martes, 3 de diciembre de 2013

DOCUMENTO HISTÓRICO

HO CHI MINH
(Del libro: “Ho Chi Minh, vida y obra”)

Estos párrafos corresponden al capítulo 5 del mencionado libro, editado por la Comisión de Estudios Históricos del Partido Comunista de Vietnam, editorial THE GIOI. Tomados desde la página 78 a la 86.

Mientras estudiaba la situación en la Unión Soviética, Ho Chi Minh fue invitado por la Internacional Comunista a descansar en Sochi, porque estaba muy débil después de meses de sufrimiento y de riesgos. Pero habituado a la vida activa, regresó a Moscú después de algunos días.

El primero de octubre de 1934, mediante presentación del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista y bajo el nombre de Linov, Ho Chi Minh se inscribió en la Universidad Lenin, escuela superior del Partido reservada a los dirigentes de los partidos comunistas y obreros del mundo.

Concluido sus estudios, no pudiendo aún regresar al país, trabajó como candidato-investigador en el Departamento de Historia del “Instituto de Investigaciones sobre las cuestiones nacional y colonial” de la Internacional Comunista.

Durante ese período, sostuvo encuentros amistosos con el grupo de alumnos vietnamita en la Universidad de Oriente, de quienes se ocupaba con dedicación. Les servía de ejemplo participando en todas sus actividades: periódico mural, representaciones artísticas, gimnásticas y deportivas, traducción de los documentos, etc.

Mientras enseñaba en el instituto de investigaciones sobre las cuestiones nacional y colonial, fue encargado por la dirección del centro, de impartir a los alumnos vietnamitas cursos sobre la historia del Partido Comunista de la Unión Soviética y los problemas de la organización del Partido. Él les hablaba del espíritu de unión en la lucha de los residentes vietnamitas en Siam, de sus propias actividades y experiencias en la lucha revolucionaria. Les recomendaba unirse y amarse como hermanos y asegurar la solidaridad interna y con los camaradas de los partidos hermanos.

En cuanto a la vida cotidiana, les inculcaba un simple estilo, sano y el optimismo revolucionario. Los estimulaba a superarse en el estudio para después servir mejor a la revolución.

Mientras estaba a cargo del grupo de alumnos vietnamitas en la Unión Soviética, Ho Chi Minh se ocupaba del perfeccionamiento teórico de los cuadros y los miembros que militaban en Vietnam.

En carta firmada como Lin, del 16 de enero de 1935 y enviada al Departamento de Oriente del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, Ho Chi Minh, después de haber hecho una exposición sumaria sobre el nivel teórico de los cuadros y los miembros del Partido y apreciado altamente su espíritu revolucionario, insistía en la importancia de su perfeccionamiento en teoría marxista-leninista.

Lo que a continuación se reproduce (y se encuentra en el libro) es textual del camarada Ho Chi Minh y sugerimos se lea con la mayor atención posible.

“Todos nuestros camaradas son valientes, dinámicos y consagrados al trabajo, pero, por falta de conocimientos teóricos, deben ir a tientas, cometiendo así errores difíciles de corregir”.

“Evidentemente, se forjaron en el crisol de la lucha y en el trabajo cotidiano. Sin embargo, muchas situaciones embarazosas, errores y fracasos dolorosos pueden ser evitados si les inculcamos conocimientos teóricos elementales indispensables, que les indique el camino a seguir y faciliten su tarea”.

“Stalin tiene toda la razón al decir: “La teoría da a los que realizan las actividades concretas la fuerza para determinar la orientación, juzgar con lucidez el futuro, actuar con resolución y creer en la victoria de nuestra obra”.

En estos tres párrafos, Ho Chi Minh remarca la enorme importancia que tiene para el cuadro revolucionario el dominio de la teoría revolucionaria. “Son valientes, dinámicos y consagrados”, pero ello no es suficiente.

Para facilitar los estudios de los cuadros y miembros del Partido en los países coloniales, propuso al Departamento de Oriente publicar folletos sobre marxismo-leninismo, sobre los principios y las experiencias de la edificación del Partido, sobre el trabajo de propaganda en las masas y otros temas.

