jueves, 4 de febrero de 2016

NOSOTROS O ELLOS Nº 332

 

LOS GRANDES VALORES HUMANOS: LOS PRINCIPIOS

En todos nuestros cursos que dictamos, sean los de formación política y social, los de historia de la filosofía o los de economía política siempre dedicamos un espacio para referirnos a esos importantes valores que vamos adquiriendo a través de los años y que, con su repetición, se convierten en principios.

Martí, reafirmando el valor ético y moral de esos valores, afirmaba: “Un principio justo desde el fondo de una cueva puede ser más que un ejército”. Y Fidel Castro expresaba que: “En nuestra cultura como parte del llamado mundo occidental, hay, incuestionablemente, componente de valores cristianos; pienso que entre esos valores hay principios éticos y humanos que son aplicables a cualquier época”.

En nuestros cursos hemos clasificado los principios en tres fuentes: 1. Los principios Humanos Generales, que vienen desde el fondo de la historia, que crecen y se consolidan en Hábitos y Costumbres; 2. Los principios Republicanos que nacen cuando la burguesía se consolida como sistema, como Formación Económica-Social y 3. Los principios socialistas que toman lo mejor de los que integran los puntos anteriores y agrega nuevos valores, la mayoría de ellos imposibles de ser incorporados en las FES anteriores (esclavismo-feudalismo-capitalismo). La igualdad de oportunidades, por ejemplo

Los grandes valores que contienen los principios Humanos Generales y los principios Republicanos son avasallados por el imperialismo, es decir, por el capitalismo en su fase monopolista, es decir, por lo que llamamos “el capital concentrado”. Cuando esos principios son disminuidos y hasta anulados lo que predomina en la sociedad son los antiprincipios, y eso es lo que está ocurriendo en el mundo capitalista y, aceleradamente, en este gobierno fascista apoyado por una mayoría de la población que, con ello, marca el camino hacia su propia destrucción o desgracia. Comenzaremos con los principios Humanos Generales y veremos cómo éstos se sitúan hoy en nuestra patria.

DIGNIDAD: Se pierde. Lo indigno lo reemplaza. Millones de personas se han sumado a votar como “gerente” a un delincuente serial, que arrastra por ahora, 214 causas penales, que se lo acusa, además, de pedófilo y de violador de menores. Muchos de los que lo votaron lo sabían, en su totalidad o parcialmente, pero lo sabían. Sabían también que es un ignorante que apenas sabe hablar y mal. Sabían también que es un vago, que en su vida trabajó, que su riqueza la hizo estafando al Estado y, por extensión, a los trabajadores. Esa mayoría entregó gratuitamente, en ese acto, su dignidad personal.

APEGO A LA VERDAD; Si hay algo que caracteriza el gobierno fascista a cargo de Mugrizio es precisamente, reemplazar permanentemente la verdad por la mentira. No dejaron de mentir un solo momento. Desde pobreza cero que se “concreta” empobreciendo con una medida al 30% de la población, hasta el gobernar para “todos los argentinos” provocando una división donde de un lado quedan los que respetan los principios y del otro los oportunistas, los delincuentes, los analfabetos funcionales, los ignorantes por decisión, los ruines y cobardes. Algunos de esos idiotas útiles ya pagaron el costo de su idiotez, Mugrizio los echó como si fuesen latas de conserva usadas y los tildó de “ñoquis”. Justo él.

SENTIMIENTO DE AYUDA AL PRÓGIMO: En este punto Mugrizio se burla incluso a los que condena a la marginación y la pobreza deseándoles “que sean felices”; una verdadera manifestación de hipocresía sanguinaria y de una perversidad sin límites, propias de un psicópata.

HONESTIDAD: La hipocresía que señalamos en el punto anterior se manifiesta en Mugrizio y su séquito de delincuentes en esa actitud ante el juramento cuando asume: decide no jurar por la patria sino por la “honestidad”. Lo dice uno de los reyes de la deshonestidad, que ha recurrido incluso a pagar a jueces de la corte para que lo liberen de la causa de contrabando por la que iba irremediablemente preso, y que es, además, estafador, malversador de fondos, evasor de impuestos, promotor de escuchas ilegales, falseador de declaraciones de bienes, etc. jura por la “honestidad”.

