NOSOTROS O ELLOS Nº 432
Nuestro amigo Martín de
Prensa Latina nos ha enviado este interesante artículo y lo reenviamos a todos
los que se intereses por este accionar del ajedrez mundial.
Colegas, amigas/os todas/os,
Comparto un valioso material de
estudio, realmente un detallado análisis de Thierry Meyssan sobre las nuevas
políticas y proyecciones que las grandes potencias coordinan en su geopolítica
hacia el Medio Oriente, los cambios que se vienen, los planes que se
abandonan... Realmente, MUY interesante. Vale la pena leerlo con detenimiento. Avizora
lo que se "cocina" y se espera acometer en el MO. Pásenlo a los
interesados. Espero que les resulte útil.
Un fuerte abrazo,
Martin
Enfrentamiento
en Bilderberg 2017
Por Thierry Meyssan
Cuando
el presidente Trump parece haber resuelto, más o menos, sus problemas
de autoridad interna, el conflicto se desplaza al seno de la OTAN. Washington
quiere que se abandone la manipulación del terrorismo pero Londres
no tiene intenciones de renunciar al instrumento que tan eficaz le ha
resultado para imponer su influencia. Inicialmente organizado como caja de
resonancia de la alianza atlántica, el Grupo de Bilderberg acaba de ser
escenario de un enconado debate entre partidarios y adversarios del uso imperialista
del terrorismo islamista en el Medio Oriente.
No existen fotos de la reunión del Grupo de
Bilderberg, cuyos trabajos tienen carácter confidencial. La policía del
Estado de Virginia y el FBI no estuvieron vinculados a la protección
del encuentro, que estuvo en manos de una milicia armada privada y de la OTAN.
El Grupo de Bilderberg fue creado en 1954, por la CIA y el MI6,
para respaldar a la OTAN.
¿Objetivo? Crear un marco para el encuentro de personalidades del mundo
económico y del mundo mediático con responsables políticos y militares para
alertar a la sociedad civil sobre la gravedad del «peligro rojo».
Lejos de ser un foro de toma de decisiones, este restringido club ha sido
históricamente un lugar de encuentro donde los “veteranos” tenían que rivalizar
en fidelidad a Londres y a Washington y los “jóvenes” estaban
llamados a demostrar que se podía confiar en ellos para enfrentar a
los soviéticos [1].
Fue
en la reunión de 1979 donde Bernard Lewis reveló a los participantes del
Grupo de Bilderberg el papel de la Hermandad Musulmana
en la lucha contra el gobierno comunista afgano. Este islamólogo
anglo-israelo-estadounidense propuso en aquel encuentro extender la «guerra
por la Libertad» (sic) a toda el Asia central.
Fue
en la reunión de 2008 del Grupo de Bilderberg –o sea, 2 años antes de
que comenzaran los desórdenes– que la señora Basma Kodmani
(futura portavoz de la oposición siria) y el alemán Volker Perthes (futuro
consejero del estadounidense Jeffrey Feltman en la elaboración del documento
para la capitulación total e incondicional de Siria [2])
explicaron por qué resultaba de interés respaldar a la Hermandad Musulmana
para dominar el Medio Oriente. El dúo Kodmani/Perthes subrayaba entonces
ante el Grupo de Bilderberg la «moderación» de la Hermandad Musulmana
ante Occidente, en contraste con el soberanismo «extremista»
de Irán y Siria [3].
Fue
también ante el Grupo de Bilderberg, en la reunión de 2013, que el jefe de
la asociación de los patrones alemanes, Ulrich Grillo, se pronunció por la
organización de la migración masiva de 800 000 trabajadores sirios hacia
las fábricas alemanas [4].
Bilderberg 2017
Ahora,
el Grupo de Bilderberg acaba de realizar su reunión de 2017, del 1º al 4
de junio y en Estados Unidos. Lo excepcional de este encuentro es
que, de los 130 participantes, no todos defendieron el mismo
proyecto. En realidad pasó todo lo contrario a lo habitual: ante
las intervenciones de Donald Trump en la cumbre arabo-islamo-estadounidense y
en la cumbre de la OTAN [5],
la CIA
y el MI6 organizaron el primer día un debate entre partidarios y
adversarios de la lucha contra el islamismo. Por supuesto,
se trataba de obtener un compromiso entre ambos bandos o definir
claramente las disensiones existentes y no permitir que estas destruyan
el objetivo inicial de la alianza atlántica, que es la lucha
contra Rusia [6].
Del
lado del anti-islamismo (que no apunta contra la religión musulmana sino
contra el islam político al estilo de Sayyid Qutb), estaban el general
H. R. McMaster (consejero de seguridad nacional del presidente Trump) y la experta Nadia Schadlow.
El general McMaster es un reconocido estratega cuyas teorías se han visto
verificadas en el campo de batalla. Nadia Schadlow ha trabajado sobre todo
en cómo convertir las victorias militares en éxitos políticos, se ha
interesado mucho en la reestructuración de los movimientos políticos en los
países derrotados y está a punto de publicar un nuevo libro sobre la lucha
contra el radicalismo islámico.
