NOSOTROS O ELLOS Nº 329
EL DISCURSO INICIAL DE RAFAEL CORREA
EN LA CELAC.
27
de enero de 2016 11:13 Discurso del presidente Rafael Correa en la Cumbre
de la Celac:
“Nos
encontramos en la Latitud 0, en la Mitrad del Mundo. Como habrán visto uno de
los lugares de mayor luminosidad del planeta. Estamos en el edificio sede de
Unasur, cuyo nombre es Néstor Kirchner, en su honor. Él junto a Hugo Chávez
fueron impulsores esenciales de la integración de nuestros pueblos. Este
edificio concebido como un cóndor a punto de alzar el vuelo simboliza nuestra
América. En el centro está la
obra Las Manos de Oswaldo Guayasamín, son las manos de
pobreza, impotencia, son parte de la Edad de la Ira colección pintada en los años
60 en medio de conflictos bélicos y grandes conflictos sociales. Debemos
cambiar esas manos por manos de alegría, solidaridad y de esperanza…
Eje 1.-
Reducir la pobreza extrema y las desigualdades Apoyamos al
presidente Santos en la búsqueda de la paz en Colombia. La paz no es solo
ausencia de guerra, debe ser presencia de justicia, dignidad, de oportunidades
para todos. En la búsqueda de la justicia se requiere acción colectiva de la
voluntad explícita de las sociedades. Las políticas son conocidas por todos,
primero un sistema tributario progresivo en el que más tiene pague más. América
Latina tiene 22,7% de sistema tributario. Ese ingreso tributario debe financiar
igualdad de oportunidades como educación y salud. El tamaño del Estado medido
como gasto público alcanza el 29% en América Latina. Se trata de gobernar los
mercados en función de los objetivos sociales. Es necesario gobernar el mal
llamado mercado laboral porque el trabajo no es una mercancía. No es un medio
de producción, es el fin mismo de la producción. El salario es un fundamental
instrumento de distribución, justicia y equidad. Necesitamos políticas
laborales. Se requiere una adecuada distribución dentro del acervo público y
privado. En Ecuador los recursos naturales y sectores estratégicos pertenecen
al Estado. La distribución de la riqueza es un problema político duro por el
poder de las élites y los medios de comunicación. Estamos luchando contra las
herencias y las excesivas plusvalías. Como manifestó el papa Francisco el gran
reto de nuestro mundo es la globalización de la solidaridad y fraternidad.
Eje 2.- Fortalecer la educación,
ciencia, tecnología e información
Debemos reducir la brecha del conocimiento. No tenemos ninguna universidad
latinoamericana o caribeña entre las 100 del mundo. Deberíamos al menos colocar
12 entre las mejores del planeta. Nuestra región invierte 0,4% en investigación
y desarrollo. Debemos duplicar esto en los últimos años. El conocimiento puede
ser compensado por los Estados. La ciencia y tecnología no tienen rivalidad en
el consumo, mientras más personas los utilicen es mejor para todos. Esto en
Ecuador lo llamamos Economía del conocimiento.
Eje 3.- Generar consensos en relación
al medioambiente y al cambio climático La Celac llevó a parís la voz unida de los 33 Estados
miembros. De los millones de personas que viven en extrema pobreza.
Lamentablemente, desde que frente que a la nada todo parece mucho, el Acuerdo
de París no garantiza una meta clara de reducción de contaminación global.
París refleja un pacto social en el que se reconozca los derechos de la
naturaleza y se establezca una corte para juzgar las faltas a los derechos de la naturaleza. Nada
justifica que tengamos tribunales para proteger inversiones y no para defender
a la naturaleza. La
inmensa mayoría de los indígenas no rechaza la modernidad. El
desafío es superar la pobreza y vencer la inequidad.
Eje 4.- Gestionar el financiamiento
para el desarrollo con énfasis en infraestructura y conectividad La CEPAL dice que se debe invertir en
infraestructura el 6,2 del PIB regional. En el último decenio solo se invirtió
menos de la mitad. Mucha
de la infraestructura no la proveen los sectores privados. Por ello la
inversión pública es fundamental. Demasiada inversión de corto plazo genera
déficits externos. Es la trampa del subdesarrollo que debemos superar. No
tenemos productividad por no temer cómo invertir. Mientras Latinoamérica y El
Caribe tiene depositados USD 1 billón de nuestros recursos en el primer mundo,
seguimos dependiendo de préstamos externos y de cooperación sin ningún impacto
estructural. Estamos trabajando en una nueva estructura financiera regional,
compuesta por un banco de desarrollo, un fondo común de reservas y un sistema
der compensaciones para el comercio internacional. Administrar nuestras
reservas constituye un imperativo del sentido común. Se observan absurdos como
considerar a la inversión como un gasto más. Solo se registra la deuda
adquirida para una hidroeléctrica. Así, la inversión genera déficit. Esto nos
lleva a suponer que todo ha sido pérdida y es una trampa ideológica para
satanizar el gasto público. Adecuada inversión extranjera es altamente deseable
para la región, pero dentro de una relación entre Estados y transnacionales,
justa y equilibrada que beneficie el respeto mutuo, el respeto de los derechos
humanos y de la
naturaleza. Otra propuesta es la creación de centros de
arbitraje para nuestra región, que eviten ese atentado a nuestras soberanías
que constituyen esos tratados bilaterales de inversión, donde todo está en
función del capital y no en función de nuestros Estados. Los tribunales están
vinculados a las propias transnacionales.
