convierte en SISTEMA, entonces la arquitectónica es el estudio del aspecto científico de nuestros conocimientos en general y, por consiguiente, entra de manera necesaria en el estudio del método”… “Se convierte en sistema…

“Por sistema entiendo, pues, LA UNIDAD de los diversos conocimientos unidos por una IDEA. Y la IDEA es una concepción de la RAZÓN sobre la forma de un todo, por cuanto éste (el todo) se define A PRIORI el volumen de la diversidad y la posición relativa de las partes. Por consiguiente, la concepción científica de la razón contiene en sí el fin y la forma de todo lo que le corresponde”.

Aquí observamos las diferencias entre los materialistas franceses: “el todo determinado por las partes” y Kant, que regresa a Platón y Aristóteles “las partes dependen del todo”.

Para Kant, las formas históricas de los sistemas filosóficos son delirios “alrededor de la idea” que los propios fundadores:

no esclarecieron para sí mismo y por ello, no pudieron establecer el contenido verdadero, la desarticulación (unidad sistemática) ni las fronteras de su ciencia”

“Marx y Engels defendieron del modo más enérgico al materialismo filosófico y explicaron reiteradas veces el profundo error que significaba todo cuanto fuese desviarse de él. Donde con mayor claridad y detalle aparecen expuestas sus opiniones, es en las obras de Engels “Ludwig Feuerbach y Anti Dühring”, que –igual que el manifiesto comunista- son libros que no deben faltar en las manos de ningún obrero consciente”.  V. I. LENIN de “Tres fuentes”…

En cambio Hegel afirma la idea de que el sistema filosófico era el “producto inevitable del desarrollo histórico sujeto a leyes”  y fue el primero que extendió el concepto de sistema a la historia de la filosofía y vinculó a ella con la estructura del sistema filosófico. Por ello escribe:

“La historia de la filosofía muestra que las teorías filosóficas aparentemente opuestas no constituyen, por una parte, más que la misma filosofía en distintos niveles de desarrollo y, por otra, principios PARTICULARES, cada uno de los cuales descansa en la base de un sistema y son, en esencia, sólo RAMIFICACIONES del mismo todo. La última tesis filosófica, en el tiempo, es el resultado de todas las concepciones filosóficas anteriores y por ello debe contener en sí los principios de todas; por eso, si sólo ella constituye una concepción filosófica, es la más detallada, la más rica y la más concreta”

Hegel fue el primero también en vincular el concepto de sistema con la idea de desarrollo, pero lo limitó al conocimiento filosófico pues, al conocimiento no filosófico lo consideraba “EMPÍRICO”, y aquí, la vinculación interna sólo se asegura con el enfoque filosófico.

Para Hegel, la vinculación del concepto sistema con la idea consiste en que “la estructura del sistema se considera idéntica a la estructura del desarrollo”. Este principio, muy importante, es reelaborado por Carlos Marx quién, además, lo extendió a todos los objetos materiales y espirituales.

Hegel define al sistema de conocimientos como “una unidad de principios particulares” los cuales, fuera del sistema se muestran como “suposiciones infundadas y certezas subjetivas”, o sea, conocimiento carente de razón. En base a esto escribe:

“La esencia de la cuestión no se agota con su FINALIDAD, sino con su REALIZACIÓN; y no es el RESULTADO el que es el todo REAL, sino el resultado como proceso de formación: la finalidad por sí sola es un universo sin vida, a semejanza de la TENDENCIA que es una simple inclinación que todavía no se ha convertido en REALIDAD; y el resultado desnudo es un cadáver que deja tras de sí una tendencia”
.
¡Qué pena que este genial filósofo marcara sus propios límites suscribiendo la filosofía idealista! Para Hegel “la forma sistemática del conocimiento era condicionada únicamente por las propiedades específicas del concepto”, descartando, que la esencia del sistema, sean los objetos materiales.

No obstante sus aportes fueron muy significativos, en especial en la elaboración de principios lógicos sobre la construcción de la historia del conocimiento, entre ellos distinguió la ley de la negación de la negación.

“La negación dialéctica es el principio decisivo del tránsito de un concepto a otro concepto opuesto, en el cual, en otra forma, está contenido el anterior. En el proceso de la siguiente negación, segunda negación (negación de la negación), se restablece la forma del primer concepto, pero persiste el contenido del segundo. El tercer concepto aparece por eso como una unidad superior de las dos anteriores y así hasta la construcción del sistema, en el cual, el concepto final restablece la forma inicial, pero en unión del contenido obtenido en el curso de todo el proceso” (M. Orudzhev).

Hegel comienza el sistema que desarrolló por la lógica (idea absoluta de forma pura como conjunto especulativo de conceptos teóricos). La primera negación reemplaza a la lógica por la naturaleza (cambia la existencia de la idea absoluta que ahora toma una forma natural). La segunda negación reemplaza la forma natural (la naturaleza) por el desarrollo histórico del hombre (de la sociedad, de la conciencia social). La tercera y última parte, la categoría final, lo constituye “el conocimiento absoluto”, o sea, la lógica, la idea absoluta en forma pura, que ha recorrido y pasado su comprobación por las  leyes de la naturaleza y por la historia de la sociedad. A tal efecto leemos a Hegel:

“Lo único que hace falta para obtener el MOVIMIENTO CIENTÍFICO de avance… es el conocimiento del enunciado lógico de que lo negativo es al mismo tiempo positivo o, en otras palabras, que la negación en sí mismo no pasa a cero, se resuelve, no en la nada absoluta, sino, en esencia, sólo en la negación de su PARTICULAR contenido o, de otra manera más, que tal negación no es una negación cualquiera sino la NEGACION DE UNA COSA DETERMINADA, que se descompone a sí misma en lo que la negación es; por consiguiente, es una negación determinada, y que indudablemente, en el resultado está contenido, en esencia, aquello cuyo resultado es. Como quiera que la negación obtenida, en calidad de resultado, es una negación DETERMINADA, ésta tiene un CONTENIDO. Es un nuevo concepto, pero más elevado, un concepto más rico que el que lo antecede, ya que se enriqueció con su negación u oposición, y contiene, en sí el concepto viejo, pero contiene algo más que ese concepto, es la unidad de ese con su opuesto. De esa manera debe formarse, en general, el sistema de conocimientos, que en el movimiento incontenible, puro, que nada toma para sí del exterior, recibirá su culminación”.

