DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
Desde que en diciembre de 1847 y enero de 1848 Carlos Marx y Federico
Engels han finalizado la escritura del Manifiesto del Partido Comunista, la
sociedad ha experimentado cambios muy profundos.
Esos cambios han modificado el modo de producción en el
mundo instalándose una nueva formación económico-social donde predomina la
justicia social, el reparto la riqueza y
la tierra compartida por quienes producen y trabajan. Estos cambios marcaron el
inicio de una nueva época y el inicio, a la vez, de la crisis estructural del
capitalismo.
También en las últimos años del siglo XX se produjeron retrocesos de tal
magnitud que han hecho creer a parte de la población mundial que la esperanza
de superar el sistema capitalista ha dejado de ser válida y que debemos
resignarnos a convivir o a sobrevivir en un sistema perverso pero único, cuya
mayor demostración de su poderío fue significado con el derrumbe del denominado
“socialismo real”.
Como consecuencia de ese retroceso, pero mucho más de su interpretación,
y su incidencia en la subjetividad, en
la conciencia, en el pensamiento, en la ideología, y en la valentía, muchos militantes,
dirigentes de partidos y movimientos sociales revolucionarios bajaron la
guardia. Abandonaron las herramientas científicas de análisis de la realidad
política económica y social, llegando incluso a negar al propio Marx, a ignorar
a Lenin y criticaron sin fundamentos
todo aquello que permitiría a las masas incrementar su nivel de conciencia.
Dichos dirigentes pasaron rápidamente a negar su propia historia y a
reemplazar la autocrítica por el auto odio, generalizando y simplificando la
rica experiencia de luchas heroicas como productos del “sectarismo” o de la
“burocracia” en coincidencia plena con las acciones mediáticas que los medios
en poder de los grandes grupos monopolistas realizaban contra la Unión
Soviética y otros países socialistas del siglo XX y hoy realizan contra Cuba,
Venezuela, Ecuador y Bolivia en la América Latina del siglo XXI
Sin embargo, a pesar de esa “derrota” el mundo continúa experimentando
cambios pero ahora nuevamente en sentido
positivo. Y esos cambios han sido, para nuestra América, de una profundidad
admirable. A fines del 2009 estamos nuevamente revalorizando los principios
esenciales de la teoría marxista, el materialismo histórico y el materialismo
dialéctico como herramientas científicas que nos permiten desentrañar los
fenómenos sociales, las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad humana y
el futuro hacia donde debemos dirigirnos.
El recupero de esas herramientas de análisis implican no repetir
errores, proceder a una constructiva autocrítica y reconocer que la diversidad
de nuevos fenómenos nos exigen realizar esfuerzos teóricos adicionales y
creativos para entenderlos y aportar así conclusiones más sólidas para la
transformación de la sociedad.
El siglo XXI nos plantea situaciones que han agudizado las
contradicciones sociales con tal potencia que hoy, como nunca, el mundo se
encuentra ante la disyuntiva objetiva e histórica de elegir el socialismo o persistir alienadamente en la
naturaleza perversa y destructiva del capitalismo monopolista o imperialismo.
El proceso de concentración del capital profundiza su principal
contradicción que se expresa en el crecimiento del carácter social del trabajo
y la apropiación privada de los bienes que ese trabajo social produce. Se trata
de un proceso irreversible dentro del modo de producción capitalista, por
tanto, la solución no puede encontrarse dentro del marco del mismo sistema, ni
en terceras vías, ni en opciones de lograr un capitalismo con “rostro humano”.
No obstante el avance en el cambio del modo de producción genocida a un
modo de producción socialista requiere de un proceso –corto o largo- que
denominamos “TRANSICIÓN”.
OBJETIVO DEL CIEYS:
PROPUESTA:
Nuestro Centro de Investigaciones Económico Sociales (CIEYS) estará
orientado, específicamente, al estudio de los períodos de transición del
capitalismo al socialismo, de las incidencias que sobre esos períodos producen
las Historias, el grado de desarrollo económico, las formas de distribución, la
composición social, las riquezas naturales, las costumbres, los hábitos, las
experiencias político-sociales, las culturas, religiones y mitos, etc. que le
dan a cada pueblo o región protagonista, caracteres especiales que no se pueden
ni deben desconocer.
CONFORMACION:
Nuestro Centro de Investigaciones Económico Sociales (CIEYS) podrá contar
con filiales en todas las regiones de nuestro país y países hermanos. Dichas
filiales estarán consustanciadas con el objetivo principal señalado en el punto
anterior, pero su tarea debe asentarse fundamentalmente sobre la región en la
que actúa, constituyendo ello un valioso aporte a comprender con mayor
precisión las particularidades de los procesos históricos locales y poder
contribuir mejor a la unidad de todos los sectores populares como necesaria
fuerza transformadora de la realidad actual.
ACTIVIDADES:
En una primera etapa, el CIEYS pondrá a disposición de las filiales, de
los sindicatos, de los partidos políticos progresistas, de las asociaciones
civiles y de los movimientos y organizaciones sociales, cursos de
Formación de Cuadros a través de la Formación Política-Económico-Social
Científica. Cursos que se desarrollarán por diversos canales: con presencia o a
distancia. Se trata de formación de Formadores, los cuales deben extender los
mismos, con las modificaciones que la experiencia indique, a otros sectores,
para consolidar y ampliar la presencia y vigencia de las ideas transformadoras.
REQUERIMIENTOS Y CONDICIONES
Nuestro CIEYS está abierto a toda persona, institución, organización
barrial o territorial dispuesta a aportar, en el plano de las ideas
y de la acción política en tanto que la práctica es el único criterio de
verdad, a las luchas que los pueblos llevan para lograr un mundo mejor, justo y
solidario. Pero exigirá un compromiso férreo sobre una serie de conceptos
básicos a saber:
1.
Respeto al compañero, a su trabajo,
trayectoria e ideas.
2.
Debate franco y positivo con
honestidad y sin incurrir en falsedad ideológica.
3.
Esfuerzo permanente por sumar,
no restar ni dividir subordinando el interés individual al colectivo.
4.
Incondicional respeto por
todos los Derechos Humanos.
5.
Mente abierta, mano firme
y corazón solidario.
6.
Respeto a la naturaleza y al
trabajo ejercido sobre ella.
7.
Participación activa y compromiso
económico necesario para el funcionamiento del CIEYS.
8.
Desarrollar y consolidar en la
práctica la ética y la moral que
permitan la
transformación hacia una nueva sociedad.
9.
Contribuir a fortalecer la
transición al socialismo.
10. Respeto
y apoyo internacionalista a los
pueblos que ya iniciaron la transición
al socialismo.
CIENCIA,
CONCIENCIA Y PRESENCIA ACTIVA PARA LA TRANSICIÓN AL SOCIALISMO SERÁ NUESTRO
LEMA Y EL SOCIALISMO NUESTRA META