NOSOTROS O ELLOS Nº 126
LAS CAUSAS DE TODAS LAS COSAS.
De TALES a LENIN. Un repaso sobre la historia
de la Filosofía y los filósofos.
24. Las tres etapas: De Tales
a Lenin: Los Naturalistas y Magos: Paracelso-Acrippa-Telesio
Los naturalistas/magos: Paracelso (1493-1541), Agrippa
(1446-1535) y Telesio (1509-1589)
Paracelso: ¿Cómo puede progresar la ciencia y en
particular la medicina?
La medicina
microcósmica: partiendo de la concepción filosófica de que el hombre reúne en
sí mismo a todo el cosmos Paracelso lleva adelante una innovadora práctica
médica basada en que se pueden incluir no sólo medicamentos de naturaleza
orgánica sino también de origen mineral, determinando de esa manera el
principio de la medicina moderna.
“Todo el universo
está formado por los cuatros elementos vinculados a lo mágico: agua (a las
nereidas, ninfas acuáticas), tierra (vinculadas a los gnomos, los duendes de
los bosques), fuego (vinculado a las salamandras, las hadas del fuego) y aire
(vinculado a los silfos, espíritu del viento)); así también lo están los seres
individuales. Para curar el cuerpo el médico debe conocer al paciente como un
microcosmos, conocer la estructura del universo, conocer los elementos que
forman la materia”.
“Paracelso
(Theophrast von Hohenheim) se encuadra durante toda su vida y en todo sus
textos, entre los espiritualistas inconformistas, partidarios de un
neoplatonismo que contemplaba el cultivo de todas las “artes” o pseudociencias
“ocultas”: la alquimia, la magia blanca, la astrología y la adivinación, por lo
que era observado con recelo por la ortodoxia religiosa y científica; a ello se
unía un conocimiento apreciable y profundo de los médico clásicos galenistas,
en los que se había formado, y un deseo de conocer la naturaleza por medio de
su propia experiencia. Sostiene como método de aprendizaje la observación
subjetiva del entorno, sin detenerse en la apariencia fenomenológica, sino con
la meta de penetrar en las fuerzas invisibles que actúan sobre la materia
visible; para ello el espíritu del observador ha de abandonarle y unirse al del
objeto, en comunión de objetos astrales, mediante la cual se lograría el
conocimiento profundo de la manera de actuar de una planta o un mineral; la
unión sería posible porque el hombre tiene en sí algo de todos los objetos y
puede llegar a conocer su arcano núcleo
espiritual”. Francisco Javier Puerto
Paracelso tuvo un
único discípulo: Cornelio Agrippa, quien tuvo una vida similar, marginada y
atormentada, que se debatió entre la razón y la magia.
Agrippa: ¿Qué es y cómo funciona la magia?
“La posibilidad de realizar operaciones
mágicas se basa en la existencia de correspondencias invisibles entre los
órdenes naturales: a cada cuerpo celeste corresponde una planta, un animal, una
cualidad ética, un tipo de hombre… Conociendo esas relaciones secretas, el mago
sobrepasa las leyes ordinarias de la naturaleza y descubre los lazos de
antagonismo o de afinidad electiva (simpatía) que oponen o vinculan los
objetos. El efecto final es la transformación en sentido psicológico de los
fenómenos naturales, por ejemplo, el azúcar se disuelve en el agua porque entre
los dos elementos hay amistad, mientras la no solubilidad del aceite depende de una antipatía que lo opone al agua”. De La filosofía oculta de Agrippa.
Agrippa: ¿Hay alguna relación entre el hombre y el
universo?
“A finales de la Edad Media y en el
Renacimiento se asentó la idea de una equivalencia estructural entre el ser
humano y el cosmos en su totalidad. El hombre, síntesis viviente de toda la
naturaleza, posee todos los elementos de los creado: es tierra, agua, aire y
fuego (la inteligencia), participa o bien del mundo animal (e incluso del
vegetal) o bien del espiritual mundo angélico. Puede llegarse al universo
partiendo del hombre, y viceversa. Son evidentes los efectos últimos de esta
doctrina: de la unicidad y de la centralidad cósmica del hombre derivan su
supremacía sobre las otras especies vivientes y el derecho a un dominio general
sobre la naturaleza”. Del Diálogo sobre
el hombre, de Agrippa.
