NOSOTROS O ELLOS Nº 127
LAS CAUSAS DE TODAS LAS COSAS.
De TALES a LENIN. Un repaso sobre la historia
de la Filosofía y los filósofos.
25. Las tres etapas: De Tales a Lenin: Las primeras ideas comunistas:
Tomás Campanella; Tomás Moro
Las primeras ideas comunistas.
En esa época surgen
las primeras ideas comunistas sostenidas ante el empobrecimiento producto del
proceso de acumulación inicial del capital, empobrecimiento que producía a
enormes sectores de la población una opresión aún más brutal, más despiadada,
que la producida por el feudalismo. La base de esta crueldad se asentaba en la
extraordinaria valoración de la propiedad privada sobre los medios de
producción. Tomás Moro y Tomás Campanella fueron dos destacados utopistas
comunistas que denunciaron y enfrentaron esa nueva realidad.
Giovanni Doménico (Tomás) Campanella (1568-1639)
¿Es posible mejorar la raza humana mediante oportunos
apareamientos?
“La familia debe ser abolida”.
Retronando a la
tesis de Platón en la república sostiene que en la ciudad ideal, tanto la
familia como la propiedad privada deben ser abolidas y sustituidas por un modo
de vida totalmente comunitario. Sólo así se puede dar lugar al nacimiento de un
nuevo tipo de hombre que supere el individualismo y el egoísmo.
La inquisición no
pudo llevarlo a la hoguera pues fingió ser un loco perdido, pero sus ideas, que
estaban muy relacionadas con la de Tomás Moro en su Utopía, se mantuvieron sin
cambios.
Su vida fue muy
agitada. El gobierno español lo acusa de haber organizado una revuelta en su
país natal con la misión de construir, en las montañas de Sila, un modelo de
comunidad perfecta según los principios indicados en su obra “La ciudad del
Sol”, por la cual fue condenado a muerte, condena que fuera transformada en prisión
perpetua, luego reducida a 27 años de cárcel donde profundizó sus estudios. Fue
liberado en 1626 y llevado a Roma, ahora como personaje célebre y admirado
hasta por el papa. Pero como pensador libre fue, al poco tiempo, sometido a los
procesos sanguinarios de la Inquisición. Hablando y riéndose durante la
tortura, sorprendió a sus agresores, La inquisición no pudo llevarlo a la
hoguera pues lo consideró un loco perdido, pero esa fue su estrategia y, de esa
manera, sus ideas, que estaban muy relacionadas con la de Tomás Moro en su
Utopía, se mantuvieron sin cambios. Fue liberado el 21 de octubre de 1634 y,
bajo un nombre falso y vestido de fraile menor, se refugió en Francia, siendo
acogido con mucho afecto por el rey Luis XIII, quien le facilitó una pensión
que le permitió vivir sin sobresaltos los últimos años de su vida, ocupándose
de sus grandes obras: los dieciocho libros de la Metafísica y los treinta de la
Teología.
Sus obras, y en
particular “La Ciudad del Sol” fueron grandes contribuciones para desarrollar un pensamiento progresista y
estimular el cambio social.
La Ciudad del Sol
es una obra literaria donde describe a un estado teocrático universal basado en
principios (comunitarios) de igualdad. Fue un comunista utópico que aspiraba a
la formación de una sociedad comunista ideal con las particularidades que
surgían de sus ideas, como la que esa sociedad debería ser dirigida por hombres
honestos y sabios, pero sacerdotes. Una república “filosófica” donde era sabido
que la propiedad privada engendra males tales como el egoísmo humano que incita
al enfrentamiento en crueles guerras entre los hombres. Ello nunca ocurriría si
la propiedad es comunitaria.
Se trata de una
mezcla de asuntos religiosos y públicos. Con un supremo gobernante: el
Sacerdote Sol, quien es auxiliado por tres príncipes también sacerdotes: Pon
(poder, arte guerrero, ejército); Sin (sabiduría, enseñanza de las ciencias) y
Mor (amor, procreación y educación de los niños).