Para Hegel el procedimiento fundamental de construcción del sistema lógico es el método de elevación que sigue el pensamiento teórico al pasar del concepto abstracto al concreto, al sistema de conocimientos; es el modo de movimiento de las ideas, sujetas a la ley dialéctica de la negación de la negación.

Carlos Marx se “apropia” de ese pensamiento y a la vez lo somete a crítica, en especial a la idea de “culminación absoluta”. En Hegel la categoría inicial (la idea absoluta) coincide con la categoría final. De esa forma logra un sistema que opera como un “círculo cerrado”. Allí termina. No hay nuevos escalones. No hay más movimiento. Pero esas limitaciones no empañan los aportes, en especial el de la creación de un sistema científico de conocimientos, de la “fecundidad” de la idea.

En biología Haeckel creó una clasificación en forma de árbol genealógico, en concordancia con el principio de Darwin: la verdadera clasificación sólo es posible como genealogía. De allí se obtiene un sistema, no una clasificación formal de las especies biológicas.

En química Mendeléiev desechó las simples clasificaciones de los diversos y múltiples elementos químicos y los estudió descubriendo la ley que los vincula entre sí: la “tabla periódica”. No como una regla más, sino como una ley general sintetizadora. Ello le permitió predecir la existencia del galio, escandio y otros elementos que aún no se conocían.

En economía política sólo se puede hablar de un sistema científico de categorías a partir de EL CAPITAL de Carlos Marx. Es un sistema fundado en base al descubrimiento de la ley económica específica del movimiento de la sociedad burguesa: la ley de la plusvalía. Ley que se deduce de otra más general: la ley del valor.

“Al igual que el principio de dependencia de las propiedades químicas de los elementos respecto a su peso atómico se funda en la base de la ley periódica; y el principio de selección natural descansa en la base de la teoría del origen de las especies; así, la teoría de la plusvalía está basada en la ley del valor” (M. Orudzhev en La Dialéctica como Sistema).

Estamos hablando del método dialéctico científico o materialismo dialéctico. Confirma su valor inventivo (heurístico) y se refleja como método del pensamiento teórico que reproduce al objeto de investigación en su integridad concreta, en un sistema total en el cual cada ley representa un movimiento particular, un subsistema, internamente vinculado a los demás.

Marx parte del concepto más simple: la mercancía. Y lo desarrolla no como un medio de ilustración formal de principios filosóficos universales sino como un todo concreto y sistemático donde surge el sistema de categorías de la economía política.

“En EL CAPITAL, Marx analizaba primero la RELACIÓN más simple, más ordinaria y fundamental, más común y cotidiana de la sociedad burguesa: la mercancía; una relación que se encuentra miles de millones de veces, a saber, el intercambio de mercancías. En este fenómeno sencillísimo (en esta CÉLULA  de la sociedad burguesa) el análisis revela TODAS las contradicciones (o gérmenes de todas las contradicciones) de la sociedad moderna. La posterior exposición nos muestra el desarrollo (A LA VEZ crecimiento y movimiento) de dichas contradicciones de esa sociedad, de la sumatoria de sus partes individuales, de su comienzo a su fin”. (V. I. Lenin en Cuadernos Filosóficos).

Podemos sintetizar lo desarrollado en dos puntos:

1.      Marx reelabora a Hegel pero desde el punto de vista materialista, no idealista. Marx establece el status del sistema material, siendo el sistema de conocimientos un reflejo del sistema material. Pero como un reflejo que posee sus particularidades específicas: dialéctica de lo abstracto a lo concreto, de lo inferior a lo superior del proceso histórico, etc.
2.      Marx se refiere  a sistema orgánico generalizado y a él se refiere con estas palabras:

“Si en el sistema burgués acabado cada relación económica supone otra en la forma económica burguesa y, de esta manera, cada posición es al mismo tiempo una premisa, entonces esto se cumple en cualquier sistema orgánico. Este propio sistema orgánico como un todo íntegro, tiene sus premisas; y su desarrollo en la dirección de la totalidad consiste, precisamente, en poner bajo la subordinación a todos los elementos de la sociedad, en crear de aquél los órganos que todavía no abarca ésta. De esa manera el sistema, en el curso del desarrollo histórico se convierte en una totalidad. El proceso de formación de tal totalidad constituye un momento de éste, del sistema, del proceso, de su desarrollo”
Podemos resumirlo así:

 EN EL SISTEMA DE LA SOCIEDAD BURGUESA, TRAS EL VALOR SIGUE INMEDIATAMENTE EL CAPITAL.

Todo sistema se elabora con conceptos que actúan como eslabones de una larga cadena. Definiremos esta categoría:

LOS CONCEPTOS.

