jueves, 29 de agosto de 2013

LA CONCIENCIA SOCIAL Y EL MARXISMO.

Material para la escuela de formación política de primer nivel.

  1. Si observamos todo lo que nos rodea notaremos que todos los objetos son materiales o espirituales. Si razonamos sobre esa observación descubriremos dos aspectos: lo que existe objetivamente, es decir, lo que existe fuera de la conciencia del hombre e independientemente de él, son los fenómenos materiales; y lo que existe producto de la conciencia: lo inmaterial.
  2. Ambos aspectos (materialidad e inmaterialidad) integran lo que denominamos “realidad objetiva”. Es decir: realidad objetiva está integrada por el concepto “todo el mundo es material por naturaleza”; todos los fenómenos del mundo conforman aspectos diferentes de la materia en movimiento y cambio y ese mundo es independiente de la conciencia y existe fuera de ella. Y también, esa realidad objetiva integra lo inmaterial que deriva de lo material: integra las ideas, los conceptos, las leyes, el pensamiento, es decir, lo espiritual.
  3. Podemos afirmar que todo lo material es objetivo pero no todo lo objetivo es material.
  4. Lo que existe en la conciencia del hombre constituye el dominio de su actividad psíquica (pensamiento, emociones, sentimientos, etc.) y poseen relación en la esfera de lo ideal, de lo espiritual.
  5. Pero esa actividad psíquica, esa conciencia, no podría existir si no existe la materia que la genera, ya que es una propiedad del desarrollo histórico de la misma, una propiedad de un cuerpo material extraordinariamente complejo: el cerebro humano.
  6. Marx y Engels desterraron el idealismo de la ciencia social, resolvieron, de esa manera el problema fundamental de la filosofía dando origen al materialismo dialéctico y formulando la tesis principal del materialismo histórico: la existencia social determina la conciencia social.
  7. En la esfera de la existencia social se incluye la vida material de la sociedad y, ante todo, la actividad productora de los hombres y las relaciones económicas que se establecen entre ellos en el proceso de la producción.
  8. Conciencia social es la vida espiritual de los hombres, las ideas, las teorías y opiniones por las que se rigen en su actividad práctica.
  9. La existencia social es lo primario ya que, antes de ocuparse de la ciencia, de la filosofía, del arte, los hombres deben poder comer, vestirse, tener vivienda y poder disponer de tiempo libre.
  10. Así como quien tiene 50 años le es imposible volver a tener 20, así el desarrollo de la sociedad es una sucesión sujeta a leyes que crece al igual que nuestra edad, de una formación económico-social a otra más perfecta, más eficiente que la anterior. Arranca del comunismo primitivo y se encamina hacia el comunismo científico transitando por el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo y el socialismo.
  11. Mar y Engels superan el carácter puramente metafísico de la vieja sociología poniendo de manifiesto la dialéctica objetiva del desarrollo de la sociedad, para estudiar la sociedad y desentrañar las leyes que rigen su desarrollo.
  12. Esas leyes son tan objetivas como las de la naturaleza, son pues, independiente de la conciencia del hombre, pero el hombre las desentrañas y las aprovecha en las actividades prácticas.
  13. Entre leyes de la naturaleza y las leyes de la sociedad existen rasgos comunes pero también diferencias propias: las leyes de la naturaleza expresan la acción de fuerzas ciegas; las del desarrollo social se manifiestan siempre por las acciones de los hombres como seres concientes que se proponen determinados fines y procuran alcanzarlos.
  14. Las leyes de la vida social no sólo son objeto de estudio del materialismo histórico, lo son también de otras ciencias sociales: la economía política, la historia, la estética, la pedagogía, etc. La diferencia estriba en que el materialismo histórico estudia las leyes más generales del desarrollo de la sociedad mientras las demás toman sólo un aspecto, sobre  aspectos que han sido destinadas. El desarrollo de la producción la Economía Política. ; el desarrollo de la sociedad en sus distintas épocas, la historia; la esfera del arte, la estética; etc.
  15. El materialismo dialéctico y el materialismo histórico son eslabones de una misma cadena. El primero se centra en las leyes de la naturaleza “que expresan fuerzas ciegas”. Se encarga de desentrañarlas y de utilizarla. El segundo se centra en el desarrollo de la sociedad y trata de desentrañar las leyes que la rigen para interpretarla y transformarla.
