domingo, 26 de julio de 2020


NOSOTROS O ELLOS Nº 616 GRANDES PERSONAJES DE NUESTRA AMÉRICA 5

5. La guerra revolucionaria:, sus líderes y sus efectos.

En la última parte de la clase anterior habíamos desarrollado la importancia de dos categorías que se encuentran presente el desarrollo de los acontecimientos en todos los tiempos: necesidades e intereses.

En 1787 llegaban a los puertos de Saint-Domingue unos 500 barcos por año desde los EEUU. La rebelión, tanto de los mulatos, de los negros y de los propietarios blancos afectaban los intereses de la flota norteamericana, afectaba el creciente comercio que las excolonias británicas mantenían con la colonia francesa, además, en especial con los estados sureños, coincidían con los colonos locales en mantener el sistema esclavista.

Frente a la rebelión, los EEUU resuelven apoyar a los propietarios blancos (no a los propietarios mulatos o libertos) enviando tropas y 750 mil dólares (una verdadera fortuna en esa época) para fortalecer y defender la posición de los colonos blancos. También los ingleses necesitaban recuperar territorio y planearon una invasión para adueñarse de la isla. Mientras, el número de esclavos rebeldes aumentaba y se rompía la alianza de clases entre los propietarios blancos y los propietarios mulatos, que se enfrentaron en una lucha armada en la que terminaron victoriosos los mulatos obligando a la administración colonial a firmar un acuerdo (en octubre de 1791) incorporando las demandas de los triunfadores, que no iban más allá de solicitar igualdad de derechos con los colonos blancos.

 La Asamblea Legislativa de París no ratificó el acuerdo no sólo rompiendo con los compromisos asumidos, sino, además, anunció el envío de tropas de la metrópolis para imponer el orden en la colonia.

Durante 100 días de rebelión, los ex esclavos se encontraban cercados y a padecer hambre. Sus líderes, ante esa realidad, buscaron como salida la negociación con los diplomáticos franceses (comisionados), donde solicitaban no solamente la libertad (el fin de la esclavitud), sino también la igualdad de derechos políticos y la liberación de los prisioneros; todo ello a cambio de la paz.

Los colonos (y dentro de ellos los grandes blancos) no reconocían dichas negociaciones y desconocían a los representantes de la metrópolis. Y con ello “simplificaron” las alternativas quedando para los esclavos, claramente, dos: conseguir la libertad o continuar como esclavos. Y entender que la libertad sólo se obtendría con la guerra y con el triunfo de esa guerra.

Así lo entendió Toussaint, respetado como líder, quien plantea que era necesario obtener la libertad para todos y que la misma sólo se alcanzaría con la lucha. Para ello era necesario formar un ejército, bien capacitado, tarea que asume Toussaint con el cargo de brigadier general.

En los primeros meses del año 1792, Toussaint formó y organizó a miles de ex esclavos negros, tanto en la guerra regular como en la guerra de guerrillas. A su vez formó 500 hombres para convertirlos en dirigentes fieles al ideario revolucionario. Entre ellos un esclavo nacido en Guinea, capturado y trasladado a la isla, que huyó de su amo en 1789 y luego se unió a las tropas que comenzaron a luchar en 1791; su nombre: Jean-Jacques Dessalines.

Las noticias de la insurrección llegaron a Francia, lo que condujo a un debate entre las distintas fracciones de la Revolución Francesa, quienes trataban de resolver el problema de la esclavitud y el alcance de los derechos sobre negros y mulatos.

Los grandes blancos, en especial los plantadores, comenzaron a planificar la ruptura del lazo colonial, lazo que les impedía obtener enormes ganancias ya que la metrópolis necesitaba permanentemente recursos, ya sea por las guerras feudales al inicio, por los cambios y por las necesidades de la nueva revolución.

Por su parte, la burguesía marítima veía peligrar sus intereses, tanto en la isla como en la metrópolis y se decidió por la contrarrevolución, ayudando a organizar conspiraciones contra los revolucionarios y apoyando al Rey de Francia en la metrópolis y en aliarse a los mulatos propietarios en la isla, mulatos que no sólo apoyaban a Francia, sino que planteaban mantener el régimen esclavista.

Para ello era necesario reconocer a los mulatos (“hombres de color”) plenos derechos políticos y el día 4 de abril de 1792 se sanciona un decreto en el que se les reconoce ese derecho. Ese decreto hablaba de hombres de color, pero los negros no eran hombres, sino bienes muebles, o sea, ellos no estaban incluidos.

Con el objetivo de poner fin a los enfrentamientos entre blancos y mulatos por un lado y derrotar a la rebelión negra, desde París se envían tropas (seis mil soldados) y comisarios encabezados por un jacobino de derecha llamado Leger-Felicté Sonthonax, partidario del decreto mencionado, por lo que recibió inmediatamente el apoyo de los mulatos de la isla.

