viernes, 5 de diciembre de 2014


Del encuentro en Guayaquil, Ecuador, realizado los días 13, 14 y 15 de noviembre de 2014, participaron delegaciones de 54 partidos comunistas y obreros de todo el mundo, entre ellos el PCA. Las consignas convocantes fueron:

“El papel de los partidos comunistas y obreros en la lucha contra la explotación imperialista y capitalista, que causa crisis y guerras y que incrementa las fuerzas fascistas y reaccionarias. Por los derechos de los trabajadores y de los pueblos, por la emancipación nacional y social; por el socialismo”.

Al final de las sesiones, los participantes se unieron a la marcha que conmemoró a los más de 500 trabajadores asesinados el 15 de noviembre de 1922 en Guayaquil.

La declaración:

El decimosexto encuentro de Partidos Comunistas y Obreros (EIPCO) se celebró en Guayaquil, entre el 13 y 16 de noviembre de 2014 con la presencia de 53 delegaciones de Partidos Comunistas y Obreros.

El XVI Encuentro de Partidos Comunistas y Obreros centró su debate en el análisis de la lucha  de nuestros partidos contra el imperialismo, partiendo del principio de que el sistema capitalista se sostiene en la acumulación del capital y de la explotación despiadada de la clase obrera y campesina.

La reunión internacional de los PCO se desarrolla en una compleja coyuntura mundial, caracterizada por la agudización de la crisis estructural del sistema capitalista y la dinamización de profundos cambios geopolíticos  globales.

Nos enfrentamos a una crisis que incluye factores económicos, sociales, ecológicos, culturales, políticos y étnicos entre otros.

El proceso neoliberal que se trata de imponer a los pueblos es insostenible y se agrava aún más por la crisis ecológica y alimentaria.

Se están produciendo cambios profundos y complejos en el mundo de hoy. El ascenso de nuevos actores en el escenario  de las relaciones internacionales, evidencia la pérdida de influencia de los centros tradicionales de poder.

Cada vez con más fuerza, se manifiesta la agresividad imperialista con la ejecución de guerras convencionales o no, en diferentes partes del planeta. El objetivo imperial marca nuevas áreas geopolíticas para que le  permitan  mayor control de los recursos naturales del llamado Tercer Mundo y de las rutas del comercio internacional. Por tanto, somos testigos de una ofensiva por impedir que se consoliden las tendencias de multipolaridad.

Estados Unidos, el más poderoso imperio de la historia, está atrapado en serios problemas estructurales internos. Presenta una explosiva combinación de crisis financiera, alto déficit comercial, crecientes gastos militares, una deuda pública insostenible, relevantes índices de desempleo, marginalidad, consumo de drogas y pérdida de la cultura productiva. La crisis está profundizando también las divisiones sociales y las crecientes contradicciones en la población y los grupos de poder. Predomina una derechización política en la sociedad.

Para restablecer la hegemonía unipolar, los EEUU recurren cada vez más a la fuerza militar, combinada con instrumentos mediáticos, políticos, ideológicos, culturales y económicos  que generan conflictos. Su desenlace también dependerá  entre otros, de la capacidad de las fuerzas comunistas, democráticas, progresistas y revolucionarias en el mundo para participar decididamente en la disputa político-ideológica a favor de los cambios sociales y por un nuevo Orden Internacional.

En particular, el gobierno de los Estados Unidos consciente del declive de su influencia ha mantenido y mantiene varios frentes de agresión en un intento de recuperar el terreno perdido y evitar mayores desafíos de su predominio mundial.

Dentro de esta nueva ola guerrerista y reaccionaria está enmarcada la contraofensiva neoliberal contra América Latina y El Caribe, cuyo objetivo principal es la eliminación de los gobiernos progresistas de la región que promueven políticas sociales y de defensa de sus intereses soberanos, así como un nuevo tipo de integración económica, política, y social.

Para nadie es un secreto que el imperialismo ha priorizado las acciones subversivas, apoyándose en sus instrumentos tradicionales de injerencia, desde la CIA hasta la USAID. Así como en sectores de la burguesía nacional estrechamente ligados al capital norteamericano.