“Cada concepto teórico, cada categoría, es un “eslabón”, un “paso” en la investigación científica. Cada categoría es una unidad concreta de los contrarios, es decir, la negación de la negación. Tal es la estructura cualquiera de los conceptos teóricos (y los conceptos teóricos siempre son concretos, a diferencia de los empíricos, representan desde el principio una síntesis determinada de éstos).De aquí se desprende que el análisis de cualquier “eslabón”, “paso”, de la investigación se aplican todas las leyes de la dialéctica. No puede ser de otra manera. La ley de la negación de la negación, que expresa la estructura general de cualquier objeto, supone, como vimos, la utilización de otras leyes de la dialéctica”. Z. M. Orudzhev
    
Los conceptos comenzaron a tratarse (elaborarse) como sí, en especial, en el siglo XIX, en especial los referidos a “sistema”, “estructura”, “elemento”, “orden” y otros.

Durante el siglo siguiente (XX) se incorporaron al denominado “enfoque sistemático estructural” pero no todos adquirieron el status filosófico de categoría salvo los más tradicionales entre los cuales se encuentran “todo”, “parte”, “sistema”…

Cuando hablamos de “enfoque sistemático estructural” nos referimos en que se observan la presencia de “rasgos metodológicos generales y propiedades del método concreto de las ciencias especiales”. Leemos a Rapoport:

“La teoría general de los sistemas es una concepción del mundo o una metodología, y no una teoría en el sentido que se le da ese término en la ciencia.”

Podemos estimar que la teoría general de los sistemas la componen:

a)      elaboración de modelos generalizados de sistemas;
b)      descripción del funcionamiento de los objetos sistémicos y
c)      creación de teorías sistémicas generalizadas (orientación hacia un objetivo; su desarrollo histórico; su estructuración jerárquica, sus procesos de mando, etc.)

Afirma M. Orudzhev, en La Dialéctica como Sistema:

“La teoría de los sistemas, resumida en la teoría general de los sistemas en proceso de elaboración en el presente, es un método general de investigación científica que transforman los distintos principios de la metodología filosófica en tal forma que éstos adquieren significado heurístico en el conocimiento científico especializado”.

Una cuestión es referirse a “rasgos generales” y otra a “rasgos específicos”. Los rasgos específicos no permiten utilizar la teoría de los sistemas en las ciencias donde el campo de acción es amplio, por ejemplo, la filosofía, por ejemplo: el materialismo dialéctico (salvo en forma convencional, ya que éstos poseen un carácter más concreto).

Los métodos de las ciencias más generales son aplicables a campos más concretos del conocimiento científico, pero no pasa lo mismo a la inversa. Un buen ejemplo son las matemáticas, que son aplicables a muchas ciencias, pero a la inversa no. Los métodos de la física y de la química no son aplicables a las matemáticas.

Lo que coincide en contenido con la dialéctica materialista no añade nada a ésta. Por lo que no hay aportes a las ciencias generales.

Y además, elude la dirección general de los cambios del sistema, considerando los cambios de progreso y de regreso, igualmente necesarios y equitativos, acentuando el análisis en los cambios irregulares y casuales del sistema, cambios que existen y que tienen lugar en el mismo sistema conservándose. Estos aspectos de la realidad no son campos de estudio del materialismo dialéctico o de la dialéctica materialista. (La cibernética es una parte del enfoque estructural, pero no es parte de la dialéctica materialista).

¿Para qué sirve? Responder a esta pregunta significa recordar que la síntesis a la que se refiere la teoría de los sistemas, “es un procedimiento no de deducción genética, sino de descripción de las relaciones y los nexos existentes en los sistemas (incluidos los nexos posibles o concebibles)”.

Y por ello se acepta que:

“El lenguaje de las matemáticas puede servir de lenguaje a la teoría general de los sistemas, principalmente porque ese lenguaje carece de contenido y expresa sólo las propiedades estructurales (de relación) de las situaciones objeto de investigación “.  (Ross Eshbi).

Podemos observar que el análisis y la síntesis en el método sistémico estructural se asientan en la medición de los parámetros de las funciones de las partes que constituyen el todo en sus relaciones y dependencias. A tal efecto escribía Orudzhev:

“La síntesis, tomada en las investigaciones teóricas como deducción genética, tiene lugar sólo en la lógica dialéctica y consiste en el estudio no sólo de los elementos y sus dependencias funcionales, sino en los tránsitos de éstos de uno a otro mediante el análisis de los eslabones a través de los cuales estos tránsitos se producen, o, en otras palabras, que median esos tránsitos. En la teoría de los sistemas no se analizan los eslabones intermedios: éstos se refieren enteramente al aspecto concreto de la investigación de los sistemas, que desborda los marcos de la primera… Sólo después de una investigación teórica relativamente completa de la esencia de este o aquel sistema se pueden utilizar los medios de la teoría de los sistemas para un estudio más preciso del funcionamiento y “comportamiento” del sistema y de los subsistemas de que está constituido”.

Podríamos resumir estos pasajes de la siguiente manera:

La teoría general de los sistemas no puede reemplazar al materialismo dialéctico ni equipararse a él, pero el materialismo dialéctico puede, en determinadas condiciones particulares, hacer uso de dicha teoría, para alcanzar mayor precisión en sus conclusiones.



Oscar Natalichio
Centro de Estudios Económicos y Sociales (CIEYS)
Abril de 2014.
oscarnatalich@fibertel.com.ar

Próximo capítulo:

9. La dialéctica materialista.



NOSOTROS O ELLOS Nº 109

LAS CAUSAS DE TODAS LAS COSAS.

De TALES a LENIN. Un repaso sobre la historia de la Filosofía y los filósofos.