Un acontecimiento de enorme trascendencia se produce en la metrópolis. El 10 de agosto de 1792 se produce en Francia una “segunda revolución”: el “asalto del Palacio de las Tullerías” por un levantamiento de masas de campesinos y trabajadores y la participación de los sans-culottes y tropas federadas insurgentes. Allí se pone fin a la monarquía de Luis XVI, quien es sometido a juicio y condenado a muerte. Ejecución que se realiza en el mes de enero del año siguiente.

También se convoca a formar una Convención Nacional (elegida por sufragio universal masculino) para que asuma todos los poderes y redacte una nueva constitución. Esta Convención se reúne el 21 de septiembre de 1792 y proclama la REPÚBLICA FRANCESA. La noticia del asalto al palacio en agosto llega a la isla Saint-Domingue dos meses después.

En septiembre de 1792, ajeno aún al conocimiento del acontecimiento del 10 de agosto, el ejército francés en Saint-Domingue, al frente del comandante Etienne Laveaux , hace retroceder a los rebeldes mulatos y negros, parte de ellos se refugian en las montañas y otra parte suplican para que los envíen nuevamente a las plantaciones.

En Europa todas las monarquías se lazaron contra la República Francesa que se enfrentaba a España, Inglaterra y Holanda a las que se sumaban Austria y Prusia. A Laveaux le fue encargado la defensa de la isla contra los posibles ataques de los bandos enemigos. La situación local pasa a un segundo plano y es Toussaint quien aprovecha esa situación y reorganiza su ejército.

En este mar de contradicciones que surgen en los momentos decisivos de una transición la República de Francia se negaba a reconocer la igualdad de derechos a los negros esclavos en las colonias, lo que significaba no ser reconocidos como personas. Ello llevó a los principales líderes negros a aceptar luchar contra la República Francesa para obtener derechos igualitarios prometidos por España.

De esa manera, Francois, Biassou, Toussaint y Dessalines entre otros, se unen a los ejércitos españoles, que enfrentaban al ejército francés en la parte oriental de la isla. Toussaint luchaba ahora como aliado a los españoles continuando engrosando sus filas con cientos de negros incorporados bajo el lema de “libertad e igualdad para todos”.

Simultáneamente se produce en la isla una contrarrevolución. Los grandes blancos se reorganizaron en defensa de “sus” propiedades y otras riquezas y contaron con la conducción de un muy rico propietario de esclavos: Francois Galbaud, el que asume como nuevo gobernador de la parte francesa de la isla. Con un gran ejército contrarrevolucionario se dirige a expulsar a los comisarios franceses que responden a la República. Sonthonax toma la decisión de entregar armas y municiones a todos los esclavos prisioneros  y se compromete a otorgar la libertad a todos los esclavos rebeldes que lucharan por defender la República. Su estrategia logró éxito: miles de negros bajaron de las montañas y destruyeron el ejército de los grandes blancos, ocupando la ciudad Le Cap, desde donde operaba Galbaud, el 21 de junio de 1793.

Los barcos llevaban cientos de personas, ninguna de ellas esclavas, todos ex propietarios blancos y sus familias. Lo hacían rumbo a los EEUU o a Cuba u otras islas vecinas. Los expulsados blancos sumaban más de diez mil; sus propiedades eran destruidas y saqueadas por los enfurecidos esclavos.   

La falta de un plan, de un proyecto o de un objetivo futuro claro posibilita reacciones como estas: después de desalojar a más de diez mil propietarios blancos y recuperar las tierras, los esclavos deciden regresar a las montañas y volver con sus aliados españoles. Nada querían saber con el comisariado francés, entre ellos, con Sonthonax, el que les había entregado armas que retenían.

Nuevamente Sonthonax toma otra medida importante con la intensión de lograr el apoyo de los negros a la República y el 29 de agosto de 1793 ABOLIÓ LA ESCLAVITUD en la colonia de Saint-Domingue. Pero no logró lo esperado por él y por Laveaux, pues Toussaint no se unió a los franceses. Su estrategia era esperar ya que el ejército negro crecía en cantidad de soldados y en experiencia de combates. También en experiencia política. A los derrotados se les ofrecía la alternativa de morir o luchar en sus filas y ello surgía que muchos de los vencidos se ofrecían a hacerlo y desertaban.

Como un ave rapiña, los comerciantes ingleses esperaban el mejor momento para apoderarse de la colonia. Con la toma de Saint-Domingue, la colonia más próspera, pasaban a tener el monopolio casi total de la producción y comercialización del azúcar, el algodón, el café y el índigo y contaban con la coincidencia de intereses de los mulatos que requerían de esclavos para sus plantaciones. Los únicos que se opusieron a los ingleses fueron los ejércitos leales a los comisarios. Eso les permitió a los ingleses, ocupar gran parte de la isla.

Al inicio del año 1794 los ingleses toman otras islas colonias francesas, entre ellas, Martinico, Santa Lucía y Guadalupe y bloqueaba los puertos de la parte francesa de Saint-Domingue. Y Le Cap era atacada por españoles e ingleses contando para su defensa un número de pequeños blancos republicanos y las fuerzas mulatas de Rigaud y Bauvais, dos líderes mulatos.

