viernes, 25 de abril de 2014

NOSOTROS O ELLOS Nº 109

LAS CAUSAS DE TODAS LAS COSAS.

De TALES a LENIN. Un repaso sobre la historia de la Filosofía y los filósofos.

7. ¿Por qué Grecia?

Hemos recorrido una serie de conceptos filosóficos básicos de la historia de los griegos. Ellos, más lo que a continuación agregamos nos permitirá dar respuesta a la pregunta por qué en Grecia se desarrolla la filosofía. En su libro ¿Qué es la filosofía?, sus autores (L. Korshunova y G. Kirilenko) afirman que, en Grecia:

 “La diversidad del paisaje y la existencia de vías fluviales y de yacimientos de minerales, contribuyeron a un rápido ascenso de la producción. Al primer milenio antes de nuestra era  -período en que nace la filosofía- se la llama edad de hierro (a diferencia de la precedente edad de bronce).

Es en Grecia donde se empieza a extraer minerales de hierro y de cobre, y se inventan procedimientos de fundición de metales. Crecen las cosechas, se perfecciona la artesanía. Con sus manos el hombre crea una “segunda naturaleza” –el mundo de las ciudades, de viviendas cálidas, de ropa cómoda y de campos fértiles-, que lo separa y lo protege de la naturaleza virgen. Alejada del hombre la naturaleza va perdiendo paulatinamente en la conciencia humana las propiedades concretas y aparecen en forma generalizada”.

Como mencionábamos al inicio: podemos partir de la afirmación que, para meditar, para estudiar, para observar, para asombrarse, para dialogar, para discutir, etc., es necesario el tiempo libre.

¿Cómo se obtiene ese “tiempo libre”? ¿Quién puede obtenerlo? Resolver estos dos interrogantes nos remite a la producción de bienes materiales y a la distribución de esa riqueza producida.

Este fenómeno en Grecia, donde se produce un rápido ascenso de la producción y por ende de la riqueza, condujo a que una parte de los integrantes de la sociedad se despegara del trabajo, tanto del campo, como de los talleres, como de las obras públicas y las de oficinas.

Se trataban, éstos ciudadanos obtentores del “tiempo libre”, de propietarios de esclavos, de pastizales, de viñedos donde otros trabajaban permitiéndoles contar con el “ocio creador” a un puñado de ricos aristócratas.

Si bien no todos supieron aprovechar esa oportunidad histórica ello le permitió, a los que sí la aprovecharon, pasar días enteros reflexionando. De allí, que durante siglos, tanto el arte como la ciencia, pero muy especialmente la filosofía, eran disciplinas que constituían un verdadero privilegio para un sector reducido de personas, para una clase social determinada, no vinculada a la trabajo físico.

Es atinente mencionar –pero no de forma absoluta como veremos más adelante- que la filosofía es producto de la lucha de clases. Es –al menos su portentoso desarrollo- producto de una sociedad dividida en clases antagónicas, con intereses opuestos y dispuestos a conservarlos unos y a cambiarlos otros.

Pero el tiempo libre sólo, que permitía pensar, observar, reflexionar, no era la única condición necesaria para que la filosofía se pudiera desarrollar. Era necesario poder intercambiar opiniones, conceptos, ideas. Era necesario debatir, escuchar y ser escuchado.

Esas libertades, si bien restringidas a un grupo minoritario de habitantes privilegiados, existieron en Grecia y posibilitaron y favorecieron el desarrollo del pensamiento filosófico.

Cuando esas libertades se vieron restringidas, cuando las ciudades estados perdieron la independencia tras la conquista macedonia, se produce el fin del clasismo griego y el inicio del helenismo.

Más adelante, el desarrollo de la filosofía, se enmarcará fundamentalmente, dentro de la lucha de clases antagónicas.

“Grecia es la cuna de la filosofía, el primer país en que nacieron y alcanzaron un alto desarrollo sus principales tendencias. La antigua filosofía griega, en la cual tiene su raíz toda la posterior filosofía europea, nació en el siglo VI a.n.e., durante el período en que se formó en Grecia la sociedad esclavista de clases”. Sheglov.