7. ¿Por qué Grecia?

Hemos recorrido una serie de conceptos filosóficos básicos de la historia de los griegos. Ellos, más lo que a continuación agregamos nos permitirá dar respuesta a la pregunta por qué en Grecia se desarrolla la filosofía. En su libro ¿Qué es la filosofía?, sus autores (L. Korshunova y G. Kirilenko) afirman que, en Grecia:

 “La diversidad del paisaje y la existencia de vías fluviales y de yacimientos de minerales, contribuyeron a un rápido ascenso de la producción. Al primer milenio antes de nuestra era  -período en que nace la filosofía- se la llama edad de hierro (a diferencia de la precedente edad de bronce).

Es en Grecia donde se empieza a extraer minerales de hierro y de cobre, y se inventan procedimientos de fundición de metales. Crecen las cosechas, se perfecciona la artesanía. Con sus manos el hombre crea una “segunda naturaleza” –el mundo de las ciudades, de viviendas cálidas, de ropa cómoda y de campos fértiles-, que lo separa y lo protege de la naturaleza virgen. Alejada del hombre la naturaleza va perdiendo paulatinamente en la conciencia humana las propiedades concretas y aparecen en forma generalizada”.

Como mencionábamos al inicio: podemos partir de la afirmación que, para meditar, para estudiar, para observar, para asombrarse, para dialogar, para discutir, etc., es necesario el tiempo libre.

¿Cómo se obtiene ese “tiempo libre”? ¿Quién puede obtenerlo? Resolver estos dos interrogantes nos remite a la producción de bienes materiales y a la distribución de esa riqueza producida.

Este fenómeno en Grecia, donde se produce un rápido ascenso de la producción y por ende de la riqueza, condujo a que una parte de los integrantes de la sociedad se despegara del trabajo, tanto del campo, como de los talleres, como de las obras públicas y las de oficinas.

Se trataban, éstos ciudadanos obtentores del “tiempo libre”, de propietarios de esclavos, de pastizales, de viñedos donde otros trabajaban permitiéndoles contar con el “ocio creador” a un puñado de ricos aristócratas.

Si bien no todos supieron aprovechar esa oportunidad histórica ello le permitió, a los que sí la aprovecharon, pasar días enteros reflexionando. De allí, que durante siglos, tanto el arte como la ciencia, pero muy especialmente la filosofía, eran disciplinas que constituían un verdadero privilegio para un sector reducido de personas, para una clase social determinada, no vinculada a la trabajo físico.

Es atinente mencionar –pero no de forma absoluta como veremos más adelante- que la filosofía es producto de la lucha de clases. Es –al menos su portentoso desarrollo- producto de una sociedad dividida en clases antagónicas, con intereses opuestos y dispuestos a conservarlos unos y a cambiarlos otros.

Pero el tiempo libre sólo, que permitía pensar, observar, reflexionar, no era la única condición necesaria para que la filosofía se pudiera desarrollar. Era necesario poder intercambiar opiniones, conceptos, ideas. Era necesario debatir, escuchar y ser escuchado.

Esas libertades, si bien restringidas a un grupo minoritario de habitantes privilegiados, existieron en Grecia y posibilitaron y favorecieron el desarrollo del pensamiento filosófico.

Cuando esas libertades se vieron restringidas, cuando las ciudades estados perdieron la independencia tras la conquista macedonia, se produce el fin del clasismo griego y el inicio del helenismo.

Más adelante, el desarrollo de la filosofía, se enmarcará fundamentalmente, dentro de la lucha de clases antagónicas.

“Grecia es la cuna de la filosofía, el primer país en que nacieron y alcanzaron un alto desarrollo sus principales tendencias. La antigua filosofía griega, en la cual tiene su raíz toda la posterior filosofía europea, nació en el siglo VI a.n.e., durante el período en que se formó en Grecia la sociedad esclavista de clases”. Sheglov.

“Sólo la esclavitud ha creado la posibilidad de una división del trabajo más amplia entre la agricultura y la industria, gracias a la cual ha sido posible el florecimiento del mundo antiguo griego. Sin la esclavitud no hubiera habido el Estado griego, ni el arte y la ciencia griegos; sin la esclavitud tampoco hubiera habido Roma”. F. Engels: “Anti-Dühring”

Grecia antes de Grecia

Hay que observar el mapa donde se desarrolla la civilización griega. Desde el Mar Negro, atravesando el estrecho de Bósforo (que divide la ciudad de Estambul entre el continente asiático y europeo) nos internamos en el Mar de Mármara y por el estrecho de Dardanelos (que también separa la península de Galípoli –Europa- con Asia) ingresamos a los mares Egeo, Mirtoico y de Creta, donde cientos de islas se encuentran dentro de ellos siendo las encargadas de encerrarlas las islas de Creta, Escarpanto (Cárpatos) y Rodas.

Del otro lado nos encontramos con los mares Adriático (al norte) y Jónico (al sur). Sobre las orillas del Jónico se encuentra la zona de Epiro.

Y mencionamos la zona de Epiro pues es allí donde se encontraron las más antiguas huellas de ocupación, que indican la presencia de asentamientos y yacimientos paleolíticos de una antigüedad aproximada de 40 mil años a.n.e. aunque sólo uno muestra su continuidad hasta el neolítico (desde el 5000 al 2600 a.n.e.) donde se expande el poblamiento de Grecia, Creta y varias islas.

