NOSOTROS O ELLOS Nº 53
EL IMPERIALISMO Y SUS GUERRAS
Antes de desarrollar este punto vamos a cumplir con lo que prometimos en
el número anterior, es decir, explicar con un ejemplo concreto y “nacional” cómo se manifiesta en la realidad esa ley
en la que las Fuerzas Productivas se ven impedidas de avanzar, impedidas de
desarrollar toda su capacidad, pues las Relaciones de Producción vigentes las
frenan, generando con ello una fuerte contradicción que sólo puede ser
resuelta con el surgimiento de nuevas Relaciones de Producción, más
progresistas, que se coloquen en línea con las Fuerza Productivas dinámicas y
progresistas.
Para ello investigamos la situación de la vivienda en nuestro país y
logramos determinar, en número redondos, que hacen falta construir tres
millones de viviendas, modestas pero dignas, para que cada familia argentina
que no la tiene, o que la que ocupa es miserable, pueda vivir con dignidad.
El Cuadro I (Ver Nº 52) nos muestras que las Fuerzas Productivas se
componen de: Objetos de Trabajo
(materias primas y materiales); Medios
de Trabajo (maquinarias, herramientas, instalaciones, rodados, etc.), donde
ambas categorías forman la
de Medios de Producción; la integran también el
conocimiento científico-técnico y, lo más importante, el trabajador mediante la
aplicación de su Fuerza de Trabajo.
Esas son las Fuerzas Productivas en China, en EEUU, en Vanuatu o en el país que
se les ocurra.
Afirmamos rotundamente que esas
FP están HOY en condiciones de solucionar el angustiante e histórico problema
de la falta de viviendas para miles de familias argentinas. Comprobaremos esta afirmación utilizando la
abstracción y la realidad simultáneamente:
Lo primero que nos planteamos es
un plan, un programa, para construir, razonablemente, 300 mil viviendas por año. De esa manera lograríamos, en una década,
cumplir con el sueño de la vivienda propia para todos los ciudadanos. ¿Es
posible? Pasemos revisa:
¿Hay materia prima y materiales para construir 300 mil por año, de 60 m2
c/u de promedio? Es decir, ¿hay terrenos, cemento, arena, cal, hierro,
ladrillos, bloques, membranas, cerámicas, sanitarios, materiales eléctricos,
caños, materiales auxiliares, agua, etc.?
Desde ya que sí, hay stock y
capacidad para producir.
¿Existen las herramientas suficientes para construirlas? Desde ya que sí; además, en la
construcción, se puede utilizar desde
una pala y un balde hasta paneles premoldeados de gran resistencia y calidad.
¿Existen los conocimientos científicos disponibles para ser aplicados en
la construcción? Sí, existen; esos
paneles que mencionábamos son un ejemplo de ello. Apenas un ejemplo de lo mucho
que ha avanzado, en lo tecnológico, la industria de la construcción.
¿Existen los trabajadores que van a ser necesarios para construir 300
mil viviendas anuales? Desde ya que sí.
Aún nuestra desocupación ronda el 7%. Con ellos solamente se cubre los puestos necesarios,
que no son sólo para la construcción directa, sino para cubrir los casi 50
gremios que deben incrementar su producción para sostener este plan, pues se
necesitan más de todo eso que integra una vivienda digna, más lo periférico:
los tendidos de cloacas, gas, agua, electricidad, y lo concerniente a lo que
debe acompañar ese crecimiento: escuelas, hospitales, salas culturales, recreos,
almacenes, transportes, etc.
En síntesis: Podemos afirmar que
en nuestro país las Fuerzas Productivas están en condiciones de solucionar
definitivamente el déficit habitacional en nuestro país.
¿Por qué no lo hacen? Porque las
Relaciones de Producción, que son capitalistas, se lo impiden. ¿Por qué y
cómo? Lo explicaremos:
En la Formación Económico-Social
(FES) capitalista toda producción está
destinada a la demanda solvente, ello
significa, sin dar muchos rodeos, que la producción está destinada a los que poseen capacidad monetaria para pagar lo
que compran. Para los que no poseen esa capacidad, para los que no pueden
pagar, que integran los que se denomina demanda
global, no hay mercancía alguna que no sea la que provenga de la limosna o
de la seguridad social que puede brindar un Estado pero que nunca alcanza a
solucionar el problema de manera definitiva, pues esas relaciones vigentes son,
esencialmente, parte constitutiva de ese Estado, aunque posean, algunos de sus
transitorios integrantes, más sensibilidad social que otros, lo que debe ser
reconocido y, a su vez, señalar sus insalvables limitaciones.
Poseemos de esta manera una demanda
global que está compuesta por una demanda
solvente más otra demanda que podríamos llamar demanda insolvente. La pregunta sería: si algunos de ustedes se convierten en capitalista, ¿para qué tipo de
demanda orientaría su producción?