Campanella define
su misión con claridad que se encontraba muy acorde con su temperamento
impetuoso y combativo, de allí que sintetizara:
“He nacido para luchar contra tres grandes vicios: la
tiranía, la sofística y la hipocresía”
“Siguió a Telesio
en muchos aspectos (naturalismo telesiano). El hombre debe reinar sobre el
mundo y someter la
naturaleza. La base de tal reino es la ciencia que se apoya
en las matemáticas y en las ciencias naturales. Las fuentes del conocimiento
son las sensaciones”.
“Pero Campanella es
más conocido por su utopía social “La
Ciudad del Sol” publicada en 1623. En ese libro representa
una sociedad en la que están abolidas la propiedad privada, la familia y la
religión del Estado. Al frente de este Estado, creado para la felicidad humana,
están los sabios. Los hombres trabajan nada más que cuatro horas diarias, no
conocen necesidades ni privaciones. El desarrollo de la ciencia y del progreso
técnico es la base para poder pasar a una tal sociedad”.
Obras:
Escribió 82 obras.
Algunas de ella son: Teología (30); Metafísica (18); “La Ciudad del Sol”, “Del
sentido de las cosas y de la magia”, “Apología de Galileo”…
Tomás Moro (1478-1535)
¿Es posible hacer más justo el sistema productivo? ¿En
qué condiciones podía el trabajo convertirse en una actividad gratificante?
De manera ideal
Moro describió lo que sería una sociedad comunista, y lo hizo en el siglo XVI,
en Inglaterra, además no avaló el cisma anglicano siendo por ello decapitado
por orden de Enrique VII.
En Utopía, isla
imaginaria descubierta por un navegante también imaginario, se remite al modelo
de Platón e imagina una sociedad en la que no hay lugar para la explotación del
hombre por el hombre, en la que se crearían a través del trabajo los medios de
subsistencia en abundancia y donde esos bienes se distribuirían recibiendo cada
uno los necesarios para la vida.
“Trabajar todos y
trabajar menos en la isla de Utopía” “En la isla de Utopía no hay diferencia de
sangre ni de género: todos los ciudadanos son iguales y todos se ocupan en la
agricultura o en la artesanía, de tal modo que la rotación del trabajo impida
la aparición de diferencias sociales. También se trabaja poco, porque en una
sociedad en la que todos trabajan, quedan incluso espacios para el tiempo
libre, la diversión y las actividades recreativas”
Utopía:
Significa lugar que no existe y que luego de Moro pasó a
ser sinónimo de sociedad ideal. Se mantiene el término como lo inalcanzable en
la práctica.
“Criticando el
proceso de la acumulación primitiva comenzada en Inglaterra y analizando la
ruina y la pobreza de los campesinos provocadas por el cercamiento de las
tierras, Moro propugna el ideal de una sociedad que liquide las bases del
régimen de clases y que establezca un orden comunista. Refutando toda clase de
compromiso, exige “la completa destrucción de la propiedad privada”…
Escribe en Utopía:
“Si subsiste (la propiedad privada), subsistirá para siempre en la mayor parte
de la humanidad, el peso amargo e inevitable de la pena”.
“Todo lo que se
produce dentro del Estado está sujeto al control: el Estado organiza la
producción, distribuye la fuerza obrera entre las ramas de la producción, etc.
La célula económica fundamental es la familia. La familia entrega toda su producción al
Estado. Todas las autoridades son elegibles. La instrucción es asequible para
todos los miembros de la sociedad”
.
“Moro y Campanella
plantean el problema de los peligros militares que amenazan al Estado comunista
por parte de sus rivales. Consideran necesario un alto desarrollo militar en
sus Estados ideales. A ese respecto, es característica la afirmación de Moro de
que “los utopianos no comienzan jamás una guerra en vano y sólo la hacen
obligados a defender sus fronteras o para expulsar a los enemigos que invaden un país amigo, o cuanto, compadecidos
por cualquier otro pueblo oprimido por una tiranía, hacen uso de su fuerza,
para emanciparlo del yugo del tirano y de la esclavitud”. (Utopía).