En el período neolítico es cuando las tribus se sedentarizan, la piedra es pulimentada y se comienzan a desarrollar la agricultura (olivos, viñedos, lentejas, centeno o trigo duro…), la ganadería (ovinos y cabras), la pesca, los tejidos y la cerámica. Esta “revolución” se produce con retraso de la que se estaba produciendo en oriente, de allí que se sostenga que es debido a esas influencias orientales y también de la Rusia meridional los orígenes de tal desarrollo.

Al otro lado de Epiro, en el Egeo, entre los años 3000 y 2000 a.n.e. comienza la edad de los metales sin que ello suponga reemplazo a la piedra pulimentada, a la arcilla y al hueso que continúan siendo hasta el 1000 a.n.e. los materiales más importantes.

Los metales se centraban especialmente en el bronce, cobre y plata  con los que se fabricaban armas y objetos decorativos y de culto destinados exclusivamente a la clase social más alta.

En ese período el Egeo (sus islas) son pobladas por pequeños agrupamientos, los que no pasan, generalmente, de los 100 habitantes sin algún tipo estable de organización social aunque los unía un idioma común indoeuropeo (indo-iranio; hititas; armenios; griegos; itálico; celtas; balto-eslavos y germanos).

Al introducirnos en lo que se denomina “el mundo antiguo” debemos señalar que éste contiene dos períodos: el arcaico y el clásico, abarcando el lugar histórico que se inicia con las primeras culturas surgidas en la comunidad primitiva.

En el período arcaico el intercambio de productos estaba muy poco desarrollado, en general, por el bajo nivel de la producción que no llevaba a generar excedentes importantes. Pero más tarde, cuando se fortalece la división del trabajo, cuando la sociedad se divide en clases antagónicas, donde surge una clase que se convierte en dominante y otra que es explotada por ésta, y crea las instituciones estatales necesarias para mantener la vigencia de ese orden, la producción se incrementa, surgen importantes excedentes y con ellos, la necesidad de comercializarlos.

Es entonces, durante el período clásico, donde ese intercambio insignificante de la época arcaica, se incrementa notablemente. Como consecuencia, se fortalece el papel de los mercaderes y de los navegantes como los gestores y ordenadores del comercio.

CHINA E INDIA ANTES DE GRECIA

El pensamiento filosófico de occidente tiene su origen en las “polis” griegas, en las ciudades-estados situadas en la costa occidental del Asia Menor, ubicadas sobre las rutas comerciales vinculantes de los pueblos de oriente y occidente.

Como ciudad-estado se destaca Mileto (hoy ciudad de Turquía) y entre sus tres filósofos materialistas se destaca Tales, el considerado primer filósofo griego según afirmación de Aristóteles. No era para menos ya que Tales fue un gran observador de la naturaleza, en especial de los fenómenos producidos por la humedad; un gran inventor; un político que defendía la ciudad-estado enfrentando al invasor persa; un geómetra y un obsesionado escrutador del cielo. También un comerciante y viajero que tuvo la posibilidad de conocer sabios y pensadores de oriente, los que influyeron sobre sus posteriores posturas.

Tales, desarrolla sus principios en a finales del siglo VII hasta mediado del siglo VI a.n.e., de allí que señalemos que la filosofía griega y occidental nace en el siglo VII a.n.e. Pero… ¿qué pasaba en oriente?

India y China se desarrollan en forma distinta a Grecia, surgen grandes diferencias, pero también se manifiestan, pese a ellas, muchos rasgos comunes. En India y en China el pensamiento filosófico nace antes que en Grecia.

Se considera que el pueblo chino es uno de los más antiguos del planeta. Lo confirman los testimonios encontrados, como instrumentos de trabajo, objetos de diversos materiales que allí se descubrieron. Entre ellos utensilios y armas confeccionadas con bronce. También allí se produjeron los más grandes avances científicos: se inventaron la brújula, la pólvora, el papel, la imprenta, la moneda, etc.

La astronomía se encontraba muy desarrollada y ya en el siglo IV a.n.e. el astrónomo Shi Shen confeccionó un catálogo que contenía la ubicación de 800 estrellas. Pero no era la única ciencia desarrollada, también eran importantes los avances en historia, lingüística y filosofía.

Y en filosofía, las primeras y elementales e ingenuas concepciones materialistas comienzan unos mil años antes que Tales. Esas concepciones se referían a cinco elementos primarios: el metal, la madera, el agua, el fuego y la tierra. Más adelante aparece un principio, también material, al que denominan “chi”, vinculado al aire o al espacio, regidor de todos los fenómenos.

De allí surge que cambio y movimiento son producidos por fuerzas independientes y contradictorias denominadas yang y yin, principio negativo y positivo (hombre-mujer; luz-sombra; calor-frío…).

Se señala como “primer gran filósofo” chino a un continuador de los anteriores filósofos que habían desarrollado concepciones materialistas pero muy simples e ingenuas. Lao-tse (siglo VI a.n.e.) sostiene que la vida, tanto de la naturaleza como la de los seres humanos, no es regida por fuerzas sobrenaturales, sino que se origina en un camino o cause natural denominado “tao”. Afirma que todo está en movimiento y cambio y que se transforma en su contrario. Era contrario a la mítica y a la religión.

Luego aparece Confucio (551-479 a.n.e.), fundador de una doctrina moral y también fundador de la corriente idealista de la filosofía china. Su base, que hoy se estudia en la República Popular China, es la sensibilidad y el humanitarismo, denominada “jen”, y el culto a los antepasados, aunque también incluye el apego a la vieja división social y la fe en los dioses.