“Sólo la esclavitud ha creado la posibilidad de una división del trabajo más amplia entre la agricultura y la industria, gracias a la cual ha sido posible el florecimiento del mundo antiguo griego. Sin la esclavitud no hubiera habido el Estado griego, ni el arte y la ciencia griegos; sin la esclavitud tampoco hubiera habido Roma”. F. Engels: “Anti-Dühring”

Grecia antes de Grecia

Hay que observar el mapa donde se desarrolla la civilización griega. Desde el Mar Negro, atravesando el estrecho de Bósforo (que divide la ciudad de Estambul entre el continente asiático y europeo) nos internamos en el Mar de Mármara y por el estrecho de Dardanelos (que también separa la península de Galípoli –Europa- con Asia) ingresamos a los mares Egeo, Mirtoico y de Creta, donde cientos de islas se encuentran dentro de ellos siendo las encargadas de encerrarlas las islas de Creta, Escarpanto (Cárpatos) y Rodas.

Del otro lado nos encontramos con los mares Adriático (al norte) y Jónico (al sur). Sobre las orillas del Jónico se encuentra la zona de Epiro.

Y mencionamos la zona de Epiro pues es allí donde se encontraron las más antiguas huellas de ocupación, que indican la presencia de asentamientos y yacimientos paleolíticos de una antigüedad aproximada de 40 mil años a.n.e. aunque sólo uno muestra su continuidad hasta el neolítico (desde el 5000 al 2600 a.n.e.) donde se expande el poblamiento de Grecia, Creta y varias islas.

En el período neolítico es cuando las tribus se sedentarizan, la piedra es pulimentada y se comienzan a desarrollar la agricultura (olivos, viñedos, lentejas, centeno o trigo duro…), la ganadería (ovinos y cabras), la pesca, los tejidos y la cerámica. Esta “revolución” se produce con retraso de la que se estaba produciendo en oriente, de allí que se sostenga que es debido a esas influencias orientales y también de la Rusia meridional los orígenes de tal desarrollo.

Al otro lado de Epiro, en el Egeo, entre los años 3000 y 2000 a.n.e. comienza la edad de los metales sin que ello suponga reemplazo a la piedra pulimentada, a la arcilla y al hueso que continúan siendo hasta el 1000 a.n.e. los materiales más importantes.

Los metales se centraban especialmente en el bronce, cobre y plata  con los que se fabricaban armas y objetos decorativos y de culto destinados exclusivamente a la clase social más alta.

En ese período el Egeo (sus islas) son pobladas por pequeños agrupamientos, los que no pasan, generalmente, de los 100 habitantes sin algún tipo estable de organización social aunque los unía un idioma común indoeuropeo (indo-iranio; hititas; armenios; griegos; itálico; celtas; balto-eslavos y germanos).

Al introducirnos en lo que se denomina “el mundo antiguo” debemos señalar que éste contiene dos períodos: el arcaico y el clásico, abarcando el lugar histórico que se inicia con las primeras culturas surgidas en la comunidad primitiva.

En el período arcaico el intercambio de productos estaba muy poco desarrollado, en general, por el bajo nivel de la producción que no llevaba a generar excedentes importantes. Pero más tarde, cuando se fortalece la división del trabajo, cuando la sociedad se divide en clases antagónicas, donde surge una clase que se convierte en dominante y otra que es explotada por ésta, y crea las instituciones estatales necesarias para mantener la vigencia de ese orden, la producción se incrementa, surgen importantes excedentes y con ellos, la necesidad de comercializarlos.

Es entonces, durante el período clásico, donde ese intercambio insignificante de la época arcaica, se incrementa notablemente. Como consecuencia, se fortalece el papel de los mercaderes y de los navegantes como los gestores y ordenadores del comercio.