El objetivo de esta descarada subversión ha sido fomentar  la desestabilización social para justificar escenarios que conlleven al cambio de regímenes progresistas por vías violentas.

Estados Unidos también maniobra para ampliar la cantidad de tratados bilaterales de libre comercio con países latinoamericanos e intenta internacionalizarlos con sus bloques aliados, es el caso del tratado EEUU- UE. (y Asia).

En este contexto, diversas fuerzas políticas latinoamericanas y un heterogéneo movimiento social de la región, protagonizan sus luchas contra las trasnacionales imperialistas y sus expresiones políticas y militaristas, enfrentando la obstinada permanencia de estructuras económicas neoliberales.

Los años de gobiernos progresistas y revolucionarios en América Latina, muestran notables avances en el área, en materia de reducción de pobreza, la consolidación de la integración latinoamericana y caribeña, y la recuperación de la soberanía, han provocado una violenta reacción de las oligarquías nacionales, las cuales redoblan sus esfuerzos por reconstruir sus proyectos neoliberales en esa parte del mundo.

Hoy vivimos en Latinoamérica experiencias claramente progresistas, que no sólo son el resultado de factores disímiles, entre ellos las aspiraciones y luchas populares en la región como la defensa de la soberanía nacional, los esfuerzos por la independencia económica, el fortalecimiento de los Estados, procurando la terminación del neoliberalismo, la formación de organismos económicos regionales, buscando independencia  y apoyo solidario entre iguales como UNASUR, MERCOSUR; BANCO DEL SUR, CELAC,  reclamo y lucha contra el colonialismo, resistencia a la extorsión económica, entre otros. Dichas experiencias han hecho posible que el continente envíe nuevas señales de esperanza en su búsqueda de la justicia social y de hecho, se convierta en un referendo político a favor del cambio hacia ese mundo posible del cual hablamos.

A pesar del casi unánime rechazo internacional al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, lejos de rectificarse esa política, continúa en vigor plenamente, en abierta violación de los principios de la Carta de las Naciones Unidas. Se ha acrecentado el acoso a las instituciones comerciales, financieras y bancarias que se relacionan con Cuba, ampliando su carácter extraterritorial afectando incluso a sus aliados más cercanos.

La inestabilidad y el caos son una terrible realidad en extensas regiones del planeta.

En Europa la continuada crisis económica y financiera han servido de justificación y cobertura para que las elites del poder de ese bloque imperial intensifiquen la destrucción de lo que, en su momento se conoció como modelo de bienestar social.

Junto con las denominadas políticas de austeridad fiscal (entiéndase profundos recortes y eliminación total de programas de interés social) los consorcios europeos han clamado por el logro de una supuesta competitividad productiva como salida de la crisis, lo cual se ha traducido en despidos masivos, precarización de los contratos laborales y erosión acelerada del nivel adquisitivo de los trabajadores.

La Unión Europea mantiene su alianza estratégica con los EEUU y sus principales  aliados acompañan a los EEUU en las  confrontaciones bélicas, allí donde peligran los intereses económicos, políticos y militares comunes.

Igualmente asume la responsabilidad de algunas confrontaciones de manera individual, sin la presencia física de EEUU, pero con su apoyo utilizando su brazo armado -la OTAN-  esgrimiendo pretextos y conceptos de “seguridad humana” y “responsabilidad de proteger” entre otros.

La crisis sigue impactando sobre las fuerzas políticas de la región, profundizando el deterioro de la cultura política, reduciendo la gobernabilidad y elevando la inestabilidad social, elementos que evidencian las vulnerabilidades del modelo democrático-liberal burgués.

La voracidad del capitalismo europeo con el apoyo del imperialismo norteamericano pretende desarrollar una política de chantaje económico coercitivo que apunta a bloquear los mercados de importación y exportación a lo que han dado en llamar “sanciones” en detrimento de los pueblos de esos países.

Sin embargo en este difícil escenario avanza la ideología neoliberal, proliferando el auge de fuerzas ultra reaccionarias y de extrema derecha, captando segmentos importantes del electorado, siendo muestra de ello los resultados de las pasadas elecciones para el Parlamento Europeo, poniéndose de manifiesto la inviabilidad política del sistema, donde se promueven, se organizan grupos y fuerzas neofascistas que, a la vieja usanza agreden brutalmente a las organizaciones progresistas y revolucionarias.