Mo-tse (siglo V a.n.e.) se opone al pensamiento de Confucio, considerando que era ilógico e injusto que existan hombres que se apropien del trabajo de otros hombres, sosteniendo que todos deben trabajar y ayudarse mutuamente. Esos elementos materialistas las combinaba con posiciones idealistas al considerar la existencia de un ser espiritual supremo, el cielo, ideado como “amor universal”. Sus continuadores se denominaron “moistas” y desarrollaron, especialmente, sus concepciones materialistas.

En la vieja China, como en la Grecia antigua y en otros estados del mundo, el pensamiento filosófico se desenvuelve en medio de una fuerte lucha entre el materialismo y el idealismo. Lucha que continúa aún en nuestros días.

Los pueblos de la India antigua desarrollaron una particular cultura que llegó a ejercer notable influencia en el este y sureste de Asia, en la Mesopotamia y otras regiones que con ellos mantenían contactos comerciales.

Se han encontrado (en la India) objetos de metal, de cobre y de bronce que corresponden a tres mil años a.n.e. Ello significa que esos pueblos habían desarrollado la agricultura, la ganadería urbanizado ciudades, surgido el artesanado e intensificado el comercio.   

La sociedad en la India se montó sobre un régimen de “castas”. De esa manera existían, entre  los “ciudadanos libres”, cuatro castas: la aristocracia militar (Chatrias); los sacerdotes (Brahmanes); los campesinos y sus comunidades (Vaysias) y los siervos (Sudras). Estos últimos eran dominados por las otras tres castas y carecían de derechos a la propiedad comunal, no eran admitidos en las comunidades rurales y no participaban en la vida política.

En las concepciones filosóficas, como en las sociales y en las políticas, esa estructura de castas ejerce gran influencia en sus desarrollos. De tal manera, dichas concepciones, en especial las filosóficas, se desarrollan en la India a un ritmo menor que en China y en los países del Mediterráneo.

Pese a ello, en la inicial filosofía india aparecen explicaciones dialécticas de los fenómenos de la realidad objetiva, de nuestro mundo, superiores a cualquier otra contemporánea.

Los primeros datos sobre los conocimientos alcanzados se encuentran en los “Vedas”  de la antigua literatura india, integrado por cuatro compendios religiosos, siendo, el más importante, el “Rig-Veda del año 1.500 a.n.e. En esos compendios se exponen las concepciones religiosas de la época y, en ellos, se desarrollan las primeras concepciones filosóficas sobre el mundo, sobre el hombre y sobre la moral. Se habla de “ser”, de “espacio”; de “causa” y se menciona a la “sustancia primaria”.

A partir de esos manuscritos sánscritos continúa una frondosa literatura que cumple su etapa en unos escritos que datan del año mil a.n.e. Entre ellos, los “Upanishad”, que recogen estudios sobre las ideas filosóficas y donde ya se manifiestan la existencia de esas dos corrientes opuestas: idealismo y materialismo.  

Los iniciales sistemas filosóficos de la India se encuentran identificados en las diferentes escuelas. Podemos señalar la “Charvaca”; la “Sanjia”; El “Jainismo”; la “Budista”; la “Nimia”; la “Vaisheshika”; la “Yoga”; la “Mimansa” y la “Vedanta”.

Una de las escuelas materialistas más antiguas es la “Charvaca” o “Lokaiata. Parte de la base que no existe más que el mundo material, que es objetivo y se compone de “elementos primarios tangibles”. Señala como falsa la fe en la existencia de divinidades. Que no hay alma, ni paraíso, ni un “más allá”. Todo lo que existe se encuentra compuesto de aire (viento), fuego (luz), agua y tierra. Vemos claramente como en la filosofía del inicial materialismo ingenuo se repiten esos cuatros elementos.

Otras escuelas continuaron el rumbo abierto por la Charvaca. En especial en los sistemas filosóficos de las escuelas Nimia y Vaisheshika. Pero por igual razón de lo que más tarde sucede en Grecia y hasta nuestros días, la filosofía idealista es la base más firme que necesita cualquier formación económico-social (cualquier sistema político-social-económico) montada sobre la existencia de clases o castas sociales antagónicas, para justificar las existencias de esas desigualdades y atribuir las mismas a una situación ya predeterminada por dioses o destinos.

Y como hablamos de sistemas filosóficos, vamos a intercalar algunos conceptos sobre  la dialéctica como sistema y sobre la teoría general de los sistemas, para luego retornar con los filósofos de Grecia.




Oscar Natalichio
Centro de Estudios Económicos y Sociales (CIEYS)
Abril de 2014.
oscarnatalich@fibertel.com.ar

Próximo capítulo:

8. La Dialéctica como sistema




lunes, 21 de abril de 2014

NOSOTROS O ELLOS Nº 108

LAS CAUSAS DE TODAS LAS COSAS.

De TALES a LENIN. Un repaso sobre la historia de la Filosofía y los filósofos.

6. Un repaso sobre los inicios de la historia de la filosofía (final)


Orfismo

Orfeo es el hijo de Apolo y la diosa Calíope. Es el fundador de la secta que se conoce como “orfismo” o “secta órfica”. Tres son sus principios:

1. En cada persona existe un alma que está desde antes del nacimiento y perdura más allá de la muerte. Esa alma se introduce, al poco tiempo, en otro cuerpo;

2. Surge el “dualismo” entre alma y cuerpo. Salvar al espíritu equivale a reprimir el cuerpo; y

3. Tras la muerte del cuerpo el alma se somete a un juicio de dónde puede surgir un castigo, que se expresa en una nueva reencarnación, o sea, en introducirse en otro cuerpo; o un premio, que consiste en liberarse de ese castigo, que consiste en convertirse en un espíritu libre.

