miércoles, 11 de diciembre de 2013

NOSOTROS O ELLOS Nº 53

EL IMPERIALISMO Y SUS GUERRAS

Antes de desarrollar este punto vamos a cumplir con lo que prometimos en el número anterior, es decir, explicar con un ejemplo concreto y “nacional” cómo se manifiesta en la realidad esa ley en la que las Fuerzas Productivas se ven impedidas de avanzar, impedidas de desarrollar toda su capacidad, pues las Relaciones de Producción vigentes las frenan, generando con ello una fuerte contradicción que sólo puede ser resuelta con el surgimiento de nuevas Relaciones de Producción, más progresistas, que se coloquen en línea con las Fuerza Productivas dinámicas y progresistas.

Para ello investigamos la situación de la vivienda en nuestro país y logramos determinar, en número redondos, que hacen falta construir tres millones de viviendas, modestas pero dignas, para que cada familia argentina que no la tiene, o que la que ocupa es miserable, pueda vivir con dignidad.

El Cuadro I (Ver Nº 52) nos muestras que las Fuerzas Productivas se componen de: Objetos de Trabajo (materias primas y materiales); Medios de Trabajo (maquinarias, herramientas, instalaciones, rodados, etc.), donde ambas categorías forman la de Medios de Producción; la integran también el conocimiento científico-técnico y, lo más importante, el trabajador mediante la aplicación de su Fuerza de Trabajo. Esas son las Fuerzas Productivas en China, en EEUU, en Vanuatu o en el país que se les ocurra.

Afirmamos rotundamente que esas FP están HOY en condiciones de solucionar el angustiante e histórico problema de la falta de viviendas para miles de familias argentinas. Comprobaremos esta afirmación utilizando la abstracción y la realidad simultáneamente:

Lo primero que nos planteamos es un plan, un programa, para construir, razonablemente, 300 mil viviendas por año. De esa manera lograríamos, en una década, cumplir con el sueño de la vivienda propia para todos los ciudadanos. ¿Es posible? Pasemos revisa:

¿Hay materia prima y materiales para construir 300 mil por año, de 60 m2 c/u de promedio? Es decir, ¿hay terrenos, cemento, arena, cal, hierro, ladrillos, bloques, membranas, cerámicas, sanitarios, materiales eléctricos, caños, materiales auxiliares, agua, etc.?  Desde ya que sí, hay stock y capacidad para producir.

¿Existen las herramientas suficientes para construirlas? Desde ya que sí; además, en la construcción, se puede utilizar  desde una pala y un balde hasta paneles premoldeados de gran resistencia y calidad.

¿Existen los conocimientos científicos disponibles para ser aplicados en la construcción? Sí, existen; esos paneles que mencionábamos son un ejemplo de ello. Apenas un ejemplo de lo mucho que ha avanzado, en lo tecnológico, la industria de la construcción.

¿Existen los trabajadores que van a ser necesarios para construir 300 mil viviendas anuales? Desde ya que sí. Aún nuestra desocupación ronda el 7%. Con ellos solamente se cubre los puestos necesarios, que no son sólo para la construcción directa, sino para cubrir los casi 50 gremios que deben incrementar su producción para sostener este plan, pues se necesitan más de todo eso que integra una vivienda digna, más lo periférico: los tendidos de cloacas, gas, agua, electricidad, y lo concerniente a lo que debe acompañar ese crecimiento: escuelas, hospitales, salas culturales, recreos, almacenes, transportes, etc.

En síntesis: Podemos afirmar que en nuestro país las Fuerzas Productivas están en condiciones de solucionar definitivamente el déficit habitacional en nuestro país.