La OTAN, principal instrumento militar del imperialismo continúa sus presiones para seguir expandiendo sus fronteras, especialmente hacia el Este del continente europeo y su participación en conflictos de su territorio.

No debemos dejar de mencionar que nuestros camaradas ucranianos han enfrentado directamente los embates del neofascismo en ese país. Impunemente se ha atentado contra la vida de muchos comunistas ucranianos, han sido víctimas de ataques violentos contra sus viviendas y las sedes de la organización, declarando fuera de Ley y proscrito al Partido Comunista de Ucrania por parte del gobierno ucraniano con el apoyo de la UE y el imperialismo norteamericano. Asimismo continúa la masacre contra el pueblo de Donetsk y las regiones que desean su independencia política y territorial y preparan fuerzas para invadir Crimea.

Este conflicto, cuyo enorme costo humano  ha sido ignorado por las denominadas democracias  occidentales, es la expresión más cruda del resurgimiento del fascismo en suelo europeo y de las guerras como instrumento del capitalismo para mantener su política explotadora.

África del Norte y el Medio Oriente continúan siendo los principales escenarios de conflictos promovidos por el imperialismo norteamericano, cuyos objetivos han sido garantizar el control de los recursos naturales e impedir la expansión de otros actores internacionales en dichos territorios.

El reciente bombardeo sionista  contra Gaza es parte integrante de la estrategia global del imperialismo hacia la región. Su objetivo de quebrar la unidad de las fuerzas palestinas, destruir la  resistencia y mantener la política de ocupación sobre los territorios ocupados responde plenamente a los intereses norteamericanos. La reacción de la resistencia Palestina y la presión y solidaridad internacional, obligaron a Israel a frenar el genocidio y comprometerse a continuar las negociaciones indirectas.

La importancia geopolítica de la región sigue siendo campo de batalla en la lucha contra el  terrorismo en tiempos que aumenta la necesidad de asegurar las rutas marítimas como elemento imprescindible  para el desarrollo del comercio como garantía de la seguridad nacional de las principales potencias mundiales.

Las bandas mercenarias criminales, organizadas por la CIA, OTAN, permitidas, fomentadas y financiadas por gobiernos reaccionarios del Medio Oriente siguen asesinando hombres, mujeres, niños y pueblos originarios en forma masiva, lo que ha traído una migración obligada cargadas de hambre, miseria, discriminación y sin esperanzas de sobrevivir.

La nueva situación creada en Irak y Siria con la proclamación del Estado Islámico, engendro de Estados Unidos, Occidente y de un grupo de países árabes, desborda el ámbito nacional y se vincula a intereses foráneos que presionan para alterar el balance geopolítico regional con una estrategia que incluye mantener la crisis en Siria para derrocar a Bashar Al Assad, reconfigurar el poder en Irak y frenar la influencia regional de Irán. La amenaza del estado islámico ha servido a EEUU para justificar acciones que acomoden sus intereses en la región.

La proliferación de grupos yihadistas y la manipulación del factor religioso son parte del juego norteamericano.

La lucha contra el terrorismo debe llevarse a cabo bajo el marco del Derecho Internacional y el respeto a la soberanía nacional de los países.

En África subsahariana, los problemas políticos, económicos y sociales heredados del colonialismo y el neocolonialismo, unidos a los efectos de la actual mega crisis mundial y la política del imperialismo, generan inestabilidad, conflicto e intervencionismo. En esa región continúa la competencia entre las principales potencias para extender sus esferas de influencia.

La riqueza natural del continente lo ha convertido en una zona estratégica para los intereses del imperialismo. La lucha por los mercados  y esferas de influencia ha exacerbado las contradicciones entre las distintas potencias imperialistas por asumir el liderazgo. África Oriental, Central y Occidental, enfrenta la actividad de grupos de tendencia Yidahista, seguidores de Al-Qaeda como Boko Haram en Nigeria o Al Shabab en Somalia. Países de la OTAN utilizan estas realidades como justificación para incrementar su presencia militar en el continente. Se profundiza la apropiación del gran capital de los enormes recursos económicos de este continente, que clasifica entre las regiones más ricas y más pobres a la vez del planeta. Enfrenta a duras realidades como la más reciente epidemia de ébola que azota a países del África Occidental.