“El hombre es un
cosmos en miniatura”. “El hombre sintetiza en sí toda la naturaleza. Es un
pequeño mundo en sí mismo”.
Telesio: ¿En qué consiste el pensamiento humano? ¿Son
diferentes las capacidades intelectivas humanas y las animales?
Telesio trató de
explicar toda la realidad como producto de dos fuerzas antagónicas: el calor y
el frío. Si la materia no es inerte es porque sobre ella actúan esos dos
principios. Considera, entonces, la existencia de tres principios, el de una
masa corpórea, la materia, y la de dos “agentes” naturales (calor y frío) que
actúan sobre ella.
Considera que tanto
en el reino animal como en el vegetal, existen formas de espiritualidad:
“Para conocer la
constitución de las plantas y los animales, es necesario primero que conozcamos
las cosas en las que están formados. Y no aludo a las partes del cuerpo, sino a
aquella parte que es propia de ellos: el alma”.
“El alma es una
sustancia existente por sí misma, inherente tanto al cuerpo como al propio
tejido y a los órganos, de modo que la misma alma hace todo lo que el animal
hace, sirviéndose tanto del cuerpo y de las partes individuales de él, como de
los mismos órganos”.
Microcosmos/macrocosmos:
Se refiere a una correspondencia estructural entre el
universo y el hombre, éste considerado como un universo en miniatura.
Esta idea tiene su
origen en los tiempos de Platón, pero se convierte en un concepto clave en el
Renacimiento, cuando se erigió en uno de los principios básicos del pensamiento
mágico.
Cada hombre es un
microcosmos pues reproduce en miniatura la estructura del universo. Por otro
lado, la Tierra, las estrellas, los planetas y el cosmos en su totalidad, son
similares al hombre, son grandes animales vivos y dotados de un alma, de
órganos y de miembros.
Naturalismo:
Considera que nada existe fuera de la naturaleza, que
Dios es sólo la energía lógica e interna de ella y que hay que indagar en la
naturaleza sin recurrir a ningún principio de “trascendencia”, sin partir de
esquemas mentales o convicciones metafísicas previas.
Naturalismo religioso:
A diferencia de otras religiones como la egipcia y la
babilónica, la religión mítica griega integraba particularidades que
contribuyeron al nacimiento de la filosofía. Entre esas particularidades podemos
señalar: 1. ausencia de una casta sacerdotal (carecían del poder político de
esa casta); ausencia de “un libro sagrado” (no hay verdad revelado y absoluta
emitida por Dios); Transmisión cultural oral (poemas que fueron sufriendo
sucesivas modificaciones, reflejando así una pluralidad de tradiciones y
costumbres) y una visión religiosa fuertemente naturalista. La Odisea y La
Ilíada expresan claramente esas particularidades. Los dioses homéricos eran muy
poco sobrenaturales y, desde un punto de vista ético, no eran mejores que los
hombres. Simplemente se encontraban dotados de mayor potencia, tanto en
virtudes como en defectos. Pero se entrometían permanentemente en asuntos
humanos. Se enamoraban y también odiaban. Se mostraban amistosos y rencorosos.
Generaban héroes intermedios, especie de semi-dioses. El naturalismo religioso
operaba como un medio de cohesión cultural con un amplio margen para la
disensión y para la libertad de pensamiento.
Obras:
Paracelso: “La Gran Cirugía ”.
Agrippa: “La
filosofía oculta” Son tres libros: “Magia natural” (sobre la física); “Magia
Celeste” (sobre las Matemáticas) y “Magia ceremonial” (sobre la teología).
Telesio: “De la
naturaleza según sus propias leyes”.
Oscar Natalichio
Centro de Estudios Económicos y
Sociales (CIEYS)
25 de Mayo. Día de nuestra
primera revolución.
oscarnatalich@fibertel.com.ar
Próximo capítulo:
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