domingo, 10 de noviembre de 2013

NOSOTROS O ELLOS Nº 38

TRABAJO, FUERZA DE TRABAJO Y SALARIO (4)

Seguimos con la clasificación de la categoría “trabajo” que iniciáramos en la entrega Nº 34 y continuáramos en la 36 y 37 donde desarrollamos: 1. el trabajo en función del momento en que se realiza; 2. el trabajo en función del valor; 3. el trabajo en función del conocimiento necesario para ejecutar la tarea;  4. el trabajo en función de la cantidad de producto necesario; 5. el trabajo en función de la distribución de la riqueza. Ahora finalizaremos con las tres restantes clasificaciones:

6. El trabajo en función de la propiedad. Se lo subdivide en: trabajo privado y trabajo social. Habíamos señalado que la fuerza de trabajo es, en el capitalismo, una mercancía y que ella se vende en el mercado laboral a un capitalista o propietario de los medios de producción que la requiere para poner en movimiento esos medios de producción y con ellos, más esa fuerza de trabajo, crear un nuevo bien que pueda vender, cobrar y obtener así el incremento del capital inicial (la plusvalía). Decíamos que esa mercancía, fuerza de trabajo que posee el trabajador, su capacidad y sus conocimientos, son propias del trabajador y éste la lleva consigo, vaya a donde vaya, incluso a la tumba donde desaparece con él. Por lo tanto es “privado” aunque carezca del derecho de fijarle precio a esa mercancía que vende en el mercado laboral. Pero ese trabajo es mayormente privado cuando se trata de productores de mercancías aislados, independientes, como en el caso del que producía empanadas, ya que no sólo es dueño de su mercancía, fuerza de trabajo, sino también de los medios de producción: materia prima (harina, etc.) y maquinarias (cocina, etc.) Es allí donde más claramente se manifiesta el trabajo privado, pues hace de toda la producción un asunto privado. Pero todo es relativo, pues el que va ha aceptar y adquirir su producción es el mercado social, lo que significa que, aún siendo totalmente privado, lo producido de esa manera debe resolverse en la sociedad. Vemos en este ejemplo que el trabajo privado, en su generalización, es también social, más veladamente social en el caso del que produce individualmente, siendo a la vez propietario de los medios de producción. Pero ya no es veladamente social si el trabajador es parte de una línea de producción, consecuencia de la división social del trabajo, pues en ella se encuentra el origen del carácter social de su fuerza de trabajo: lo que se produce en la línea no es en sí una mercancía y no posee valor de uso si no se ensambla con los que otros producen en esa misma línea o en otra. Además, esos trabajadores de esa línea, que en su conjunto hacen el nuevo bien (la nueva riqueza) también van a necesitar que ese nuevo bien sea reconocido como tal por la sociedad, que le sea útil a ésta o a una parte de ésta. ¿Cuál es la importancia de esta clasificación? Es la contradicción que existe entre el trabajo privado y el social. En esa contradicción se manifiesta que el trabajo privado se hace cada vez más social, pero pese a ese carácter social de la producción, la riqueza creada, por ese carácter social, se hace más privada al apropiarse de ella los capitalistas, al apropiarse de los resultados del trabajo privado del trabajador, al apropiarse de su fuerza de trabajo ¿Cómo? Pagándole menos, cada vez mucho menos, de la riqueza que con sus gastos de energía física e intelectual produce. No se trata de una cuestión menor.

7. El trabajo en función del lugar que ocupa en la producción.  Aquí vamos a señalar que lo hemos clasificado en dos áreas: en el área de la producción propiamente dicha lo denominamos trabajo productivo. El trabajo productivo es donde se integra tanto el trabajo necesario como el plustrabajo y es, por tanto, fuente de donde surgen el producto necesario y el plusproducto. Pero hay un trabajo que no surge del área de la producción, que no produce el plusproducto, pero necesita de él para poder desarrollarse, para poder existir socialmente. Lo podríamos definir, inicialmente como trabajo que no surge del área productiva, que requiere del plustrabajo. Pero su misión no es de efecto neutro en la producción ya que, mientras más eficiente sea este trabajo “no productivo” más eficiente serán los resultados en lograr obtener un plusproducto mayor. Nos estamos refiriendo al trabajo que no produce bienes materiales pero cuyas actividades están encaminadas a la solución de otras necesidades de la sociedad como son la salud, la enseñanza, la cultura, la administración de lo social, etc. ¿Porqué es necesaria esa división?  Porque desde el trabajo productivo, de los excedentes que éste produce, se logra el sostenimiento de las personas que se dedican a esas funciones. Esas demandas sociales, en especial en los sistemas socialistas, no son resueltas milagrosamente, sino con los excedentes del trabajo (plustrabajo) que el Estado toma para llevar adelante esas mejoras sociales y espirituales. De allí se deriva que, cuando más eficiencia se logre en el trabajo productivo, tanta más eficiencia se logrará en el área no productiva. Si, además, observamos que el sector “servicios” crece cada vez más, las coberturas mencionadas deben necesariamente contar con más y más recursos. Esos recursos crecientes que surgen de la “productividad” van, en la sociedad capitalista, no a la mejora de la calidad de vida de la sociedad, sino como plusvalía que enriquece más a los ya ricos.