En
el bando de los pro-islamistas estuvieron:
por Estados Unidos, John Brennan (el último director dela CIA de la administración Obama )
y sus ex subordinados Avril Haines y David Cohen (a cargo del
financiamiento del terrorismo);
por el Reino Unido, Sir John Sawers (ex director del MI6 y protector de larga data dela Hermandad Musulmana )
y el general Nicholas Houghton (ex jefe del estado mayor que preparó
el plan de invasión terrestre contra Siria);
por Francia, el general Benoit Puga (ex jefe del estado mayor particular de los ex presidentes Nicolas Sarkozy y Francois Hollande y comandante de las fuerzas especiales francesas en Siria) y Bruno Tertrais (estratega neoconservador del ministerio francés de Defensa);
como representantes de las empresas privadas, los estadounidenses Henry Kravis (director del fondo de inversiones KKR y tesorero oficioso del Emirato Islámico [Daesh]) y el general David Petraeus (ex director de la CIA y cofundador de Daesh).
por Estados Unidos, John Brennan (el último director de
por el Reino Unido, Sir John Sawers (ex director del MI6 y protector de larga data de
por Francia, el general Benoit Puga (ex jefe del estado mayor particular de los ex presidentes Nicolas Sarkozy y Francois Hollande y comandante de las fuerzas especiales francesas en Siria) y Bruno Tertrais (estratega neoconservador del ministerio francés de Defensa);
como representantes de las empresas privadas, los estadounidenses Henry Kravis (director del fondo de inversiones KKR y tesorero oficioso del Emirato Islámico [Daesh]) y el general David Petraeus (ex director de la CIA y cofundador de Daesh).
Como
si ese desequilibrio no fuese suficiente, los organizadores
incluyeron también en el debate a varios expertos en justificar
lo injustificable, como el profesor Niell Fergusson (historiador del
colonialismo británico).
Un posible cambio radical
en materia de alianzas
Habrá
que esperar algún tiempo para saber lo que se dijo en esta reunión y
entender las conclusiones a las que han llegado o no
los contendientes. Pero lo que sí es ya evidente es que Londres está
incitando a un cambio de paradigma en el Medio Oriente. Si bien
se abandona el modelo de la «primavera árabe» –o sea, la
reproducción de la «revuelta árabe de 1916», organizada por
Lawrence de Arabia para sustituir el Imperio Otomano por el Imperio
Británico–, el MI6 espera crear una nueva colusión basada en el islam
político.
De
hecho, mientras que Washington renovó su alianza con Arabia Saudita y convenció
ese reino de que tiene que romper con la Hermandad Musulmana
a cambio de 110 000 millones de dólares en armamento
estadounidense [7],
Londres está tratando de montar una alianza entre Irán, Qatar, Turquía y la Hermandad Musulmana.
Si el proyecto británico llegara a prosperar veríamos disolverse el
conflicto «sunnitas versus chiitas» para asistir a la creación de una
«media luna del islam político»
Teherán-Doha-Ankara-Idlib-Beirut-Gaza. Esa nueva situación permitiría al Reino
Unido conservar su influencia en la región.
El
único punto de consenso entre los miembros de la alianza atlántica parece ser
la necesidad de abandonar el principio que estipulaba la creación de un
Estado yihadista. Todos admiten que hay que volver a meter el demonio
dentro de la botella. En otras
palabras, están de acuerdo en que hay que acabar con el Emirato
Islámico (Daesh)… aunque algunos de sus miembros puedan acabar siendo
transferidos a al-Qaeda. Eso explica el hecho que (inquieto por su
supervivencia personal) el Califa autoproclamado haya hecho llegar
secretamente un ultimátum al primer ministro británico y al presidente
de Francia.
Cada cual tendrá que definir de qué lado está
En
los próximos meses veremos si es real el cambio de Arabia Saudita. De ser
verdadero, sería una buena noticia para los sirios… pero resultaría mala
para los yemenitas –cuya tragedia seguiría manteniéndose en silencio en el
mundo occidental. Con su cambio de actitud, el rey saudita Salman
se abre a sí mismo la posibilidad de hacer evolucionar el wahabismo
–que actualmente es una secta de fanáticos– para convertirlo en una religión
normal. Ya en este mismo instante, el súbito conflicto entre Riad y Doha
alrededor de Irán viene acompañado de una polémica sobre el posible
parentesco entre el fundador de la secta –Mohammed ben Abdelwahhab– y
la dinastía qatarí de los Al-Thani, pretensión que pone locos de rabia a
los miembros de la
dinastía Saud.
