lunes, 6 de octubre de 2014

NOSOTROS O ELLOS Nº 156

EL ESPEJO DE BRASIL (BREVE ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS ELECTORALES)

Hace apenas menos de dos meses los pronósticos sobre las elecciones en Brasil, impulsados por los grandes y criminales medios de comunicación en poder de los monopolios financieros, señalaban que la Massa brasilera, Marina Silva, estaba creciendo y superando en intensión de votos a la presidente del Brasil, a quien le otorgaban un “modesto” 34% contra un ya “seguro” 36% de la massista local. Y, en esa misma “encuesta” de laboratorio, para no excederse del 100%, no les quedaba otra alternativa que otorgarle a Neves no más de un 20% y dejar ese 10 restante para los otros candidatos, los anulados y los en blanco.

Hasta el mismo día de la elección, la massista Silva era la que iría a la segunda vuelta donde, con seguridad, derrotaría al Partido de los Trabajadores. Pero los “encuestadores” hacían alguna corrección que eran consecuencia por lo que estaba realmente ocurriendo con la más agredida y calumniada presidente del Brasil: Dilma crecía y lo debieron registrar. Recién entonces le asignaron a ella el primer puesto con un 38% y dejaron a Sergio Massa (perdón por la confusión), a Marina Silva, con el 34%.

Sin dudas, los votos de Neves irían a esta ex ministra de Lula ya que la derecha es coherente y lo que les interesa es derrotar al gobierno que ha sacado a más de 50 millones de la pobreza. Ello les molesta pues, como ya sabemos, para que haya ricos debe haber pobres y para que haya ricos muy ricos debe haber muchos pobres y muy pobres. Para esa derecha (o cualquier otra) reducir o eliminar la pobreza, es un verdadero ataque a sus intereses y privilegios.

Dilma tomó en serio esas encuestas y todo su esfuerzo se centró, no sólo en mostrar los enormes avances que el Partido de los Trabajadores había instalado en Brasil, sino en desenmascarar a su rival que viene de su propio riñón. De esa manera, paso por paso, mostró y demostró, que Marina Silva no poseía ni programa, ni equipo, ni experiencia, ni capacidad, ni nada que la llevara a ser presidente de la sexta potencia mundial dentro de los 226 países computables.

Y esa estrategia, fulminó los planes de la prensa buitre y logró que se produjera una fuga importante de votos de Marina para que se ubicaran en donde sí se encontraba realmente los planes de regresar a Brasil al redil de los dominados por el imperialismo. De esa manera, los votos mediáticos (gran parte de ellos) se trasladaron a Neves y otra parte menor, regresó al PT.

En lo real, el 34% de Dima a treinta días de las elecciones, se convierte en un 41.5% y el 20% de Neves en un 33.5%. Todo a costa de la massa local que del 36% baja a un 21.5% nada despreciable.

Ello a sido producto, si las encuestas iniciales eran relativamente “confiables”, de una brillante estrategia llevada adelante por Dilma y Lula. ¿Por qué? De salir segunda Silva no existe la menor duda que todo el caudal de Neves, sin fugas, votaría por ella.

Por esa razón los imperialistas de los EEUU y sus cipayos locales, utilizando todo sus enormes y poderosos medios de comunicación, que sabían de esta especial característica, apostaban no a su más  disciplinado representante, no al símil y carnal memenista Neves, sino a este fenómeno ecológico, experta en traiciones, que desmantelaría al PT desde adentro del mismo. Para los ingenuos es, la que por haber estado adentro, “da fe”.

Ahora la derecha se encuentra con una dificultad que no pensaba tener. Lo que se reparte en la segunda vuelta no son los seguros votos de Neves, sino los no “entendibles” votos depositados a Silva. Con un agravante para sus planes. Dilma logró en pocos días, derrotar contundentemente a esa rival candidata preferida de los EEUU, quien, para serlo, necesitó de la muerte del candidato socialista principal, Eduardo Campos, muerte que se produce en un, ya común y tradicional “accidente”.

Dilma y su partido no se dedicaron a pleno a desenmascarar a Neves, allí donde se encuentra la verdadera y mortífera corrupción, donde se apilan los genocidas económicos, donde se generan las políticas anti-sociales, reduciendo el “gasto” destinado a que no haya ciudadano con hambre, en especial niños y ancianos.

Ahora posee tres semanas para hacerlo y posee millones de evidencias para mostrar lo que significa regresar a Brasil a ser una republiqueta.

Los millones de votos de Marina Silva no son de la derecha neo-liberal, es decir, no son del imperialismo y sus lacayos. Y no son tan fáciles de obtener para Neves.

La lucha ideológica debe prevalecer en estas tres semanas para que esos votantes regresen a su lugar natural, al Partido de los Trabajadores o que, en definitiva, no voten a favor del que le va a destruir sus futuros, como lo han hecho antes de que Lula asumiera por primera vez la presidencia de ese gran país.

Interrumpir el cambio de estos últimos años es suicida para la enorme mayoría de sus ciudadanos y deben evitar regresar al pasado. Deben salir del dominio cultural de la prensa cipaya, dominio basado en descaradas e infantiles mentiras, en fabulaciones y confabulaciones, en generar una falsa realidad para con ello instalarse nuevamente en el poder, y poder (vaya la redundancia) de esa manera devolver a la pobreza, a la marginación a esos más de 50 millones de seres y de reducir la mal denominada “clase media” tan propensa, por su gran analfabetismo funcional, a creerles a los que mienten, a los que la van a eliminar, y a “odiar” a los que le posibilitaron mejorar su calidad de vida.

La primera parte a los planes del imperialismo y sus cipayos locales, de colocar a Massa Silva como alternativa, resultó un gran fracaso. Ahora debe jugarse por Neves, que es bien de los suyos, bien cipayo, pero que no es tan vendible para los votos que obtuvo Sergio (Marina) Silva. Y las posibilidades que no se interrumpa el proceso de cambios en Latinoamérica se mantienen pues es muy probable que Dilma sea reelecta, y la historia pueda continuar.

El “juego” de palabras Massa-Marina es posible pues el imperialismo aplica sus planes de manera similar en Latinoamérica. Los republicanos fascistas, criminales, de los EEUU, y Paul Singer, de los buitres, han elegido a Marina Silva en Brasil y a Sergio Massa en la Argentina. Silva ya no silva. Esperemos que Massa no tenga masas.

Oscar Natalichio
Centro de Investigaciones Económicas y Sociales (CIEYS)
06 de octubre de 2014.

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