miércoles, 4 de diciembre de 2013

NOSOTROS O ELLOS Nº 50

VALOR (2)

En el número anterior iniciamos nuestro recorrido por la categoría “valor”, recorrido que continuaremos ahora ampliándolas a valor de uso; valor de cambio; valor de mercado o social y precio.

Definíamos a “valor” como “Trabajo social materializado en la mercancía”; y nos esforzamos en tratar de explicar la materialización en un tenedor o en una locomotora. Pero podemos también describirlo de otra manera diciendo, bueno… lo mismo:

En todo producto creado por el hombre está materializado su trabajo. Es correcta esta aclaración pero requiere de otra. ¿Se acuerdan cuando decíamos que el dinero es atesoramiento y no capital? Aclarábamos que para ese atesoramiento (de dinero) se convierta en Capital (monetario) es necesario aplicarlo a una actividad productiva con el único objetivo de recuperarlo incrementado. Aquí se repite una situación similar, no todo trabajo que se materializa se convierte en valor. Valor como forma “social” es cuando se producen bienes destinados a satisfacer necesidades que no son las del propio productor (trabajador), sino la de otras personas. Además, estas cosas deben llegar al consumidor mediante el cambio. Es en ese cambio donde se reflejan las relaciones entre personas, camufladas como relaciones entre objetos. De esa manera, podríamos afirmar que la categoría “valor” posee dos componentes: por un lado el gasto de energía cerebral y muscular (la Fuerza de Trabajo materializada) y por otro lado las relaciones entre los productores de mercancías (las relaciones de producción).

Lo complicaremos un poco más, total ya sabemos lo fundamental, que el valor es producido por la FT materializada en la mercancía terminada. ¿Cómo se determina la magnitud (el tamaño) del valor de esa mercancía?  Muy simple: esa magnitud es determinada por la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirla. ¿Cómo la medimos? Por el tiempo de trabajo socialmente necesario, que es necesario aplicar en condiciones de producción especiales: socialmente normales, con un nivel medio de habilidad o maestría y con un nivel, también medio, de intensidad laboral. Podemos decir lo siguiente: el nivel medio nos indican que hay tres niveles: el alto y el bajo. El medio es una ubicación equidistante entre esos dos mencionados. Es un promedio. ¿Qué nos dice? Muchas cosas pero ahora señalaremos que, si ustedes producen por arriba del promedio les va a resultar muy difícil realizar (vender su mercancía), si producen por debajo, no sólo les va a ser más fácil realizarla, sino que en esa franja obtendrá la mayor plusvalía, la extraordinaria. ¿Y si está en la media? Sobrevive a duras penas.

Comenzamos este curso (¿lo llamamos curso?) con la categoría trabajo y sus distintas clasificaciones (conviene releerlas). Ahora afirmamos que el valor lo determina el tiempo de trabajo socialmente necesario, que no es lo mismo que tiempo de trabajo necesario, que no es lo mismo que tiempo de trabajo individual, ni tiempo extralaboral, ni el famoso y tan deseado tiempo libre. Son todos de la familia, pero cada uno posee su carácter y, más adelante, veremos cuales son las diferencias.

Porque estamos hablado de “valor” y lo definimos como trabajo social materializado en la mercancía, debemos agregar que ese trabajo social está determinado por el tiempo de trabajo socialmente necesario, es decir, por el tiempo invertido en la producción de una mercancía en condiciones normales de producción social, considerando los niveles medios de equipamiento, habilidad e intensidad que se registran. ¿Es difícil determinar el valor?  Parece muy difícil, pero se puede simplificar y mucho. ¿Cómo algo tan complejo es posible de simplificar? Por la abstracción como método de análisis.

Razonemos (que para eso está la cabeza). ¿Para que vamos ha hacer tantos cálculos si el valor de una mercancía termina reflejándose en un precio y ese precio se determina en el cambio de esa mercancía por dinero? Por ejemplo: el PIB (Producto Bruto Interno) es el valor generado en un país durante un año (el PIB mundial es el valor generado en el mundo durante un año). ¿Y qué es el PIB sino el trabajo social materializado durante un año? La complejidad desaparece ya que, lo que se está dispuesto a pagar por una mercancía la determina el mercado social (el consumidor) dentro de un entorno razonable y en esos pagos se encuentra el reconocimiento social al trabajo social.