Asia y el Pacífico es la zona más dinámica económicamente del planeta y la Administración de Obama ha proclamado la “política del pivote” que constituye el relanzamiento de los EEUU hacia esta región que consideran parte de su estrategia de seguridad nacional, y también de su política de contención a China y Rusia.

En tal contexto, la lucha de los partidos comunistas para garantizar la continuidad de los procesos socialistas en China, Vietnam, Laos y la RPD de Corea, con el objetivo de garantizar su gobernabilidad y soberanía, adquiere especial importancia por su repercusión interna y de política global.

La convulsa situación internacional, marcada  por la crisis sistémica  del imperialismo mundial, el incremento de los conflictos bélicos internacionales en todos los rincones del planeta y el desarrollo de tendencias neofascistas, exige de los partidos comunistas y obreros y de las fuerzas y organizaciones progresistas y revolucionarias un debate abierto, desprejuiciado e inclusivo, que destierre por tanto los dogmatismos y sectarismos.

Debemos construir de conjunto y acordes con nuestras realidades, alternativas de desarrollo socialista, que los pueblos identifiquen como la vía para la solución de sus graves problemas. Esta es tarea de primer orden, no solo de los partidos comunistas y obreros, sino también de otras fuerzas políticas y movimientos sociales en el mundo.

Solo las propuestas socialistas que creen las bases para transformar la realidad del mundo de hoy serán capaces de salvar a la humanidad de la debacle de la guerra, la explotación incontrolada de los recursos naturales y del peligroso apuntalamiento de un neofascismo, que con nuevo ropaje confunde y manipula a millones de personas.

Persiste la crisis alimentaria cuya expresión más evidente son los elevados precios de los alimentos  y la hambruna que sufren millones de personas, resultado en primer lugar del control de un número insignificante de mega empresas sobre la producción y el comercio mundial de los alimentos e insumos para producirlos.

El medio ambiente continúa deteriorándose y sigue sin alcanzarse un acuerdo que permita frenar el deterioro del ecosistema. La causa principal de la crisis ambiental global, continúa siendo la irracionalidad e insostenibilidad de los patrones de producción y consumo, que sustentan un sistema de dominación económica capitalista, generador de mayor desigualdad y pobreza. Se requiere de la voluntad política de los gobernantes de los países desarrollados y los que tienen responsabilidad histórica y disponen de mayores capacidades y recursos para enfrentarla.

Especial atención merece la utilización por parte del imperialismo y las fuerzas reaccionarias de la cibernética, biotecnología, la comunicación mediática que se ha vuelto más agresiva que nunca y a la que hay que darle una respuesta inmediata fortaleciendo nuestra prensa y comunicación comunista dirigida a los pueblos del mundo.

Los partidos comunistas y obreros, como parte de las fuerzas progresistas y revolucionarias del planeta, defensores de la paz, base primordial para la existencia y desarrollo económico de la humanidad, deben aunar esfuerzos para detener la escalada imperialista, dirigida a exterminar a pueblos y subyugar países y regiones.

La humanidad está urgida de vivir en un contexto de paz, vital para desarrollar otros derechos  también esenciales como son el poder acceder a la educación, la cultura, la salud y el deporte, para realizar acciones nobles como la solidaridad y la cooperación entre naciones, pueblos y personas. Se continúa ampliando la brecha  de la desigualdad expresada en el incremento de la pobreza, el desempleo, la insalubridad y las enfermedades, entre otros males, mientras en el otro polo, se concentran las riquezas en una cada vez más reducida minoría.

Son cuantiosos los gastos de los países imperialistas en la producción de armamentos cada vez más sofisticados empleados en guerras que masacran poblaciones indefensas y destruyen la infraestructura de las ciudades con el propósito de controlar y sobre todo apropiarse de recursos estratégicos que les resultan indispensables, para lo cual financian fuerzas locales títeres, que responden a estos designios hegemónicos.