CHINA E INDIA ANTES DE GRECIA

El pensamiento filosófico de occidente tiene su origen en las “polis” griegas, en las ciudades-estados situadas en la costa occidental del Asia Menor, ubicadas sobre las rutas comerciales vinculantes de los pueblos de oriente y occidente.

Como ciudad-estado se destaca Mileto (hoy ciudad de Turquía) y entre sus tres filósofos materialistas se destaca Tales, el considerado primer filósofo griego según afirmación de Aristóteles. No era para menos ya que Tales fue un gran observador de la naturaleza, en especial de los fenómenos producidos por la humedad; un gran inventor; un político que defendía la ciudad-estado enfrentando al invasor persa; un geómetra y un obsesionado escrutador del cielo. También un comerciante y viajero que tuvo la posibilidad de conocer sabios y pensadores de oriente, los que influyeron sobre sus posteriores posturas.

Tales, desarrolla sus principios en a finales del siglo VII hasta mediado del siglo VI a.n.e., de allí que señalemos que la filosofía griega y occidental nace en el siglo VII a.n.e. Pero… ¿qué pasaba en oriente?

India y China se desarrollan en forma distinta a Grecia, surgen grandes diferencias, pero también se manifiestan, pese a ellas, muchos rasgos comunes. En India y en China el pensamiento filosófico nace antes que en Grecia.

Se considera que el pueblo chino es uno de los más antiguos del planeta. Lo confirman los testimonios encontrados, como instrumentos de trabajo, objetos de diversos materiales que allí se descubrieron. Entre ellos utensilios y armas confeccionadas con bronce. También allí se produjeron los más grandes avances científicos: se inventaron la brújula, la pólvora, el papel, la imprenta, la moneda, etc.

La astronomía se encontraba muy desarrollada y ya en el siglo IV a.n.e. el astrónomo Shi Shen confeccionó un catálogo que contenía la ubicación de 800 estrellas. Pero no era la única ciencia desarrollada, también eran importantes los avances en historia, lingüística y filosofía.

Y en filosofía, las primeras y elementales e ingenuas concepciones materialistas comienzan unos mil años antes que Tales. Esas concepciones se referían a cinco elementos primarios: el metal, la madera, el agua, el fuego y la tierra. Más adelante aparece un principio, también material, al que denominan “chi”, vinculado al aire o al espacio, regidor de todos los fenómenos.

De allí surge que cambio y movimiento son producidos por fuerzas independientes y contradictorias denominadas yang y yin, principio negativo y positivo (hombre-mujer; luz-sombra; calor-frío…).

Se señala como “primer gran filósofo” chino a un continuador de los anteriores filósofos que habían desarrollado concepciones materialistas pero muy simples e ingenuas. Lao-tse (siglo VI a.n.e.) sostiene que la vida, tanto de la naturaleza como la de los seres humanos, no es regida por fuerzas sobrenaturales, sino que se origina en un camino o cause natural denominado “tao”. Afirma que todo está en movimiento y cambio y que se transforma en su contrario. Era contrario a la mítica y a la religión.

Luego aparece Confucio (551-479 a.n.e.), fundador de una doctrina moral y también fundador de la corriente idealista de la filosofía china. Su base, que hoy se estudia en la República Popular China, es la sensibilidad y el humanitarismo, denominada “jen”, y el culto a los antepasados, aunque también incluye el apego a la vieja división social y la fe en los dioses.

Mo-tse (siglo V a.n.e.) se opone al pensamiento de Confucio, considerando que era ilógico e injusto que existan hombres que se apropien del trabajo de otros hombres, sosteniendo que todos deben trabajar y ayudarse mutuamente. Esos elementos materialistas las combinaba con posiciones idealistas al considerar la existencia de un ser espiritual supremo, el cielo, ideado como “amor universal”. Sus continuadores se denominaron “moistas” y desarrollaron, especialmente, sus concepciones materialistas.

En la vieja China, como en la Grecia antigua y en otros estados del mundo, el pensamiento filosófico se desenvuelve en medio de una fuerte lucha entre el materialismo y el idealismo. Lucha que continúa aún en nuestros días.

