NOSOTROS O ELLOS Nº 57
EL IMPERIALISMO Y SUS GUERRAS: LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
(2)
Ayudar a Alemania
entregándoles Checoslovaquia y recordándole a Hitler hacia dónde debía dirigir la agresión. Así
actuaron los países “aliados” no “preparados”: Así actuaron Francia e
Inglaterra.
Para que esto sea posible, a mediado de 1938 llega a Checoslovaquia un
inglés pro nazi, Lord Runciman, a fin de “mediar” entre el gobierno checo y el
partido alemán fascista de Geinlein, convirtiendo un problema interno en una cuestión
internacional; y el 15 de septiembre de ese año se resuelve el futuro de
Checoslovaquia (su desmembración) en una reunión entre el presidente del
Consejo de Ministros de Inglaterra, Chamberlaim y Hitler. Sólo cuatro días
después, el 19, los gobiernos de Francia e Inglaterra exigen al gobierno checo
la entrega de todos los territorios en donde la población germana superara el
50%. EEUU respaldó todo lo actuado. Como el gobierno checo vacilaba el 21 (sólo
dos días después) se le envía un fuerte ultimátum.
La URSS, en cambio, estaba dispuesta a respetar el tratado, aún sola. A
tal efecto concentró 30 divisiones en la frontera y puso alerta a su aviación, pero el gobierno checo rechaza la ayuda
y el mismo 21 capituló ante Francia e Inglaterra y el 22, sólo unas horas
después, Chamberlaim se reúne de nuevo con Hitler y le informa que los Sudetes
pueden ser transferidos a Alemania. A Hitler le parece poco y exige la
realización de plebiscitos (organizados por él) en las regiones donde los
alemanes son minorías y, además, exigió que Checoslovaquia satisficiera las
demandas territoriales de Polonia y Hungría.
El 29 y 30 de septiembre se reúnen, en Munich (Alemania), Hitler,
Mussolini, Chamberlaim y Daladier; allí consolidan el desguace de la nación
checa a quien, además, le exigen que anule su tratado con la URSS.
El 6 de diciembre de 1938 se firma una declaración franco-germana de
no-agresión. Así la seguridad de ambos países quedaba “garantizada”. Para
Francia e Inglaterra eso significaba que todos los caminos conducían ahora a
Moscú. Para EEUU también, el New York Time aseguraba que ese tratado
franco-germano “era una criatura norteamericana” La idea de utilizar a una Alemania que,
entre todos hacemos más poderosa, para destruir al socialismo, avanza. Después
nos quedaríamos con la URSS y también con Alemania, piensan (y lo manifiestan) los
dirigentes yanquis.
Frente a esta situación los soviéticos actuaban. Se convoca al XVIII
Congreso del Partido Comunista que resuelve: 1) Continuar con la política de
paz y por el fortalecimiento de las relaciones con todos los pueblos y países
del mundo; 2) Vigilar e impedir que las provocaciones arrastren a nuestro
pueblo a un conflicto; 3) Fortalecer el ejército y la marina rojas y 4)
Afianzar las relaciones internacionales de amistad con los trabajadores de todo
el mundo por la paz y la amistad de los pueblos.
Incentivada por los gobiernos de los EEUU, Francia e Inglaterra,
Alemania prepara ahora su agresión contra Polonia. En octubre de 1938 Hitler
exige que se le entregue Danzig y el corredor que unía Polonia con el Báltico.
El 15 de marzo de 1939 Alemania consolida la ocupación de
Checoslovaquia: Bohemia y Moravia, que pasaron a ser “protectorado alemán” y
Eslovaquia, que fue declarado “estado independiente” con un gobierno pro
fascista. Unos días después Hitler exige a su aliada Lituania la faja costera
de ese país quien la entrega con prontitud.
En abril de ese mismo año (1938) tropas conjuntas de Italia y Alemania
invaden Albania sin consultar con sus aliados del pacto de Munich: Francia e
Inglaterra.
Un mes antes Hitler había entregado a Hungría la Ucrania subcarpática
que pertenecía a Checoslovaquia.
Mientras, en Alemania, los ideólogos del “Tercer Imperio” comenzaron a
reclamar las colonias ocupadas por Francia e Inglaterra luego de la derrota
alemana de la primera guerra mundial. Tal como lo afirmaba Lenin, una vez
surgido el imperialismo, una vez finalizado el reparto de la Tierra entre
ellos, en el futuro, cualquier modificación se debía realizar desplazando a
otros colonialistas.
Francia e Inglaterra comenzaron a temer que el imperialismo alemán no
estuviese dispuesto a respetar los intereses de sus imperialismos y deciden,
por primera vez, ejercer una tibia presión diplomática.
El gobierno inglés anuncia a Polonia que le da garantías que protegen
su integridad territorial, lo que no cumplió. Igual “seguridad” le ofrece a
Rumania y Grecia.
En marzo de 1939 Inglaterra y Francia habían iniciado unas formales
negociaciones con la URSS, conversaciones que duraron cuatro meses. Objetivo:
no llegar a ningún acuerdo, pero mostrar a Alemania que podrían hacerlo. Y, por
vigésima vez, convencer a Alemania que si
atacaba a la URSS, ellos nada harían para impedirlo.
En esas conversaciones la URSS ofreció a Francia e Inglaterra, si era
agredida por Alemania, 136 divisiones, 5 mil piezas de artillería, 10 mil
tanques y 5 mil aviones. Los ingleses ofrecieron ¡5 divisiones de infantería y una de tanques!