Los partidos reunidos en Guayaquil  reafirman que la única alternativa viable al capitalismo es el socialismo, lo que supone la independencia plena, condición indispensable para el desarrollo, la justicia social, la igualdad de oportunidades, la distribución equitativa de la riqueza, la solidaridad humana, el respeto al medio ambiente y el derecho de los pueblos a escoger libre y de forma democrática, el proyecto de sociedad que deciden.

Los encuentros de los Partidos Comunistas y Obreros son de vital importancia para el movimiento antiimperialista, progresista y revolucionario mundial, en momentos de decisiones y definiciones trascendentales para la humanidad.

La ciencia del marxismo leninismo ha cobrado el reconocimiento mundial como el instrumento fundamental para el análisis de la situación social y la aplicación práctica a favor de las transformaciones revolucionarias y abrir camino hacia el socialismo y el comunismo.

La única opción para avanzar frente a los nuevos retos y los colosales poderes imperiales, transnacionales y mundiales que se gestan, será la unidad en la diversidad, de forma creativa y la solidaridad entre las fuerzas del cambio y el progreso.

ACUERDOS DEL XVI ENCUENTRO INTERNACIONAL DE PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

13, 14 y 15 de noviembre del 2014 – Guayaquil-Ecuador
ACCIONES COMUNES Y CONVERGENTES DE LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS A REALIZARSE HASTA EL XVII EIPCO
XVI ENCUENTRO INTERNACIONAL DE PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

XVI ENCUENTRO INTERNACIONAL DE PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

1.- Honrar el 01 de mayo con la participación en las luchas de la clase obrera en cada país de la mano de obra, los derechos sociales y democráticos de los trabajadores, destacando el papel del movimiento sindical de clase, es decir, de la Federación Sindical Mundial que conmemora su 70avo aniversario en octubre del 2015.

2.- Denunciar los planes imperialistas hegemónicos, las verdaderas razones detrás de la guerra y la manipulación de la llamada lucha contra el terrorismo, destacando la importancia de la lucha por la paz. Desarrollar acciones contra la OTAN, sus bases militares y los que el imperialismo ha impuesto en muchos países, en contra de las intervenciones y el militarismo, con un enfoque especial en el enorme ejercicio de la OTAN “Coyuntura Tridente 2015”

3.- Intensificar la lucha contra las guerras imperialistas en Irak y Siria y la guerra hecha por los grupos criminales, apoyados por el imperialismo y Estados reaccionarios, contra el Líbano, Libia y Túnez. La condena de la intervención imperialista de los EE.UU., la OTAN y la UE en Ucrania y África.

4.- Conmemorar el 70avo aniversario sobre el fascismo Nazi, destacando el papel de la URSS y de los partidos comunistas en la lucha y la unidad contra el fascismo y el nazismo, y desarrollar la lucha contra la reaccionaria reescritura de la Historia y el blanqueo del fascismo y el nazismo.

5.- Conmemorar el 40avo Aniversario de la Victoria del pueblo de Vietnam, en su lucha de liberación contra la agresión imperialista de los Estados Unidos.

6,- Denunciar y luchar contra las leyes y disposiciones legales del acoso anti-comunista. Desarrollar acciones de solidaridad con los partidos que enfrentan ataques anti-comunistas, prohibiciones y persecuciones, como por ejemplo con los comunistas ucranianos

7.- Fortalecer la solidaridad y la acción común de apoyo hacia los pueblos y los compañeros que están en la vanguardia de la resistencia contra la ofensiva imperialista. Reforzar la solidaridad con el pueblo palestino, con motivo del 29 de noviembre, Facilitar una visita de solidaridad a Palestina WG, abierto a todos los miembros de la lista Solidnet.

8.- Reforzar la solidaridad con los Partidos Comunistas, de los trabajadores y con los pueblos en las luchas por la emancipación nacional y social que se libra en América Latina y en otras partes del mundo. Afirmar el derecho de los pueblos a la soberanía, contra el gran capital y las imposiciones, interferencia y agresiones imperialistas. Reafirmar la solidaridad con la lucha de los pueblos por el socialismo en diferentes países.