8. El trabajo en función de su ubicación en la historia. Habíamos mencionado que el trabajo vivo, una vez concluido, se materializaba dentro del bien terminado. Decíamos, que si nos sentamos en una silla de madera, no nos sentamos únicamente sobre la madera, sino sobre el trabajo vivo materializada en ella que le dio forma de silla. De otra manera tendríamos que sentarnos sobre un tronco no espinoso ni muy irregular. Es decir, hay un trabajo materializado en el producto que clasificamos como trabajo pasado, en oposición al vivo. Pero no todo trabajo vivo se materializa en un bien. En este caso el trabajo que realizan los investigadores, los científicos, los que elaboran tesis y teorías que quedan registradas en libros o manuscritos para que sean utilizados en algún momento, sea para desarrollar un nuevo producto de consumo o, más que nada, un nuevo instrumente (herramienta, maquinaria, sistema, etc.) destinado a producir con mejor calidad y más eficientemente, lo que ayuda a hacer el trabajo más placentero y a generar más plusproducto. Siempre debemos considerar que lo de “más placentero” y de mayor “plusproducto” es una realidad mutilada por la apropiación (saqueo, robo) que el sistema capitalista hace del esfuerzo social. El trabajo no materializado y acumulado como conocimiento, es el resultado de la experiencia histórica creciente, del trabajo que surge cuando el primer hombre-mono vislumbró que una piedra afilada podía ayudar a cortar su presa, o cuando cientos de años después descubrió que con un mango podía inventar el hacha, cortar leña o defenderse. Y así continuó hasta nuestros días con los enormes avances científico técnicos y del conocimiento en general. Avances que en algún momento se materializan, sin desaparecer, en la construcción de nuevas herramientas o de nuevas materias primas. ¿Cuál es la importancia de esta clasificación? Saber que hay un conocimiento que surge de la historia y del trabajo, que es propiedad de la humanidad y que es usurpado por las corporaciones como si fuesen ellas las dueñas de la historia.

El trabajo, ese proceso que se realiza entre las personas y la naturaleza, en el cual las personas modifican los objetos de la naturaleza de modo tal que éstos puedan satisfacer sus necesidades, ha sido determinante en separar al hombre del reino animal y determinante para que éste llegase a pensar. Federico Engels, en uno de sus notas. “El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre”,  escribía:

“Sobre la base del trabajo común, sobre la base del agrupamiento necesario de hombres-monos que dicho trabajo común exigía, se fueron estableciendo relaciones sociales que hicieron posible el surgimiento de un lenguaje fónico articulado y el pensamiento. El desarrollo del trabajo, al multiplicarse los casos de ayuda mutua y de actividad conjunta, y al mostrar así las ventajas de esa actitud conjunta para cada individuo, tenía que contribuir forzosamente a agrupar aún más a los miembros de la sociedad. Los hombres en formación llegaron a un punto en que tuvieron necesidad de decirse algo los unos a los otros… La necesidad creó un órgano: la faringe poco desarrollada del mono se fue transformando, lenta pero firmemente, mediante modulaciones que producían a la vez modulaciones más perfectas, mientras los órganos de la boca aprendían, poco a poco, a pronunciar un sonido articulado tras otro”.

Vamos ahora a resumir esas ocho clasificaciones que hicimos de la categoría “trabajo”.

  1. En función del momento en que se realiza
    1. Trabajo vivo (produce el nuevo bien y su valor)
    2. Trabajo pasado (se materializa en el bien producido)
  2. En función del valor
    1. Trabajo concreto (el oficio que produce el bien con valor de uso)
    2. Trabajo abstracto (unidad de medida de cualquier bien, de donde surge el valor)
  3. En función del conocimiento necesario para ejecutar la tarea
    1. Trabajo simple (no calificado, no requiere preparación especial)
    2. Trabajo complejo (requiere preparación y experiencia.  X cantidad de trabajo simple)
  4. En función de la cantidad producida
    1. Trabajo necesario (sin excedentes que se puedan acumular. Todo se consume)
    2. Plustrabajo (excedentes que mejoran la calidad de vida o enriquecen a pocos)
  5. En función de la distribución de la riqueza producida
    1. Salario (parte de la riqueza producida por el trabajador que el capitalista “reconoce”)
    2. Plusvalía (parte que no reconoce y se apropia de ella. Salario + plusvalía =  riqueza)
  6. El trabajo en función de la propiedad
    1. Privado (la fuerza de trabajo y la producción individual)
    2. Social (Todo trabajo sólo puede realizarse y ser reconocido en el mercado social)
  7. El trabajo en función del lugar que ocupa en la producción
    1. Productivo (De donde surge el producto necesario y el plusproducto)
    2. No productivo (Se desarrolla con el plusproducto y atiende necesidades sociales)
  8. El trabajo en función de su ubicación en la historia
    1. Materializado (Es el que se incorpora al bien que se va a utilizar o consumir)
    2. No materializado (Teorías, tesis y el conocimiento en general del que disponemos)

Sintetizamos algunos de los conceptos utilizados:

  1. Trabajo:  un proceso que se realiza entre el hombre y la naturaleza
  2. Fuerza de trabajo: la capacidad de las personas para ejecutar una tarea
  3. Valor: Trabajo social de los trabajadores materializado en las mercancías
  4. Valor de Uso: Propiedad que posee una mercancía o cosa de satisfacer una necesidad
  5. Valor de Cambio: Forma con que se manifiesta el Valor en el acto del intercambio
  6. Precio: Expresión monetaria del Valor de las mercancías en el mercado social global
  7. Precio de Monopolio: Forma especulativa por la cual obtienen ingresos extraordinarios

Hemos llegado al punto final de nuestro recorrido sintético sobre la categoría trabajo. En las próximas entregas tomaremos para analizar la categoría “capital”. Es lógico que comencemos con “trabajo” pues, como anticipo diremos que, el capital, no es otra cosa que trabajo acumulado del trabajador apropiado por el capitalista.

Oscar Natalichio
Centro de Investigaciones Económicas y Sociales (CIEYS)
09/11/2013

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