NOSOTROS
O ELLOS Nº 301
Podemos afirmar que estamos viviendo en un régimen fascista
elegido por el 41% de los ciudadanos con derecho a voto contra un 39% que se
opuso y un 20% que no participó del acto electoral.
¿Es una dictadura el fascismo?
Sin ninguna duda lo es, pero eso no lo explica. Participa de las dictaduras
históricas de los fuertes sobre los débiles, de los ricos contra los pobres, de
una minoría contra una mayoría, de una clase social contra las otras clases
sociales. Pero la dictadura del proletariado también es una dictadura aunque de
signo inverso, pues es el sometimiento de la minoría explotadora al poder del
pueblo surgido a través de un proceso revolucionario.
El fascismo es la democracia
burguesa al servicio de los grandes grupos económicos y dirigidos directamente
por sus gerentes. La democracia burguesa es soportada por los grandes
monopolios mientras esa democracia no lesione sus intereses. Cuando los
lesiona, cuando comienza a lesionarlos o cuando suponen que pueden lesionar sus
intereses, los monopolios reniegan de su propia “democracia” y la reemplazan
sin miramientos por una dictadura feroz, sangrienta, que ya no oculta nada, que
ya no disimula nada. Esa dictadura cruel, esa dictadura criminal, que no
respeta nada y en particular la vida, es el fascismo. Y si encumbramiento es
por vía electoral, es cien veces más peligrosa pues cuenta con miles de
funcionales sediento de sangre.
Podría definir al fascismo de
esta manera: Es la continuación de la democracia burguesa y formal cuando ésta
no puede ejercer más su dominio sobre las masas o cuando los gobiernos
reformistas intentan poner ciertos límites al despojo de los monopolios y ellos
ven en esas medidas una seria reducción a sus cuotas de ganancias.
El fascismo le quita la careta a
la democracia burguesa y actúa sin disimulo aplicando el terror, los
asesinatos, las torturas, el saqueo violando todas las leyes existentes, muchas
de las cuales fueron impulsadas por el mismo sistema burgués.
Y ello lo puede hacer sin
remordimiento algunos pues es el fascismo la manifestación política del
imperialismo, es decir del capital monopolista y de sus aliados oligárquicos. De
los republicanos de los EEUU, de los fondos buitres y de los poderes judiciales
afines. Es el fascismo el que ataca no sólo a los trabajadores sino también a
aquellos sectores burgueses que no alcanzaron a convertirse en monopolios y que
giran entorno a los pequeños y medianos emprendimientos sin comprender que el
peligro que los acecha es grande y que no van a sobrevivir como clase al mismo.
El fascismo le permite a los
monopolios “poner en orden” los países donde actúan. Ello lo logran o intentan
lograrlo eliminando masivamente a los dirigentes de los trabajadores que luchan
por una distribución mejor de la riqueza que ellos mismos producen. Luchar por
una mejor redistribución de la riqueza es un pecado grave, pues de distribuirse
algo mejor esta distribución sólo puede hacerse disminuyendo la cuota de
ganancias. Y los monopolios tienden siempre a mantenerla e incrementarla.
Luchar por una prensa realmente libre es también muy grave y dejan una sola
voz.
Nosotros tenemos memoria y experiencias
y debemos aprender de ellas. El golpe del 24 de marzo de 1976 no fue un golpe
militar, tampoco un golpe cívico militar aunque contó con la complacencia de
muchos sectores civiles, fue más que otra cosa, un golpe empresario, un golpe
planificado por los empresarios representantes de los grandes monopolios. Y
pese a ser el mismo 1% que hoy coloca a Macri a gerenciar, pudo llevar adelante
su plan criminal pues recibió la complacencia de una parte importante de la
ciudadanía, de los analfabetos funcionales.
Dicho genocidio, es decir el
exterminio de los militantes sociales por una más justa distribución de la
riqueza, de los que luchábamos por un país mejor, con justicia social, con
oportunidad para todos, fue planificado y ordenado por el denominado CONSEJO
EMPRESARIO ARGENTINO, que hoy opera con el nombre de ASOCIACION EMPRESARIA
ARGENTINA (observen quienes lo componen) y coloca en los ministerios a sus
gerentes Ellos lo planificaron y
encargaron a sicarios a ejecutarlo. Esos sicarios eran militares, periodistas,
políticos e intelectuales decididos a ocupar espacios que de otra manera jamás
lograrían o sicópatas que lo hacían por hijos de puta nomás. Hoy regresan los
mismos personajes o sus descendientes.
El fascismo es eso, es la
expresión política de los grandes monopolios. Es el camino que esos monopolios
imponen cuando la democracia burguesa no les sirve o cuando pueden operar libremente dentro de ella
con la complicidad del más corrupto de los poderes: el Poder Judicial, con
jueces que le abren la puerta a los criminales.
NO LO DEJEMOS PASAR PUES EL
FASCISMO ACTUAL NO ES SIQUIERA “NACIONALISTA”. ES UN DESTACAMENTO DEL FASCISMO
DE LOS EEUU. ES EL IMPERIALISMO QUE TOMÓ EN SUS MANOS EN NUESTRO PAÍS AL PODER
JUDICIAL Y AL PODER EJECUTIVO Y NOS CONVIERTE NUEVAMENTE EN COLONIA Y BAJO SU
DICTADURA.
O. NATALICHIO – CENTRO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS Y
SOCIALES 26/12/15
Los daños
efectuados por el presidente delincuente en sólo 16 días son gravísimos. Y
faltan 1444 más.
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