  16. Tanto el materialismo dialéctico como el histórico son categorías científicas que se basan: en la unidad del materialismo (lo primario es la materia, el mundo objetivo. Materia sujeta a leyes. Materia que se mueve, desarrolla y cambia) con la dialéctica (método científico del conocimiento de la naturaleza y la sociedad; del mundo exterior (objetivo) y del pensar (subjetivo).
  17. Nos estamos refiriendo a un sistema filosófico integrado por conceptos, categorías, principios y leyes científicas, no particulares, sino generales y amplias. Nos estamos refiriendo a la unidad orgánica de la dialéctica materialista (las leyes más generales del desarrollo del mundo y de la materia) con la lógica dialéctica (las leyes y formas del modo de pensar) y la teoría del conocimiento (la ciencia de las leyes del conocimiento).
  18. Ese sistema filosófico es aplicado, en el materialismo histórico, a la sociedad; al reconocimiento del ser social con independencia de la conciencia social de la humanidad. Al reconocimiento de la conciencia como reflejo del ser; en el mejor de los casos, como un reflejo aproximadamente fiel.
  19. El marxismo-leninismo es una ciencia general que contiene (utiliza) como herramientas de análisis al materialismo dialéctico (como su filosofía científica) y al materialismo histórico (como su sociología científica). Y tiene como objetivo utilizar esas herramientas para demostrar que el mundo es material por naturaleza e independiente de la conciencia de los hombres y ahondar sobre la capacidad de la mente humana de conocer el mundo material, de ser su reflejo más o menos fiel. Y ello lo hace no por una mera intensión investigativa, sino para impulsar y concretar una transformación revolucionaria de la sociedad.
  20. Como habíamos mencionado en el punto 8, los fenómenos ideales y espirituales, existen únicamente en la mente de los hombres, y existen como derivados de fenómenos materiales. Son esos fenómenos ideales y espirituales los que encuentran su expresión en el concepto “conciencia”. Al igual que el de “materia”, el concepto “conciencia” es también una categoría filosófica general, de gran amplitud.
  21. Ambas categorías (materia y conciencia) tiene de común su existencia real. Pero no son comunes sus realidades, pues son cualitativamente diferentes. La conciencia es un derivado de la materia, es una propiedad de la materia altamente organizada: el cerebro humano. Es la capacidad de ese cerebro humano de reflejar en él el mundo material.
  22. Pero la conciencia no es una “sustancia” del cerebro, es una facultad especial del mismo que es su portador y que funciona mientras el cerebro funciones. Cuando una persona muere, pierde la vida y la conciencia, pues muere el cerebro. Si la persona sobrevive pero su cerebro no funciona, la conciencia tampoco funciona. Pero ello es conciencia individual.
  23. La conciencia social la conforman el conjunto de ideas (entre ellas las políticas y jurídicas), de teorías, de opiniones, de interpretaciones, la integran también la moral, el arte, la filosofía, la ciencia, que reflejan la existencia social del hombre. Esa existencia social es multiforme y compleja y, al ser la conciencia social un reflejo de ella, también ésta es multiforme y compleja.
  24. En una sociedad dividida en clases sociales, la conciencia social adquiere “carácter de clase”. El carácter de clase se manifiesta en el conjunto de opiniones políticas, jurídicas, morales, artísticas, etc. De una determinada clase que, con ello, construye su ideología. En esa ideología se manifiesta claramente (y también solapadamente) la fuerte intencionalidad de defender sus intereses de clase, sus privilegios si los posee y su liberación si es explotada. Podemos simplificar que hay una ideología conservadora (que quiere conservar sus privilegios) y una ideología revolucionaria (que quiere terminar con los privilegios). Con todas sus variantes y complejidades podemos decir que hay conciencia reaccionaria y hay conciencia revolucionaria, ambas basadas en el “carácter de clase” que adquiere la conciencia social.
  25. Sin embargo no todo es tan sencillo en la vida real. Habíamos mencionado que la existencia social de los hombres (su actividad material de producción) general la conciencia social. Pero aún no mencionamos que esa conciencia social adquiere, en su desarrollo, una independencia relativa sobre su origen. Y esa independencia relativa no es pasiva con relación a la existencia social, sino que influye en forma activa sobre ella.
