martes, 20 de enero de 2015

NOSOTROS O ELLOS Nº  174

LOS MISERABLES

1. La galería de los cuervos.

Ante el suicidio del comprometido fiscal general Alberto Nisman, los artistas políticos de la denominada “opo” salieron a hacer declaraciones oportunistas, temerarias y vergonzantes:

  1. Carrió, luego que conoce sobre el suicidio de Nisman, comenta que esa muerte “era previsible”, asegurando que se “trata de una señal mafiosa”. Y no se olvida de su gigantesco egocentrismo, expresando: “cuando uno conoce lo que no sale a la luz del poder, cómo se maneja el poder, como se manejan los Servicios, cómo se maneja la Policía y cómo se maneja el Gobierno desde Kirchner a la fecha, sabe que esto podía ocurrir”. Y hasta describió cómo ingresó el asesino y se retiró con una valija donde estaban las 300 fojas.
  2. Patricia Bulrrich, en esta ocasión como diputada del PRO. Ahora dice que Nisman le dijo que lo habían amenazado: “El fiscal me dijo que estaba amenazado, me lo dijo el viernes y me lo dijo el sábado”, además agregó que Nisman le dijo que “sabía que lo iban a denostar, que lo iban a acusar de cualquier cosa, que la causa es muy pesada, muy fuerte”, y que, además, le agregó que estaba “dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias”. Declara la diputada itinerante que ella habló por teléfono con el suicida el día sábado y que éste le respondió “que se iba a quedar todo el fin de semana en su casa estudiando la causa”, agregándole que quería que la reunión con los diputados “fuera reservada” para dar “pruebas más contundentes” y que “el kirchnerismo quería hacerla pública para poder recusarlo”.
  3. Sanz declara que recibió la noticia con “congoja” y en “estado de shock”. No obstante ese estado declara con fluidez, que “el radicalismo (sic) va a ser muy prudente pero muy firme y vamos a tener acuerdos con otros líderes. Ya sin congoja y habiendo superado el estado de shock agrega: “El contexto donde se produce esta muerte es muy complicado desde el punto de vista institucional, donde se mezcla el terrorismo internacional y los servicios de inteligencia de Argentina, una denuncia contra el gobierno y una presentación frustrada ante el Congreso que generó mucha expectativa”.
  4. Luis Juez (y parte), en esta ocasión como senador por el Frente Amplio Progresista, afirma, como perito o astrólogo, que “no cree que el fiscal se haya suicidado” y “asegura” que el Estado “va a tener que hacer un esfuerzo descomunal para llevar tranquilidad a los argentinos”. Con su estilo  irónico concluye “ahora resulta que este tipo, que parecía que se llevaba el mundo por delante, con una convicción increíble, a este tipo después le faltó las agallas para continuar con su vida. Yo no me lo creo, permítame que dude”.
  5. El procesado candidato a presidente, Mauricio Macri también, como Sanz, paso por el estado de shock: “esta madrugada cuando me enteré pasé del aturdimiento y el shock a la indignación, la bronca y la impotencia. Me dije ¿cómo puede ser que la violencia este ganando de vuelta la vida pública argentina? Si no lo dijera un admirador de la dictadura genocida podría pasar por las declaraciones de un adolescente poco preparado, pero se trata de un candidato a la primera magistratura. Pidió que este caso, el del suicidio de Nisman,  “sirva para desterrar una de las prácticas de la mala política, que es la de utilizar los servicios de inteligencia en forma facciosa”. Con una hipocresía sólo compensada con la cara de inocente cuando habla, agrega: “los servicios de inteligencia tienen que estar al servicio de los intereses de la Nación y no de un partido ni en contra de otros dirigentes (y en esa posición se agrega él, desinflando su delito) como a mí me sucedió con la causa de las escuchas. Una vez acusado el gobierno y desligado de su delito, agrega, muy suelto, que no quiere esbozar ninguna hipótesis sobre la muerte del fiscal. Y continúa hablando, gracias a la muerte del fiscal, sobre temas donde se refiere a “valores”, “compromisos” y señalando que (lo hace después de 20 años) seguirá con la investigación “del hecho terrorista más dramático de nuestra historia que todavía sigue impune”.
  6. El farandulero candidato a presidente del Nordelta colombiano, con rostro compungido, casi llorando, se quedó frente a las cámaras sin decir una sola palabra durante unos cuantos segundos. Luego, despertándose, Sergio Massa pidió que se investigara la muerte de Nisman “con la misma profundidad que el atentado contra la AMIA” Es deir, lo que dice Massa es que se pase otros 20 años investigando, esta vez el caso del suicidio del fiscal de los servicios extranjeros. En un largo recorrido Massa pasa a pedir a oficialistas y opositores a que se pongan de acuerdo y no utilicen políticamente este caso y a continuación desarrolla su “programa” político, raquítico, escaso, repitiendo como loro que está en contra del nuevo código penal y que hay que derogar el memorándum de entendimiento con Irán tal como lo han manifestado los servicio de los EEUU e Israel.  Por otra parte y como “parte” de su campaña, solicita el llamado a sesiones extraordinarias en el Congreso para denunciar, lo que él denuncia, esos dos reiterados temas. Llama a ese acto “la mejor forma de recuperar la confianza en la Justicia y avanzar en la búsqueda de la verdad”. Fue un discurso de ciencia ficción y, cuando le preguntaron sobre el caso en particular, lo mandó al frente a sus originales diputados, que se encontraban adormecidos en la sala.
  7. El combo Binner, Cobos, Stolbizer y Tumini (con la ausencia del Pino) estuvieron tocando el tema con la liviandad que los caracteriza. Entre las generalidades, Binner  declara, desde la Santa Fe del narcotráfico, con comandos y jefes policiales que lo sustentan: que “exigimos el esclarecimiento de la muerte de Nisman y justicia en la causa AMIA”. Cobos dice no haber llegado a tiempo para una exposición previa realizada por los radicales y Stolbizer le pide al gobierno “abstenerse de cualquier ingerencia en la causa”.   Y le pide, tangencialmente, a la Corte Suprema que se haga cargo del país.

