NOSOTROS O ELLOS Nº 89
INGRESÁ AL MUNDO DE LA REALIDAD OBJETIVA
El 24 de marzo de 1976 quedará registrado en nuestra memoria como la
fecha más oprobiosa de la historia de nuestro país. Una fecha para nunca
olvidar, so pena que el olvido se convierta en una repetición de un período
regido por criminales profesionales especializados en asesinar, torturar y
robar a personas inocentes, a mujeres y a niños, siempre, lo que indica su
cobardía, que las víctimas se encuentren indefensas, no armadas y sin iglesia y
justicia que los acoja y defienda.
Se trató de un genocidio, y éste no es producto de irracionales
reacciones de furor, no es producto de antojadizas acciones para demostrar que
son “dioses” que resuelven sobre la vida y la muerte porque así se les ocurre.
Un genocidio se planifica meticulosamente. Se busca ejecutores
materiales de la muerte, se les provee de los elementos necesarios, se les
garantiza protección. Un genocidio no es producto de arrebatos ni de trastorno
de la razón. Hay
objetivos claros, precisos, llevados adelante por un grupo pensante, con plena
conciencia de lo que se propone y sin ningún tipo de escrúpulo. Sin límites
para cometer y hacer cometer los crímenes en masa que sean necesarios para
proteger sus intereses económicos.
Remarcamos “intereses económicos”,
pues es allí donde se encuentra el objetivo central de las grandes
corporaciones que fueron y son los causantes de las desgracias de nuestro
pueblo. Fueron esas corporaciones las que, por intermedio de sus personeros,
reunidos entonces en el denominado Consejo Empresario Argentino (CEA),
planificaron la muerte, el saqueo de la nación y el empobrecimiento general de
nuestro pueblo.
Ese consejo, que hoy continúa como “Asociación Empresaria Argentina” fue
el Estado Mayor de los golpes de Estado y sus presidentes, Adalbert Kriguer
Vasena y José Alfredo Martínez de Hoz, pasaron a ser los ministros de Economía
durante los golpes de Onganía y Videla, hecho para nada casual.
Los militares de entonces jugaron el papel más miserable que puede jugar
un ejército: asesinar a su pueblo por orden de una minoría no solo
económicamente poderosa sino mayormente extranjera y antinacional. ¡Triste
papel de esos “generales” que mancillaron la trayectoria histórica de un
ejército libertador de las américas para pasar a jugar el papel de mercenarios
y sicarios de las corporaciones!
Ese “Estado Mayor” de la oligarquía financiera estaba (y está aún)
integrado por delincuentes y criminales
de guantes blancos, todos grandes empresarios y representantes de grupos
monopolistas: entre ellos figuraban Eduardo Oxenford del grupo financiero
Roberts, quien se encargó de YPF y del ministerio de Industria y Minería
durante el “proceso”. Lo acompañaron Luís María Gotelli, de Pirelli y Hirían
Walter, latifundista miembro de la Sociedad Rural , que fuera ministro de Energía y
Obras y Servicios Públicos en la dictadura de Onganía y junto con el Grupo
Macri y Eduardo Mayer activos vaciadores del banco de Italia y Río de la Plata. Federico
Zorraquín , el del “voto calificado”, cabecita blanca del
grupo Garovaglio-Zorraquín, presidente de la petroquímica Ipako ,
miembro de la Sociedad
Rural y presidente de ADEPA (Asociación de Bancos
Argentinos). Eduardo García, del banco Shaw y de Dálmine Siderca y FIEL, quien
le otorga a Guillermo Klein la Secretaría de Coordinación y Programación en la dictadura. Armando
Braun , del grupo Braun Menéndez Betty, genocida de los
pueblos originarios y de trabajadores rurales obteniendo por ello cinco
millones de hectáreas y el título de miembro “honorario” de la Sociedad Rural y la
Cámara de Comercio. Francisco Soldati quien pasa a ser director del Banco
Central y de los bancos Galicia, Español y Crédito Argentino. Y los denominados
“tanques pensantes” donde se lucían mientras se secuestraban niños, se
torturaba y se asesinaba, José Luís Machinea, Felipe Domingo Cavallo, Juan y
Roberto Alemán, José dañino Pastores, Jorge Webe, Oscar Camillón, Adolfo Diz,
Evaristo Evangelista, Lorenzo Sigaut, Nicanor Costa Méndez y otros cipayo y
mercenarios.
