lunes, 21 de abril de 2014

NOSOTROS O ELLOS Nº 108

LAS CAUSAS DE TODAS LAS COSAS.

De TALES a LENIN. Un repaso sobre la historia de la Filosofía y los filósofos.

6. Un repaso sobre los inicios de la historia de la filosofía (final)


Orfismo

Orfeo es el hijo de Apolo y la diosa Calíope. Es el fundador de la secta que se conoce como “orfismo” o “secta órfica”. Tres son sus principios:

1. En cada persona existe un alma que está desde antes del nacimiento y perdura más allá de la muerte. Esa alma se introduce, al poco tiempo, en otro cuerpo;

2. Surge el “dualismo” entre alma y cuerpo. Salvar al espíritu equivale a reprimir el cuerpo; y

3. Tras la muerte del cuerpo el alma se somete a un juicio de dónde puede surgir un castigo, que se expresa en una nueva reencarnación, o sea, en introducirse en otro cuerpo; o un premio, que consiste en liberarse de ese castigo, que consiste en convertirse en un espíritu libre.

El “orfismo” es una respuesta a los desenfrenados “ritos dionisíacos”, por lo tanto remplazaba las orgías por una ética basada en un modesto estilo de vida, muy sobrio, muy ordenado, preferentemente vegetariano, basado en los preceptos de Apolo como dios de la Armonía, de la Concordia y de la Proporción.

Algunos estudiosos encuentran ejemplos que sugieren la existencia de una continuidad entre la religiosidad órfica y la cristiana. Existe una tablilla del período romano imperial donde se reproduce una crucifixión indicando (escrito claramente) que se trata de Orfeo.

Alma

En los “misterios órficos” ya se encontraba presente el ALMA. Presente como una entidad inmortal independiente del cuerpo, entidad a la que se le asignaba el “principio de la vida y del pensamiento”.

Entidad que abandonaba el cuerpo del individuo muerto para instalarse en otro vivo o, como principal aspiración, lograr desprenderse para siempre de tan angustiante responsabilidad.

En Grecia se debatía, con relación a el ALMA, si la misma se trataba de algo material o algo espiritual (o inmaterial). También se debatía si el ALMA era (sea material o inmaterial) un componente individual o colectivo.

Gran parte de los griegos afirmaban que el ALMA es una sustancia material muy refinada y natural, definiéndola como “espíritu vital” (pneuma), cuya particularidad era ingresar al cuerpo humano en el momento del nacimiento y retirarse del mismo con su último aliento.

Ello fue adquirido por el cristianismo, que en la época medieval representaba la muerte de un cristiano con la salida desde su boca del pneuma junto al último aliento.

En cambio, para Aristóteles, el alma no era una sustancia sino la forma del cuerpo, forma que expresaba su “lógica interna”, no su apariencia exterior. De esa manera niega la inmortalidad del alma individual, la cual no sobrevive al cuerpo pues es inseparable de él.

El alma ha siso siempre vinculado al aire y a los que se referencian con él, como la mariposa (por sus alas), el viento (por su movimiento), el aliento (por su libertad).

El alma es un concepto anterior a las religiones hebraicas y cristianas. El término latino “ánima” (psiché en griego) señala “el principio que otorga la vida” que se encuentra tanto en humanos como en animales. 

Eros

Para los griegos “Eros” era mucho más que “amor”. EROS significaba el “principio de la armonía universal”

Para ellos se trataba de la primordial fuerza de la naturaleza, que conectaba la materia formando las cosas u objetos y que, trasladado al ámbito social, conecta y une a los ciudadanos originando el nacimiento de las ciudades.

También desde el punto de vista de la psicología EROS cumple su papel, expresándose en la amistad y el amor. Y cuando los griegos se refieren a “amor” lo hacen en sentido amplio, sin distinción de sexo, sino basado en lo que denominan “instinto erótico” contenido en la naturaleza, como fuerza capaz de mantener unido a todo el Universo, cuya expresión más cercana era el lazo que mantenía unido al Sol con la Luna.

EROS aparecía entonces como una entidad cósmica, como el dios de los dioses, como el dios que dio orígenes a los demás dioses.