2. Los mercenarios del periodismo amarillo.

Los delincuentes mercenarios  del periodismo, como Lanata, Leuco, Castro, Doman y otros de la misma especie, que además compiten entre sí en cuál logra el podio de ser el más vil y el más servil simultáneamente, han lanzado la versión coincidente de que se trata de un asesinato, deslizando que ese acto puede haber sido cometido para evitar que el fiscal declarara ante el Congreso.

Lanata expresa que “es terrible, como si hubiese fuerzas superiores a las fuerzas democráticas que evidentemente las hay. El más complicado en esto es el gobierno…” Y, este gran “argentino” agrega en una parte de su improvisada e inventada declaración: Este país no tiene destino, me enteré hoy temprano” Como a este personaje le gusta hablar, agrega livianamente: “muy difícil de creer que Nisman se suicidó”. …porque resulta muy difícil creer que Nisman se mató, (repite y agrega, sobradoramente: ¿el tipo antes de declarar se mata? ¡Vamos chicos…!

La hipocresía es la marca distintiva de este grupo mercenario. Leuco, en radio Mitre (también Clarín)  continúa con las instrucciones y afirma: “se trata de una muerte política, porque el fiscal hizo una de las denuncias más delicadas y que más conmocionó en el último tiempo… Nisman murió por la denuncia que hizo”

El modelo del periodista ladino encubierto, Nelson Castro, agregó, irresponsablemente: “Nisman estaba con ese temor en su vida y en las últimas horas supo que los datos sobre su hija fueron transmitidas a los servicios de inteligencia y esto es lo que lo inquietó”… Para señalar culpables, este mercenario agrega: “no había indicios en él de querer suicidarse, se lo veía muy seguro y muy dispuesto a dar batalla”.

Los títulos de tapa de Clarín, uno de los principales operadores señalaban, con letras catástrofe: “EL FISCAL TENDRÍA 330 CD DE ESCUCHAS COMO PRUEBA” y abajo dos recuadros vinculando la acción: uno de ellos con una malicia extrema donde afirma otra falsedad: “TIMERMAN LE CEDIÓ A LA CÁMPORA EL ÁREA QUE SIGUE EL TEMA DEL TERRORISMO”

3. El suicidio.

El edificio donde se suicidó (Piso 13 de una de las torres del complejo Le Parc en Puerto Madero) posee un sistema de seguridad amplio con cámaras en todos los pisos y pasillos. Nada queda sin registrar.

Nisman, además, contaba con la custodia de 10 policías de la federan, donde 7 de ellos llevaban años cumpliendo esa función.

Se constató que no existió la presencia de una tercera persona en el hecho.

La bala calibre 22 marca Bersa ingresó por el parietal derecho de su cabeza, dos centímetros arriba de su oreja.

El proyectil quedó alojado dentro de su cabeza con pérdida de masa encefálica.

El arma pertenece a un colaborador que se la había prestado el sábado a la noche a pedido del fiscal. Quedó registrado en el libro de ingresos y egresos del edificio.

El domingo, a las 10 de la mañana, el fiscal se encontraba con vida.

Se suicidó apretando el gatillo de la pistola prestada estando sentado en el inodoro de uno de los baños. Al caer, su cuerpo impacta en el piso y queda contra la puerta, trabándola.

El lujoso departamento posee dos puertas de entrada. Por la principal no pudieron ingresar pues se necesitaba una clave y la madre del fiscal, que fue traída por los policías de la Federal,  se había olvidado de la misma.

De esa manera ingresan por la puerta de servicio, pero no la pueden abrir al encontrarse cerrada y con la llave colocada dentro del departamento. Debió llamarse a un cerrajero ya que las llaves que tenía la madre no podían ser usadas al encontrarse otra colocada dentro.

La madre fue requerida pues la custodia (previo llamado a la secretaria) al no responder a los llamados de la misma, al no responder al timbre y al no haber retirado el diario del domingo.

La puerta del baño no podía abrirse y para poder tener un registro de lo que adentro sucedía sin contaminar el lugar, debieron ingresar un bastón con una filmadora en su extremo.

No se localizaron ningunas huellas de terceras personas y ninguna cámara registra la presencia de otra persona en las cercanías de su departamento.

Sólo falta una prueba que es la de localizar restos de pólvoras en la mano derecha del suicida, aunque no es determinante al comprobarse que se encontraba solo.

Siempre hay un motivo y también motivadores.  Por respeto al muerto, dejaremos este punto para dentro de 48 horas. Allí mostraremos quién fue el fiscal que se suicidó, que hizo por avanzar el la investigación del atentado a la AMIA, a quien o quienes reportaba, quienes confeccionaron el famoso informe de 300 páginas, dónde se encuentran los 300 CD denunciados por Clarín el día de su muerte, quién es el fiscal que lo reemplaza hasta el 31 de enero, qué papel va a jugar Lijo, y los tres servicios a los cuales Nisman respondía exclusivamente. Y… quienes son los “inductores”.

LOS MISERABLES VAN A CONTINUAR ENGAÑANDO. PERO A ESTA ALTURA, SI USTED LE CREE A ALGUNO DE ELLOS, YA ESTÁ PERDIDO.



Oscar Natalichio
Centro de Investigaciones Económicas y Sociales (CIEYS)

19/01/2015

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