El
proyecto del «islam político» consiste en unir a los miembros de la Hermandad Musulmana
y los partidarios de Khomeiny. Ese proyecto implica que Irán, e incluso el
Hezbollah, adopte esa problemática como reemplazo de la lucha antiimperialista.
Si llegara a concretarse, Irán se retiraría de Siria. La Casa Blanca
toma muy en serio esa posibilidad y se prepara –con gran temor– para
enfrentarla. Para ello, Donald Trump ya designó a Teherán como su
nuevo enemigo en su discurso de Riad y acaba de nombrar a Michael D’Andrea
(el organizador del asesinato de Imad Mougniyeh, perpetrado
en 2008, en Damasco) como responsable de la acción de la CIA relacionada
con Irán [8].
Rusia
ya se había preparado para una nueva distribución de las cartas en el Medio
Oriente. Ha seguido adelante con su ambición de lograr acceso a las «aguas
cálidas», mediante su apoyo a Siria, y de poder circular
a través de los estrechos de los Dardanelos y del Bósforo (pasos obligados
para entrar en el Mediterráneo), acercándose para ello a su
adversario hereditario, que es Turquía. Pero a largo plazo,
el islam político sólo puede acabar trayéndole problemas en
el Cáucaso.
Como
siempre sucede cuando los jugadores se reparten nuevamente las cartas,
cada uno de ellos tiene que definir su posición. El Reino Unido
defiende su Imperio, Francia defiende a su clase dirigente y
Estados Unidos defiende a su pueblo. Algunos, en el Medio Oriente,
lucharán por su comunidad y otros por sus ideas.
Pero
las cosas no siempre son tan simples: Irán podría seguir
el ideal del imam Khomeiny confundiendo el fin y los medios.
Lo que comenzó siendo una revolución antiimperialista alentada con la
fuerza del islam podría convertirse entonces en una simple afirmación del uso
de esta religión para lograr objetivos políticos.
Las consecuencias en el resto del mundo
El
MI6 y la CIA asumieron un gran riesgo al invitar a la reunión de Bilderberg
2017 al representante de un país que no es miembro de la OTAN. El embajador
de China, Cui Tiankai, cuya intervención estaba programada sólo
para el cuarto día del seminario, tuvo por tanto tiempo de evaluar, desde
el primer día, las posiciones de cada uno de los miembros de la OTAN.
Por
un lado, Pekín apuesta por la colaboración de Donald Trump, por
la apertura de Estados Unidos al Banco Asiático de Inversión para la
Infraestructura (AIIB) y por el desarrollo de todas sus rutas comerciales. Por
otro lado, espera que el Brexit se traduzca en una alianza económica y
financiera con Londres [9].
El
embajador Cui, quien fue director del Centro de Investigación Política del
ministerio chino de Relaciones Exteriores, aparentemente podría darse por
satisfecho con una simple destrucción de Daesh. Pero él no ignora que
quienes orquestaron el nacimiento del Califato para cortar el paso a
la «ruta de la seda» en Irak y en Siria y organizaron
después la guerra en Ucrania para cortar también la «nueva ruta
de la seda» se preparan además para abrir un tercer frente
en Filipinas y un cuarto frente en Venezuela, con los que
esperan cortar otros proyectos de comunicación.
Desde
esa perspectiva, China –que al igual que Rusia tiene el mayor interés en
respaldar a Donald Trump, aunque sea para prevenir el terrorismo en
su propio suelo– no puede menos que interrogarse sobre las posibles
consecuencias a largo plazo de una hegemonía británica en la «media luna
del islam político».
[1]
«Lo
que usted no sabe sobre el Grupo de Bilderberg», Thierry Meyssan, Komsomolskaya
Pravda/Red Voltaire, 15 de abril de 2011.
[2]
«Alemania
y la ONU contra Siria», por Thierry Meyssan, Al-Watan
(Siria) , Red Voltaire, 28 de enero de 2016.
[3] Sous nos yeux. Du 11-Septembre à
Donald Trump, Thierry Meyssan, Editions Demi-lune, 2017. Una edición en español de este libro debe
aparecer en las librerías próximante.
[4]
«Cómo
la Unión Europea manipula a los refugiados sirios», por Thierry Meyssan, Red Voltaire,
2 de mayo de 2016.
[5]
«Trump
adelanta sus peones», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red Voltaire,
30 de mayo de 2017.
[6]
«Grupo
de Bilderberg, reunión de 2017», Red Voltaire, 2 de junio
de 2017.
[7]
«Donald
Trump contre le jihadisme », par Thierry Meyssan, Al-Watan (Syrie)
, Réseau Voltaire, 23 mai 2017.
[8]
«La
CIA prepara operaciones secretas duras contra Irán», Red Voltaire,
3 de junio de 2017.
[9]
«El
Brexit redistribuye las cartas de la geopolítica mundial», por Thierry
Meyssan, Red Voltaire, 27 de junio de 2016.
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