Obras: “Vida de
Pico Della Mirandola”, “Respuesta a Lutero”, “Un diálogo sobre la herejía”,
“Respuesta a un libro envenenado” y otras. Pero su mayor trabajo es “Utopía”.
Tomás Moro,
político inglés, canciller, escritor, era sobre todo un humanista y se lo
considera un representante del comunismo utópico. En El Capital, Libro I – Tomo III, Marx
describe cómo fueron expulsados de sus tierras los campesinos para convertirlos
en mano de obra barata para la naciente burguesía y cómo fueron expulsados en
masa de tal manera que la industria no absorbió a todos y, de esa manera,
escribe (página 223):
“Se transformaron
masivamente en mendigos, ladrones, vagabundos, en parte por inclinación y en la
mayoría de los casos por la fuerza de las circunstancias”
Y luego relata cómo
se crearon legislaciones sanguinarias para el trato de esos desocupados y
desamparados, por ejemplo transcribimos uno de los menos graves:
“Isabel, 1572: Los
mendigos sin licencia y mayores de 14 años se azotarán duramente y se marcarán
en la oreja izquierda con hierro candente, caso que nadie quiera tomarlos a su
servicio durante dos años. En caso de reincidencia, y si son mayores de
dieciocho, serán ahorcados si es que nadie quiera tomarlos a su servicio, y si
reinciden por tercera vez se les ahorcará sin piedad como reos de alta
traición”.
“Todo el mundo
tiene derecho a quitarle al vagabundo sus hijos y retenerlos como aprendices
hasta los 24 años de edad, en caso de muchachos, y hasta los veinte en caso de
las muchachas. Si se escapan serán hasta esa edad los esclavos de los maestros,
que puedan encadenarlos, azotarlos, etc. como se les venga en gana. Cada
maestro puede poner un anillo de hierro en el cuello, los brazos o las piernas
de su esclavo, para que lo reconozca mejor y esté más seguro de él”.
Así comienza el
Modo de Producción Capitalista. Marx reproduce unos pasajes de Utopía de Tomás
Moro, es el siguiente:
“Y así ocurre que
un glotón ansioso e insaciable, verdadera peste de su tierra natal, puede
juntar miles de acres de tierra y cercarlos con una empalizada o un vallado, u
hostigar de tal modo, con violencia e injusticias, a sus propietarios que están
obligados a venderlo todo. De un modo u otro, doblen o quiebren, se ven
forzados a abandonar el campo, ¡pobres almas candorosas y míseras! Hombres,
mujeres, maridos, esposas, niños huérfanos, viudas, madres llorosas con sus
niños de pecho y toda la casa, escasa de medios y numerosa de cabeza, puesto
que la agricultura requiere muchos brazos. Allá va, digo, arrastrándose lejos,
lejos de los lugares familiares y acostumbrados, sin encontrar reposo en ninguna
parte; la venta de todo su ajuar, aunque de escaso valor, habría supuesto algo
en otras circunstancias; pero lanzados de repente al arroyo, tienen que
desprenderse de él a precios ridículos. Y después que han vagado hasta consumir
el último céntimo ¿qué pueden hacer sino robar y luego ser colgados, ¡vive
Dios!, con todas las de la ley, o echarse a pedir limosna? Y también en ese
caso se los arroja a las cárceles por vagabundos, porque andan de un lado para
otro y no trabajan; ellos, a quienes nadie quiere dar trabajo por mucho que lo
soliciten.”
Excelente
descripción de este gran humanista que fue decapitado por Enrique VIII. Es de
señalar que, durante el período de este “príncipe”, se ahorcaron más de 70 mil
“vagabundos”.
Oscar Natalichio
Centro de Estudios Económicos y
Sociales (CIEYS)
25 de Mayo. Día de nuestra
primera revolución.
oscarnatalich@fibertel.com.ar
Próximo capítulo:
26. Las tres etapas: De Tales
a Lenin: Maquiavelo; Galileo; Bacon
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