Eje 5.- Desarrollar y potenciar
nuestro papel como bloque regional
Este eje lo considero el más importante. El mundo del futuro será de bloques.
Ecuador no tiene temor a pensar, proponer, soñar e incluso equivocarse. Creemos
que Celac debe reemplazar a la Organización de Estados Americanos, OEA, que
jamás funcionó adecuadamente pero que hoy es más anacrónica que nunca. Fidel
(Castro) la llamó el ministerio de las colonias. Necesitamos un organismo
latinoamericano y caribeño capaz de defender los interese soberanos de sus
miembros. La OEA nos alejó de ese propósito reiteradamente. Por ejemplo, cuando
expulsó a Cuba de su sede en 1962, o 20 años después en la Guerra de Las
Malvinas en 1982, cuando se destrozó el Tratado Interamericano de Asistencia
Recíproca, TIAR, que exigía una respuesta continental frente a una agresión militar
externa a uno de los miembros de la
OEA. Por qué tenemos que discutir nuestros problemas en
Washington. Cómo se puede sostener la
irracionalidad de que la sede de la OEA esté en país del criminal bloqueo a
Cuba, bloqueo que incumple la carta interamericana de la OEA.
Necesitamos un nuevo
sistema interamericano. Debemos entender que las Américas al norte y sur del
río Bravo son diferentes y debemos conversar como bloques. La Celac debe ser el
foro en el que se discuta las cuestiones latinoamericanas y caribeñas y la OEA
debería convertirse en el foro, que como bloque, Celac y América del Norte
procesen sus conflictos. También necesitamos un sistema nuevo de derechos
humanos latinoamericano y caribeño, sin dobles estándares. Como es posible que
la sede de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos esté en un país
que no ha ratificado ninguno de los instrumentos interamericanos de derechos
humanos, ni siquiera el Pacto de San José. Se financia con países que no han
ratificado la
Convención Interamericana y por organismos de esos mismos
países. Es decir, pagan para controlar a los demás. Eso tiene un nombre,
neocolonialismo, es inaceptable. La CIDH está dominada por países hegemónicos.
Está dominada por el capital detrás de los negocios dedicados a la comunicación. Todo
está listo para el nuevo sistema. Somos los países de América Latina los que
ratificamos el Pacto de San José y nos sometemos a la Corte-IDH.
Queridos amigos y amigas. No olvidemos que el desarrollo es un problema
político y depende de quién manda en una sociedad. Las élites o las grandes
mayorías. El capital o los seres humanos. El mercado o la sociedad. Nuestra América vive no en una época de cambios, sino un
verdadero cambio de época, donde el poder de las élites que siempre nos dominaron
se debilita y derrumba para dar paso al poder popular. Siempre será más lo que nos una que lo que nos separe. Existe una
coincidencia entre todos nosotros en torno a los principios que defendemos. La
primacía del derecho internacional, la democracia y la autodeterminación de los
pueblos, la defensa de los derechos humanos, la búsqueda del desarrollo humano
sostenible. La unidad de nuestros pueblos, como decía Cristina Fernández de
Kirchner, en la inauguración de este edificio, empezó hace miles de años con
nuestros pueblos ancestrales, con Abya Yala. Hoy, enfrentamos tiempos
difíciles. La tecnocracia dice, en el ciclo de los commodities, después de una
década extremadamente exitosa, la región tiene más dificultades para crecer,
generar empleo, disminuir la pobreza, garantizar derechos, pero hay grandes
capacidades acumuladas. Contamos con los
más valiosos recursos, la voluntad de nuestros pueblos y la unidad.
En la demora está el peligro decía el gran Eloy
Alfaro. No hay tiempo que perder. Bienvenidos
y que esta IV Cumbre de la Celac sea todo un éxito”.
O. NATALICHIO – CENTRO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES 29/01/16
Los daños
efectuados por el presidente delincuente en sólo 49 días son gravísimos. Y
faltan 1400 más.
Escuchá en la red el discurso
completo de Rafael Correa. Es un curso de formación política y social
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