Los pueblos de la India antigua desarrollaron una particular cultura que llegó a ejercer notable influencia en el este y sureste de Asia, en la Mesopotamia y otras regiones que con ellos mantenían contactos comerciales.

Se han encontrado (en la India) objetos de metal, de cobre y de bronce que corresponden a tres mil años a.n.e. Ello significa que esos pueblos habían desarrollado la agricultura, la ganadería urbanizado ciudades, surgido el artesanado e intensificado el comercio.   

La sociedad en la India se montó sobre un régimen de “castas”. De esa manera existían, entre  los “ciudadanos libres”, cuatro castas: la aristocracia militar (Chatrias); los sacerdotes (Brahmanes); los campesinos y sus comunidades (Vaysias) y los siervos (Sudras). Estos últimos eran dominados por las otras tres castas y carecían de derechos a la propiedad comunal, no eran admitidos en las comunidades rurales y no participaban en la vida política.

En las concepciones filosóficas, como en las sociales y en las políticas, esa estructura de castas ejerce gran influencia en sus desarrollos. De tal manera, dichas concepciones, en especial las filosóficas, se desarrollan en la India a un ritmo menor que en China y en los países del Mediterráneo.

Pese a ello, en la inicial filosofía india aparecen explicaciones dialécticas de los fenómenos de la realidad objetiva, de nuestro mundo, superiores a cualquier otra contemporánea.

Los primeros datos sobre los conocimientos alcanzados se encuentran en los “Vedas”  de la antigua literatura india, integrado por cuatro compendios religiosos, siendo, el más importante, el “Rig-Veda del año 1.500 a.n.e. En esos compendios se exponen las concepciones religiosas de la época y, en ellos, se desarrollan las primeras concepciones filosóficas sobre el mundo, sobre el hombre y sobre la moral. Se habla de “ser”, de “espacio”; de “causa” y se menciona a la “sustancia primaria”.

A partir de esos manuscritos sánscritos continúa una frondosa literatura que cumple su etapa en unos escritos que datan del año mil a.n.e. Entre ellos, los “Upanishad”, que recogen estudios sobre las ideas filosóficas y donde ya se manifiestan la existencia de esas dos corrientes opuestas: idealismo y materialismo.  

Los iniciales sistemas filosóficos de la India se encuentran identificados en las diferentes escuelas. Podemos señalar la “Charvaca”; la “Sanjia”; El “Jainismo”; la “Budista”; la “Nimia”; la “Vaisheshika”; la “Yoga”; la “Mimansa” y la “Vedanta”.

Una de las escuelas materialistas más antiguas es la “Charvaca” o “Lokaiata. Parte de la base que no existe más que el mundo material, que es objetivo y se compone de “elementos primarios tangibles”. Señala como falsa la fe en la existencia de divinidades. Que no hay alma, ni paraíso, ni un “más allá”. Todo lo que existe se encuentra compuesto de aire (viento), fuego (luz), agua y tierra. Vemos claramente como en la filosofía del inicial materialismo ingenuo se repiten esos cuatros elementos.

Otras escuelas continuaron el rumbo abierto por la Charvaca. En especial en los sistemas filosóficos de las escuelas Nimia y Vaisheshika. Pero por igual razón de lo que más tarde sucede en Grecia y hasta nuestros días, la filosofía idealista es la base más firme que necesita cualquier formación económico-social (cualquier sistema político-social-económico) montada sobre la existencia de clases o castas sociales antagónicas, para justificar las existencias de esas desigualdades y atribuir las mismas a una situación ya predeterminada por dioses o destinos.

Y como hablamos de sistemas filosóficos, vamos a intercalar algunos conceptos sobre  la dialéctica como sistema y sobre la teoría general de los sistemas, para luego retornar con los filósofos de Grecia.




Oscar Natalichio
Centro de Estudios Económicos y Sociales (CIEYS)
Abril de 2014.
oscarnatalich@fibertel.com.ar

Próximo capítulo:

8. La Dialéctica como sistema




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