Las Relaciones de Producción capitalista (los capitalistas) no poseen el mínimo interés en producir
para la demanda insolvente, de producir para los que necesitan vivir con
dignidad pero han sido marginados por la propia sociedad capitalista y las
anteriores. Las Relaciones de Producción capitalistas van a cubrir la
demanda solvente y van a construir viviendas en Puerto Madero y no en Villa
Madero. Van a construir viviendas lujosas para los que, en general, ya
poseen viviendas lujosas o para sus hijos y parientes o para los nuevos
mercenarios que acompañan a los capitalistas desde los medios, desde la
política, desde las universidades, desde la “justicia”, etc. Esas relaciones
van a producir celulares con incrustaciones de diamantes, viajes turísticos
espaciales, hoteles de 7 estrellas donde una noche cuesta entre 5 y 50 mil
dólares, autos y embarcaciones de “alta gama”, comederos de lujo y una enorme
cantidad de despilfarro más porque hay “clientes” con dinero que lo pueden
pagar. Pero en el mundo hay ya 2 mil millones de seres humanos que se van a
dormir sin comer las calorías necesarias y hay 28 mil niños que mueren POR DÍA
por causas evitables que van desde la alimentación hasta las vacunas y
medicamentos que no pueden comprar. Y hay ya 170 millones de niños que han
podido sobrevivir y han quedado en una situación de desarrollo físico e
intelectual de retraso grave. Para decirlo con las palabras de ese enorme
revolucionario, posiblemente asesinado por el “sistema” capitalista: Hugo
Chávez: “al capitalismo le importa un carajo la vida humana” Y no puede ser de
otra manera cuando el único y poderoso Dios es el Dinero constante y sonante.
Por eso las Fuerzas Productivas,
capacitadas para resolver los problemas, no pueden hacerlo.
Hace unas décadas atrás nos horrorizábamos al saber que un 10% de la
población mundial poseía el 40% de la riqueza del planeta. Hoy ya no nos
horrorizamos cuando un 0,7% se apropia del
43% de la riqueza producida anualmente
por los trabajadores (Ver Nº 36). Pero si utilizamos la cabeza (que para
eso está, aunque José Ingenieros insistía que para muchos es un adorno), podemos deducir que no hay futuro alguno
para la sociedad mientras las Relaciones de Producción capitalistas sean las
que predominen.
Ahora continuaremos con lo propuesto como título: EL IMPERIALISMO Y SUS GUERRAS.
Pero ningún cambio se produce sin que éstos actúen sobre la sociedad en
su conjunto, aún dentro del mismo Modo de Producción. Señalaremos primero que la Fase I , la del Capitalismo de
Libre Competencia, pasó por varias etapas internas en las que se mantenía la
libre competencia aunque la tendencia mostraba que ya se estaban produciendo
concentraciones que la iban limitando. Arranca por lo que transforma la simple
compra, por parte del Capital Comercial, de la producción de los artesanos y
campesinos, por su agrupamiento, lo que adquiere la categoría de Cooperación Capitalista Simple donde el
artesano lo sigue siendo, pero ahora proletarizado; luego crece con la División del Trabajo en la producción
donde el artesanado va dejar de serlo, pues va perdiendo el conocimiento sobre
todo el producto y se va especializando en sólo una parte de éste; luego surge
la Maquinación, donde muchas
funciones del trabajador son reemplazadas por máquinas y como consecuencia aumenta
la producción de bienes, se concentran trabajadores y capitales y muchos
pequeños productores caen en la ruina y terminan convirtiéndose en obreros
junto con muchos campesinos que son expulsados de sus tierras para obligarlos a
residir en las ciudades, como mano de obra barata y de reserva. Ya está
funcionando la fase II ,
ya se está concentrando el capital en menos manos y comienza a formarse el
monopolio, proceso éste que está actuando con total vigencia en nuestros días,
aunque ya iniciara su crisis estructurar que es la señal del principio del fin
de la Formación
Económico-social. Fenómeno que trataremos
en su oportunidad
Observamos además, los cambios importantes que derivan del pase de fase
I a II; señalaremos uno de los más importante. Al inicio del capitalismo las contradicciones
eran más claras. Las dos clases antagónicas por naturaleza eran burguesía por
un lado y proletariado por el otro. Ambos contaban con potenciales aliados: el
terrateniente junto a los capitalistas y el campesinado junto a los
trabajadores.
Pero el monopolio genera la Gran Burguesía y necesita a los trabajadores para
crear plusvalía, pero no a la mediana y pequeña burguesía, pues es competencia.
No sólo no le es útil sino se convierte en una presa fácil para eliminarla. De esa manera la Gran Burguesía es
destructora o condicionante de las burguesías más débiles. Pero no destruye
al proletariado, no puede; primero lo creó, luego lo concentra y siempre lo
explota, pues del trabajo del trabajador crece el capital continuamente. En
cambio, de la depredación de otro burgués más débil, el incremento del capital se
consigue una sola vez y, a lo sumo contentarse con eliminar una competencia. Lo
contrario de lo que sucede al concentrar más a los trabajadores, a hacer el
trabajo más social. Allí lo que se
incrementa es el poder de los trabajadores, poder que es que va a transformar
la sociedad en cuanto se den cuenta que lo poseen.
La cuestión es que la competencia no ha desaparecido con el monopolio,
ya que los monopolistas compiten duramente entre sí. Y cuando los países
imperialistas se han repartido el mundo para cubrirlos con sus mercancías y
capitales y otros países imperialistas han llegado tarde a ese reparto de
territorios y habitantes, el único camino que queda es ocupar lo ocupado por
sus pares. ES LA GUERRA.
Guerra que muestran
como defensa de la patria y de su soberanía cuando la realidad es una: defienden
sus intereses.
Por ello, para que quede bien claro esta última afirmación, para que quede bien claro que el
capitalismo posee sede pero no patria, vamos a transitar por las dos
criminales guerras interimperialista donde mueren, en ambas trincheras,
trabajadores mientras se enriquecen fuera de las trincheras las oligarquías
financieras de ambos bandos. En el número 54 comenzaremos con la primera Guerra
Mundial mostrando la cara oculta de la misma y demostrando lo
que hemos afirmado en esta nota.
Oscar Natalichio
Centro de Investigaciones
Económicas y Sociales (CIEYS)
09/12/2013
oscarnatalich@fibertel.com.ar
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