El “orfismo” es una respuesta a los desenfrenados “ritos dionisíacos”, por lo tanto remplazaba las orgías por una ética basada en un modesto estilo de vida, muy sobrio, muy ordenado, preferentemente vegetariano, basado en los preceptos de Apolo como dios de la Armonía, de la Concordia y de la Proporción.

Algunos estudiosos encuentran ejemplos que sugieren la existencia de una continuidad entre la religiosidad órfica y la cristiana. Existe una tablilla del período romano imperial donde se reproduce una crucifixión indicando (escrito claramente) que se trata de Orfeo.

Alma

En los “misterios órficos” ya se encontraba presente el ALMA. Presente como una entidad inmortal independiente del cuerpo, entidad a la que se le asignaba el “principio de la vida y del pensamiento”.

Entidad que abandonaba el cuerpo del individuo muerto para instalarse en otro vivo o, como principal aspiración, lograr desprenderse para siempre de tan angustiante responsabilidad.

En Grecia se debatía, con relación a el ALMA, si la misma se trataba de algo material o algo espiritual (o inmaterial). También se debatía si el ALMA era (sea material o inmaterial) un componente individual o colectivo.

Gran parte de los griegos afirmaban que el ALMA es una sustancia material muy refinada y natural, definiéndola como “espíritu vital” (pneuma), cuya particularidad era ingresar al cuerpo humano en el momento del nacimiento y retirarse del mismo con su último aliento.

Ello fue adquirido por el cristianismo, que en la época medieval representaba la muerte de un cristiano con la salida desde su boca del pneuma junto al último aliento.

En cambio, para Aristóteles, el alma no era una sustancia sino la forma del cuerpo, forma que expresaba su “lógica interna”, no su apariencia exterior. De esa manera niega la inmortalidad del alma individual, la cual no sobrevive al cuerpo pues es inseparable de él.

El alma ha siso siempre vinculado al aire y a los que se referencian con él, como la mariposa (por sus alas), el viento (por su movimiento), el aliento (por su libertad).

El alma es un concepto anterior a las religiones hebraicas y cristianas. El término latino “ánima” (psiché en griego) señala “el principio que otorga la vida” que se encuentra tanto en humanos como en animales. 

Eros

Para los griegos “Eros” era mucho más que “amor”. EROS significaba el “principio de la armonía universal”

Para ellos se trataba de la primordial fuerza de la naturaleza, que conectaba la materia formando las cosas u objetos y que, trasladado al ámbito social, conecta y une a los ciudadanos originando el nacimiento de las ciudades.

También desde el punto de vista de la psicología EROS cumple su papel, expresándose en la amistad y el amor. Y cuando los griegos se refieren a “amor” lo hacen en sentido amplio, sin distinción de sexo, sino basado en lo que denominan “instinto erótico” contenido en la naturaleza, como fuerza capaz de mantener unido a todo el Universo, cuya expresión más cercana era el lazo que mantenía unido al Sol con la Luna.

EROS aparecía entonces como una entidad cósmica, como el dios de los dioses, como el dios que dio orígenes a los demás dioses.

En la Grecia a la que nos estamos refiriendo, el vínculo familiar no era fuerte, en especial porque las mujeres eran privadas de todo derecho político y raramente salían de sus casas. El “amor” conyugal era, en síntesis, considerado como “una amistad más profunda”.

La prostitución femenina y masculina era parcialmente apoyada por el Estado, que brindaba los lugares para desarrollar esos actos. La “afeminación” del hombre se marca y refleja en las esculturas masculinas, donde predomina la belleza de las formas y del rostro.

La homosexualidad se desarrolla, muy especialmente, entre el “maestro” y el “alumno”. De allí surge lo que se denomina “pederastia pedagógica”, equivalente a “vínculo erótico intelectual”.

“ERASTES” era el Maestro y significa “el que hace el amor” y ERÖMENOS el Alumno, que significa “el que recibe”. Este comportamiento homosexual (término que no existía en esa época) no superaba –en general- los límites de la clase aristocrática.

Kalokagathia.

Ese término significa, para la aristocracia griega, lo que es perfecto, bueno y bello. Podemos agregar, lo que es hábil y valiente. Y otra virtud, muy importante, la de no dejarse corromper por bienes y poderes.

Ello, además de las cualidades mencionadas concentradas en el término “bondad”, incluía, muy especialmente, la “belleza física”.

Por tanto, para esa “ética aristocrática” el rechazo al trabajo manual era condición no discutible. Se lo consideraba envilecedor e indigno de hombres libres y virtuosos. El hombre ya no sólo es virtuoso por su espiritualidad, lo debe ser también por su físico.

 Por eso los griegos eran esencialmente nudistas y glorificaban al desnudo. Afirmando que la belleza masculina convertía al hombre en una persona más cívica.

La Kalokagathia contenía la tesis de la “imposibilidad de enseñar la virtud”. En ello se afirmaba la clase aristocrática: las virtudes políticas, la capacidad de conducción, no se adquieren con educación, se heredan a través de la sangre de los padres.

Logos – Enigma

Simplificando decimos que “logos” equivale a palabra o a discurso. Es el término más importante de la filosofía griega. Equivale también, y muy especialmente, a “razón”.

Fue Heráclito quién utilizó esa palabra por primera vez:

“Aunque todo ocurra según el logos, los hombres son obtusos por lo que respecta al logos tanto antes como después de haber oído de él, y parecen inexpertos al respecto.”