Si hiciéramos engorrosos cálculos y determináramos un valor, este debería ser cotejado con el de la realidad objetiva y, si nos da mayor valor, deberíamos bajarlo y, si nos da menor valor, subirlo, pues no podemos desconocer lo que el mercado social reconoce, no podemos ser tan soberbios ni irrealistas como para situarnos por arriba de la sociedad. Los efectos que puedan producir la especulación (precios de monopolios, oferta y demanda, etc.) no alteran la Ley del Valor aunque, en el lugar que se detecta posea incidencia, pero en el promedio general es sólo una parte de la realidad objetiva que debe considerarse para calcular la media.

El valor se manifiesta en el intercambio, por ello adquiere la categoría de valor de cambio (consecuencia del desarrollo de la categoría valor). Se trata de una relación cuantitativa en la cual se cambian distintas mercancías, por ejemplo: un pollo de tres kilos por un kilo de queso (trueque) o un pollo de tres kilos por 55 pesos; o un kilo de queso por 55 pesos. La moneda (los pesos) es una mercancía que nos posibilita (en este caso) no andar con un pollo por la calle hasta encontrar a otra persona que circule con un kilo de queso buscando canjearlo por un pollo. Como verán, esa mercancía, que posee en sí todos los valores de uso existentes (en función de la cantidad que uno dispone), agiliza bastante el intercambio. El valor de cambio expresa las relaciones de producción entre las personas.

Tanto el pollo como el queso a los que nos referimos en el punto anterior poseen además de valor de cambio, valor de uso. En realidad, poseen primero este valor, ya que si se trata de un pollo podrido ya no sirve y, por no tener valor de uso nadie lo cambiaría por dinero o queso. Es decir, para que exista el valor de cambio debe existir, previamente, el valor de uso. El valor de uso es, entonces, una relación cualitativa. Es la cualidad de un objeto, es su utilidad, es la capacidad que posee ese objeto en satisfacer una necesidad, que puede ser personal (para consumo o disfrute) o que puede ser productiva (como medio de producción, es decir, materias primas o instrumentos de trabajo). El valor de uso está condicionado por las condiciones naturales del objeto, por sus propiedades físicas, químicas, mecánicas, etc., más las que le confiere la actividad del hombre. Es una propiedad de toda mercancía útil que representa, a decir de Marx, “el contenido material de la riqueza, cualquiera que sea su forma social”  Como observamos, el valor de uso no depende de la forma social de la producción, sino de su utilidad, pero cambia (en general) con el cambio del Modo de Producción. Ya la carreta no posee el valor de uso que poseía en el modo de producción feudal y la reemplaza el camión en el modo de producción capitalista. Como habrán observado en la vida real, algunas cosas satisfacen directamente en consumo personal (el pollo, el queso, los artículos de consumo en general) y otras se convierten en medios de producción, es decir, se convierten en cosas que van a ser necesarias para producir cosas, éstas últimas cosas pueden ser destinadas al consumo o nuevamente a producir medios de producción.

