NOSOTROS O ELLOS Nº 125
LAS CAUSAS DE TODAS LAS COSAS.
De TALES a LENIN. Un repaso sobre la historia
de la Filosofía y los filósofos.
23. Las tres etapas: De Tales
a Lenin: Giordano Bruno
Giordano Bruno (1548-1600)
¿Hay diferencia entre el mundo animal y el inanimado? “El
mundo es un gran animal”.
“Todo está vivo
porque en cualquier parte de la realidad, incluso en el mundo mineral, está
presente un principio formal y vital, está presente una estructura interna, una
necesidad que hace ser a cada cosa lo que es”.
Bruno y Galileo
dieron más precisiones a la teoría de Copérnico: el sol como centro solo del
sistema solar y que éste a su vez se mueve en el universo.
El universo ¿es finito o infinito?
La afirmación de
Bruno acerca de la infinitud del universo fue impactante ya que todavía
prevalecía la idea de finitud como equivalente a perfección. Si nos parece
estar en el centro es porque el centro puede estar en todas partes y ello se da
así pues estamos en un cosmos infinito.
Giordano Bruno contribuyó
de manera decisiva a la “revolución copernicana”, más desde el punto de vista
filosófico que astronómico. Sostenía las
siguientes tesis:
- No hay una barrera que alberga dentro de sí al cosmos. El Universo no posee límites externos.
- El cosmos es infinito y las estrellas, infinitas en cantidades, se encuentran en el espacio en todas direcciones. El cosmos es acéntrico y no existe ningún punto privilegiado.
- Hay pluralidad de mundos similares al nuestro. En torno a las estrellas gravitan otros sistemas planetarios con infinitos mundos habitables y habitados. Lógico es suponer que lo habitan otros seres sensibles y racionales, en casos, más avanzados que los propios seres humanos.
- El Universo es homogéneo en cada una de sus partes. Las estrellas y sus planetas están dispersas y flotan en el vacío. No se encuentran apresadas en esferas cristalinas como sostenía la astronomía tolemaica.
- El espacio interestelar está vacío, como sostenía Demócrito: materia y vacío.
Ars Inveniendi:
Búsqueda de un
método racionalmente especificable que pueda lograr nuevos descubrimientos
lógicos (“Descifrar el alfabeto del mundo”).
Giordano Bruno fue
el representante filosófico de esa tendencia que se refleja en sus obras herméticas
donde reúne sugerencias que provienen del arte combinatoria, del arte
de la memoria (mnemónicas) y de la cábala hebrea.
Arte combinatoria:
Desarrollada por
Ramón Llull (1232-1315), como producto de la unión de lógica, mnemónica,
retórica y ciencia de la invención; para así obtener el correcto empleo de la
inteligencia a través de “aparatos lógicos”: verdaderas máquinas inferenciales
con capacidad para demostrar la verdad o falsedad de una aserción.
Cábala:
Significa tradición
y “recepción de lo divino”. Con esa palabra se designa el conjunto de las
prácticas místicas y esotéricas hebraicas. Cuando Dios entregó a Moisés las
Tablas de la Ley, también le confió determinados secretos de la revelación que
habían sido transmitidos oralmente hasta caer en el olvido. La Cábala consiste
en la búsqueda de los significados crípticos de las sagradas Escrituras.
Hermetismo:
Al rescatarse
diecisiete tratados atribuidos a Hermes Trimegisto, se encontraron en ellos una
muestra de escala de valores entre los miembros de la Academia platónica
florentina. En realidad, los autores fueron escritores que, con el afán de
ganar credibilidad y prestigio, escogieron a Hermes (nombre griego del mítico
sabio Coth) y falsificaron sus escritos modificando el texto original para que
no se dude de la
procedencia. Así se “anticipaban” a hechos que luego iban a
ocurrir con la seguridad de escribirlos luego que habían ocurrido.
Mnemónicas (memoria
artificial).
Es un método que
plantea dos fases: la primera: una imagen mnemónica que es una representación
visual que ha surgido de algo que se quiere recordar y que se encuentra ligada
a las nociones que se quiere retener en la memoria. La segunda
fase es un recorrido de lugares, los “loci”, figuras conceptuales que deben ser
ordenadas en una sucesión precisa y estandarizada. Se está actuando en dos
aspectos diferentes: el “registro” (enviar algo a la memoria) y la
“recuperación” (recordar algo que ya está registrado).
Imágenes
mnemónicas:
No recordamos, en
general, las cosas comunes y cotidianas; en cambio cuando somos testigo de algo
fuerte o ridículo, vergonzoso o increíble, lo recordamos durante años. Para que
esa diferencia se reduzca hay que “construir imágenes eficaces (agentes), a las
que le asignamos una belleza o fealdad especial, las hacemos ridículas, ya que
la memoria cobra eficiencia mediante el impacto emocional.
