lunes, 29 de febrero de 2016

NOSOTROS O ELLOS Nº 345

 

¿ES POR NO “PROFUNDIZAR” O POR NO CONCIENTIZAR?

 

Los análisis teóricos deben siempre confrontarse con la realidad objetiva. Desde lo teórico se puede afirmar cualquier cosa, hasta disparatada. Y es la confrontación con la realidad la que señala si es acertado o no el razonamiento o la explicación que sobre un fenómeno social se realiza.

 

Uno de los puntos que es necesario aclarar está referido a explicar coherentemente el porqué gran parte de la población votó en contra de sus intereses, votó por generar lo que se va a constituir en su propia desgracia.

 

Reiteradamente hemos escuchado que ello ha sucedido porque el gobierno no se animó a avanzar con los cambios “necesarios”, no profundizó los avances importantes que se habían logrado, no se enfrentó al poder real, el poder de los monopolios, no realizó una real distribución de la riqueza, no enfrentó a los grupos financieros ni a los formadores de precios, etc.

 

Con algo de soberbia (o quizá también de impotencia), desde la izquierda marxista (a la que pertenecemos) se elabora una crítica fácil y no profunda, donde surgen frases como estas: “nuestro Partido anticipó que si el gobierno no avanzaba y profundizaba los avances logrados, esto (lo de Macri) iba a suceder”.  Desde ya que si uno lee los materiales se va a encontrar con muchas de estas citas, iguales, parecidas o similares en su mensaje y contenido.

 

Nosotros nos hemos dado cuenta de lo que iba a suceder si no se realizaban esas “profundizaciones”, si no se consolidaban los pasos dados hasta entonces. Lo hemos repetido muchas veces.

 

¿ES ESTO CIERTO? Para que lo sea, esa aseveración se debe probar tanto en la práctica como en la confrontación con otras explicaciones y teorías.

 

Debemos, en primer lugar, definir qué contiene la palabra “profundizar”. Explicar, con pulcra claridad cuáles son las medidas que se deberían haber tomado y no se tomaron y son causa de la pérdida del gobierno. Por ejemplo: ¿Deberían haber nacionalizado la Banca? ¿Deberían haber recreado la Junta Nacional de Granos, de Carne, el IAPI, etc.? ¿Deberían haber creado un impuesto a las transacciones financieras y haber reducido el IVA a los productos de la canasta familiar, etc.? Ello nos obliga a salir de lo general a lo particular, nos obliga, claramente, a saber de qué estamos hablando y, a la vez, de qué forma y con qué herramientas se pueden realizar esas profundizaciones de las que estamos hablando.

 

Debemos, en segundo lugar, definir si esas profundizaciones que “solicitamos se hagan” se encuentran dentro de los marcos ideológicos del gobierno que los debería hacer. Si exceden a los mismos, sería pedirle a ese gobierno que ejecute reformas que no puede ni quiere realizar por esas razones expuestas, porque no es parte de su ideología, no es parte de sus objetivos.

 

Pero mucho más grave aún: le estaríamos exigiendo a ese gobierno que realice cambios que deberíamos realizar nosotros como marxistas e impulsarlos con una fuerte presencia parlamentaria de la que no disponemos. Sería pedirles a la burguesía progresista que actúe más allá de sus intensiones y, además, responsabilizarla por no hacerlo ni habernos escuchado.

 

No parece que esta crítica se encuentre montada sobre una base real, objetiva. No parece correcto definir que la no “profundización” sea una de las causas importantes, tanto, que está entre las primeras en definirse que, por no hacerlas, deterioraron al gobierno K y le restaron el apoyo de una parte importante de la ciudadanía. No parece que ese sea el motivo. Si es así (si ese no es el motivo) , tampoco es correcta la afirmación de “nosotros lo advertimos”. Sin decir (o quizá ignorar) que en esa “advertencia” estamos descargando (y ocultando) nuestras propias limitaciones y carencias, entre las que se encuentra la de estar “exigiendo” que se avance más de lo que estaban dispuestos a avanzar al que no puede hacerlo. Si fuese así, no sólo habríamos cometido un acto de soberbia intelectual, sino que esa soberbia es elaborada fuera de la realidad objetiva y, por lo tanto, fuera del análisis científico.

 

Partamos de una base: los cambios no lo realizan únicamente los partidos o frentes si no cuentan con una fuerte presencia de masas activas en sus organizaciones, si no se encara correctamente la lucha de clases, si no se buscan esos cambios con masas en las calles exigiéndolos.

 

Las políticas “inclusivas” del Estado han funcionado, pero a los incluidos no se los ha concientizado, no se los han formado, no se los ha incorporado a la militancia como un actor activo. No se le han otorgado elementos para que sepan conocer la realidad y lo importante que es consolidar lo que se ha logrado.

 

Y esa “consolidación de lo logrado” NO PASA POR LA PROFUNDIZACIÓN SINO POR LA CONCIENTIZACIÓN. Para que el “beneficiado” sepa que debe luchar permanentemente, dentro del “sistema” para poder, apenas, mantener las medidas que le han permitido mejorar su calidad de vida y que, en parte, no son productos de sus luchas.

 

Sin conciencia, los avances logrados lo tornan, al que se beneficia de los mismos, en un “conservador”, en una persona que quiere conservar lo logrado sin luchar por ello, en especial, cuando originalmente tampoco luchó para obtenerlo, desprendiéndose de ello, una actitud pasiva o, a lo sumo, activa primaria (sabe que debe defenderlo pero no sabe cómo ni donde ni con quién ni cuando).

 

Esa tarea de concientización, que debería haber cumplido el FPV, no ha sido cumplida, salvo, como decía el poeta, “en breves raptos y relámpagos”, totalmente insuficientes para formar conciencia de cómo deben actuar los ciudadanos en defensa de los logros obtenidos.

 

Incluso, este fenómeno se manifestó también en otros países latinoamericanos que han “profundizado” sus medidas más que el nuestro, lo que señala, claramente, que no es la falta de “profundización” el problema, que hay que buscarlo en otra parte, que hay que buscarlo en que no debe haber defasaje entre el crecimiento económico-social y el crecimiento de la conciencia social.

 

Si la conciencia social se retrasa con relación a la mejora del “modo de vida” alcanzado, prevalece la actitud conservadora, egoísta y hasta suicida, pues no se observa el riego real que le acecha. Si la conciencia social alcanza para que no sea sorprendido, con lucha podrá obtenerse la consolidación de lo que se ha logrado. Si la conciencia social avanza hasta, por ejemplo, a saber que lo logrado no es suficiente, el objetivo es pasar a “profundizar”, mediante planes de acciones concretas (programas) que señalen la importancia que poseen esas acciones de lucha, para garantizar e incrementar lo logrado. Y si la conciencia avanza aún más, los que lo logren se podrán incorporar a los que luchamos por una nueva formación económico-social: el socialismo como objetivo a construir en un proceso de transición hacia él

 

Es la lucha de ideas, es la necesidad de que la clase trabajadora opere con conciencia de su clase, es (debe ser) nuestro principal objetivo. El trabajador puede no conocer en profundidad las categorías científicas que operan como leyes, pero lo que no puede ni debe desconocer es a qué clase social pertenece y cuál es el destino histórico de esa clase social de la que es integrante activo.

 

  


OSCAR NATALICHIO – CENTRO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES (CIEYS) 28/02/16  oscarnatalich@fibertel.com.ar

Los daños efectuados por el presidente delincuente en sólo 80 días son gravísimos. Y faltan 1.370 más.

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