¿Por qué no lo hacen? Porque las Relaciones de Producción, que son capitalistas, se lo impiden. ¿Por qué y cómo? Lo explicaremos:

En la Formación Económico-Social (FES) capitalista toda producción está destinada a la demanda solvente, ello significa, sin dar muchos rodeos, que la producción está destinada a los que poseen capacidad monetaria para pagar lo que compran. Para los que no poseen esa capacidad, para los que no pueden pagar, que integran los que se denomina demanda global, no hay mercancía alguna que no sea la que provenga de la limosna o de la seguridad social que puede brindar un Estado pero que nunca alcanza a solucionar el problema de manera definitiva, pues esas relaciones vigentes son, esencialmente, parte constitutiva de ese Estado, aunque posean, algunos de sus transitorios integrantes, más sensibilidad social que otros, lo que debe ser reconocido y, a su vez, señalar sus insalvables limitaciones.

Poseemos de esta manera una demanda global que está compuesta por una demanda solvente más otra demanda que podríamos llamar demanda insolvente. La pregunta sería: si algunos de ustedes se convierten en capitalista, ¿para qué tipo de demanda orientaría su producción?

Las Relaciones de Producción capitalista (los capitalistas) no poseen el mínimo interés en producir para la demanda insolvente, de producir para los que necesitan vivir con dignidad pero han sido marginados por la propia sociedad capitalista y las anteriores. Las Relaciones de  Producción capitalistas van a cubrir la demanda solvente y van a construir viviendas en Puerto Madero y no en Villa Madero. Van a construir viviendas lujosas para los que, en general, ya poseen viviendas lujosas o para sus hijos y parientes o para los nuevos mercenarios que acompañan a los capitalistas desde los medios, desde la política, desde las universidades, desde la “justicia”, etc. Esas relaciones van a producir celulares con incrustaciones de diamantes, viajes turísticos espaciales, hoteles de 7 estrellas donde una noche cuesta entre 5 y 50 mil dólares, autos y embarcaciones de “alta gama”, comederos de lujo y una enorme cantidad de despilfarro más porque hay “clientes” con dinero que lo pueden pagar. Pero en el mundo hay ya 2 mil millones de seres humanos que se van a dormir sin comer las calorías necesarias y hay 28 mil niños que mueren POR DÍA por causas evitables que van desde la alimentación hasta las vacunas y medicamentos que no pueden comprar. Y hay ya 170 millones de niños que han podido sobrevivir y han quedado en una situación de desarrollo físico e intelectual de retraso grave. Para decirlo con las palabras de ese enorme revolucionario, posiblemente asesinado por el “sistema” capitalista: Hugo Chávez: “al capitalismo le importa un carajo la vida humana” Y no puede ser de otra manera cuando el único y poderoso Dios es el Dinero constante y sonante.

Por eso las Fuerzas Productivas, capacitadas para resolver los problemas, no pueden hacerlo.

Hace unas décadas atrás nos horrorizábamos al saber que un 10% de la población mundial poseía el 40% de la riqueza del planeta. Hoy ya no nos horrorizamos cuando un 0,7% se apropia del 43% de la riqueza producida anualmente por los trabajadores (Ver Nº 36). Pero si utilizamos la cabeza (que para eso está, aunque José Ingenieros insistía que para muchos es un adorno), podemos deducir que no hay futuro alguno para la sociedad mientras las Relaciones de Producción capitalistas sean las que predominen.

Ahora continuaremos con lo propuesto como título: EL IMPERIALISMO Y SUS GUERRAS.

La Formación Económico Social (FES) capitalista atraviesa por dos etapas o fases dentro de las cuales se van también produciendo cambios. Son esos cambios lo que le otorgan la capacidad de transformarse y de transitar de una fase inferior a otra superior. Volvemos a repetir, si la fase II no fuese superior a la fase I no habría nunca reemplazado a la anterior. Volvemos a repetir, ser superior en esta categoría no sólo es ser novedoso, es condición indispensable, en este caso, para que la fase II reemplace a la fase I. Lo novedoso está presente siempre y posee una característica que es que: ser novedoso no significa ser superior y, si el capitalismo monopolista no hubiese sido superior al capitalismo de libre competencia, hoy no habría monopolio, lo que sería un absurdo, pues para haber monopolio se necesita, antes, libre competencia: De esa manera el pez grande se traga al chico y engorda.