Esas publicaciones debían ser concisas, sencillas, para facilitar la comprensión, bajo la forma de preguntas y respuestas, porque temía que por su bajo nivel de instrucción general, nuestros camaradas no pudieran asimilar textos largos y difíciles.

Ho Chi Minh subrayó:

“Los que les he dicho sobre nuestros camaradas en Indochina, Siam, etc., es –y estoy convencido- igualmente justo para los camaradas de otros países coloniales, donde el Partido Comunista es ilegal y el nivel de instrucción general de las capas trabajadoras es aún muy bajo. Los folletos que propongo serán muy útiles en esos países”.

En julio de 1935, una delegación oficial del PCI, encabezado por Le Hong Phong, participó en el VII Congreso de la Internacional Comunista celebrado en Moscú.

Bajo el nombre de Lin, Ho Chi Minh, en calidad de delegado del Departamento de Oriente, participó en los debates de las subcomisiones y aportó numerosas ideas. Plenamente conciente de su responsabilidad en la delegación, contribuyó de manera destacada al cumplimiento de su tarea en el Congreso.

Las resoluciones adoptadas tuvieron entonces una gran significación para la revolución vietnamita. Los principios propuestos en el informe del camarada búlgaro G. Dimitrov y definidos en la resolución del Congreso, concerniente al Frente Popular Antiimperialista en los países coloniales y dependientes, revistieron una relevancia particular para las actividades del PCI en la época del movimiento democrático (1936-1939).

El Congreso decidió reconocer al PCI como una sección oficial de la Internacional Comunista y eligió al camarada Le Hong Phong miembro suplente del Comité Ejecutivo de esta última agrupación.


Ho Chi Minh volvió a China a fines de 1938 para intentar regresar a Vietnam… Entre febrero y julio de 1939, había escrito y enviado al país nueve artículos titulados Cartas de China publicados más tarde en el periódico Nuestra Voz,  semanario del Partido aparecido legalmente en Hanoi. Esos textos abordaban dos grandes temas: la amenaza de la agresión de los fascistas japoneses y las tentativas de sabotaje de los trotskistas en China.

Denunciaban la naturaleza reaccionaria de los fascistas japoneses, condenaban enérgicamente sus crímenes y elogiaban el heroico espíritu de lucha del pueblo chino para la salvación nacional. Al mismo tiempo, reafirmaban el apoyo del pueblo vietnamita al pueblo chino contra los fascistas japoneses.

Respecto a los trotskistas, Ho Chi Minh escribió:

“… A fines de 1936, y especialmente en el transcurso de la guerra, las actividades criminales de los trotskistas nos han abierto los ojos. Desde entonces, hemos estudiado con atención este problema”.

Estimó que los trotskistas chinos eran traidores de la Patria, implantados por los fascistas japoneses en el seno del Partido Comunista Chino para sabotear el movimiento antijaponés del pueblo chino. Los trotskistas, en China o en otros países, no eran más que delatores a sueldo del fascismo japonés e internacional.

Sus artículos periodísticos sobre los trotskistas en China, junto con los juicios del PCI sobre esos elementos en Vietnam, expresados en sus resoluciones, desempeñaron un papel muy importante en la educación política e ideológica, ayudando a los cuadros, miembros del Partido y las masas a reconocer a los trotskistas, agentes del fascismo.

Basándose en las resoluciones del VII Congreso de la Internacional Comunista y en la situación de Vietnam, escribió al Comité Central del Partido para sugerirle ideas directivas sobre la línea estratégica y medidas tácticas para el período del Frente Democrático Indochino. Los pensamientos que él resumió en su informe enviado a la Internacional Comunista, en julio de 1939, contenían las cuestiones siguientes:

En cuanto a las consignas de lucha:

En este momento, el Partido no puede formular reivindicaciones muy altas, tales como la independencia nacional; es conveniente no reclamar más que las libertades democráticas y el mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo, la amnistía general para los presos políticos y el derecho a la actividad legal del Partido.