9.- Fortalecer la solidaridad con Cuba Socialista con el propósito de poner fin al bloqueo de Estados Unidos, la abolición de la posición común de UE y repeler las intervenciones imperialistas y las guerras llevadas a cabo por los medios de comunicación burgueses. Intensificar la actividad para la liberación de los tres cubanos que permanecen encarcelados en los EE.UU. y apoyar la campaña internacional que culmina en Septiembre del 2015.

10.- Apoyar y fortalecer las organizaciones de masas antiimperialistas internacionales, la Federación Sindical Mundial (FSM), el Congreso Mundial de la Paz (CMP), la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM), a saber, resaltando su papel e importancia en la ocasión de los respectivos aniversarios que se conmemoran en el 2015.

11.- Encomendar a que el Grupo de Trabajo inicie una reflexión en coordinación con las partes de la antigua Unión Soviética, sobre las conmemoraciones y acciones comunes con motivo del centenario de la Revolución Socialista de Octubre.


Entre otras naciones, estuvieron representadas Alemania, Argentina, Portugal, Brasil, Siria, la República Checa, Grecia, Australia, Rusia, Corea del Norte, China, Vietnam, Cuba, Costa Rica, Perú, Colombia, Bolivia, Palestina, Chipre, Laos, Bahrein, Bélgica, Finlandia, Irlanda, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Lituania, Líbano, India, Sudáfrica, Bielorrusia, España, Canadá, Turquía y Hungría.

Estuvieron ausentes partidos y frentes políticos de la importancia del Farabundo Martí salvadoreño, el FSLN nicaragüense y los partidos comunistas de Venezuela, Uruguay, Chile y Paraguay.

Fueron tres días de debate sobre comunismo, progresismo y socialismo y sus lineamientos en el accionar de  los gobiernos de esa tendencia, los cuales se saldaron con la elaboración del documento presentado en estas páginas y con la consolidación de la solidaridad internacional del movimiento obrero. Además se manifestaron discursos y se presentaron documentos en solidaridad con los sucesos de Palestina, Siria, Ucrania y México.


Dos años antes de este encuentro, también en Guayaquil (16.11.2012)

Partidos comunistas respaldan procesos revolucionarios en América Latina

Declaración de Guayaquil, aprobada por consenso durante este Encuentro Internacional de Partidos Comunistas de América, concedió una valoración positiva al Gobierno de la Revolución Ciudadana que lleva adelante el presidente Rafael Correa en Ecuador

Representantes de organizaciones políticas progresistas de 13 naciones se reunieron este jueves en la ciudad de Guayaquil (centro), en Ecuador, y acordaron respaldar la Revolución Ciudadana que impulsa el presidente Rafael Correa en este país suramericano, la condena del bloqueo a Cuba, entre otros elementos vinculados a los procesos revolucionarios que vive la región actualmente.
En definitiva, se dieron cita dirigentes y líderes de los partidos comunistas de Ecuador, Cuba, Venezuela, Bolivia, Argentina, Colombia, Uruguay, Perú, Brasil, Panamá, Costa Rica, Chile y del Frente Sandinista de Nicaragua.
La cita se realizó en el marco del 90 aniversario de la masacre obrera perpetrada el 15 de noviembre de 1922 en el país anfitrión, y sirvió para intercambiar experiencias y avances del movimiento político progresista y de izquierda en América Latina.
La Declaración de Guayaquil, aprobada por consenso durante este Encuentro Internacional de Partidos Comunistas de América, concedió una valoración positiva al Gobierno de la Revolución Ciudadana que lleva adelante el presidente Rafael Correa en Ecuador.
El secretario general del Partido Comunista de Venezuela (PCV) manifestó que el Gobierno de Correa es una expresión importante de las reivindicaciones sociales, políticas, culturales y patrióticas del pueblo ecuatoriano.
“Este Gobierno se encuadra en un proceso de acumulación de fuerza popular revolucionaria y ciudadana, con una propuesta de participación y protagonismo popular y una política soberana de autonomía e independencia”, precisó.
La Declaración también respaldó la condena mundial al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, la cual quedó reflejada días atrás en una sesión plenaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde 188 países rechazaron esta “acción inhumana” del gobierno norteamericano.
Otros elementos incluidos en el texto son un mensaje de felicitación al presidente Hugo Chávez y al pueblo venezolano por su estratégico triunfo electoral en octubre pasado, el apoyo a la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, al proceso de independencia en Puerto Rico y al derecho que tiene Bolivia a una salida al mar.
Igualmente, se brindó especial atención y respaldo a las nuevas iniciativas de paz presentadas en Colombia, ya que éstas coadyuvan al avance democrático en la región.
El documento elogia también a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), por “marcar una ruta para el futuro de Nuestra América en camino al socialismo”.
En la cita se destacaron los procesos antiimperialistas y democráticos que viven países como Bolivia, Nicaragua, Uruguay, El Salvador, Argentina y Brasil; además de la heroica lucha de la juventud chilena por el derecho universal a la educación.
Por último, las delegaciones participaron en la tradicional ceremonia de “Las Cruces”, realizada en homenaje a las víctimas de la protesta obrera que fue reprimida violentamente hace 90 años.
El escritor comunista ecuatoriano Joaquín Gallegos Lara, resaltó en su obra “Las cruces sobre el agua” que este homenaje conmemora la masacre de centenares de trabajadores portuarios por reclamar reducción de la jornada laboral y sus cuerpos sin vísceras arrojados al río Guayas.