Por otra parte Toussaint, con un ejército de cinco mil hombres, también al inicio de 1794, controlaba el cordón occidental de la isla, territorio de los españoles. Ello lo hacia ser aliado tanto de los españoles como de los ingleses.

Pero esa “alianza” entre rivales entre sí históricos despertó la desconfianza del líder negro sobre el futuro: era consciente que cuando los ingleses tomaran el control sobre la isla los objetivos de libertad e igualdad y menos la eliminación de la esclavitud, serían logradas.

Tampoco quería regresar a las filas francesas si el gobierno republicano no convalidara la abolición de la esclavitud decretada por el comisario Sonthonax pues, por el nivel de su cargo, carecía de validez.

Los revolucionarios jacobinos, con apoyo popular, liderados por Robespierre habían logrado sancionar una nueva y avanzada Constitución a fines de 1793, muy progresista pero no se mencionaba el tema de la esclavitud. Cuando Francia llega a controlar a los ejércitos pro monárquicos agresores, comienza a otorgarles más tiempo a los temas de las colonias y, el 14 de febrero de 1794 la Convención Nacional Francesa declara abolida la esclavitud en todas las colonias francesas.

La noticia de esa decisión llega a Saint-Domingue tres meses después, en mayo. Toussaint se entera y le comunica a Laveaux que estaba dispuesto a romper con los españoles e ingleses y sumarse a los ejércitos de la República. Convenció a toda su tropa que eso era lo mejor y que pelearan por la república francesa ya que la esclavitud ya no era posible bajo esa bandera. Toussaint es nombrado Brigadier General.

 Con sus tropas en acción reconquista la zona norte de la isla y captura varia posiciones en manos de los ingleses. El ejército negro se fortalecía. Toda la oficialidad estaba compuesta de ex esclavos y también se encontraba el sobrino del brigadier. Toussaint se va consolidando como dirigente o líder de toda la colonia y su popularidad se incrementa al surgir como un abanderado de los intereses de los pobres y de los hambrientos. Ya, el 29 de agosto de 1793 había emitido la siguiente proclama:

“Hermanos y amigos. Soy Toussaint Louverture; quizá el conocimiento de mi nombre haya llegado hasta vosotros. He iniciado la venganza de mi raza. Quiero que la libertad y la igualdad reinen en Santo Domingo. Trabajo para que existan. ¡Uníos hermanos!, y luchad conmigo por la misma causa. Arrancad de raíz conmigo el árbol de la esclavitud”…

“Vuestro muy humilde y muy obediente servidor, Toussaint Louverture, General de los ejércitos del rey, para el bien público”        

Toussaint fue consciente de que, además de expulsar a los ingleses era necesario reactivar la economía y que, para ello, era necesario conocimientos de administración que no poseían los “hombres de color” pues les estaba vedado participar en esas actividades.

Decide, entonces, devolver  propiedades a algunos de los grandes blancos, los que habían solicitado poder regresar a la isla. Los ex esclavos, que no formaban parte del ejército regresan al trabajo de las plantaciones con sus antiguos amos, ya no como esclavos sino como trabajadores asalariados. Esta decisión produjo el descontento de los trabajadores que no percibían grandes diferencias con su situación anterior, que se sumó a las diferencias entre Toussaint contra sus compañeros Bissau y Francois que permanecieron con las tropas españolas, a quienes derrotó.

En el sur de la isla, el general mulato Rigaud, reconociendo como autoridad a Toussaint, conducía un ejército de cinco mil hombres y enfrentaba a los ingleses obligándoles a replegarse. Mientras ese mulato servía a la República, los mulatos adinerados de la parte occidental, eliminados los grandes plantadores blancos, se convierten en defensores de la propiedad sobre la tierra y apoyaban a los británicos al considerarlos garantes de sus propiedades y mantenedores del esclavismo. El interés de esos mulatos ricos surgía de la necesidad de conservar sus privilegios y retornar a la esclavitud.

El general Laveaux expresó su pensamiento de lo que sucedía en esos tiempos de contradicciones de y cambios: “Los líderes de origen esclavo son ahora el sostén de la libertad y la República. Tengo el firme convencimiento de que sin ellos se habría generado ya un amplio movimiento a favor de la colonia”

Las aspiraciones de los mulatos ricos tuvieron repercusiones. El mulato Villate encabezó una rebelión destinada a lograr la independencia de la colonia, con el objetivo de satisfacer las aspiraciones de los mulatos propietarios y ocupó la ciudad de Le Cap apresando al general Laveaux quien se encontraba provisoriamente a cargo del gobierno de la colonia.  

Al enterarse Toussaint  de esta acción, se pone al frente de un gran ejército y junto con las tropas al mando de Dessalines recuperan la ciudad y deportan a los líderes mulatos. Durante el enfrentamiento, la población salió a la calle para defender al gobierno local y a la República. Por esta acción, Toussaint es nombrado Teniente Gobernador el 1º de abril de 1796 de la colonia perteneciente a Francia.

CENTRO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS y SOCIALES (CIEyS) 25 07 2020.

“No hay perdón para los actos de odio. El puñal que se clava en nombre de la libertad, se clava en el pecho de la libertad” JM

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