En cuanto al Frente:

“Este frente no comprende sólo a los indochinos, sino también a los franceses progresistas de Indochina, él engloba, a la vez, al pueblo trabajador y a la burguesía nacional”.

“Sobre la burguesía nacional, el Partido debe emplear mucha habilidad y flexibilidad. Debe desplegar todos sus esfuerzos para atraerla al Frente y retenerla allí, estimularla a actuar si es posible y aislarla políticamente si es necesario. Debe, en lo posible, evitar dejarla fuera del Frente, porque así se empujaría a los brazos de los reaccionarios y se reforzaría su rango”.

“Acerca de los trotskistas, no hay cuestiones de compromiso, de concepciones. Debe desenmascararse a cualquier precio su papel de lacayos de los fascistas, y liquidarlos políticamente”.

En cuanto al Partido:

“El Partido no puede imponer su dirección al Frente. Debe mostrar que es la parte más fiel, activa y sincera de la causa común. No puede asumir el liderazgo de la revolución más que en la lucha y el trabajo cotidiano, cuando las masas reconocen la justeza de su política y su capacidad de dirección”.

“Por ello, el Partido debe luchar enérgicamente contra el sectarismo y organizar el estudio metódico del marxismo-leninismo para elevar el nivel cultural y político de sus miembros, y ayudar a los cuadros sin partido a elevar su conciencia política...”    

Además, Ho Chi Minh recomendó al Comité Central controlar la prensa del Partido, el movimiento de las masas populares para mejorar las condiciones de vida atrajo a la lucha a millones de hombres y despertó su conciencia política. El prestigio del Partido ganó en amplitud y profundidad en el pueblo. Más tarde, Ho Chi Minh expresó acerca del movimiento democrático de 1036-1939:

“Ese movimiento ha dejado al Partido y al Frente nacional de hoy una preciosa experiencia. Nos hace comprender que las masas apoyan y defienden con entusiasmo todo lo que se corresponde con sus aspiraciones y que un verdadero movimiento de masas no es posible más que a ese precio. Indica que debemos evitar a cualquier costo el subjetivismo y la estrechez de espíritu”.

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Como integrantes del Centro de Investigaciones Económicas y Sociales (CIEYS) manifestamos el total acuerdo con los conceptos vertidos por el camarada Ho Chi Minh y, desde el inicio de nuestras actividades, hemos propulsado la formación política y de cuadros en el marxismo-leninismo, llevando adelante sus conceptos y categorías de una manera concisa y sencilla, que permita, a quien recibe el mensaje, que éste se comprenda y se asimile.

La unidad de todos los sectores antiimperialistas, la conformación de un gran Frente para liberarnos del monstruo mayor, es nuestra principal guía. Reproducimos arriba los sabios aporte de un enorme revolucionario, guía de un pueblo que derroto a cuanto imperialismo intentase someterlo. Ahora, brevemente, desarrollaremos fragmentos de otro enorme revolucionario, latinoamericano y argentino, nuestro CHE, en su discurso del 1º de enero de 1959.

“Pero nuestra condición de movimiento de todas las clases de Cuba, nos hace luchar también por los profesionales y comerciantes en pequeño que aspiran a vivir en un marco de leyes decorosas; por el industrial cubano, cuyo esfuerzo engrandece a la Nación creando fuentes de trabajo, por todo hombre de bien que quiere ver a Cuba sin su luto diario de estas jornadas de dolor”.

“Hoy más que nunca, el Movimiento 26 de Julio, ligado a los más altos intereses de la nación cubana, da su batalla, sin desplantes pero sin claudicaciones, por los obreros y campesinos, por los profesionales y pequeños comerciantes, por los industriales nacionales, por la democracia y la libertad, por el derecho de ser hijos libres de un pueblo libre, porque el pan de cada día sea la medida exacta de nuestro esfuerzo cotidiano”


SABER Y PODER UNIR A TODAS LAS FUERZAS POPULARES Y PROGRESISTAS CONTRA EL ENEMIGO FUNDAMENTAL ES SER SABIO Y SER REVOLUCIONARIO. (CIEYS 3/12/13)




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