¿Qué sucede con ellos? Nada. Continúan sus operaciones golpistas. Cuando
no pueden contar con esbirros sacados de las fuerzas armadas, arman planes de
desestabilización con el apoyo de nuevos mercenarios, surgidos del periodismo
vergonzante, respondiendo a las directivas de sus amos sin ruborizarse. La ahora Asociación
Empresaria Argentina (AEA), se nutre con nuevas caras y muy
parecido nombre, y opera para derrocar gobiernos elegidos democráticamente, a
través de la carestía, del incremento indiscriminado de precios, en especial,
de los artículos de primera necesidad. Sus crímenes y sus acciones nunca han
sido juzgadas ni han merecido el castigo de una “justicia” afín a sus intereses
y del temor que aún genera enfrentarlos.
Ese nuevo “Estado Mayor”, está integrado por: Jaime Campos (mercenario
de carrera y presidente de la AEA); Pagani Luis (Arcor); Rocca Paolo (Techint);
Magneto Héctor (Grupo Clarín); Bagó
Sebastián (Bagó); Miguens Carlos; Roggio Aldo; Cartellone José; Coto Alfredo; Pescarmora Enrique; Rattazzi
Cristiano (Fiat); todos ellos vice-presidente de la AEA. También Acevedo
Miguel (Aceitera Dehesa); Grimoldi Alberto como secretario y tesorero; Elstain
(IRSA); Grobocopatel; Saguier (La Nación); Arguelles (Sidas); Braun (La
Anónima); Hojean (BGH); Aufiero (Medicus); Cristófani (Santander-Río);
Karagozián (TN&Plates); Roemmers; Kemma (Cencosud); Estrada; Morita;
Lacroce y Bameule; todos estos como vocales culminando así el “estado mayor” de
los saqueadores. A ello se le suma la
“Mesa de Enlace” integrada por la Sociedad Rural
(Biolcatti); la
vergonzosa Federación Agraria (Buzzi-De
Angelis), las Confederaciones Rurales (Llambía) y CONINAGRO (Garetto). Todos
esos grupos de cipayos agregar al final de su sigla la palabra “Argentina”. La
lista de mercenarios es también bastante extensa, comenzando por el zar mayor,
Jorge Lanata y continuando con Nelson Castro, Carlos Pagni (La Nación), Tata
Cofre (ex SIDE); Mariano Grondona (fascista declarado); Luis Majul (La Nación);
Marcelo Longobardi (Radio Mitre): Marcelo Bonelli (el “Idiota” de Dostoyevsky
pero con maldad); María Santillán y la Bonelli femenina: Mercedes Ninci, entre
otros.
También entre los mercenarios hay políticos (los primos Macri; la mitómana Carrió ;
el caballero de la triste figura “socialista” Binner; el ilustre Cobos, ejemplo
de honorabilidad; algunos que usan la camiseta del Che y los discursos de Lenin
pero se ubican en el monumento a la bandera, etc. Sindicalistas como Moyano y
Micheli, Barrionuevo, etc.
También rotan en la desestabilización algunos nefastos personajes que
atacan a nuestro país mientras hacen negocios espurios, como ejemplo señalamos
a Paúl Singer, representante de los fondos buitres que logró secuestrar la Fragata Libertad
en Ghana y que es, además, accionista de Iron Mountain, la empresa que en
barracas quemó la documentación de operaciones ilegales de bancos y
exportadores, al igual que en otros cinco países, pero en el nuestro ocasionando
la muerte de nueve trabajadores. Empresa habilitada irresponsablemente en el
2007 y promocionada por Mauricio Macri en su “polo” tecnológico.