El 16º Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros (EIPCO) se realizará en Guayaquil, Ecuador, del 13 al 15 de noviembre de 2014, contando con el Partido Comunista de Ecuador (PCE) como organización anfitrión.

 Esta edición de los Encuentros Internacionales –que se realizan anualmente, está convocada bajo la consigna central:

El papel de los Partidos Comunistas y Obreros en la lucha contra el imperialismo y la explotación capitalista, que generan las crisis y las guerras y propician el auge de las fuerzas fascistas y reaccionarias. ¡Por los derechos de los trabajadores y los pueblos y por la emancipación nacional y social; por el Socialismo!”.

 Este 16º EIPCO será precedido por los actos conmemorativos por el 92º Aniversario de la masacre de obreros de Guayaquil, en 1922, cuando un levantamiento de los trabajadores, terminó en un baño de sangre y planteó a la clase obrera la necesidad imperiosa de fundar su Partido Comunista, lo cual se concretó finalmente en 1926.

 El EIPCO es un espacio para el proceso de fortalecimiento y coordinación del movimiento comunista internacional, bajo los principios del internacionalismo proletario, reivindicando al marxismo-leninismo como fundamento teórico para la lucha por la construcción del Socialismo, como primera etapa del Comunismo. En esta instancia priva el respeto a la política propia trazada por cada Partido, según las condiciones propias de cada país, producto del análisis y definiciones que construya internamente el Partido Comunista respectivo.
 El Partido Comunista de Venezuela (PCV) tiene como prioridad en su línea política apuntalar el fortalecimiento del movimiento comunista internacional, por lo que apoya y aporta desde su inicio al trabajo del EIPCO.

 
Retroceso coyuntural

 La victoria de la contrarrevolución sobre el campo socialista (1989-1991), heredero del triunfo bolchevique en la Rusia de 1917, abrió el camino al imperialismo para radicalizar su ofensiva con políticas neoliberales impuestas a los pueblos del mundo a través de sus instrumentos: Banco Mundial; Fondo Monetario Internacional; Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, antecesor de la Organización Mundial de Comercio.

 El imperialismo, embriagado por su triunfo coyuntural, inició una violenta arremetida hegemónica a nivel mundial. Los países de Europa del Este sufrieron la paralización brusca de su crecimiento económico, la caída del Producto Interno Bruto (PIB) y la aparición de la recesión.

 Este escenario prefiguró un reflujo del movimiento comunista y revolucionario mundial, produciendo en muchas organizaciones una profunda crisis que afectó su perspectiva revolucionaria. Con este panorama los apologistas del capital declararon el triunfo del capitalismo y “el fin de la historia”, entrando prontamente en contradicción con los acontecimientos devenidos.