Mientras, en Inglaterra, este país (olvidándose de Francia) ofrecía a
Alemania toda la Europa sureste y Polonia (a la que sólo unos meses atrás había
garantizado defender) y considerar a la URSS y a la China “zonas en que
Alemania e Inglaterra podrían encontrar amplias posibilidades para aplicar sus
fuerzas”.
Pero el imperialismo alemán no deseaba compartir el reparto del mundo a
medias, con Inglaterra. Y se prepararon para invadir Polonia, donde contaban
con la “indiferencia” de su presidente, el traidor Beck.
La situación de la URSS era muy crítica y compleja. Por un lado la
amenaza de Alemania con el apoyo no declarado de Francia, Inglaterra y los
EEUU.
En oriente, los japoneses en 1938 intentaron irrumpir en territorio
soviético siendo derrotados por el ejército rojo.
En 1939 los japoneses invaden Mongolia, aliada a la URSS, y son
nuevamente derrotados por el ejército rojo en el río Jalín-gol.
Japón, alentado por Inglaterra, dispone realizar una gran ofensiva
contra la URSS. Ante
esta situación los soviéticos, aún sabiendo de su seguro no-cumplimiento, en
agosto de 1939 concretan un pacto de no-agresión con Alemania. El objetivo:
ganar tiempo y crear condiciones más favorables para la defensa de su
territorio y de su sistema.
Y la “guerra” comienza, el 1º de septiembre de 1939, pero comienza
entre los países imperialistas.
Los alemanes, en virtud de las tibias presiones de Francia, Inglaterra
y los EEUU; en virtud de los acontecimientos ocurridos en China, Etiopía,
España, Austria, Checoslovaquia y Albania; en virtud del pacto de no-agresión
firmado con la URSS, llegaron a la conclusión de que era menos riesgoso para
ellos comenzar la guerra por el predominio mundial derrotando a sus rivales
imperialistas, que enfrentar a la
URSS. Eso lo harían luego y no sería un enfrentamiento, sería
un paseo.
El 1º de septiembre de 1939 Alemania invade Polonia. Para hacerlo
aparece la tradicional “justificación”. Una tropa de criminales nazis,
utilizando uniformes del ejército polaco, ataca la emisora radial alemana de la
ciudad fronteriza de Gluwitz. Los alemanes responden a la “agresión” ocupando
Polonia. Esta acción se considera el inicio de la segunda guerra mundial.
Con motivo de la invasión a Polonia, Inglaterra y Francia se ven
obligadas a declarar la guerra a Alemania, se trataba de una declaración
formal, la llamada “extraña guerra” ya que, paralelamente, insistían de un
acuerdo con Hitler que desencadenara la guerra soviética-germana.
El gobierno polaco abandonó a su población, masacrada por los nazis.
Junto con el mando superior militar, los miembros del gobierno huyeron al
extranjero llevándose el oro del banco nacional. Fueron los ciudadanos polacos,
las brigadas obreras comunistas y socialistas, las que ofrecieron resistencia
al poderoso ejército alemán. La lucha se mantuvo hasta el 2 de octubre.
El gobierno soviético no contempló este accionar sin tomar decisiones.
Sabía que en algún momento atacarían a la URSS, sabía que, tarde o temprano,
Hitler acordaría volcar sus fuerzas contra la naciente nación socialista. Por
eso, cuando Alemania invade Polonia, surge en la URSS la necesidad de crear una
barrera defensiva para detener el avance nazi. El ejército rojo ingresa a
Bielorrusia occidental y en Ucrania occidental, territorios que habían sido
anexados por Polonia en 1920, donde se los arrebataron a la naciente república
soviética.
Comienza la defensa de la patria de los trabajadores, comienza la
defensa de la patria, comienza lo que más adelante se convertirá en la Gran Guerra Patria.
En Letonia, Lituania y Estonia se había instalado el poder soviético en
1918 por parte de los trabajadores, pero pronto fueron derrotados por los
“blancos”, los que con apoyo extranjero instauraron un gobierno títere en
1919. En 1940 los trabajadores logran
destituir a esos gobiernos pro fascistas y, en el mes de agosto de ese año,
resuelven integrarse a la
URSS. Igual actitud adoptan Bucovina y Moldavia.
En los planes del
imperialismo estaba utilizar a Finlandia como una cabeza de puente para atacar
a la URSS, en particular a Leningrado, la segunda ciudad en importancia,
situada a sólo treinta y un kilómetro y medio de la frontera.
En conocimiento de
ello, la URSS propone a Finlandia trasladar la frontera a 60 kilómetros ,
otorgando, a cambio, el doble de territorio en la región de Carelia.
Los finlandeses
rechazan la propuesta, una decisión que podía esperarse, pero, incentivados por
Inglaterra y los Estados Unidos, comienzan a efectuar una escalada de
provocaciones que desembocan, en noviembre de 1929, desatando la guerra entre
Finlandia y la URSS.
La estrategia de
los monopolios era clara desde el inicio. No dar tregua al primer país
socialista, agredirlo por todos los frentes posibles, desgastarlo, utilizando
para ello todos los recursos necesarios y todos los métodos a su alcance. “El
bebé debe ser ahogado en su cuna”, la máxima de Churchill. Pero los sucesos
mostrarían a los monopolios que el camino no iba a ser llano.
Continúa…
Oscar Natalichio
Centro de Investigaciones Económicas y Sociales (CIEYS)
10/12/2013
A 30 AÑOS DE LA RECUPERACIÓN DE
LA DEMOCRACIA FORMAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario