domingo, 8 de junio de 2014

NOSOTROS O ELLOS Nº 129

LAS CAUSAS DE TODAS LAS COSAS.

De TALES a LENIN. Un repaso sobre la historia de la Filosofía y los filósofos.

27. Las tres etapas: De Tales a Lenin: Bacon; Descarte


Francisco Bacon (1561-1626)

¿Es posible evitar los errores del razonamiento inventando un método para evitarlos?

La falacia del intelecto depende a menudo de la presencia en él de una serie de prejuicios: es decir, de creencias desconocidas, suposiciones y preconceptos que condicionan la adquisición del nuevo saber.

Se trata, por ejemplo, de la tendencia típica de la mente a generalizar, a formular leyes partiendo de pocos ejemplos, a dar un excesivo peso a las preferencias personales, a usar sin miedo el nombre de cosas inexistentes como fortuna, Empíreo o causa primera.

Dado que esas falsas nociones estorban al intelecto sin que el sujeto se de cuenta, el primer paso para eliminarlas consiste en su individualización. (Novum Organum)

El error se fija en la costumbre y por ello tiende a pasar desapercibido

Los prejuicios y las falsas nociones que penetraron en el individuo humano fijándose profundamente dentro de él, no sólo obstaculizan la mente en un sentido que dificulta el acceso a la verdad, sino que incluso (una vez que ese acceso es concedido) resurgirán de nuevo y serán causa de molestia también en la misma creación de las ciencias: a menos que los hombres, advertidos, no se preparen cuanto les sea posible contra ellos.

La percepción refleja más el modo de conocimiento del hombre que la realidad

Los prejuicios de la tribu están basados en la propia naturaleza humana y en la propia tribu o raza humana. Por lo tanto, se afirma falsamente que los sentidos son la medida de todas las cosas. Al contrario, todas las percepciones, sean de los sentidos o de la mente, derivan de la analogía con el hombre, y no de la analogía con el universo.

El error puede surgir de una predilección del individuo.

Los ídolos de la caverna son ídolos del hombre en cuanto individuo. Cada cual, de hecho (aparte de las aberraciones propias de la naturaleza humana en general), tiene una especie de cueva o caverna propia que refracta y deforma la luz de la naturaleza propia y singular de cada individuo, o a causa de una educación y de las conversaciones con otros, o de la lectura de libros y de la autoridad de aquellos que son admirados y honrados, o a causa de la diversidad de las impresiones según sean recibidas por un ánimo ya condicionado y prevenido, o libre y equilibrado.

¿Qué método debe seguir la ciencia? La ciencia: ¿es pura adquisición del saber o un método para la transformación del mundo?

“Contra la “filosofía de las palabras”, que constituye toda la tradición del pensamiento, Bacon propone una nueva “filosofía de las obras”. Mientras en el pasado se consideraba sabio al que conseguía, con armas puramente retóricas, superar dialécticamente a un adversario, ahora la oposición debe ser realizada contra la naturaleza”

Tiene derecho al nombre de filósofo aquél que consigue, basándose en su doctrina, transformar al mundo de una manera útil y socialmente positiva. (Filosofía de las obras en oposición a la filosofía de las palabras).

“A las nuevas funciones del saber corresponde el rechazo del método deductivo, que considera la verdad como una consecuencia de afirmaciones precedentes, y la asunción del método inductivo, el único y verdaderamente científico porque está basado en estadísticas observadas”.

Inducción:
Proceso del conocimiento que a partir del examen de un cierto número de casos particulares llega a formular una ley general, cuyo valor se extiende más allá de los casos considerados. Se logra una inducción “perfecta” cuando se examinan todos los casos en los que un fenómeno puede verificarse, y es “imperfecta” cuando ello no es posible.  En el primer caso, las conclusiones son evidentemente exactas; en el segundo, gozan tan sólo de un valor estadístico.

Obras:
“De la dignidad y del progreso del saber humano y divino”, “Novum Organum”, “De la dignidad y del progreso de la ciencia”, “Nueva Atlántida”…

Bacon atacó duramente al idealismo y, en especial, a la religión que lo sustentaba. Reconocía al mundo como material y a la materia como infinita y que la misión de la filosofía y de todas las ciencias en general eran desentrañar los fenómenos naturales con el objeto de ayudar al hombre a que dominase en su provecho dichos fenómenos.

Afirmaba que, para saber, es necesario tanto la observación como la experimentación, pasando por el análisis de los hechos, para sacar síntesis y conclusiones finalmente. Fue el fundador de la ciencia experimental y del método inductivo del conocimiento (acción de instigar, de mover a). Sus límites se producen pues convierte a la inducción en algo absoluto,  ignorando a la deducción, que es el método opuesto o complementario.

Marx definía a Bacon, estadista y político inglés, filósofo, naturalista e historiador, como:

“El verdadero padre del materialismo inglés y de todas las ciencias experimentales modernas”

En El Capital, Libro I – Tomo III Marx analiza una ley de Enrique VII, de 1489, ley que prohibía la destrucción de todas las casas campesinas a las que perteneciesen al menos 20 acres de tierra (1 acre = 4.046,7 m2)…  La ley ordena la reconstrucción de las granjas arruinadas y establece una proporción entre las tierras de labor y de pastos. Más adelante se limita en número de ovejas que se puede tener a dos mil (había propietarios que poseían más de 20 mil). Las leyes fracasaron y Marx se refiere a Bacon quien, escribe: “Sin saberlo, nos revela el secreto de ese fracaso”:

“La ley de Enrique VII era pronda y admirable, al crear explotaciones y casas agrícolas de un determinado tamaño normal, es decir, mantenía para ellos una proporción de tierra que hacía posible traer al mundo súbditos con bastante riqueza y sin posición servil, manteniendo el arado en manos de propietarios y no de personas a sueldo.”

“La concepción filosófica de Bacon reflejaba las aspiraciones de la burguesía que se iba elevando al rango de gobernante. La poca madurez de las relaciones burguesas de Inglaterra, al principio del siglo XVII y la debilidad de la burguesía condicionaron el carácter inconsecuente del materialismo baconiano, que se aleja del ateísmo y hace concepciones a la teología.

Pero lo decisivo en la concepción filosófica de Bacon es la defensa de la concepción materialista científica del mundo, basada en la experiencia, en el estudio de la naturaleza, la lucha decidida contra la escolástica y por la expulsión de la teología del terreno científico”. Expresaba: “El entendimiento de estas gentes es tan estrecho como sus gabinetes, como los monasterios y seminarios en los que viven recluidos, sin conocer el mundo, la naturaleza y el siglo”.

El pensamiento de Bacon incluía elementos valiosos: “se puede lograr la supresión del hambre y de la miseria” ¿Cómo pretendía lograrlo? “liberando todas las rutas comerciales, descubriendo nuevas, cuidando el balance comercial, fomentando la manufactura y la industria nacionales, eliminando la ociosidad, reprimiendo el lujo y la prodigalidad por medio de leyes, estimulando con premios y leyes imparciales todo lo relacionado con la agricultura, fijando los precios de los víveres y demás artículos comerciales, disminuyendo los impuestos y las contribuciones”.

Bacon llegó al materialismo mecanicista, pero no logró crear este sistema en todo su desarrollo. Un grado ulterior en el desarrollo del materialismo fue Hobbes, que desenvolvió el aspecto mecanicista de la filosofía de Bacon, la sistematizó y la revistió de una forma matemática, apoyándose en el nivel superior del desarrollo de las ciencias naturales mecánico-matemáticas.
 
Descartes (1596-1650).

¿Cuáles son las particularidades del pensamiento científico? ¿Hay un método que salvaguarde el error?

El método es el problema en torno al que gira la reflexión de los filósofos ocupados en la revolución científica de los siglos XVI y XVII. La cuestión había nacido de una consideración histórica. Si incluso personalidades dotadas de una enorme inteligencia como Aristóteles, habían cometido errores, a veces crasos, tanto en astronomía como en medicina, era evidente que el científico no podía fiarse simplemente de sus propias capacidades intelectivas, sino que debía poseer un método que garantizase la validez de los resultados. El pensamiento científico debe, por lo tanto, estructurarse según procedimientos propios, distintos a los empleados en la vida cotidiana.

¿Cuándo puedo llamar verdadera una afirmación? “Las verdades evidentes son intuitivas”, ¿Hay algo de lo que no pueda dudar? “Pienso, luego existo”.

Método:
Como conjunto de reglas y prescripciones útiles para evitar el error y garantizar la validez del resultado.

Duda metódica:
Momento preliminar del conocimiento que intenta remover los perjuicios que impiden demostrar la posibilidad de cualquier afirmación.

Dualismo cartesiano:
Doctrina metafísica que considera al mundo compuesto por dos sustancias: la materia y el pensamiento.

Cogito:
Pienso luego existo indica la evidencia con que cada individuo reconoce su propia existencia como sujeto pensante.

Evidencia:
Modalidad psicológica con la que la mente se representa algunas verdades como claras y distintas, absolutamente ciertas e inopinables. Innatismo: cualquier teoría que postule la presencia en el hombre de determinadas ideas y comportamiento ya desde su nacimiento y antes de cualquier experiencia.

Deducción:
Llegar a conclusiones partiendo de determinadas premisas o postulados.

Mecanicismo:
El mundo en su conjunto es una inmensa y complicada máquina y que, por lo tanto, todos los fenómenos son explicables por las leyes que gobiernan la materia y sus movimientos.

Innatismo:
Designa cualquier teoría que postule la presencia en el hombre de determinadas ideas, competencias, habilidades o aptitudes del conocimiento ya desde su nacimiento y, por tanto, antes de cualquier experiencia.

Obras:
“Discurso del método”, “Tratado del mundo o de la luz”, “Dióptrica, Meteoros y Geometría”, “Los principios de la filosofía”, “Las pasiones del alma”. 

Universalmente se considera a Descartes como el “padre da la filosofía moderna”. Puso en cuestionamiento toda la herencia cultural del pasado para, a partir de allí, intentar construir un nuevo sistema. Fue el primer representante de la filosofía de la Edad Moderna en su país, Francia.

Desarrolla en esencia dos teorías: la teoría de la naturaleza (física) y la teoría de lo sobrenatural (metafísica). Ello lo llevó a deducir que materia y conciencia eran independientes una de otra. Pero aseguró que la física demostraba que la naturaleza es material, que existe fuera de nuestras ideas, que es además infinita y eterna. También que no está quieta, que se mueve y que dicho movimiento es regido por las leyes de la mecánica (mecanicismo). Considera a la razón como única fuente del saber real por ello se lo considera como fundador del “racionalismo” como una tendencia de la teoría del conocimiento. Pensar de esa manera en una época dominada por el idealismo era peligroso y temiendo a la Inquisición no publicó su “Tratado del mundo o de la luz” su más importante obra.

Marx hace referencia en El Capital a este filósofo dualista francés, matemático y naturalista. En el Libro I – Tomo II, página 104 (Capítulo XIII Maquinaria y Gran industria) podemos leer: “Este componente de valor agregado por la máquina desciende en términos absolutos y relativos allí donde se desplaza a los caballos, a las bestias de labor en general, que se utilizan únicamente como fuerza motriz, no como máquinas de intercambio de material. Diremos de pasada que, al definir a los animales como simples máquinas, Descartes ve con los ojos del período manufacturero, a diferencia de la Edad Media, para la que el animal era un auxiliar del hombre… Que Descarte, igual que Bacon, consideraba la figura modificada de la producción y el dominio práctico de la naturaleza por el hombre como resultado del método variado de pensar, los muestra en su Discurso del Método, donde, entre otras cosas se dice “Es posible” (gracias al método introducido por él en la filosofía)”llegar a conocimientos muy útiles para la vida, y que en lugar de esa filosofía especulativa que se enseña en las escuelas se pueda encontrar una filosofía práctica por la cual, conociendo la fuerza y los efectos del fuego, del agua, del aire, de los astros y de todos los demás cuerpos que nos rodean, con la misma precisión que conocemos los diversos oficios de nuestros artesanos, podríamos emplearlos de la misma manera para todas las aplicaciones que les son propias, haciéndonos así dueños y señores de la naturaleza, y de este modo, contribuyendo al perfeccionamiento de la vida humana”  Marx aclara que no fue Descartes sino Locke quién se convierte en el “filósofo de la economía política de Inglaterra, Francia e Italia”.

“Descarte considera que la primera tarea de su filosofía es renunciar a todos los dogmas y opiniones heredadas y hallar un principio absolutamente fidedigno que sea también el punto de partida de la filosofía. Como camino o método para facilitar el descubrimiento de tal principio, Descartes plantea la duda en todo lo existente. Y comienza con la duda de la existencia de las cosas materiales, de las verdades matemáticas e incluso del “dios todopoderoso”. Pero dudando de todo y negándolo todo, Descartes considera que lo que no se puede negar es que existe un pensamiento que duda. Así llega a la conclusión de que el único hecho cierto es el pensamiento. De ahí su famoso principio: “Pienso, luego existo”.
“El rasgo más característico de la filosofía cartesiana es su dualismo pronunciadamente expresado. Descarte reconoce la existencia de dos sustancias complementarias independientes una de la otra: la primera es la materia, la sustancia física de la extensión; la segunda es el espíritu, la sustancia pensante. Según Descartes, estas dos sustancias no pueden tener nada en común entre sí, no pueden cooperar una con la otra. Pero como entonces el hombre era considerado como un producto de la naturaleza en el que esa dos sustancias están unidas a un solo cuerpo y cooperan una con la otra, Descartes, para explicar esto, se vio obligado a admitir una sustancia infinita y todopoderosa, pero, un dios que creara y pusiera en acción recíproca las dos sustancias anteriormente mencionadas”. 
“La filosofía cartesiana tiene el mérito de haber proclamado la omnipotencia de la razón humana, en la época del imperio de Estado despótico y de la iglesia. La razón no tiene límites: “No hay cosas tan lejanas que la razón no pueda alcanzar, ni tan ocultas que no las pueda descubrir”.
“El dualismo y las agudas contradicciones en la concepción filosófica cartesiana no son simplemente un producto de la inconsecuencia de Descartes como pensador. Son el reflejo, en el dominio ideológico, de la situación contradictoria de la burguesía que se elevaba y cuyo ideólogo era Descartes”.


Oscar Natalichio
Centro de Estudios Económicos y Sociales (CIEYS)
25 de Mayo. Día de nuestra primera revolución.
oscarnatalich@fibertel.com.ar

Próximo capítulo:


28. Las tres etapas: De Tales a Lenin: Hobbes 

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