Reagrupamiento comunista

 El movimiento comunista internacional respondió y se activó de diversas maneras. Era necesario construir una instancia política descentralizada capaz de congregarlo para analizar, desde una perspectiva marxista-leninista, la situación política internacional y el proceso de lucha de la clase obrera por la construcción de la sociedad Socialista.

 Así, 55 Partidos Comunistas y Obreros de todo el mundo se reunieron, en mayo de 1999, para el Primer EIPCO, organizado por el Partido Comunista de Grecia (KKE), bajo la consigna 
“La crisis capitalista, globalización y la respuesta del movimiento obrero”.

 Este Encuentro se pronunció contra la embestida imperialista de EEUU y sus aliados en la OTAN contra Yugoslavia y la continuación de los bombardeos criminales. También resaltó la agresividad del nuevo concepto estratégico y la nueva doctrina de intervención de la OTAN, incipiente para ese momento, además de la existencia de guerras locales y el brote del fundamentalismo religioso, el racismo y la xenofobia.
 El Primer
EIPCO resaltó que la “crisis mundial de 1997-1998 muestra de la manera más categórica que no sólo el sistema capitalista no logró librarse de las crisis, sino que, en condiciones de dominación por el capital financiero y gigantescos monopolios, estas crisis son cada vez más profundas aún y más frecuentes, con efectos destructivos en los niveles de vida” de los trabajadores.

 Simultáneamente, se presentaron el primer número del “Boletín Informativo” con documentos y ponencias de los distintos Partidos, y los primeros resultados positivos del Centro de Intercambio Rápido de Información a través de la página Solidnet.

Se manifestó la necesidad de continuar e intensificar esos Encuentros, vinculando los aspectos nacionales e internacionales de la lucha, puntos de vista comunes entre las partes en la lucha contra el imperialismo, la necesidad de una coordinación internacional de tales luchas y de la contribución particular de los comunistas.

 Dada una mayor internacionalización de la vida económica y política y una mayor coordinación del gran capital a nivel mundial, la solidaridad, la cooperación y la convergencia entre los comunistas y las fuerzas progresistas y revolucionarias son aún más necesarias.

 
Contexto de la lucha

 En sus recientes ediciones, el EIPCO manifestó que la actual crisis del capitalismo pone de relieve sus limitaciones históricas y la necesidad de su derrocamiento revolucionario, marcada por la masiva y socialmente irracional destrucción de activos, incluyendo los despidos masivos, el cierre de fábricas, y el ataque sistemático contra los salarios, pensiones, seguridad social y la erosión del sustento del pueblo.
 Resalta que está en curso un declive relativo de la hegemonía económica de EEUU, un estancamiento productivo general en las economías capitalistas más avanzadas, y el surgimiento de nuevos poderes económicos globales. La crisis ha intensificado la competencia entre los centros imperialistas y entre los poderes establecidos y los emergentes.

 El imperialismo está llevando a cabo una ofensiva que apunta a una regresión en la correlación de fuerzas aún más en favor del capital y contra el trabajo. Los sistemas políticos se han puesto más reaccionarios. El anticomunismo está creciendo.

 Estos elementos indican que el sistema capitalista está en una crisis creciente, donde grandes peligros coexisten con oportunidades reales para el desarrollo de lucha de los pueblos por el Socialismo.
 En este contexto las tareas que plantea el movimiento comunista y obrero priorizan el fortalecimiento y transformación de las batallas defensivas populares a luchas ofensivas por la abolición del capitalismo. La orientación de su lucha en una dirección clasista, en la perspectiva de la toma del poder político por el proletariado: por derechos laborales y sociales, la profundización de las alianzas sociales, el fortalecimiento del frente antiimperialista por la paz.

Hasta la fecha se han realizado 15 Encuentros Internacionales: del 1º al 7º EIPCO se realizaron en Grecia, de 1999 al 2005; el 8º en Portugal, en 2006; el 9º en Bielorrusia, en 2007; el 10º en Brasil, en 2008; el 11º en India, en 2009; el 12º en Sudáfrica, en 2010; el 13º en Grecia, en 2011; el 14º en Líbano, en 2012; y, el 15º en Portugal, en 2013



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