Agregaremos otros valores para que ustedes comprueben si se cumplen o han sido corridos de la vida cotidiana por los fascistas que gerencian de facto el gobierno en nuestro país: SINCERIDAD; MODESTIA; SENCILLEZ; SOLIDARIDAD; DECENCIA; GENEROSIDAD; HONRADEZ; etc.

Pasemos ahora a los Principios Republicanos, que generaron en especial las revoluciones burguesa en los EEUU y en Francia:

LA AUTODETEMINACIÓN: La primera acción de Mugrizio fue entregar a los grupos concentrados los fondos que el Estado Nacional recaudaba como arancel de las exportadoras de productos primarios. De esa manera se les “regala” 130 mil millones de pesos anuales. Poco después el Estado, ahora fascista, dirigido por esas mismas multinacionales que se fijaron el premio anterior, elimina en dos tramos (ya cumplió el primero) los subsidios, “recuperando así 90 mil millones de pesos anuales que hoy debe pagar el consumidor. Si ustedes observan esta relación cuidadosamente verán que le quita al ciudadano argentino para darle, cipayamente, una ganancia extraordinaria al monopolio extranjero y alguno local. Paralelamente se hinca de rodillas ante el Fondo Monetario Internacional y entrega su trasero a los buitres. Y en lo internacional, papelones de por medio, repite sin cambios lo que le “sugiere” la “embajada” de los EEUU a quién responde tanto Mugrizio como el Grupo Clarín. Y por primera vez hay que reconocer que, en la situación actual, el cargo de presidente es, a toda vista, un cargo menor.

LA SOBERANÍA ECONÓMICA Y LA SOBERANÍA POLÍTICA: Ambas inexistentes en menos de un mes. La soberanía política se pierde cuando el gobierno es asumido por los CEOS (gerentes) de las empresas. Es el fascismo, pero no local, es el fascismo encarnado por el partido republicano de los EEUU, que ha decidido reemplazar a los políticos por gerentes y ex gerentes de sus empresas monopólicas y de los fondos buitres. Y con el ingreso al FMI se pierde la soberanía económica ya que son ellos los que dictarán los pasos a seguir, entre ellos, el desmantelamiento del Estado Nacional, la generación de una enorme masa de desocupados que, en su desesperación por pasar a ser explotado, logre bajar el salario y con ello incrementar fuertemente las ganancias ya abusivas de los monopolios.

Aquí también agregaremos otros valores republicanos  para que ustedes comprueben si se cumplen o han sido corridos de la vida cotidiana por los fascistas que gerencian de facto el gobierno en nuestro país: LA IDENTIDAD CULTURAL; EL AMOR A LAS TRADICIONES; LA PROTECCIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES; EL ANTIIMPERIALISMO, etc.
  
Destruir los principios humanos generales y los republicanos es destruir a los pueblos y a sus naciones. Ese es el fin que persiguen los imperialistas pues no pueden salir de la crisis terminal que se volvió a manifestar con crudeza a partir del 2008. Esa crisis estructural, es decir, esa crisis del sistema capitalista, esa crisis que señala el recorrido final de su última etapa, la imperialista, es decir, la del predominio del capital monopolista y dentro de ella la del predominio del capital financiero parasitario sobre el industrial, arrastra tras de sí a una crisis integral de los valores que son esencia y  patrimonio de la humanidad.

Esa crisis NO SE RESUELVE DENTRO DEL SISTEMA CAPITALISTA.  Eso que ahora estamos viviendo ES EL CAPITALISMO NORMAL, es la etapa en que los monopolios colocan a sus gerentes a manejar los países prescindiendo de los órganos republicanos como el Congreso Nacional y el Poder Judicial, integrando también ese Congreso y ese Poder Judicial, con cipayos corruptos dispuestos a vender a su propia patria por unas monedas verdes.

Desde el CIEYS alertamos que, mientras no exista en Argentina un fuerte partido de izquierda, esencialmente marxista-leninista, los tiempos que pasaremos serán penosos y tristes.


O. NATALICHIO – CENTRO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES 03/02/16
Los daños efectuados por el presidente delincuente en sólo 54 días son gravísimos. Y faltan 1.395 más.        


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