Pero ningún cambio se produce sin que éstos actúen sobre la sociedad en su conjunto, aún dentro del mismo Modo de Producción. Señalaremos primero que la Fase I, la del Capitalismo de Libre Competencia, pasó por varias etapas internas en las que se mantenía la libre competencia aunque la tendencia mostraba que ya se estaban produciendo concentraciones que la iban limitando. Arranca por lo que transforma la simple compra, por parte del Capital Comercial, de la producción de los artesanos y campesinos, por su agrupamiento, lo que adquiere la categoría de Cooperación Capitalista Simple donde el artesano lo sigue siendo, pero ahora proletarizado; luego crece con la División del Trabajo en la producción donde el artesanado va dejar de serlo, pues va perdiendo el conocimiento sobre todo el producto y se va especializando en sólo una parte de éste; luego surge la Maquinación, donde muchas funciones del trabajador son reemplazadas por máquinas y como consecuencia aumenta la producción de bienes, se concentran trabajadores y capitales y muchos pequeños productores caen en la ruina y terminan convirtiéndose en obreros junto con muchos campesinos que son expulsados de sus tierras para obligarlos a residir en las ciudades, como mano de obra barata y de reserva. Ya está funcionando la fase II, ya se está concentrando el capital en menos manos y comienza a formarse el monopolio, proceso éste que está actuando con total vigencia en nuestros días, aunque ya iniciara su crisis estructurar que es la señal del principio del fin de la Formación Económico-social. Fenómeno que trataremos en su oportunidad

Observamos además, los cambios importantes que derivan del pase de fase I a II; señalaremos uno de los más importante. Al inicio del capitalismo las contradicciones eran más claras. Las dos clases antagónicas por naturaleza eran burguesía por un lado y proletariado por el otro. Ambos contaban con potenciales aliados: el terrateniente junto a los capitalistas y el campesinado junto a los trabajadores.

Pero el monopolio genera la Gran Burguesía y necesita a los trabajadores para crear plusvalía, pero no a la mediana y pequeña burguesía, pues es competencia. No sólo no le es útil sino se convierte en una presa fácil para eliminarla. De esa manera la Gran Burguesía es destructora o condicionante de las burguesías más débiles. Pero no destruye al proletariado, no puede; primero lo creó, luego lo concentra y siempre lo explota, pues del trabajo del trabajador crece el capital continuamente. En cambio, de la depredación de otro burgués más débil, el incremento del capital se consigue una sola vez y, a lo sumo contentarse con eliminar una competencia. Lo contrario de lo que sucede al concentrar más a los trabajadores, a hacer el trabajo más social. Allí lo que se incrementa es el poder de los trabajadores, poder que es que va a transformar la sociedad en cuanto se den cuenta que lo poseen.

La cuestión es que la competencia no ha desaparecido con el monopolio, ya que los monopolistas compiten duramente entre sí. Y cuando los países imperialistas se han repartido el mundo para cubrirlos con sus mercancías y capitales y otros países imperialistas han llegado tarde a ese reparto de territorios y habitantes, el único camino que queda es ocupar lo ocupado por sus pares. ES LA GUERRA. Guerra que muestran como defensa de la patria y de su soberanía cuando la realidad es una: defienden sus intereses.

Por ello, para que quede bien claro esta última afirmación, para que quede bien claro que el capitalismo posee sede pero no patria, vamos a transitar por las dos criminales guerras interimperialista donde mueren, en ambas trincheras, trabajadores mientras se enriquecen fuera de las trincheras las oligarquías financieras de ambos bandos. En el número 54 comenzaremos con la primera Guerra Mundial mostrando la cara oculta de la misma y demostrando lo que hemos afirmado en esta nota.

Oscar Natalichio
Centro de Investigaciones Económicas y Sociales (CIEYS)
09/12/2013
oscarnatalich@fibertel.com.ar




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