  26. Ello significa que esa conciencia social puede encontrarse, con relación a la existencia social, “atrasada” (por la “gran vitalidad que poseen las ideas y opiniones viejas”) o “adelantada” (cuando se ponen de manifiesto las tendencias generales del desarrollo social) según se den determinadas condiciones en cada caso. Independientemente de ello, y ya refiriéndonos a un proceso histórico, es importante destacar el carácter de “continuidad” que posee la conciencia social. Continuidad en el desarrollo de la ideología, de las ideas, que poseen enorme importancia para la vida social. Continuidad que significa utilizar todo lo aprovechable de la cultura espiritual del pasado. No empezamos de cero sino nos montamos sobre todo lo descubierto, lo inventado, lo renovado, lo cuestionado. Seguimos la gigantesca obra de nuestros antepasados para elevarlas más tanto del punto de vista material (producción) como espiritual (un mundo sin explotadores ni explotados).
  27. Pero ¿quiénes son los herederos de esa continuidad? ¿Los “conservadores” o los “revolucionarios”? La respuesta es clara: sólo las clases avanzadas (en la conciencia, en la ideología) son capaces de tomas la herencia del pasado, desprendiéndose de los elementos negativos que contienen y apropiándose de los positivos que los hay y no son pocos.
  28. La conciencia es dinámica. Es el pensamiento humano que surge en el proceso del trabajo y se desarrolla a medida que se modifica la naturaleza y la sociedad. Si bien la conciencia es un reflejo activo del mundo exterior, al adquirir relativa independencia, influye sobre ese mundo exterior al tomar parte activa en su transformación.
  29. El carácter activo de la conciencia social consiste en su función abstractiva, que, con relativa independencia de la existencia social, desarrolla: generalizaciones teóricas; formulación de conceptos y categorías, extracción de conclusiones, formulación de hipótesis, capacidad de prever, capacidad de imaginar, capacidad de fantasear, etc. De ello podemos deducir que la conciencia puede reflejar la realidad en forma “concreta” o “ilusoria”.
  30. Cuando la conciencia se aproxima a reflejar la realidad en su forma “concreta” se transforma en un medio fundamental de orientación para interpretar, lo más correctamente, el mundo en el cual vivimos y se transforma también es un instrumento activo para la modificación progresiva de la sociedad. Ese nivel alcanzado por el desarrollo de la conciencia en su forma concreta anticipar y orientar la práctica y es en ese estadio donde se pone de manifiesto el carácter activo de la conciencia social.
  31. Lenin escribía: “La ley fundamental de la vida de la sociedad consiste en que el ser social determina la conciencia social, y la conciencia social ejerce una activa influencia inversa sobre el ser social”.  Lenin menciona en este escrito “ser social” y “conciencia social”. Ambas constituyen las principales categorías que contiene el materialismo histórico. El ser social se puede definir: como producto de un proceso objetivo y real de la vida de los hombres; como el conjunto de instrumentos de trabajo que se utilizan; en las relaciones entre hombre-naturaleza; en las relaciones entre los hombres entre sí en la producción social; en la estructura económica de la sociedad, en las clases sociales y sus relaciones; en las costumbres, usos y tradiciones de la vida cotidiana; en la materialización de las costumbres; en la familia; en los grupos sociales; en las naciones; en el desarrollo ininterrumpido de las generaciones; como fenómeno social; como un todo único, no como una suma mecánica de sus componentes sino como una relación orgánica recíproca de los mismos, etc. La conciencia social se puede definir: como la vida espiritual de la sociedad en la que se refleja el ser social; como un complejo de concepciones, normas, ideas y representaciones de un determinado grupo social; como conciencia de clase; como reflejo del ser social, permanente acción recíproca construida históricamente por la sociedad; por las normas sociales que se convierten en convicciones personales, fuentes de prescripciones morales, sentimientos estéticos que adquieren el carácter de valores sociales cuando pasan a adquirir importancia general.


Oscar Natalichio – mayo 23 de 2013 – oscarnatalich@fibertel.com.ar

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