Las empresas, de una misma rama industrial, se diferencian entre sí en varios puntos: diferencias en la tecnología que utilizan; diferencias en la organización de la producción; diferencias en la calidad del trabajo; diferencia en la habilidad y profesionalidad de los trabajadores, diferencia en el tamaño, y otras diferencias o parámetros técnicos-económicos. Ello ocasiona distintos grados de productividad del trabajo que, en general se expresan en que, en igual tiempo, una empresa produzca más unidades por hora del mismo producto que otra. Nos encontramos que el valor individual de una misma mercancía será distinto. Pero en el mercado social, como consecuencia de la competencia, en este caso, interramal, se nivelan, surge una media, un valor social igual para todas las mercancías iguales. Esa media coloca a las empresas que están por debajo del costo de producción medio, en ventajas sobre las que no lo están, pudiendo bajar el precio y por ello bajar la media y complicarle más la vida a los que no lo pueden hacer, cuya opción será o cerrar o ser absorbidas por las poderosas. Aquí debemos señalar que entran a jugar las leyes especulativas de oferta y demanda si la oferta es superior a la demanda o viceversa. En un caso el precio es aumentado y en el otro es “ofertado”. Surgen de la misma ley capitalista, pero poseen inverso efectos en la producción: más demanda equivale a más producción, a desarrollar las Fuerzas Productivas; y menos demanda equivale a menos producción, a frenar a las Fuerzas Productivas, a cerrar los establecimientos hasta que disminuyan las mercancías almacenadas. El capitalismo entra así en las denominadas crisis de coyuntura o coyunturales, pero el que paga el pato es el trabajador que suele ser suspendido o despedido hasta que el stock baje a los niveles planificados. El valor social o de mercado se constituye en un valor único para todas las mercancías de un solo tipo. Es un valor referente de distintas formas de producir una misma cosa. Es la media de esas diversas formas de producir. Si el costo supera esa media, el futuro de esa producción está destinado a desaparecer y su “propietario” puede estar destinado a trabajar, si no atesoró para soportar la expropiación de sus medios de producción por parte de un expropiador más fuerte que él.

La mercancía, cualquiera, posee una expresión monetaria, esa expresión es el precio. En la producción mercantil capitalista ese precio va a coincidir con el valor cuando ofertas y demandas no se separen mucho, ya que de hacerlo, éstas van a incidir sobre el precio de manera importante. De esa manera podemos señalar que el precio mantiene cierta independencia de la teoría del valor, independencia que no llega a invalidarla pues son oscilaciones temporales y no siempre ocurren en la misma dirección o tendencia. Podemos señalar tres factores que inciden el precio: 1. el valor propio de las mercancías; 2. el valor propio del dinero, que es mercancía, pero de carácter universal; 3. las oscilaciones entre la oferta y la demanda. Podemos agregar una cuarta que requiere atención especial que es el precio de monopolio, donde predominan acuerdos entre monopolistas que dominan una gran parte de la producción y comercialización de las mercancías. Y también una quinta, que surgiría de un Estado que fije precios máximos. No obstante, de los cinco factores señalados que actúan sobre el precio, el estable es el que deriva de la teoría del valor, los otros cuatro oscilan en torno al valor, son como las lunas alrededor de un planeta. Existen porque existe el planeta e influyen porque ellas también existen, pero como satélites. Pues si una luna se va el planeta queda y continúa sin su influencia. El viceversa no existe.

Trataremos ahora de resumir lo que hemos tratado de explicar con tenedores, locomotoras, pollos y quesos, cosas que, encima, si queremos poseerla debemos pagarlas, pagar un precio.

VALOR: Trabajo social materializado en la mercancía.

VALOR DE USO: propiedad cualitativa. Utilidad que posee el objeto de satisfacer una necesidad, sea esta de personas o productiva.

VALOR DE CAMBIO: propiedad cuantitativa. Forma en que se manifiesta el VALOR en el acto del intercambio. Expresa las relaciones entre las personas en la producción, el cambio y el consumo.

PRECIO: expresión monetaria estable del valor de la mercancía. Las otras leyes que actúan sobre él no alteran el valor sino oscilan alrededor del mismo de manera temporal y cambiante.       

Nos queda decir que el valor de uso es producido por el trabajo concreto, es decir, por el oficio o profesión del trabajador. Decir que hay tantos trabajos concretos como mercancías distintas se producen. Nos queda decir que el valor de cambio, de tantas cosas distintas, la produce el trabajo abstracto, que es una unidad de medida común a todas esas cosas tan variadas que se generan en la sociedad. Como este punto ya fue explicado, los remitimos a releerlo en las distintas formas que se manifiesta el trabajo.

Oscar Natalichio
Centro de Investigaciones Económicas y Sociales (CIEYS)
04/12/2013



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