En la Grecia a la que nos estamos refiriendo, el vínculo familiar no era fuerte, en especial porque las mujeres eran privadas de todo derecho político y raramente salían de sus casas. El “amor” conyugal era, en síntesis, considerado como “una amistad más profunda”.

La prostitución femenina y masculina era parcialmente apoyada por el Estado, que brindaba los lugares para desarrollar esos actos. La “afeminación” del hombre se marca y refleja en las esculturas masculinas, donde predomina la belleza de las formas y del rostro.

La homosexualidad se desarrolla, muy especialmente, entre el “maestro” y el “alumno”. De allí surge lo que se denomina “pederastia pedagógica”, equivalente a “vínculo erótico intelectual”.

“ERASTES” era el Maestro y significa “el que hace el amor” y ERÖMENOS el Alumno, que significa “el que recibe”. Este comportamiento homosexual (término que no existía en esa época) no superaba –en general- los límites de la clase aristocrática.

Kalokagathia.

Ese término significa, para la aristocracia griega, lo que es perfecto, bueno y bello. Podemos agregar, lo que es hábil y valiente. Y otra virtud, muy importante, la de no dejarse corromper por bienes y poderes.

Ello, además de las cualidades mencionadas concentradas en el término “bondad”, incluía, muy especialmente, la “belleza física”.

Por tanto, para esa “ética aristocrática” el rechazo al trabajo manual era condición no discutible. Se lo consideraba envilecedor e indigno de hombres libres y virtuosos. El hombre ya no sólo es virtuoso por su espiritualidad, lo debe ser también por su físico.

 Por eso los griegos eran esencialmente nudistas y glorificaban al desnudo. Afirmando que la belleza masculina convertía al hombre en una persona más cívica.

La Kalokagathia contenía la tesis de la “imposibilidad de enseñar la virtud”. En ello se afirmaba la clase aristocrática: las virtudes políticas, la capacidad de conducción, no se adquieren con educación, se heredan a través de la sangre de los padres.

Logos – Enigma

Simplificando decimos que “logos” equivale a palabra o a discurso. Es el término más importante de la filosofía griega. Equivale también, y muy especialmente, a “razón”.

Fue Heráclito quién utilizó esa palabra por primera vez:

“Aunque todo ocurra según el logos, los hombres son obtusos por lo que respecta al logos tanto antes como después de haber oído de él, y parecen inexpertos al respecto.”

Para Heráclito, logos es igual a razón. Si leemos nuevamente su oración reemplazando el término original por su sinónimo podemos concluir que ser racional no equivale a poseer una teoría de la racionalidad; que es posible utilizar la inteligencia sin saber en qué consiste, ya que en la vida común, ello se manifiesta como una habilidad producto de capacidades adquiridas en base a experiencias.

Aquí, en esta contradicción, se encuentra el origen del “racionalismo helénico”.

Logos equivale a cálculo, evaluación, medida, discurso, palabra, razón, causa, juicio, argumento, pensamiento, razonamiento, elección, etc.

Demasiadas cosas racionales para los griegos, que buscaron enfrentar las capacidades con la inteligencia. Y lo hicieron con preguntas planteadas de manera ambigua pero que admitían una sola respuesta. Se desarrolla así el ENIGMA.

También surge la ANTINOMIA basada en un correcto razonamiento pero carente de solución. (Por ejemplo: una orden escrita con una sola frase que indique “no leer”)

El PARALOGISMO que contiene un error oculto bajo su aparente racionalidad y, finalmente, el DILEMA que abre dos proposiciones contrarias planteadas como alternativas válidas y ambas posibles.

En los griegos se había despertado un enorme interés por el  “rompecabezas” que agrupaba problemas matemáticos, geométricos y otros, sin resolver, cuando se supone que deben poseer una solución. El más famoso era la cuadratura del círculo (cómo calcular el área exacta de un círculo).

Proporción

Se observa que las grandes obras de arquitectura construidas por civilizaciones egipcias, babilónicas, chinas e indias se realizaban teniendo en cuenta relaciones matemáticas muy precisas, relaciones numéricas dentro de un orden basado especialmente en números, en guardar de esa manera la debida proporción.