Ese “estado mayor ampliado”
empresario (AEA + Mesa de Enlace) factura el 30% del PIB y “da” trabajo a 400
mil personas, es decir, a un poquito más del ¡2%! de la población
económicamente activa. Ese enorme poder que ataca a 18 millones de
trabajadores, solo puede ser contrarrestado por nuestra acción política.
Por eso es bueno recordar en este nuevo 24 de marzo que no debemos dejar
que nos arrebaten nuevamente el futuro y para que nos unamos todos para
derrotarlos definitivamente, pues esa es la única manera de poder recorrer la
historia sin dramas y en armonía.
Pueblo o corporaciones. Patria o Colonia. Vida o Muerte. Por allí pasa el
“saber elegir”.
Para que nunca más miles de jóvenes, trabajadores, estudiantes, niños,
mujeres, ancianos, sufran robos de personas, saqueos, torturas y muertes para
satisfacer el apetito de las corporaciones en un mundo donde 85 personas, las
más ricas, poseen ingresos superiores a 3.600 millones de personas, las más
pobres.
Repetimos este horror: vivimos
en un planeta donde sólo 85 personas
acumulan la riqueza de la mitad de la población mundial.
Ese “estado mayor” local que
describimos y que es el generador de los crímenes y desgracia de nuestro
pueblo, posee su expresión mundial en la gran burguesía u oligarquía financiera
con centro en los EEUU y en el dólar. En nuestros cursos de economía política y
social científica desenmascaramos a esa criminal organización capitalista y al
capitalismo monopolista en toda su esencia.
Es la oligarquía financiera, el
imperialismo, que ataca a todos los intentos de independencia económica, aún a
los más modestos. Es la oligarquía que intenta por la fuerza derrocar a
gobiernos “populistas” como Venezuela, Bolivia, Argentina, Brasil, Uruguay y
otros de Nuestra América y del mundo
En el desarrollo de nuestro
programa basado en el análisis que nos brindan herramientas científicas como
son el materialismo histórico y el dialéctico, analizamos detalladamente los
fenómenos sociales, por qué se producen, hacia dónde nos conducen y cómo
desembarazarnos de ellos cuando son nocivos.
Mostramos cómo se transita, en el
capitalismo monopolista, hacia el predominio del capital financiero y cómo ello
es, en esta formación económica-social (en este sistema), un proceso inevitable.
De esa manera explicamos por qué
surgen paradojas como estas: donde casi la mitad del crecimiento financiero que
acumulan pocos, surge de la renta y no de la producción, es decir, surge de la
especulación y no de la explotación como décadas anteriores. O porqué países
pobres pero poseedores de enormes riquezas minerales otorgan a las
multinacionales desgravaciones fiscales cuando en sus patrias mueren, antes de
los 5 años, casi el 15% de los niños nacidos, especialmente por hambre y la
esperanza de vida de su población apenas supera los 50 años de edad.
Analizamos el mundo real, no
el que vemos, sino el que es. No el mundo que nos hacen creer los centros
de estudios, en general conducidos por el sistema dominante (o la cultura
dominante), sino el que logramos desenmascarar metiéndonos en las entrañas del
monstruo. Y ya dentro de él, el papel que juegan los medios de comunicación, el
de las universidades tanto privadas como públicas, el de los partidos
políticos, el de los sindicatos, el de las organizaciones sociales, el de las
extrañas ONG, el papel del infantilismo político tan pernicioso y las
inestabilidades de las capas medias, intelectuales algunos, mediocres las más y
temerosas la mayoría. También, el triste papel de los renegados.
El temor al conocimiento, el
temor a aproximarnos a la realidad objetiva, no es otra cosa que el miedo a ser
libres.
Oscar Natalichio
CENTRO DE INVESTIGACIONES
ECONÓMICAS Y SOCIALES (CIEYS)
Febrero de 2014.
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