Para Heráclito, logos es igual a razón. Si leemos nuevamente su oración reemplazando el término original por su sinónimo podemos concluir que ser racional no equivale a poseer una teoría de la racionalidad; que es posible utilizar la inteligencia sin saber en qué consiste, ya que en la vida común, ello se manifiesta como una habilidad producto de capacidades adquiridas en base a experiencias.

Aquí, en esta contradicción, se encuentra el origen del “racionalismo helénico”.

Logos equivale a cálculo, evaluación, medida, discurso, palabra, razón, causa, juicio, argumento, pensamiento, razonamiento, elección, etc.

Demasiadas cosas racionales para los griegos, que buscaron enfrentar las capacidades con la inteligencia. Y lo hicieron con preguntas planteadas de manera ambigua pero que admitían una sola respuesta. Se desarrolla así el ENIGMA.

También surge la ANTINOMIA basada en un correcto razonamiento pero carente de solución. (Por ejemplo: una orden escrita con una sola frase que indique “no leer”)

El PARALOGISMO que contiene un error oculto bajo su aparente racionalidad y, finalmente, el DILEMA que abre dos proposiciones contrarias planteadas como alternativas válidas y ambas posibles.

En los griegos se había despertado un enorme interés por el  “rompecabezas” que agrupaba problemas matemáticos, geométricos y otros, sin resolver, cuando se supone que deben poseer una solución. El más famoso era la cuadratura del círculo (cómo calcular el área exacta de un círculo).

Proporción

Se observa que las grandes obras de arquitectura construidas por civilizaciones egipcias, babilónicas, chinas e indias se realizaban teniendo en cuenta relaciones matemáticas muy precisas, relaciones numéricas dentro de un orden basado especialmente en números, en guardar de esa manera la debida proporción.

Se explica esa necesidad de proporción como parte de la naturaleza humana, arraigada en el nivel de las sensaciones, que aparece como una actividad mental (como un impulso) con capacidad de estructurar y proporcionar la complejidad del mundo real.

Ese impulso hacia la búsqueda de la proporcionalidad sería anterior a cualquier reflexión racional y ello es explicado al señalarse que en algunas especies del reino animal se manifiestan preferencias por los sistemas ordenados, geométricos, equilibrados, etc. Queda así desmentida la afirmación según la cual la proporcionalidad fue un invento griego. No obstante debemos señalar que:

1. La idea de proporción tuvo gran incidencia en el pensamiento filosófico griego (“la mejor pauta es la medida”). La propia filosofía es definida por ellos como “el arte de dar proporción a las cosas y a los conceptos”;

2. Los griegos fueron más allá de servirse de reglas proporcionales y elaboraron teorías que llevan a dar una explicación racional a la proporcionalidad, y

3. Esa proporcionalidad es asumida como algo aplicable a todas y cada una de las manifestaciones del ser, en cualquier aspecto de su vida.

De esa manera, y en especial en la filosofía, el razonamiento proporcional fue el instrumento más utilizado en Grecia. Platón, por ejemplo, plantea una analogía como esta: “La tierra es al agua lo que el aire es al fuego”

Pero es en el arte donde el concepto proporción adquiere mayor presencia práctica. Allí surgen dos corrientes importantes: una elaborada por los pitagóricos, la sección áurea”, y la otra vinculada a la escultórica del cuerpo: el canon de Policleto, tratando de obtener un equilibrio dinámico mediante la proporcionalidad entre los diversos miembros del cuerpo humano.

Polis

El desarrollo del pensamiento filosófico en Grecia es contemporáneo al surgimiento del Estado, de la ciudad-estado-libre, conocida como POLIS.

Ese Estado libre garantizaba un espacio abierto para el debate franco, amplio, libre, sin censuras. Espacio que logró imponerse a las concepciones aristocráticas y elitistas que cultivaban prestigiosos hombres tales como Pitágoras, Heráclito y Platón, entre otros.

La libertad de la POLIS dio origen a la noción “democracia”. Dio origen a un sistema social en que el “poder” está en manos de una asamblea libre donde cada ciudadano tenía derecho a un voto.

Dio, también, origen al “ostracismo”, un exilio (en general temporario)  con el que se condenaba a un individuo (sea culpable o inocente) por simple mayoría de opiniones (votos).

Cuando hablamos de “democracia” en Grecia nos referimos a la democracia esclavista y debemos señalar el carácter restringido de la misma (restricción que no le quita relevancia histórica); pues se trataba de una democracia reservada a una minoría de hombres libres, donde se excluía a los esclavos (la gran mayoría de los habitantes), y a las mujeres. También eran excluidos los extranjeros y los ciudadanos naturales que ejercían tareas que se consideraban denigrantes.

Además, la idea de “democracia” se asociaba a tácticas militares específicas, basadas en un sistema de guerras de masa, de donde surge la “infantería oplita” que reemplaza al modelo aristocrático basado en el valor y audacia individual (en el mito homérico el duelo entre héroes reemplazaba la batalla).

En la “democracia” griega, el infante oplita (el ciudadano agricultor libre), con su armadura de bronce, se unía con otros formando la falange, que consistía en un compacto destacamento con protectores escudos que se lanzaba a la carrera contra el enemigo, no habiendo lugar para gestos heroicos individuales. La falange actuaba como un único cuerpo y la victoria era el resultado del esfuerzo colectivo. Así los griegos derrotaron a los persas.

En los tiempos de paz los debates libres continuaban desarrollando y enriqueciendo los conocimientos y, con ellos, la filosofía.


Oscar Natalichio
Centro de Estudios Económicos y Sociales (CIEYS)
Abril de 2014.
oscarnatalich@fibertel.com.ar

Próximo capítulo:

7. ¿Porqué Grecia?