Se explica esa necesidad de proporción como parte de la naturaleza humana, arraigada en el nivel de las sensaciones, que aparece como una actividad mental (como un impulso) con capacidad de estructurar y proporcionar la complejidad del mundo real.

Ese impulso hacia la búsqueda de la proporcionalidad sería anterior a cualquier reflexión racional y ello es explicado al señalarse que en algunas especies del reino animal se manifiestan preferencias por los sistemas ordenados, geométricos, equilibrados, etc. Queda así desmentida la afirmación según la cual la proporcionalidad fue un invento griego. No obstante debemos señalar que:

1. La idea de proporción tuvo gran incidencia en el pensamiento filosófico griego (“la mejor pauta es la medida”). La propia filosofía es definida por ellos como “el arte de dar proporción a las cosas y a los conceptos”;

2. Los griegos fueron más allá de servirse de reglas proporcionales y elaboraron teorías que llevan a dar una explicación racional a la proporcionalidad, y

3. Esa proporcionalidad es asumida como algo aplicable a todas y cada una de las manifestaciones del ser, en cualquier aspecto de su vida.

De esa manera, y en especial en la filosofía, el razonamiento proporcional fue el instrumento más utilizado en Grecia. Platón, por ejemplo, plantea una analogía como esta: “La tierra es al agua lo que el aire es al fuego”

Pero es en el arte donde el concepto proporción adquiere mayor presencia práctica. Allí surgen dos corrientes importantes: una elaborada por los pitagóricos, la sección áurea”, y la otra vinculada a la escultórica del cuerpo: el canon de Policleto, tratando de obtener un equilibrio dinámico mediante la proporcionalidad entre los diversos miembros del cuerpo humano.

Polis

El desarrollo del pensamiento filosófico en Grecia es contemporáneo al surgimiento del Estado, de la ciudad-estado-libre, conocida como POLIS.

Ese Estado libre garantizaba un espacio abierto para el debate franco, amplio, libre, sin censuras. Espacio que logró imponerse a las concepciones aristocráticas y elitistas que cultivaban prestigiosos hombres tales como Pitágoras, Heráclito y Platón, entre otros.

La libertad de la POLIS dio origen a la noción “democracia”. Dio origen a un sistema social en que el “poder” está en manos de una asamblea libre donde cada ciudadano tenía derecho a un voto.

Dio, también, origen al “ostracismo”, un exilio (en general temporario)  con el que se condenaba a un individuo (sea culpable o inocente) por simple mayoría de opiniones (votos).

Cuando hablamos de “democracia” en Grecia nos referimos a la democracia esclavista y debemos señalar el carácter restringido de la misma (restricción que no le quita relevancia histórica); pues se trataba de una democracia reservada a una minoría de hombres libres, donde se excluía a los esclavos (la gran mayoría de los habitantes), y a las mujeres. También eran excluidos los extranjeros y los ciudadanos naturales que ejercían tareas que se consideraban denigrantes.

Además, la idea de “democracia” se asociaba a tácticas militares específicas, basadas en un sistema de guerras de masa, de donde surge la “infantería oplita” que reemplaza al modelo aristocrático basado en el valor y audacia individual (en el mito homérico el duelo entre héroes reemplazaba la batalla).

En la “democracia” griega, el infante oplita (el ciudadano agricultor libre), con su armadura de bronce, se unía con otros formando la falange, que consistía en un compacto destacamento con protectores escudos que se lanzaba a la carrera contra el enemigo, no habiendo lugar para gestos heroicos individuales. La falange actuaba como un único cuerpo y la victoria era el resultado del esfuerzo colectivo. Así los griegos derrotaron a los persas.

En los tiempos de paz los debates libres continuaban desarrollando y enriqueciendo los conocimientos y, con ellos, la filosofía.


Oscar Natalichio
Centro de Estudios Económicos y Sociales (CIEYS)
Abril de 2014.
oscarnatalich@fibertel.com.ar

Próximo capítulo:

7. ¿Porqué Grecia?


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