La incorporación a
la filosofía del Renacimiento de los tratados herméticos otorgó prestigio a la magia,
el ocultismo y a la
creación de una lengua sapencial.
Magia/ocultismo:
De escasa
importancia en la antigüedad, sólo practicada en el oráculo, muy mal tolerada
en la edad media bajo las acusaciones de satanismo por parte de la iglesia, la
magia adquiere importancia durante el Renacimiento, con el resurgimiento de una
visión laica de la vida.
Todas las escuelas renacentistas se interesaron por las artes
ocultas. No sólo Giordano Bruno, hasta Galileo, tan alejado de las ideas del
ocultismo, utilizaba las “efemérides” (almanaque astrológico) y tanto
Copérnico, como Tycho Brahe, no encontraban contradicción entre astronomía y
astrología.
Lengua sapiencial:
El mencionado
Hermes Trimegisto fue el “creador” de un tipo de escritura antigua: la
jeroglífica, forma de visualización gráfica de los distintos conceptos a través
de un dibujo. Esos jeroglíficos fueron considerados como una lengua sapencial
(filosófica, armónica, perfecta, con la propiedad de referirse, mediante el
dibujo, inmediatamente a la esencia misma de todas las cosas.
“La filosofía nada
tiene que ver con los problemas teológicos” (Bruno). Como muchos otros
filósofos (el italiano Vanini y el español Servet entre otros), Bruno fue
quemado en la hoguera, por negarse a retractarse de sus doctrinas, en especial
la relativa a la infinitud del universo.
“Bruno ofrece
brillantes modelos de dialéctica. En lo infinito se unen los contrastes, entre
los cuales existe una ligazón interna: la circunferencia con radio infinito se
confunde con la recta; hay venenos que son medicinas; el odio se une al amor;
el todo se manifiesta en lo singular, y lo singular lleva el sello del todo”.
Giordano Bruno es
conocido como el filósofo más destacado del Renacimiento tardío y fue, además,
considerado un “mago de la memoria”.
Nació en Nola,
cerca da Nápoles. A los quince años ingresó al convento dominico de Nápoles.
Allí fue acusado de haber matado a un compañero de la orden y abandonó los
hábitos escapando a Roma y luego a Ginebra. Allí se hizo calvinista para poder
residir. Luego pasó a París donde publicó (1582) una comedia de fuerte
contenido erótico y “la sombra de las ideas” un tratado de mnemotécnica, que lo
dedicó al rey Enrique III. Más adelante, en Inglaterra, se relaciona con la
corte de Isabel I. Dictó clases en la universidad de Oxford donde es expulsado
por “plagio” ya que mostraba como suyas las doctrinas desarrolladas por
Ficino. Recorrió varia ciudades del
continente europeo hasta que es invitado por un veneciano, noble y potentado,
que aspiraba a recibir lecciones para ejercitar su mente, ya que Bruno era
reconocido como una persona de excepcional memoria. Este veneciano, Giovanni
Mocenigo, no se sintió satisfecho y, como venganza, lo denuncia como hereje al
Santo Oficio. Bruno es retenido durante siete años durante los cuales sufre dos
procesos, uno en Venecia y otro en Roma. No se retractó y fue quemado en la hoguera.
Obras:
Diálogos dedicados
a la filosofía de la naturaleza: “La cena del miércoles de ceniza”; dedicados a
la filosofía de la causa: “Principio y uno”, “Del infinito universo y mundos”;
dedicados a la moral: “”Expulsión de la bestia triunfante”, “Cábala del caballo
Pegaso”, “Los heroicos furores” y obras escritas en latín: “”Del mínimo triple
y de su medida”, “De lo inmenso y de lo inmensurable” y “De la mónada, de su
número y su forma”.
«Dios es omnipotente
y perfecto y el universo es infinito; si Dios lo conoce todo entonces es capaz
de pensar en todo, incluido lo que yo pienso. Debido a que Dios es perfecto y
conoce todo, debe crear lo que yo pienso. Yo puedo imaginar un infinito número
de mundos parecidos a la tierra, con un jardín del Edén en cada uno. En todos
esos jardines la mitad de los Adanes y Evas no comerán del fruto del
conocimiento y la otra mitad lo hará; de esta manera un infinito número de
mundos caerá en desgracia y habrá un infinito número de crucifixiones. De aquí
puede haber un único Jesús que irá de mundo en mundo o un infinito número de
Jesuses. Si hay un solo Jesús la visita a un número infinito de mundos tomará
una infinita cantidad de tiempo, de este modo debe haber un infinito número de
Jesucristos creados por Dios». GB.
Oscar Natalichio
Centro de Estudios Económicos y
Sociales (CIEYS)
1º de Mayo. Día del trabajador.
oscarnatalich@fibertel.com.ar
Próximo capítulo:
24. Las tres etapas: De Tales
a Lenin: Los Naturalistas y Magos: Paracelso-Acrippa-Telesio
No hay comentarios:
Publicar un comentario